Y pensar que tiene la sangre de alguien que no vale la pena siquiera mencionar, que ocasiona tanta rabia tan sólo recordar y una frustración infinita por todo lo que ha tenido que vivir, es algo muy corto lo que siente Shōto. Se siente pésimo por haber insistido a Katsuki a una segunda oportunidad, de haber llorado para que no le terminara, por hacerlo ir a su casa frente a su padre, de hacer cosas que consideraba románticas en familia sin pensar en el gran daño que le ocasionaba.

No sabía absolutamente nada, ¿y eso le hace un buen candidato a su amor? No, para nada. Si bien ya no siente lo mismo desde un par de meses para el día de hoy, no puede evitar sentirse culpable.

Hablar con abogados, pedir asesoría, tramitar la denuncia, todo ha sido cansado, no por ser bastante largo -aunque sí se tomó su tiempo- sino por el estrés en que nota a su rubio amigo.

Amigo. Algo que no había considerado en el pasado porque sólo lo veía como amante. Verlo tomado de la mano del pecoso en todo momento no hace que su corazón duela, todo lo contrario, se siente feliz que esté con alguien que le comprenda, que se dé cuenta de los problemas y ayude a resolver la situación, que sea participativo y no se quede estancado en el romance de la relación sino para más.

Pronto los padres de Katsuki se quedan a dormir en su habitación, por lo mientras los tres dormirían en el suelo de la sala.

—Quédate en el sofá, Kacchan.

—Úsalo tú, no lo necesito.

—Por favor.

—Que no, úsalo tú.

—Kacchan.

—Deku.

Suspiro—. Bien.

—¿Podemos hablar? —susurra Todoroki sintiéndose ajeno, un extra en su pleito de pareja. Katsuki asiente con la cabeza.

—Vayamos a la cocina —ve al pecoso arrugar el entrecejo ligeramente.

—No, es algo que también quiero que escuche Midoriya.

Katsuki se sienta en el suelo a los pies de Izuku—. Habla.

—Voy a devolverte las llaves —ve al rubio alterarse.

—No es necesario.

—No quiero que tengas problemas con tu pareja —toma sus manos, Izuku desvía la mirada bastante incómodo.

—¿Para eso debo estar aquí? ¿Para ver cómo se tratan como un par de enamorados?

—Entiendo que debes sentirte celoso por la relación que tenemos —suelta sus manos, Katsuki se rasca la nariz y vuelve a hacerse para atrás—, pero cállate y escucha —Shōto mira al rubio a los ojos—; lo siento.

—No hay nada que...

—También escúchame —el pecoso se sienta a la par del rubio, este recarga su cabeza en su hombro, pero pronto se separa porque no lo quiere del todo cerca—. No me di cuenta de que lo estabas pasando mal, sólo me centré en mí.

—También fui muy hipócrita —el rubio trata de sostenerle la mirada—. Al principio eras mi venganza porque a tu padre le desagradaba compartirme contigo, pero después me enamoré de ti.

Mira al pecoso, este se levanta y da vueltas en la sala.

—¿Para esto querían que me quedara, para verlos reconciliarse? —las lágrimas se le acumulan en los ojos.

—Ya no sentimos lo mismo —responde Shōto. Katsuki le mira sorprendido.

—Entonces lo suyo es...

—Sí, supongo que sí —el bicolor le sonríe y el rubio le devuelve la sonrisa.

—Me alegro.

—¿Qué? —Izuku les mira sin entender. Katsuki niega con la cabeza.

—No es algo de lo que debas preocuparte —la respuesta de Katsuki por alguna razón lo tranquiliza.

—¿Entonces?

—Midoriya, cuida de él.