La otra vez me encontré con Soraru.

De eso ya hace un día y tuve que tardar en escribir porque al día siguiente también hablé con Mafumafu, pero sin la compañía de la bebida.

Soraru no me pidió que lo hiciera, pero comprendí el dolor que me causaba ver a mis dos buenos amigos así. Además ... son un poco tontos.

Resumiré lo importante, porque hubo ocasiones en donde hice mi mayor esfuerzo por relajar el momento. Habíamos acordado de ir a cenar, por suerte Soraru no se deja vencer tan rápido por la bebida así que hablamos extensamente.

Comenzó por preguntar si Mafu estaba bien, a lo que respondí con una afirmación, lo había dejado componiendo en mi estudio. Una sonrisita se le dibujó a Soraru; coincidimos en que Mafu es tan talentoso que se esperaba una buena canción de este momento.

volví a pedirle perdón por evitar sus mensajes y como si fuese mago, adivinó la razón detrás.

"Mafu te lo pidió, eso hace cuando quiere evitar la realidad".

Bueno, no era el único. En ese momento había otro que lo intentaba seguramente con sus juegos en línea.

Pasamos directo al tema, y al parecer todo se resume en celos de ambas partes. La otra vez estaban jugando en línea con Urata y sakata, quienes cabe decir, ya son pareja. En un momento dado Soraru hizo un comentario aludiendo a sus celos infundidos por mi amistad con Mafu, y éste no se quedó callado y comenzó a burlarse.

Las cosas así llevaron a otras y terminaron discutiendo fuerte. Urata y Sakata tuvieron que escucharlo, supongo que fue incomodo.

Se lastimaron con más de una palabra y Mafu fue quien tuvo el valor de dejar la casa. Después de esto sucede lo que sucedió en mi parte de la historia y la cual le conté.

"Es muy irreal y dramático de nuestra parte".

Tuve que darle la razón con la voz firme. Lo era cuando los dos tenían la repuesta a ello.

Entonces sucedió.

Estoy seguro que el pecho de Soraru tembló como nunca antes, incluso más cuando conoció a Mafu en su época blanca.

"Estoy tan destrozado y triste; lo amo tanto que tiemblo por las noches al saber que no está conmigo. Me da miedo ya no volver a escuchar su voz y que los inviernos me arranquen la vida, la única oportunidad que tengo para sentirme orgulloso de estar a su lado.

Él podrá decirte que cambié su vida cuando lo conocí aquella tarde en que los dos nos saltamos las clases, pero no fue así... yo estaba por un mal camino en ese entonces y cuando sucedió, fue como si él me extendiera la mano y me sacara del vaso de agua en donde me ahogaba y el mundo me ignoraba".

Entonces lloró. Por primera vez escuché su voz rota y su corazón lo sentí vacío.

Mis palabras fueron pocas, pero justas. Sabía lo que tenía qué hacer y aseguró que pronto hablarían las cosas.

Después de un rato donde bebimos y hablamos un poco más, nos despedimos. Seguramente hubiese querido venir conmigo, pero tenía miedo a ahuyentar a Mafu y tenerlo que buscar una vez más.

Entré a casa, y su voz me trajo con el viento el recuerdo de ese amor con el que habló; un amor que no he encontrado en ninguna canción o libro.

"Él me salvó y me enamoró".

Son palabras cortas, pero viniendo de un hombre como él que se toma muy en serio estas cosas, tienen el valor más alto que el oro.