La cabaña a la que me dirigía no quedaba muy lejos de Beacon Hills, la cabaña estaba situada en mitad de una pradera en el bosque y allí vivía mi manada.

A las 18:40 me encontraba entrando al camino así que decidí parar a esperar a Leah. A los 5 minutos ella se encontraba aparcando al lado mío con su camaro rojo con dos líneas negras en el capo. Cabe de decir que yo también tengo uno negro con dos rayas blancas, este coche le tengo muchísimo aprecio ya que fue un regalo de la manada cuando me saqué el carnet de conducir.

-Hey bae- la saludé mientras le daba un abrazo.

-Hey honey, bueno andando que como lleguemos tarde nos matan.

-Como mande sargenta- dije haciendo el típico saludo militar mientras ella me fulminaba con la mirada- pero si andando que es gerundio.

Cada una subió a su coche y arrancó ella primero mientras yo la seguía. A los 15 minutos llegamos a la cabaña y pude observar que todos ya estaban afuera esperando ansiosos nuestra llegada.

Una vez dentro del recinto, bajamos de nuestros respectivos coches y en menos de lo que canta un gallo ya estaban todos encima nuestra abrazándonos y saludándonos.

-Hola enanas-saludó Marc.

Yo lo fulminé con la mirada mientras le daba un golpe en el hombro.

-Hola marco de puerta-saludamos Leah y yo a la vez. Y al escuchar como lo habíamos llamado vino y nos revolvió el cabello a lo que respondimos gruñéndole.

-¿Dónde está Charli y Amelie?-pregunté mientras entrábamos a la casa de madera.

-Fueron a la ciudad por comida junto con Daniel y Luke-respondió Fred desde la cocina.

La manada eran familia de verdad todos ellos eran hermanos  siendo la menor Charli que tiene nuestra misma edad, es decir 16 años, la siguiente sería Amelie de 18 años, a continuación Marc y Fred de 20 años , Luke de 22 y por último Daniel de 24, este último era el alfa. Los veíamos únicamente en las lunas llenas ya que Charli estudiaba en otro instituto aunque hablásemos todos los días o casi todos.

Mi madre conocía a sus padres ya que sus abuelos eran amigos de mi abuela y cuando yo nací mi madre acudió a ellos para que me ayudaran a controlarme sin salir dañada o sin dañar a mi madre o mi hermano. Volviendo al momento actual, nos encontrábamos todos en la sala enfrente de la chimenea hablando de cualquier estupidez hasta que siento un mal presentimiento provocando un escalofrío por mi cuerpo  haciendo que mis ojos se pongan de color morado y eso significaba que algo malo iba a pasar en mi entorno. No se en que momento quedé en trance hasta que sentí una almohada impactar de lleno con mi cara haciéndome volver a la Tierra.

-Nena estabas re perdida-habla Leah la culpable de que un cojín impactara en mi cara. Yo solo rodé los ojos y le saqué el dedo de en medio.

-Perdón-me disculpé- es que acabo de tener un mal presentimiento.

-Si nos dimos de cuenta por tus ojos aunque a Leah le acaba de pasar lo mismo-comentó Charli al lado mío.

Miré a Leah y en ese instante comprendimos que algo malo iba a pasar en Beacon Hills. Y esperemos que al fin de cuentas nadie muera o salga dañado en el proceso de pret

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Bueno hasta aquí el capítulo de esta historia.
Espero q os haya gustado.
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