RELATO POR MARIE:

Pasé todo el día encerrada, yendo de un estudio a otro, cambiando de vestidos, zapatos, accesorios. Retocando el maquillaje, los peinados y las uñas. Siendo cegada a flashes y luces de Lennox, siendo perseguida por dos asistentes para grabar unos vlogs de cómo estaba preparando el día de mi cumpleaños.

Mantuve una sonrisa y el buen humor de siempre. Pero la verdad es que todo esa puesta en escena me casnaba.

También pasé casi todo el día pensando en Ethan. 

Se suponía que siempre estuve enamorada de él. 

Se suponía que descubrimos que ambos estábamos enamorados recientemente.

Se suponía que él debería estar por romper el corazón de Isadora para cancelar su boda.

Y créeme que estuve casi toda la tarde pendiente de sus actualizaciones y estados en sus redes sociales. Pero nada. 

Hasta que ella, la chica perfecta, publicó la foto de dos grandes vasos de café en su red social preferida, con la descripción de "he & me" (el y yo). Eso significaba que ambos iban a estar toda la noche juntos, con café, juntos.

Hago énfasis en juntos, si lo sé. 

¿Qué significaba eso? Hasta Louise, con sus lentes y su móvil en mano, su triste vida amorosa y pésimos consejos sabía exactamente que significaba. Ya estábamos en un coche dirigiéndonos hasta mi departamento, que está justo en el mismo edificio que él. 

—Pensemos que él y ella van a pasar la noche hablando... — trataba de confortarme, con golpecitos en mi espalda.

—Algo me dice que suena a reconciliación, Louise. No soy una de esas chicas fantasiosas y vanidosas.—

—Claro que no, Marie. Eres de esas perras que trata de quitarte el novio un par de días antes de tu boda. — respondió irónica, con su humor ácido que me encantaba. Luego extendió su puño y esperó que le respondiera. Lo hice, porque conociéndola, era capaz de dislocar mi brazo para hacerlo ella misma.

—No fui la única perra quita-novios que pasó por Ethan. — confesé y luego di un lago suspiro, tirándome en el asiento. 

—¿Mister Right tiene sus manchas en su impecable perfección? Cuéntame ahora, amiga desalmada.—y me sacudió, casi rasgando el abrigo que traía y arrancándome carcajadas, pues el chofer del coche casi tuvo un colapso nervioso de no entender si estaba tratando de matarme o romperme el cuello.

—Ethan dos veces, que recuerde, me llamó Lis. La primera fue en seguida de llegar a un alucinante orgasmo y la última cuando me desperté esta mañana. Para comenzar a  enumerar cosas extrañas que han sucedido hoy.—dije mientras trataba de recomponer lo que podía de mi atuendo, y veía a Louise en shock por casi un minuto con su boca abierta.

—¿Y quién es Lis?—

—Te escribí en un papel y te pedí para que la busques. Sólo sé que se llama Lis, y que está relacionada con Pilar y Ethan.— gruñí.

—Oh, si el papel. Debe estar en mi oficina. Estuve todo el día caminando a tu alrededor, "alteza", no puedes reprocharme que te descuido.— me amenazó con su dedo índice levantado y su mirada de psicópata. 

El automóvil se detuvo en frente al edificio y afuera esperaban algunos seguidores y curiosos. Por supuesto que me tomé fotos con todos, recibí sus regalos y recuerdos, saludé a un par de personas en el lobby y luego subí al ascensor.

Esta mañana había estado en mi departamento y tratado de cambiarme rápidamente de ropa para ir hasta la agencia de publicidad. También dejé descuidado al hermoso ramo de flores del extraño que conocí en el consultorio de Pilar.

Por idiota lo había dejado sobre un mueble, sin agua. Me di golpes en la cabeza, y mientras Louise acomodaba en mi dormitorio el vestido y zapatos para la fiesta de esta noche, me ocupé de esas flores.

Busqué por la cocina algún jarrón, pero sólo encontré una taza de un gran tamaño que llené de agua, le puse una pizca de azúcar y unas gotas de limón. 

Luego lo volví a colocar en aquel mueble, para que las flores lucieran bajo las luces de la urbanidad de Londres. 

Por alguna razón esas flores me hacían suspirar.

No fue la primera vez que recibí un ramo, pero esas flores blancas me despertaban añoranzas. Un completo desconocido logró captar toda mi atención con ese simple detalle.

Y lo peor que no eran para mi. 

Sino para Pilar.

¿Se trataría de algún ex novio? ¿Ex esposo? ¿amante? 

Pero lo cierto es que era muy atractivo. Y desgraciadamente también me llamó Lis. 

Entonces me surgió la desatinada idea de sacar una foto y postear en mis redes sociales.

Prendí las luces de la sala, tropecé con algunos otros muebles arrastrando un trípode y un anillo de luz para sacar provecho de la belleza de "mis flores", apunté mi celular y luego publiqué.

Ya tenía una excelente descripción: "Only for me".  El cual en un minuto tenía miles de likes y comentarios.

Estaba victoreando mi hazaña, cuando Pilar me llama al móvil.

—¿Qué estas haciendo, Marie? ¿estas enloqueciendo?— dijo casi gritando desde el otro lado de la llamada.

—No, ya nací loca. Sólo estoy haciendo un experimento social.—

—Tira ya esas flores, las hallaste en el suelo de un Hospital. ¿Tengo que contarte cuantos gérmenes pueden haber en ellas?—

—No, gracias. Puedo imaginar. Pero son hermosas y me gustan mucho. Están en mi casa, en mí sala, adentro de mi taza. Por lo cual son mías. Agradezco tu preocupación, besos— y corté para no seguir escuchándola.

Por supuesto que Louise estaba pendiente de todo, y me ayudó a buscar un jarrón en la encimera de la cocina. Las acomodó en él y también arrimó un par de luces a su lado, para que Pilar desde el otro lado de la calle, por el ventanal de su habitación, pudiera admirar mi rebeldía.

Al rato llegaron las asistentes para ayudarme con el outfit para la fiesta, mi fiesta. 

Revisé nuevamente la publicación y ya había multiplicado los comentarios y likes. Pero por un mensaje privado Ethan había contestado.

Me encerré en el baño para ver cuál era su respuesta.

Aunque antes de abrir la conversación, reflexioné mirando mi reflejo.

Él estaba con ella, y aún así estaba pendiente de mis locuras. 

Él estaba con ella, y me mandó un mensaje privado. 

Ethan estaba con su prometida, pero aún le gustaba jugar con mis sentimientos.

¿Estaba realmente enamorada de un hombre así?

Porque honestamente, me reprimía mirando mi reflejo en el espejo, él nombró a otra mujer cuando estaba conmigo. 

Ethan amaba a Lis.

Ésta era la cruel verdad.

¿Pero en qué le recordaba a Lis?

¿Y al encantador extraño del consultorio también le resulté parecida a esa mujer?

La alarma de mi celular otra vez sonaba para avisar que era hora de tomar otra pastilla. Busqué en los cajones de mi tocador, hasta que encontré la medicina. La tomé reprochándome lo estúpida que podía ser luego de un maratón de sexo. 

Me duché rápidamente, y cuando salí a mi dormitorio, Louise ya tenía a todos en sus posiciones para comenzar con el milagro de sacarme las preocupaciones y lucir elegante esta noche. 

Me distraje conversando cosas fútiles y vanidosas con los presentes. Louise me mostró rápidamente que la publicación ya había llegado a los cientos de miles de comentarios y likes. 

¿Cómo era posible que un extraño lograra ser tan notablemente encantador sin saberlo?