Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

No son alucinaciones.

RELATO POR LEONEL:

Decir que me tranquilice es fácil. 

Lo difícil es hacerlo o prometérmelo. Porque cumplir es casi imposible.

Decir que no son alucinaciones es fácil.

Lo difícil es superarlas y caer en la triste realidad.

Pasé la noche arrastrándome desde las sillas cercanas al ventanal, a mi cama y al baño.

No bajé a comparar cigarrillos. La mucama del piso me alertó que no era permitido fumar dentro de las habitaciones. Tuve que pagar por su silencio. 

Pronto la madrugada me encarceló en las dudas. 
Las evidencias no eran claras, pero sólo me bastó con ver a ese delirio de ojos verdes.

Para mi suerte ya no estaba lloviendo, por lo cual decidí salir a caminar. Para despejar mis ansiedades y encontrar milagrosamente algún comercio abierto para comprar cigarrillos. Porque Londres era así, después de las cinco de la tarde sólo rezando y caminando mucho para conseguir algo abierto a parte de pub y bares. 

Entre mi equipaje busqué el equipo deportivo y algún calzado más o menos flexible para la larga caminada que me esperaba.

En el lobby encontré el portero y luego de un par de preguntas acerca de lugares cercanos, me resigné a buscar por internet.  No obstante gracias a un poco de pena y mucha amabilidad, este me indicó un determinado pub. 

Por suerte, a un par de cuadras, encontré ese pub decente, donde había bebidas no alcohólicas y cigarrillos. Según el portero, era uno de los mejores ambientes.

Muy pronto comencé a creer que los milagros si existen. Y créeme que no soy del tipo más religioso.

En una mesa al fondo estaba ella.

Mi fantasma.

Sentada con una amiga y otro tipo que se maldecían en tantos idiomas, que seguramente todos allí comprendían lo que se proponían.

El impulso y la ansiedad me alentaban a encararla. Ir hasta su mesa y ver quién era mi alucinación de ojos verdes.

Pero decidí tomar mi bebida no alcohólica sentado en la barra. Vigilando de reojo.

Un par de desconocidas trataron de entablar un diálogo, al que apenas atendí mientras me percataba que el maquillaje de los ojos de mi no alucinación estaba borroso.

Me preguntaba si tendría pareja o algo parecido.

¿Tal vez esperaban a alguien más?

¿Sólo estaban desahogándose?

¿Tendría que ir a encararla de una vez?

Y ella, con cierta destreza trataba de conservar su maquillaje mirando su reflejo en un pequeño espejo de bolsillo. Su chaqueta negra se perdió luego de la sexta ronda de tragos.

Pude ser que traía un hermoso y elegante vestido. Seguía tratando de no arruinar su maquillaje mientras su amiga se tornaba entre maldecir y consolarla y el tipo que las acompañaba a coquetear con otras chicas que pasaban.

Hasta que uno de los bartenders me sacó de mis delirios. Dijo algo como que si me arrimaba a ellas me darían una fotografía sin problemas. Quedé observándolo un poco y él siguió explicando que la mayoría del personal del bar la seguía por redes sociales.

¿Así que era  una especie de celebridad?

RELATO POR MARIE:

Llegamos al pub un poco después de medianoche, luego de terminar la fiesta que la agencia había preparado para mi cumpleaños.

Sin embargo por idea de Lennox, nos fugamos ni bien terminaron las entrevistas y toda las fotografías con los invitados.

Por supuesto que conmigo esta vez, para no caer en la mala suerte de perder la memoria, llevé a Louise. Ella por su parte fue de la idea de entrar a este pub, ya que conocía a sus dueños y había trabajado aquí cuando llegó a estudiar en Londres.

No obstante Lennox y Louise no dejaban de discutir por la elección de tragos, los aparentes celos fingidos de Lennox por cuando ella saludó a los bartenders, la elección del lugar donde nos sentamos, etc. 

Espero que esta noche tengan sexo, porque ya me estaban hartando con toda su tensión.

Entonces mi mente se perdió unos instantes a lo que sucedió anoche con Ethan.

Estaba claro, él amaba a esa tal Lis. Yo fui una especie de catalizador de sus intenciones. Por lo cual mi distorsionada lógica me llevó a ponerme en el lugar de Isadora.

¿Ella sabría quién era Lis?

¿Isadora lo iba a perdonar sabiendo que pasó dos noches durmiendo con otra?

¿Qué tan madura debes ser esa chica para saber que su futuro esposo recuerda otro amor?

Inevitablemente rodaron por mis mejillas un par de lágrimas. Era una maldita perra, pero tenía sentimientos.

Aunque fui yo la perra que trató de quitarle su novio, sentía pena por ella. Porque ni en una crisis de locura le diría lo que por deducción ella ya lo sabría. ¿Ethan ya habría confesado?

Isadora, quien también era hermana de Lennox, no se lo merecía.

Traté de sacar de mi bolso el espejo de mano para tratar de que lamentar a Ethan no arruinara mi maquillaje, tanto como ya arruinó mi día esperar que hiciera algo por nosotros.

¿Qué cambio desde la mañana en su consultorio hasta esta tarde?

¿Por qué no me llamó?

¿Sólo un mensaje me merecía?

Hasta que sentí una mirada fija en mí. Provenía desde la barra, del otro lado del salón, que como de costumbre estaba repleto.

Lennox y Louise ni se percataron cuando me levanté y traté de acercarme hacia él. Más que simple curiosidad, sentía que ya conocía sus ojos, azules como el mar en tempestad. 

¡Qué casualidad llena de intención! 

Y como de costumbre, tomé otra mala decisión.

Ir hasta el baño del pub sin antes fijar mis ojos en los suyos y detenerme por una fracción de segundos, con una sonrisa sesgada para provocarle una invitación a seguirme.

Para mi suerte, habían pocas chicas en la fila.

Por lo cual me recosté en la pared del pasillo, sólo apoyando mi espalda, cruzando los brazos y flexionando una pierna, para que el tajo del vestido fuera más pronunciado.

Era una muy mala decisión, pero estaba alentada por las tres cervezas y la mezcla se champagne y otras bebidas. Y esa táctica nunca fallaba.

El extraño se acercó, caminando lentamente, con sus manos en el bolsillo y balanceando sus hombros. 

Entonces comenzamos un diálogo con las miradas. Sin intercambiar ninguna palabra. 

Cuando fue mi turno de entrar al baño, simplemente le guiñé el ojo y me encerré allí.

¿Qué carajos estas haciendo, Mariana? Eres un terrible desastre.

Me reprochaba a golpes en mi mente, hasta que algún mensaje me trajo a la realidad. Mi móvil me alertaba de otro mensaje de Ethan, por privado. 

La bebida me impulsó a leerlo. 

Dos mensajes de Ethan: "No me arrepiento. Pero tal vez no funcione."  y "Alejarme va a ser lo mejor".

Sin dudar borré la conversación luego de enviarle mi respuesta: Disculpa recibida

Miré nuevamente en el espejo que traía el reflejo de todo lo que mi mente transmitía.

Cuando Ethan dijo "te amo" lo dijo a Lis. No a mi. Nunca existió una brecha para mi.

Fue cuando el extraño al que provoqué con mis miradas, entró al baño y cerró la puerta a sus espaldas.

No culpo al alcohol, pero si al despecho.

Ni bien dio tres pasos hacia mí, me tiré a su cuello. Nuestros besos eran como un volcán en erupción. Su lengua impetuosa me hizo perder el equilibrio y sin previo aviso me sentó sobre el lavamanos, sosteniéndome de mis muslos. 

Al diablo, Ethan.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro