RELATO POR LEONEL:

Un día como hoy la perdí. En el mismo día que festejabamos su nacimiento mi único amor se fue para no volver.

Todos los años hacia el mismo viaje hasta Londres, con la esperanza de encontrar en algún lugar de los fríos sentimientos de Pilar Linares una única información específica: ¿dónde estaba Lis?

Pilar trabajaba en uno de los Hospitales donde Lis estuvo internada hace muchos años. Era su forma de redimirse y recordarla día a día.

Pero al contrario del amor de mi vida, Pilar me odiaba. Jamás me perdonó lo ocurrido en el pasado. Ni a pesar de que he demostrado que cambié, que soy mejor y que lo hice por Lis.

Cuando bajé del taxi con el ramo de flores en mano me dirijo al piso donde usualmente está: psiquiatría.

Allí me paseó por los pasillos, hasta que la veo en una pequeña oficina con enormes paredes de cristal escribiendo en su móvil.

Me acerco para que me vea, pero dándole algo de espacio.

-En estos 20 años no has entendido que significa "aléjate y olvídate", Leonel Linares.- dice mientras no levantó su mirada del móvil esperando algún tipo de mensaje o respuesta.

- Sólo dime dónde está Lis. Te conozco lo suficiente para saber que jamás me perdonaras, pero realmente necesito saber dónde está.-

- Está muerta, gracias a ti. - bramo y con su mano cerró la puerta de la oficina, encerrandonos.

- Yo ... yo ... He pedido mil veces disculpas y he tratado de mejorar lo que soy. Pero en cambio tú no logras pasar página. -

- Lo voy a decir por última vez: aléjate de mi vida. Perdí a mi única familia por tu culpa, ahora vete. Y en cuanto a "pasar página" estoy siendo demasiado misericordiosa al no llamar a la policía y denunciarte por acoso.-

-Pilar, sólo piensa que si me dices dónde está, ya no vendré a molestarte en esta fecha. - insistí otra vez.

- ¿Leonel, crees qué.....-

Nos interrumpieron con golpes en la puerta. De repente Pilar enmudeció, algo que jamás vi que ocurriera en todo el tiempo que nos conocemos. Jamás le han acabado los insultos o reclamaciones sobre lo que ocurrió hace años atrás.

Me di vuelta cuando alguien entró a la oficina, tosio y pidió algún tipo de disculpas en Inglés.

Juro que palidecí al mirar su hermoso cabello castaño a un costado, su piel, sus ojos, su boca... Era exactamente como Lis, ¿cómo es posible?

¿Mis ojos me traicionaban?

¿Era posible ese milagro?

Luego de 20 años allí estaba a mi costado con una mirada de desconfianza y tratando de analizar mi cara de asombro el fantasma de mi único amor.

- ¿Lis? - salió de mis labios luego de un par de minutos sin respiración y con mi corazón acelerado casi al borde de un colapso.

- ¿Quién carajos es Lis?- dijo el fantasma cruzando sus brazos y frunciendo su frente. ¿Cómo es posible que en el mundo exista otra mujer idéntica a Lis?

- Pilar, ¿qué está ocurriendo? ¿quieres explicarme algo? - pregunté aún sin lograr mover un par de músculos de mi cuerpo.

- Ok, Leonel tú ganas. Lo que estás buscando está aquí.- dice mientras escribe en un papel y me lo entrega rápidamente. Luego me empuja hasta fuera de la oficina, arrastrandome por los pasillos y escoltando hasta la puerta del ascensor.

Mis ojos no logran apartarse de aquella mujer que seguía parada en la oficina también sin entender que estaba ocurriendo.

- Sólo vete y no vuelvas. La próxima vez volveré a denunciarte a la Policía, Leonel.- y sin más me empujó al interior del ascensor.

- ¿Quién es ella?-

- No es Lis. Es sólo una paciente. Lis murió hace 20 años atrás cuando tú estrellaste tu vehículo en la carretera porque estabas tan alcoholizado como de costumbre. Que no se te olvide que ese día, tampoco la culpa, ni cualquier posible remordimiento.-

En seguida se cerraron las puertas del ascensor y entre mis manos tenía una dirección, un reencuentro con un fantasma y una amenaza.

Caminé hasta la salida del edificio y traté de buscar en mi móvil dónde podría encontrar una empresa para alquilar un vehículo.

Para mi suerte no muy lejos de allí había una, en pocos minutos tendría un poco más de respuestas siguiendo a Pilar.

Sé muy bien que ella sería capaz se realizar la denuncia y contratar los mejores abogados para alejarme o asustarme. Ya lo hizo cuando intenté acercarme tan pronto me recuperé de lo sucedido e implorando por saber sobre Lis.

Pero en mi cabeza aún palpitaba su rostro, su presencia y su cara de confusión al oír el nombre de mi boca.

Era la visión más hermosa: cabello castaño y brilloso, con unos curiosos ojos verdes, piel bronceada y unos labios carnosos. Juraría que tiene la misma edad y complexión física que tendría el amor de mi vida si estuviera viva.

Al llegar a la acera traté de subirme a un taxi y pedir que me dejara en la dirección que conseguí en mi rápida búsqueda por internet.

Estaba muy decidido a obtener respuestas que en 20 años no había sido posible encontrar. Y ahora tenía un gran número más al encontrar con está mujer.

¿Quién era? ¿Por qué se parece a Lis? ¿cómo es posible que sea idéntica a ella?

Era demasiada casualidad en este mundo habitado por miles de millones de personas que justamente una mujer tan similar a la hermana de Pilar fuese su paciente.

Y todo esto lucia más extraño cuando Pilar sin titubear escribió una dirección y su número en un papel.

¿Acaso estaba alucinando? Por primera vez en mucho tiempo mi boca pedía algo de alcohol para controlar mi ansiedad.

Pero de pronto otra pregunta me sacudió: ¿qué ocurrió con el ramo de flores que traía?