—¡Atacaron a la familia de la montaña!

Un hombre muy delgado grito con desesperación mientras jadeaba por haber corrido desde la montaña hacía el pueblo central.

La gente no le hacía caso, quizás era por su ropa sucia por ser de clase baja. Él hombre se encontraba en desesperación empezó a gritar ayuda hasta que encontró a la policía interna y rogó que fueran a revisar.

La policía lo tomo muy a la ligera, ya que era la familia más pobre del pueblo; que podrían hacerles, pensaron todos. Aún así fueron hacía allá. Al llegar al lugar notaron la puerta entreabierta y sangre escurrirse por la está. Eso los alertó.

Rápidamente el que iba al frente saco su pistola y apunto hacia la puerta mientras caminaba a paso corto y con cuidado.

—¡Policía interna, entreguese!

Nadie respondió.

—¡He dicho que se entregué!

Sin respuesta.

El líder avanzó con cuidado y los demás lo siguieron, abrió la puerta rápidamente y la escena que vio a continuación provocó que a todos les diera terror.

El cuerpo de una mujer en el suelo y otro de un hombre arriba de un charco de sangre, sus prendas eran muy pobres pero se podían ver marcas de tortura. Ellos mantenían una expresión de miedo. Sin algún signo de vida.

Lo curioso de la escena es que había una niña sentada en el suelo con sus piernas abrazadas en la esquina de la habitación con una expresión de traumatismo, además de tener los ojos llorosos y estaba temblando.

La policía no sabía que hacer. Se acercaron a la niña para ayudarla y en busca de respuestas de lo sucedido. Pero la niña no hablaba, solo se mantenía con la misma expresión. Se notaba totalmente aturdida, nadie se quería ni imaginar todo lo que tuvo que ver.

—Líder, ¿qué haremos con la niña? —pregunto un subordinado mientras miraba a la pequeña que estaba temblando mientras comía un dulce bajo la supervisión de los demás policías.

—Lo más probable es que la manden al orfanato.

Hizo una pausa mientras que los dos la observaban, era tan frágil y débil además que estaba con ropa sucia y zapatos rotos, su mirada estaba perdida mirando a un punto fijo. El líder suspiró y acto seguido dio una orden.

—Comunicaselo al rey.