ALICE

La verdad ya no sabía que estaba sintiendo con respecto a Erick y a lo que había pasado. Fui aquel día al hospital buscando cerrar ese capítulo de mi vida, pero cuando lo vi tendido sobre aquella cama por mi culpa no pude aguantar las lágrimas y tuve que darle la espalda para no mostrar debilidad. Nadie en su sano juicio se atrevería a perdonar algo como eso, pero yo no estaba segura de lo que iba a hacer. Cuando no estaba con él sentía mucha furia por todo lo que me hizo, pero cuando lo tenía cerca solo quería besarlo, por eso decidí alejarme para poner mis pensamientos en orden. Dejar que el tiempo pasara me haría sentir mejor y lo hizo. No verlo en los pasillos de aquella enorme universidad me trajo nostalgia, pero también me proporcionó mucha paz y estabilidad emocional. Zac siempre estuvo conmigo, nunca me abandonó, era el único amigo que tenía. Mahidevran y Alexa me pidieron perdón por todo lo sucedido y hasta se compadecieron porque nunca pensaron que Erick y su padre llegarían a tanto, y aunque no somos amigas en toda la extensión de la palabra les agradecí no estar en guerra y al menos llevarnos como compañeras de estudios civilizadas.

Mis hermanas se animaron a estudiar conmigo y cada una escogió una carrera por separado, aunque éramos trillizas nuestros gustos no coincidían. Aleska no se quedó atrás, su personalidad un poco reservada y bastante conservadora hizo que se inclinara más por las Ciencias exactas. Una carrera que exigía mucho esfuerzo, pero que ella con su inteligencia lograba manejar a la perfección.

Andrea era más avispada y sensual que yo y Aleska juntas, y aunque le gustaba mucho trabajar desnudándose en aquel lugar, quiso hacer algo con su vida. Siempre había estado interesada en las artes, así s que se inclinó por estudiar Artes escénicas. Aunque antes la universidad no disponía de aquella carrera la inclusión de Kathlyn como una de las socias mayoritarias hizo que regresaran algunos de los inversionistas que ya se habían dado por perdidos y oros nuevos interesados. Su gestión y su prestigio devolvieron en poco tiempo la majestuosidad que había perdido aquella institución debido al escándalo. La apertura de aquella nueva carrera abrió las puertas a un nuevo mundo de profesores y estudiantes interesados, lo cual hizo a la universidad aún más famosa de lo que ya era.

Uno de  los nuevos ingresos, atraído por las artes, fue David, un estudiante de intercambio que viajó desde Australia solo por el privilegio de una beca que le otorgaron por sus talentos en la danza. Aunque tenía mucho en común con Andrea y hasta estaba en su clase, nos hicimos amigos pronto. No tardó en enterarse de todo lo que había pasado con Erick, aunque su personalidad no le permitió tomarlo más que como una broma, no le gustó como me trató aquel día que nos conocimos.

Yo estaba muy molesta, pero no pude disimular la sorpresa que me causó ver a la estúpida de Virginia Philips… ¿Qué demonios hacía aquí? ¿Acaso me estaba persiguiendo?

Si tener que ver su cara ya me estaba resultando incómodo, más aún cuando se acercó tan  descaradamente a Erick…. ¿De dónde lo conocía? ¡Qué ganas de volver a darle una paliza, como la que le di aquel día! La presión era demasiada, no me pude contener y con la excusa de saber que hacía en Estados Unidos fui a interrumpir su coqueteo con Erick.

-Virginia Philips –sonreí mientras observaba como Erick escudriñaba mis ojos -¿Qué estás haciendo aquí?

-¡Qué te importa!

Su falta de educación no me sorprendía y menos la prepotencia que siempre mostraba al hablar.

-No lo preguntaré dos veces –le advierto –si sabes de lo que hablo, ¿verdad?

-Eh…. ¡perdón! –interrumpe Erick.

Esto ya era el límite de lo que podía soportar, como si no fuera suficiente lidiar con Erick, también tenía que lidiar otra vez con Virginia.

-¿Hablé contigo? –le pregunto con un tono bastante hostil.

-Alice, Virginia y yo estábamos hablando de lo más a gusto hasta que tú llegaste a interrumpir.

-Sabes, curioso que me reclames eso cuando tú hiciste lo mismo con David hace unos minutos. 

-¿Estás celosa? –me suelta Erick y veo como Virginia se tapa la boca a modo de burla.

-¿Estás loco? –trato de bloquear la pregunta pero no lo consigo.

-Erick ya estoy un poco harta de escuchar a esta loca –digo y me abalanzo sobre ella, de pronto siento que unas manos fuertes me sujetaban por la cintura impidiendo que estropeara la cara de idiota que tenía.

-¡Tienes que calmarte! –exclama Erick pegado a mi oreja.

Al ver todo aquel alboroto, David, Zac y mis hermanas se acercaron corriendo para ver lo que pasaba.

-Alice, ¿qué pasó? –pregunta David un poco sorprendido.

-¿Otra vez tú? –responde Erick con otra pregunta sin darme oportunidad a mí de hacerlo.

Las cosas se estaban poniendo bastante tensas, todos los estudiantes ya comenzaban a hacer un círculo alrededor nuestro hasta que Kathlyn apareció dispersando a todos.

-¿Qué es esto señor Dunne? –pregunta mi madre biológica analizando las caras de los involucrados.

-Siempre yo, claro –murmura aún sin soltarme.

-¡Suélte a Alice!

Cuando se alejó, sentí como si me faltara algo, la verdad era evidente, aun no conseguía olvidarlo del todo.

-¿Alguien hablará? –pregunta otra vez enfurecida.

-Fui yo la que empezó señora rectora –dije al fin.

-¡Valla por una vez dices la verdad! –exclama Virginia.

Solo me quedé callada para evitar más problemas pero lo que realmente quería era empotrar su cara en el suelo.

-Por esta vez asumiré que fue un mal entendido –añadió y se dirigió a Virginia -¿Es usted la señorita Philips?

-¡Lo soy!

-¡Sígame!

Mis nuevos amigos me miraban desconcertados y una vez que Erick se marchó decidieron hablar.

-¿Qué fue eso Alice? –pregunta Zac.

-Resulta que han traído a esta universidad a la persona que fue la causante de mi expulsión en Inglaterra, Virginia Philips.