*Vidas en historias*
P.o.V Celin
He trabajado toda la mañana, ayudé a nacer a un bebé durante ocho horas tediosas, pero inolvidables. También impedí varias peleas, unas cuantas curanderas me ayudaron, pues el agotamiento ya se me veía en los ojos.
–Ohm, te ves cómo alguien que folló toda la noche.
–No empieces, Marisa, parezco alguien que pudo dormir solo tres horas, además del trabajo nocturno.
–Ahh, qué mala eres conmigo, solo quería hacerte reír.
–Mary, ¿qué sabes de su padre?, en los expediente solo he podido encontrar poca cosa.
–Ahh, con que espiando, ¿eh? Bueno antes era un hombre feliz pero no atendía muy bien sus prioridades, hubo una redada en el antiguo lugar de la manada, su esposa intentó proteger a sus hijos mientras él no estaba, ese día ella murió. Sabemos que fueron humanos porque la causa de su muerte fueron dos balas en la cabeza. No hables con Ed de su padre, pues no se soportan. Después de eso cambió , todos pensábamos que iba a mejorar, pero no reforzaba la seguridad ni nada, solo nos trasladó de lugar para que no nos encontraran y se puso a crear empresas que daban dinero, como si eso solucionara algo.
–Ahh, entonces no será un buen suegro.
–No digas eso, tu sabrás como ganártelo, además, no soporta la mezcla de las razas. No le gustas, así que tendrás que ser fuerte.
–¡Y yo que pensaba que el hijo iba a ser mi dolor de cabeza! Otra cosa, ¿por qué Raúl está tan separado de todos?, es como si fuera un lobo solitario.
–Porque él no era de la manada.
–¿Ah, no? pero si parece que son como hermanos.
–La verdad es una historia larga, pero te la voy a resumir. No sabemos su origen, pues el no habla mucho de eso, pero tiene un aura de tristeza, principalmente cuando le preguntas por sus padres. Cuando Ed salió a buscarte hace cinco años, lo encontró, bueno creo que fue al revés.
–¿Cómo que al revés?
–Al parecer Ed se emborrachó porque llevaba meses sin encontrarte, ese día no sabíamos dónde estaba porque desapareció, nosotros siempre habíamos ido con él. A veces éramos dos los que lo acompañábamos, en otras ocasiones uno, pero en ese momento fuimos todos y no lo encontrábamos. La verdad es que casi se lo llevan, en ese momento no sabíamos del culto, al parecer eran ellos, pero le dieron una buena golpiza y Raúl lo salvó.
–Vaya, no sabía eso.
–Pues sí, pero lo más difícil fue que se uniera a nosotros, pues luego de nuestro encuentro fue al ejército. Vivía como si estuviera en guerra, la verdad, todavía no sé cómo está con nosotros, ahora es alguien especial para nuestro grupo. Él está muy cerca de convertirse en un renegado.
–¿Renegado?
–Joder, Celin, te tengo que llevar a la biblioteca a estudiar.
–No me jodas, ¿no es más fácil explicarme?
–Existen dos tipos de renegados, los que se destierra, esto solo lo pueden hacer el alpha o la luna, y los segundos, que son aquellos que pierden su lado humano, ya sea por problemas psicológicos, o situaciones dolorosas, a veces hasta la pérdida de personas que amamos, como nuestros compañeros.
–¿Y cómo lo podemos ayudar?
–Me alegra que pienses en él, Celin, pero eso solo depende del destino, su mujer le dará equilibrio, claro, que eso es lo malo.
–¿Por qué?, no se supone que lo mejor que les pueda pasar es encontrar a su pareja, porque si no me han estado mintiendo.
–No, Celin, es lo mejor. Pero no sabemos cuándo pasará, pueden ser años e incluso siglos.
–¿Siglos?, joder ¿cuántos años tienes, Marisa?
–Ciento veinticuatro.
–¿Ciento veinticuatro?, ¡dios!
–Na, soy una de las más jóvenes.
–Dime cuantos años tiene Ed...
–Pues creo que unos trescientos veintidós.
–Es un viejooo.
–Jajaj, deja que se lo diga.
Dejamos de conversar y sigo con mi trabajo. Cada vez me siento más a gusto con Marisa, la considero mi amiga, y aunque con Dylan solo toque palabras y sea diferente el sentimiento me siento con él de igual manera.
Ya casi son las tres de la tarde, por lo que mi turno acaba de terminar. Tomo mis pertenencias, voy directa al baño de mi antiguo cuarto. Después de la ducha pienso en ponerme ropa interior, pero opto por sorprenderlo.
De un momento a otro comienzo a sentir un dolor en el cuerpo, principalmente en el brazo derecho, como si me hiciera un corte, pero es imposible, no me hecho ninguna herida. Comienzo a recordar que ya he sentido sensaciones así, recuerdo la preocupación cuando atacaron a Raúl y no era mía era de...Edward.
Maldito chucho. Le mando algunas palabras mentales, porque he estado practicando, y le doy una amenaza, sé que va a venir a buscarme así que me termino de vestir, con unos short caqui, un pulóver y mis zapatos Adidas favoritos. Retoco mi maquillaje y voy en busca de mi hombre, al que pronto castigaré.
Camino hacia la puerta, casi llegando veo que él baja de su auto, no tiene camisa, al parecer le hirieron con un cuchillo en la mano, en la que siente molestia por la sangre seca que tiene. Toma mis cosas dándome un sonoro beso delante de los guardias y yo le respondo con una bofetada.
–Ed, la próxima vez que vayas a pelear y me dejes pensando que estás bien con tu culo plantado en una silla en algún lado, sin hacer nada peligroso, te mato. Mírame, yo aquí, muriendo de preocupación porque siento algo que no entiendo y al final resulta que es mi hombre el que está en peligro. No te daré solo una galleta, te prometo que te corto las bolas.
–Vale, joder. No importa que me cortes las bolas si te veo así de enfadada y gritando que soy tu hombre. Me has encendido con eso, nena.
–Ed, no estoy jugando. Que sea la última vez, porque si no eres capaz de compartir las preocupaciones conmigo me voy a ir de tu lado.
–Rrrr....Nunca me oyes, eres mía. Y, nena, fui porque tengo que cuidarte a ti y a la manada.
–¿En serio a mí?, no sabes que si tú te mueres yo muero lentamente, ¿eso es lo que me cuidas?
Se queda pensativo y comienza a mirar a su alrededor, su cara se transforma y ya no sonríe ni siquiera está enfadado. Está serio, por lo que me giro y veo a los hombres de la puerta riéndose. Mierda, he formado todo esto aquí, en su momento pensé que lo tenía que hacer, pero ahora no tanto. Siento que me sonrojo y giro de muevo mi cabeza, pero esta vez mirando el piso.
–Vámonos, Celin, hablemos de esto en otro lugar. Si tanto quieres, en el auto te cuento, no es nada grave.
Me condujo hasta su auto, abre mi puerta y entro, totalmente cansada y abochornada cierro mis ojos. Él comienza a hablar de lo que pasó en el laboratorio, los niños que van a ser adoptados después de tener atención médica y...
–¿Raúl qué ?
–Encontró a su compañera, apenas tiene 15 años. El pobre tiene que esperar un año completo y todavía no sabemos si se transformará.
–Eso no importa, Ed, yo no me transformo y sin embargo estoy aquí contigo, ¿no? –Me sonríe, como me gusta este hombre.
–Tengo una sorpresa para ti, trabajaste mucho, se ve en tus ojos. Duerme, mi luna, cuando llegamos al lugar te despierto.
Mi luna. Recuerdo esa palabra, pero no sé qué significa, porque me lo habrá dicho, por unos minutos creo que me dormí, pero al despertarme estábamos desviándonos por un camino. No recuerdo que este sea el camino a su casa.
–¿Este bosque tiene un desvío?, es curioso, porque no tiene señales.
–Es que nosotros no necesitamos las señales, sabemos dónde está nuestra casa, como yo sé que mi destino es estar contigo.
–¿Casa? ¿cómo que casa?, este no es el camino a tu casa Ed.
–No volveremos por allí en un buen tiempo. Mientras viviremos en nuestra otra casa. Ya lo veras.
Después de unos minutos, frente a nosotros hay un enorme claro con muchas cabañas, había niños jugando, y cachorros, mujeres embarazadas, hombres medios desnudos. Quien lo viera, diría que volvimos a la era prehistórica.
–¿Te gusta lo que ves?
–Sí, me encanta, hay tanta felicidad y armonía.
–Pues esta es tu familia ahora, y serás la luna de la manada.
–Ya me habías dicho antes Luna, ¿qué significa?
–Es la mujer más importante de la manada, la esposa del Alpha.
–Pero yo pregunté sobre tu manada y me dijeron que tu padre era el Alpha, ni se te ocurra decir que me voy a casar con él porque...
–No te tienes que casar con nadie porque ya estas casada.
–¿Ah sí?, ¿y eso cuando ocurrió?
–Ayer, a la manera de mi gente, tú ya eres mi mujer.
Aparcó el coche y me dio unos de esos besos que te ponen húmeda al momento y toda aturdida por su intensidad.
–Vamos, todos están ansiosos por conocerte.
–Espera, pero si tú no eres el alpha, ¿cómo seré yo la luna?
–Pronto lo seré, más concretamente mañana.
–¿Mañana?, pero ¿no faltaba una semana para la coronación?
–Sí, Celin, pero por los ataques quiero tener a la manada y a ti más protegidas. Y para eso debo quitarle el mando a mi padre. Además, mañana es luna llena, me encantaría que fuera especial para ti, porque te presentaré como mi Luna, oficialmente.
Después de decirme esas palabras nos encaminamos a la gran casa que había en el medio del claro. Estoy realmente aturdida. Frente a nosotros hay una gran mansión, creo que la casa de Ed. Hay numerosas personas de todos los tamaños y edades, y todos nos sonríen. ¿Por qué?
–Porque han esperado mucho tiempo por ti.
–¿Y ahora lees mi mente?
–No, es que tu cara es tan expresa que es muy fácil imaginar lo que estás pensando.
Un pequeño niño de unos cinco años sale corriendo de la multitud y me abraza las piernas.
–Luna…
–Ey, David, deja de molestarla –dice una mujer que está embarazada.
–No me está molestando, despreocúpese. –Me agachó–. Dime, chiquitín, ¿te gustan los dulces?
El niño asiente. Le ofrezco un caramelo que siempre llevo en mi bolsillo, por si tengo que atender a algún niño. Es hermoso ver cómo le brillan los ojitos.
–Gracias, ¿quieres jugar?
–Después, cariño, jugaremos todo lo que tú quieras.
Me da un beso y se va corriendo hacia la mujer embarazada.
–Parece que ya te ganaste a un miembro de la manada –me dice Ed con un tierno beso en mi frente.
–Pero si era un hermoso niño, ¿quién no va a querer a tan pequeña criatura?
–Bueno, escucahdme todos. Esta es su Luna, se llama Celin, y espero que la traten con el mismo respeto que me tratan a mí como su alpha porque ella es todo para mí.
Oigo risas y alabanzas, todos están felices. Muchos conversan conmigo y hasta los niños todo quieren jugar.
–No te olvides de tu nueva hermana. Hola soy Sofí.
–¡Sofí!, ¿cómo te iba a olvidar?, te extrañé cantidad hoy en la clínica, te perdiste el parto de Nuria.
–¡Oh, no me lo puedo creer!, después pasaré a verla. Se te ve cansada, Celin, ¿mi hermano no te deja en paz?
–Pues… –digo sonrojándome.
–No te preocupes, es la maldición de mi especie. Vamos, ven conmigo, quiero enseñarte la casa porque pronto será tu nuevo hogar.
–Pero pensé que esta era provisional.
–No, porque esta es la casa del Alpha de la manada, y en unos días Ed lo será. Aunque la fecha puede ser adelantada ahora que te tiene con él, lo único que lo hacía esperar eras tú.
–Sí, me ha dicho que será mañana.
–Te juro que un día de estos lo mato, ¿cómo que la hermana del jefe no sabe que su coronación es mañana? Bueno, ya no me importa, qué gusto que no seré yo la que lo vaya a soportar durante toda la vida.
Me enseña la inmensa sala, la cocina y los baños, y subimos a ver los cuartos que están en la planta superior. Todo es el doble de grande que la casa de Ed.
–Esta era antes mi habitación.
Entramos y hay muchos pósteres de hermosos actores, películas y lugares que me gustaría conocer algún día.
–Eres tan parecida a mí, tenemos los mismos gustos.
–Eso es bueno, porque no soportaría una estirada como hermana.
–¿Puedo hacerte una pregunta?
–Claro.
–¿Por qué son tan pocas las sanadora?, disculpa si te incómoda, solo tengo curiosidad.
–Escaseamos porque a los hombres de nuestra especie no les gusta que toquen a su mujer, ni que ellas toquen a otros hombres, ya te darás cuenta de cómo Ed te trata, es como si fueras lo más importante para él. Pero ese instinto trae el doble de posesividad, y eso les pasa a todos.
–Lo había leído en un libro, pero quería asegurarme de que era la respuesta correcta. No puedo oír a nadie allá bajo a pesar de que es una fiesta.
Veo su cara extrañada ante lo que digo, así que le explico.
–Tengo alguna capacidad, pues desde niña he podido oír y escuchar mejor que otros humanos.
–Eso es bueno, hace la diferencia, bajemos, que mi hermano nos tiene que estar esperando.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro