*Protectores??*
P.o.v Edward
Me encantaría volver a follar. Comienzo a besarla de nuevo, no me canso de su sabor, de sus gemidos, de su cuerpo suave y tembloroso en mis manos, sabiendo que yo la he puesto así. Y que además soy el único hombre en su vida.
"Joder, un intruso" Me paro en alerta y comienzo a olfatear, es verdad, siento a dos o tres personas cerca de la casa, mi compañera se tensa.
–¿Qué pasa?, no me digas que ahora te das cuenta de que huelo mal.
–Nunca, preciosa. Vístete, al parecer tenemos visita, y no sé decirte si es buena o mala.
–Vale, pero no tengo ropa. –Sé que está nerviosa, ¿y cómo no estarlo después del día de mierda que ha vivido?
"Ella ha disfrutado"
"Joder, ¡mira que eres malpensado!, no hablaba de la parte del dia que tuvimos sexo"
–Preciosa, coge lo que quieras de mis cajones, ropa interior y mis camisas, pero apresúrate, tengo que llamar a alguien.
La miro levantarse, aún es tímida y se enrolla en la sábana. Saca un calzoncillo, una camisa y unos pantalones caquis que le quedan inmensos. Ahora olerá toda a mí, me pongo duro solo de pensarlo. Veo como entra al baño mientras mi lobo me habla.
"Vamos, chaval, funciona, sé que es hermosa, pero hay que cuidarla"
"Ahh, ¿ahora eres tú el que habla de amor, cuando antes no parabas de decir que me la follara? "
"Hay que ser maduro y este no es tiempo para eso"
Riéndome a carcajadas, cojo el teléfono, tengo que enfocarme. Llamo a Morgan, a los dos timbre lo coge.
–¡Joder!, ¿qué pasa?, ¿sabes la hora que es?
–Morgan, despiértate, hay intrusos en mi casa, Sophi se fue hace un rato, pero aquí está Celin. Necesito que vengas con la pandilla ya.
–Ya voy, Alpha, hubieras empezado por ahí. –Colgó.
"Si me hubieras dejado"
Cojo mis pantalones, me pongo mis zapatos y cojo un pulóver de mi gaveta. Huelo el aire, están cerca del perímetro, pero no entran, por lo que entiendo que están vigilando.
Cuando voy a llamar a Celin, ella sale del baño y se ve que la realidad es mejor que la imaginación "Céntrate, no es hora de tener una erección"
–Morgan y los demás vienen para acá, te voy a dejar con Marisa, tengo que ver si no son la gente del culto.
–¿Por qué Marisa?, ¿ella no es una doctora?
–Amor, ella no es una doctora, la mandé a ser tu guardaespaldas, pero para no levantar sospechas por si eras del culto la hice pasar como doctora, además...
Cuando le voy a decir su relación con mi subordinada, siento a los chicos llegar. La tomo del brazo y le digo que me siga, bajamos a la primera planta. Pretendo hablar con Morgan, porque los intrusos al parecer solo espían. Noto una presencia en el cuarto de mi hermana y es una mujer cambiante.
Pero me quedo clavado en mi lugar cuando Marisa y Dylan hincan la rodilla frente a mi mujer. Ya lo sabía por el lazo de alpha, pero no pensé que lo sintieran a los minutos de marcar a su Luna.
–Luna, somos tus protectores –dijeron al unísono.
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