*Peligro*
P.o.V Celin
Bueno, es hora de vestirme, no quiero ni pensar en ese chucho, ¿saben qué es que te cancelen la cita con un mensaje y ni siquiera te den explicaciones del porqué?
Cojo el celular y muy enojada leo el mensaje.
«Disculpa hoy no podrá ser, pero mañana sí»
En serio está loco si cree que se lo voy a dejar pasar. Me comienzo a cambiar para mi día de trabajo, a ver si por lo menos eso me quita el enfado y reviso a mis pacientes. Al parecer Marisa y Dylan no están, pero me dijeron que en pocos minutos venían, por lo que me encamino a mi oficina a por los expedientes de los nuevos casos.
Giro hacia la puerta y allí se encuentra uno de mis recientes pacientes totalmente desnudo, me recuerdo que a este lo atendí por una gran contusión en la cabeza, recuerdo que en su expediente ponía un trastorno de personalidad múltiple; que en algunas ocasiones ha ocasionado la muerte de varias personas. Pero si ya eran las cuatro de la tarde y debería de estar su lugar de confinamiento. ¿Qué hacía todavía aquí?
–¿Por qué no se encuentra usted en su cama?, debería descansar, su herida no es superficial –le hablo lo más profesional que puedo porque nunca se sabe cómo reaccionaran los pacientes con este tipo de enfermedad.
–¿Sabes ?.. Eres la más hermosa doctora humana que he visto en los últimos años; y te puedo decir que he visto muchas.
Un escalofrío recorre mi espina dorsal, este cambiante serpiente está realmente trastornado.
–Usted no puede estar aquí.
–¿Dónde está seguridad cuando se la necesita?, Dios, espero que no estén en el cambio de turno.
–Llevo esperando mucho tiempo para encontrarla solita, Doc.
Estoy cerca de la mesa, ¿verdad? Recuerdo que me dijeron que debajo de la mesa había un botón rojo que con él puedo alertar de cualquier intruso o personal ajeno a la sala o al instituto. Mientras busco el botón le digo:
–Si no quiere buscarse complicaciones, es mejor que vuelva a su cam –esta vez se lo digo con voz autoritaria.
–No se preocupe, Doc, antes de lo que canta un gallo usted estará en mis brazos y le va a gustar.
"¿Que me va a gustar?, este está más ido de rueda de lo que creía, si el supiera que con su siseo de serpiente es suficiente para hacerme vomitar"
Ya está, lo encontré, lo presiono y rezo porque alguien venga lo más rápido posible, porque ya está frente a mí y se aproxima más.
–Vete rápido, seguridad está por llegar. –Se ríe a carcajadas. “¿Y este que tiene? "
–¿Seguridad?... Esos tontos de allá fuera creo que no vendrán, señorita, al parecer hicieron una redada anoche y no hay nadie.
Me quedo sin habla, tengo que buscar la manera de detenerlo. Tengo un gas paralizante en mi bolso, tal vez no sirva de nada, pero debo intentarlo. Se lo rocío en la cara y corro hacia la puerta Casi llego ya cuando dos manos me cogen y me jalan del pelo hacia el lugar donde estaba.
Aprisiono mi cuerpo con el suyo encima de la mesa y comienzo a luchar fuertemente con mis extremidades, pero el agresor me da una terrible galleta para reírse luego a carcajadas. Comienza a lamerme, el muy asqueroso, y yo intento darle una buena patada en los huevos, pero él me detiene.
–No te resistas más ya eres mía.
–Suéltala –Es lo último que escucho después de otra galleta que me lleva a lo oscuro. Al fin han venido a salvarme.
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