*Pacto de sangre*
P.o.V Celin
Miro mi cara en el espejo del baño, estoy más que extasiada con lo que logré, joder, en esa cama he dejado al hombre más sensual del mundo, bueno al menos para mí, y ninguna otra perra me lo quitará.
“Posesiva a mil”
Después de unos minutos aún sigo con mi sonrisa autosuficiente, es que me siento la más afortunada de las mujeres.
–Tú estás muy complacida con lo que me acabas de hacer.
Siento mi piel erizarse y su calor corporal detrás de mí, su boca se acerca a mi cuello, seguido, me mordisquea la oreja.
–Nena, eso fue jodidamente caliente, un día de esto me vas a matar, y yo me moriré como el hombre más feliz del mundo.
–Ni se te ocurra morirte antes de complacerme para poder morir contigo.
–Eres…grandiosa, y mía, ¿por qué crees que estoy aquí?, me toca jugar.
Es decir esas palabras y el muy descarado traslada sus manos por mi vientre y me jala hacia él.
–Me vine en tu mano y en tu boca, ahora te toca a ti.
No puedo hablar después de eso, siento el calor líquido corriendo por mis muslos.
Mientras intento respirar me lleva a la habitación, dándome uno de esos besos que si no te humedecen te vuelves loca y te fallaran las piernas. Estoy muy emocionada, no solo por lo que me hará sino por cómo descubrirá que no tengo ropa interior.
Me acuesta en la cama, me besa, y sus manos rebuscan en mis pequeños shorts para llegar a mi coño que no puede esperar.
De momento escucho su gruñido.
–¿Llevas todo el día sin ropa interior, paseándote por nuestra nueva casa+
–Ohm… ¿y eso es malo?
–Joder, tengo una buena erección de tan solo pensarlo.
Ataca mi boca y se pone entre mis piernas dejándome sentir lo duro que está. Comienza a tocar mis pezones ya sensibles, luego desaparecen mis pantalones, y me erizo cuando el aire frío acaricia mis partes íntimas. Minutos después Ed está allí donde más me duele.
–Hueles a fresas, a bosque, y me encanta, nena. Abre tus piernas para poder saborearte. –Hago lo que me dice–. Esto es todo mío. Mi mano entre tus piernas siempre dándote placer. Mis dedos tocando tu pequeño coño. Es todo mío.
Lame mi botón hasta que grito y araño su espalda, con solo pensar en correrme en su cara me vine tan fuerte que pudieron habernos escuchados los que estaban cerca de nosotros.
–Eres tan hermosa, y yo soy tan jodidamente afortunado.
Aun con los estremecimiento de mi orgasmo entra en mí de una fuerte estocada que me hace venirme de muevo y, ¡joder!, puedo jurar que he visto las estrellas con mi segundo orgasmo.
Después del mejor despertar de mi vida en donde Ed me vuelve a hacer el amor y me deja con un gran beso, me dirijo hasta el cuarto de baño. Tomo una larga ducha de agua caliente para que disipe mis nervios, hasta que tocan mi puerta.
Salgo enrollada en la toalla que encuentro y abro la puerta de la habitación. Sophi ya está dentro colocando cosas sobre la mesa.
–Si quieres te dejo solita con tu baño.
–Sophi… disculpa, no pensé tomarme mucho tiempo.
Dirijo mi vista hacia la mesa, hay un vestido hermoso blanco con corte triangular hacia atrás, de escote escandaloso en la espalda, pero sin embargo por delante la abertura es ligera, menos mal, así mi lobito no me pedirá que me cambie nada más verme.
–Es precioso, Sophi, muchas gracias, ¡cuantas ganas de que mi mamá venga!
–No te preocupes, realizaremos otra ceremonia solo para que tu madre venga. Apurémonos, que nos queda poco tiempo, recuérdame no dejar que te bañes primero nunca.
Me pongo una ropa sexy de encaje color blanco, ya me imagino a mi alpha destrozándola, dios, ¿en qué pienso si ayer casi me mata de placer?
Me visto sin más y Sophi me ayuda a maquillarme ligeramente.
–Vamos, ya es la hora.
–¿Como que ya es la hora?, ¿y mis zapatos?
–En este tipo de ceremonia no usamos zapatos, siempre buscamos sentir a la madre tierra junto a la diosa luna. La ceremonia será en el bosque.
Me toma de la mano, bajamos las escaleras y en la sala se encuentra un sinnúmero de mujeres vestidas de blanco. Sin importarle esas mujeres, Sophi me lleva a la puerta donde veo un camino de flores y hojas de diversos colores.
Las mujeres que nos siguen comienzan a cantar un canto hermoso, este me hace recordar mis buenos y malos momentos y también siento los de ellas, es como sentir que estás conectada a tanta gente por un pequeño vínculo.
–A partir de aquí te toca ir sola, solo sigue el camino.
Me dice y se une a las otras. "Vamos, que no debe ser tan difícil", me doy ánimo y continúo por el camino.
Ante mis ojos, un hermoso claro da vista a una laguna con el agua más cristalina que he visto. Ahí está mi hombre, vestido solo con pantalones blancos, y todo su pueblo, que pronto también será el mío, a su alrededor.
Me tiembla todo, pero soy feliz y completa gracias a mi lobo. Tomo el coraje y sigo hacia él, subiendo al altar de piedra totalmente decorado de flores silvestres y plantas medicinales.
–Estás preciosa, mi vida, ¿preparada?
–He caminado por el sendero, si no estuviera lista, no lo habría hecho. En serio que te miren tantas personas acojona.
Levanta la mano y una especie de curandera nos coloca unos collares de flores y empieza a llamar a los espíritus del bosque y a la diosa luna. Nos bendice y nos da a beber agua de la laguna mientras nos dice:
–Tomen esta agua y siempre serán parte del bosque, como son parte uno del otro.
Después de beber mi lobito me besa.
–Ahora eres mía… pronto te lo demostraré, solo nos queda una cosa; Papá.
¡Oh, dios!, ¡tan pronto no! Un hombre sube al altar donde estamos, es la viva imagen de mi lobo, solo que con la cara más amargada.
–Hola, mi nombre es Ren, lo siento por no conocerte antes, pero debes saber que no estoy de acuerdo con que seas su mate.
–Papá, solo haz lo que tienes que hacer.
–Proclamo a mi hijo próximo alpha de la manada, y a su compañera, su luna.
Se oyen los aplausos de la multitud, pero algo está mal y es la forma en la que me mira su padre.
Veo al señor alejarse del altar, mientras Ed me vuelve a besar antes de bajar y entrar a la laguna desvistiéndose. Se sumerge por completo, y a los pocos minutos sale un lobo negro con unos ojos color ámbar. Es precioso y es todo mío.
Trota hasta mi lado y esta vez transformado aulla a la luna. No me había dado cuenta, pero ya está atardeciendo. Mi hermoso lobo me acariciaba la mano con el hocico, me pide algo que no entiendo, pero algo me llama a acariciarlo.
Me arrodillo ante él y lo abrazo, cojo su hocico juntándolo con mi nariz. Al parecer hago algo bien porque todos nos hacen reverencia y la curandera nos habla:
–He aquí la luna y el alpha de la manada Spirit Moon.
Mientras menguan los gritos y los juramentos de lealtad, la luna llena comienza a brillar fuertemente en un color rojo, e ilumina la zona que está frente al altar.
Se acercan Marisa y Dylan, los que tienen los ojos como si fueran los de su lobo interior. Se arrodillan, comenzando a hablar.
–Nosotros hacemos este pacto de sangre como forma de lealtad a la luna y al alpha pero principalmente para proteger la vida de la luna aunque cueste nuestras propias vidas.
Le siguieron Morgan y Raúl dijeron lo mismo, solo cambiaron el final –pero principalmente para proteger a nuestro alpha aunque cueste nuestras propias vidas.
Cuando pienso que esta escena tan emotiva está terminando se arrodillan Sophi y Timi, –Protegeremos la paz de la manada y sus cachorros, aunque cueste nuestras propias vidas.
La luz roja se mueve y ahora está sobre nosotros, Ed ha abierto el link heart, porque lo escucho en mi cabeza ya. Marisa me ha explicado los distintos tipos de link. Este se siente completamente distinto al de compañero, es más como una caricia en la mente.
–Morgan, Timi, Sophi, Raúl, Marisa y Dylan, acepto su pacto de sangre. Desde hoy somos hermanos, les prometo también cuidar de sus compañeros y cachorros, así como de la manada. Tomen mi sangre para crear nuestro propio link, les agradezco su lealtad, hermanos. –Y dice todo esto convirtiéndose en humano mientras se coloca un bata blanca.
Me duele la mano, la miró, pero no tengo nada. Entonces veo que la de Ed tiene un tajo en su muñeca.
–¿¿Ed?? –le digo alarmada por la sangre que brota de su muñeca.
–No te preocupes, mi vida, no es profundo, pero lo tengo que hacer.
La curandera le da una copa y comienza a llenarse, la herida a los pocos minutos comienza a cicatrizar, Ed me da la copa a mí.
–Joder, ¿me tengo que sacar sangre?
–No, mi vida, solo tomarla, así estaremos juntos en el vínculo del pacto de sangre y crearemos el nuevo link.
Dios eso es peor que sacármelo.
Tomo un buche pequeño y trago rápido, no es lo mismo para un licántropo que para un humano, a pesar de eso no sabe malo.
–Ahora toma, mi luna, ofrece mi sangre a los que darán la vida por nosotros.
Bajo del altar intentando que no se bote la sangre, sí, a veces soy tan torpe, y me dirijo a Marisa, después a Dylan, Morgan, Raúl, Sophi y Timi.
La luna se vuelve blanca cuando giro al altar. Me siento extraña por unos segundos, pero después es maravilloso sentir la felicidad de tantas personas, se ha creado el lazo. Ed baja, me coge de la cintura.
–Bueno, y ahora a celebrar. –Y deposita un beso en mis labios.
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