Una pequeña corría de un lado a otro persiguiendo a su compañera de juegos que no paraba de esconderse de ella, se sentía muy cansada, esa niña sí que sabía esconderse muy bien, y el encontrarla para ella se estaba complicando mucho, unos pasos la hicieron detenerse para mirar hacia atrás, allí estaba su madre.

—Haerin —la pequeña escondió sus manos detrás de su espalda—, ¿qué te he dicho de robar las galletas que Miyeon se encarga de preparar?

—Lo siento —la pequeña sonrió con inocencia, ella no había sido, sino que fue su amiga, Danielle, esa niña sí que sabía cómo culparla, miró detrás de su madre, allí estaba Danielle sacándole la lengua mientras le enseñaba unas galletas—. ¡Mamá, fue Danielle!

—No mientas, cariño —Lisa se inclinó para mirarla, la pequeña se metía mucho en problemas por culpa de la hija de Rosé y Jisoo.

—No te está mintiendo, omega —Jennie apareció con la cachorra de su amiga en brazos que intentaba liberarse.

—¡Suélteme, alfa líder! —mencionó la pequeña que quería dejar de estar en brazos de esa alfa a la que admiraba mucho, quería ser parte de la guardia al igual que su madre, pero ella quería ser una alfa tan fuerte como Jennie—. Esta pequeña bribona estaba comiendo las galletas.

—Miyeon enfurecerá cuando no las vea.

—Descuida, Minnie sabe cómo calmarla.

Eso era una realidad.

Después de todo lo que había acontecido, Lisa y Jennie terminaron teniendo una linda boda en la que el emperador no había parado de beber alcohol de lo feliz que se encontraba por la pareja.

Rosé y Jisoo habían recibido la grandiosa noticia del embarazo de Jisoo, y eso había sido muy sorpresivo, aunque claro Kim no lo había aceptado del todo bien hasta después.

Miyeon apenas había tenido un cortejo por parte de Minnie, el cual había terminado muy mal, y ahora Minnie intentaba de nuevo darle cortejo, aunque claro, Miyeon ya no era tan fácil de complacer como en un principio.

Somi había decidido dejar la guardia, ahora trabajaba junto a Dasom ayudándola en entregas de algunas hierbas para calmar los calores en los omegas y alfas, además de ayudarla a crear nuevas medicinas

—¡Mamá, suéltala! —a regañadientes Jennie lo hizo, y dejó que escapara para después ser perseguida por su pequeña hija.

Lisa sonrió al ver a las niñas tan animadas, miró hacia su alfa, que no se veía nada contenta.

—¿Crees que sean destinadas? —preguntó Lisa, sabía que eso le molestaba mucho a Jennie.

Después de todo la alfa es muy apegada a la pequeña y quiere protegerla a como dé lugar de la pequeña hija de Rosé y Jisoo.

—Espero que no.

Lisa soltó una leve risa al escucharla.

—Jennie, no puede ser tan malo.

—Lo dices porque tu padre no te defendió tanto de mí, en cambio yo... —soltó un suspiro—, lo aceptaré si Dasom dice que están enlazadas.

—¿Estás segura?

—No, pero le pondré condiciones a esa bribona.

—Tan protectora como siempre —Lisa le dio un beso en la mejilla—, relájate, alfa.

—Trataré, omega... trataré.

Nada mejor que estar juntas para toda una vida.