Capítulo 54
Taeyong se sentía demasiado cansado, además de herido, podía sentir las heridas por casi todo su cuerpo, pero aun así seguiría de pie para enfrentar a aquella hechicera de magia oscura, no se rendiría.
—¡Taeyong! —la princesa se hincó y sostuvo a Taeyong por unos momentos, percatándose de las múltiples heridas hechas por la hechicera—. Detente, no sigas, morirás si sigues así.
—No me importa —tembló un poco al intentar incorporarse—, m-mientras siga de pie, no dejaré que te lastimen.
Una risa burlona se escuchó en todo el lugar, Sooyoung no podía ni creer en lo que había escuchado, ese alfa en verdad que está muy ciego, y la princesa demasiado tonta como para conseguir ayuda, aunque no la culpa, ni siquiera ella querría arriesgar a más personas a una posible muerte segura, pero aun así le parecía muy patético ver a esos dos tan juntos cuando ni siquiera ellos dos son destinados.
—¿Por qué seguir intentando? —preguntó Sooyoung—. Es obvio que ella no te ve más que como un alfa más del montón, no te aprecia para nada, y aún quieres demostrar que eres fuerte, te estás debilitando, pronto dejarás este mundo.
—¡No si yo no lo permito! —exclamó la princesa, estaba sumamente triste, ver de esa forma a Taeyong, tan débil y necesitando de ayuda, quería ayudarle, no podía permitir que esa hechicera siguiera haciéndole daño a un alfa tan valiente como él—. Si vas a matar a alguien, esa debo ser yo, no permitiré que sigas haciéndole daño.
—No, Juhyun —la omega sintió como era tomada con la poca fuerza que a Taeyong le quedaba, miró la mano que estaba en la suya, y la apretó delicadamente indicándole que estaría bien.
Ella sabía que merecía morir, pagar por todo lo que había pasado en un principio, si ella no hubiera sido cegada por ambicionar a alguien que no le correspondía, todo aquello no habría pasado, sabía que tenía gran parte de la culpa en todo aquello, y tenía que hacerse responsable al respecto.
—Estaré bien, Taeyong... no te preocupes.
—Pobres ilusos... —Sooyoung sonrió—, espero que te guste dormir para toda la eternidad, mi querida princesa.
Sooyoung lanzo un ataque, la princesa se sentía paralizada al ver aquello, con sus brazos cubriendo su rostro, esperando a que aquel ataque llegase hacia ella, pero no llegó, en cambio una luz blanca fue lo que había visto, y entonces miró hacia donde había provenido.
—¿Pero qué? —Sooyoung miró hacia donde la princesa veía, allí estaba Dasom y detrás aquella princesa omega junto a la alfa líder, se percató del lazo brillante entre ellas—. Dasom...
—Detente de una vez, Sooyoung, no quiero lastimarte.
—Tu magia no es tan poderosa como lo crees, hermana, será mejor que tú seas la que se aparte.
—Te lo advierto, Sooyoung.
Pero por supuesto su hermana no obedeció, en un movimiento rápido y con ayuda del poco fuego que apenas y producía una vela, lanzo aquel fuego hacia Dasom, pero esta logró detenerlo por completo, hizo un ademán con su mano, haciendo que el fuego bailara en el aire y por fin cambiara poco a poco de color.
—Un alma necesita a una luz de guía —mencionó Dasom y miró hacia su hermana—, y ella será la mía.
En un chasquido de dedos el fuego fue hacia su hermana, bailando y girando a su alrededor, lanzando brasas ardientes que al caer encima de Sooyoung, hacía que se cubriera de blanco y se volviera casi transparente a la vista de todos, poco a poco y con temor, Sooyoung intentó que el fuego dejase de revolotear a su alrededor, pero eso no le impedía seguir llenándola de las brasas, hasta que por fin sus ropas y cabello se hicieron totalmente blancos, y ella era prácticamente un fantasma, miraba a través de sí misma, asustada.
—¿Qué ha pasado? —preguntó Lisa impresionada por lo que había hecho la hechicera.
—La convertí en una luz de guía.
—¿Qué es una luz de guía? —preguntó Lisa, se sentía extrañada, los temas de la magia casi no le han llamado mucho la atención, y su padre casi no hablaba al respecto sobre eso.
—Las luces de guía son espíritus atrapados para servir fielmente a los hechiceros —habló la castaña—, están para ellos, y obedecen sus órdenes, solo el hechicero puede liberarla, y así la luz guía se marchará al paraíso.
—Sooyoung —su hermana miró hacia Dasom—, esta es la consecuencia que te doy por jugar con el destino, recuerda que si no obedeces, será un castigo peor, haz jugado demasiado con el destino.
—Sí, ama —respondió Sooyoung haciendo una leve reverencia hacia Dasom.
Dasom inclinó su cabeza levemente, y su mirada fue a dar hacia donde se encontraban la princesa Juhyun y aquel alfa.
Caminó hacia ellos y se colocó hincada justo frente a ellos, la princesa aún sostenía a Taeyong que al parecer sus respiraciones eran cada vez más débiles, Dasom se fijó en la princesa, que trataba de retener su llanto, no quería que el alfa muriera, lo quiere, y no quiere que nada le pase.
—Dame tu mano —la princesa Juhyun dio un asentimiento y con un ligero temblor colocó su mano en la de Dasom, y la hechicera colocó la mano de Taeyong encima de la de ella—, he hablado un poco con los espíritus del destino, y están dispuesto a darte una segunda oportunidad, princesa... no la desperdicies.
—No lo haré, en verdad sería un gran honor pasar el resto de mi vida con tal alfa —sonrió mirando hacia Taeyong.
Dasom dio un asentimiento, y pronto bajo la atenta mirada de todas, Taeyong fue recuperándose, las heridas iban desapareciendo poco a poco, y la princesa asombrada y feliz apretó un poco la mano de Taeyong, y recibió el mismo acto de su parte.
Taeyong abrió los ojos, se sentía algo mareado y volvió a sentir a su lobo aullar de felicidad dentro suyo, miró hacia quien estaba con él, y allí estaba la princesa Juhyun.
—¿Por qué llora princesa? —preguntó Taeyong.
—E-Estás bien, mi alfa.
Y lo abrazó, de inmediato Taeyong correspondió el abrazo, y Dasom miró aquel nuevo hilo, brillante, y hermoso que los unía.
Jennie sonrió al ver aquello y pasó su brazo para abrazar por la cintura a su ahora omega, Lisa le sonrió de vuelta.
Juhyun dejó de abrazar a Taeyong para mirar hacia donde se encontraban tanto la alfa líder como la princesa Lalisa, se incorporó y caminó hacia ellas.
Se inclinó frente a ellas.
—En verdad espero que me perdonen, fui muy egoísta y estaba ciega por querer tener a alguien que no me corresponde —miró a ambas, se sentía sumamente apenada—, lo lamento.
Lisa se separó de su alfa y caminó hacia ella, tomó sus manos haciendo que se mirasen a los ojos.
—Descuida, ambas fuimos ciegas, no nos percatamos del grandioso alfa que teníamos frente a nosotras, todos cometemos errores, y esos errores pueden tener un remedio, deja de angustiarte.
La princesa Juhyun le dedicó una reverencia la cual fue correspondida por Lisa, y se retiró para ir con Taeyong y abrazarlo.
Lisa miró detrás a su alfa.
—Sabias palabras de una buena omega, tu padre estaría muy orgulloso de escucharte —mencionó la alfa líder.
—Estará más feliz al saber que tú y yo estamos unidas, mi alfa líder.
—Regresemos a casa, mi princesa omega.
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