Capítulo 33
La flecha tomó la suficiente velocidad para al fin ser clavada en el blanco. Jisoo sonrió más al ver la fruta caer del árbol. ¡Había hecho un buen trabajo!
—¿Qué se supone que haces, omega? —preguntó Roseanne mientras cruzaba sus brazos sobre su pecho.
—¿Acaso te importa? —Jisoo volvió su vista al árbol—. Por si no es tan visible para ti, acabo de bajar una manzana con solo una flecha.
Rosé rodó los ojos, ¿de qué presumía? Ella podía bajar más manzanas con dos flechas y en distintos ángulos, pero claro no quería desperdiciar esfuerzo en eso, además Jisoo seguramente ni le prestaría una pizca de atención si hacía algo como eso.
—¿Crees que eso es tener habilidad? —la azabache deseaba ignorarla, pero no podía del todo—. Podría vencerte en una competencia, omega.
—¡No me nombre omega! —Kim debía admitir que le parecía muy irritante la presencia de esa alfa, pero también no negaba que se le hacía atractiva, aunque muy fastidiosa—. ¿Por qué no demuestras tus supuestas habilidades?
—No gastaré mis energías en probarte la alfa tan eficiente que soy —sonrió con suficiencia, orgullosa de sus palabras—. Así que será mejor que te vayas, la princesa aún duerme, y no deberías estar por aquí.
—¿Lisa aún duerme? —eso era extraño, no dormía mucho, y ya era tarde, Lisa siempre se levantaba a tempranas horas, bueno, a excepción de sus cumpleaños—. Será mejor ir a despertarla —dijo feliz con la idea.
—¿Crees que dejaré que te infiltres dentro del palacio?
—¡Basta! —la voz de alfa líder se hizo presente, Rosé miró a los ojos a Jennie, había algo distinto, pero no podía descifrar de qué se trataba exactamente. Notó en sus ojos un brillo tenue, un color claro, y a la vez tan vivo, muy similar al rojo. Jennie tenía el ceño levemente fruncido y se sobaba de vez en cuando sus sienes con insistencia—. ¿Qué haces aquí, Kim?
—¡Esa tonta quiere tener una competencia conmigo! —señaló con su arco a la alfa más alta—. Vine a ver a Lisa, pero me ha dicho que está dormida.
—Lo está —afirmó Jen.
—¿Se encuentra bien, alfa líder? —preguntó Rosé mirando como la castaña aún sobaba levemente su cabeza.
—Sí, estoy bien, sólo... —una leve punzada la hizo dejar de hablar—, me han dado unas punzadas espantosas en la cabeza, pero estoy bien —miró a Jisoo—. Iré a ver si Lisa está despierta, bajará de inmediato contigo.
La alfa líder se adentró de nueva cuenta al palacio para poder ir hacia la habitación de Lisa.
—¿Notaste algo extraño en Jennie? —cuestionó Roseanne al percatarse de que la mayor había desaparecido por completo de la vista de ambas.
—¿Extraño? —Jisoo no comprendía, pero por las palabras de Rosé podía suponer que efectivamente había visto algo inusual en ella—. ¿Qué es lo que has visto?
—Su presencia... —hizo una pequeña pausa—, no es la misma. ¿Acaso no viste sus ojos?
—No vi nada extraño.
Tal vez solamente era la imaginación de Rosé jugándole una broma, pero estaba segura de que había algo más. Antes podía verla inclusive con esa actitud más relajada, era como... como si estuviera peleando contra algo, la alfa líder nunca había mostrado signos de dolor como otros, además de que siempre trataba de ocultar lo que en realidad sentía; siempre se había mostrado de manera relajada. Ahora sus hombros se veían tensos, y lucía molesta.
Algo no estaba bien, de eso estaba muy segura Rosé.
***
La princesa hace minutos se había despertado, y por alguna extraña razón se sentía muy desanimada, tan débil y con unas increíbles ganas de llorar. No lo entendía, ni siquiera había soñado con algo triste o que le preocupara tanto hasta acumular sus lágrimas, no había nada que le dijera el porqué de su estado tan depresivo.
Tal vez tendría que ver a Dasom, podría ser que esté a punto de enfermarse.
—Princesa Lalisa —la mencionada se dirigió hacia la entrada de su habitación, allí pudo ver a Jennie, pero no se veía para nada feliz—, Jisoo la busca abajo.
—Gracias, Jennie, en unos momentos bajo.
—Le he pedido que no mencione mi nombre, por favor, sólo con Kim está bien, y ¿podría usar algo para neutralizar su aroma? Es molesto —colocó sus manos sobre sus sienes, masajeándolas un poco—, me duele la cabeza de sólo olfatear su aroma.
Lisa parpadeó un par de veces confundida. ¿Qué estaba pasando exactamente? Jennie nunca se había mostrado de esa forma, ¿qué le pasaba?
—¿Te encuentras bien? —Lisa estiró sus brazos hacia las manos de la alfa, pero en cuanto las tomó, Jennie soltó un gruñido de inmediato.
—¿Qué cree que hace? —interrogó de manera grosera, fruncía su ceño. Lisa se quedó paralizada al escuchar eso, tembló un poco, estaba asustada. ¿Qué le está pasando a su alfa?
—S-sólo trato de a-ayudar.
—No me ayuda en nada, será mejor que me vaya, no quiero estar rodeada de ese asqueroso aroma suyo.
Lisa sintió una opresión en su pecho al escuchar aquello, ¿por qué Jennie decía eso? ¿Y por qué era tan mala? Jennie no era así.
—Jennie.
—¡No me llames por mi nombre! —la voz de mando salió a relucir, Lisa bajó la mirada de inmediato, sintiendo su cuerpo estremecerse al instante por ese feroz gruñido que había salido de Jennie. See escuchó por el pasillo, haciendo a Lisa temblar aún más, escucho como los pasos de la castaña se acercaban a ella—. Patética.
Eso fue lo que dijo, y se alejó de allí. Aún masajeaba sus sienes, y gruñía por el dolor punzante de cabeza que estaba teniendo.
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