Sooyoung sonrió en grande al sentir que efectivamente había funcionado a la perfección. Caminó hacia la princesa quien estaba casi a punto de dormirse. Juhyun soltó el peine que tenía en sus manos, se sentía diferente, como si algo se hubiera enlazado de un de repente a ella, a pesar de que no había algo que pudiera darle el indicio de que así fuera.

—Ha funcionado —la voz de la hechicera hizo que la princesa girase sobre su eje para poder mirar hacia donde se encontraba Sooyoung—, mi querida princesa, es oficial, usted ha sido de nueva cuenta enlazada con una destinada.

—Debo decir que ha sido de gran ayuda sus servicios —sonrió—, puedo sentir que muy pronto tendré aquí a mi alfa.

—Por supuesto que sí, mi querida princesa, será feliz con su nueva predestinada, ¿lo ve? A veces un poco de magia es necesaria para poder hacer que nuevos hilos se unan.

—Estoy en gratitud, Sooyoung.

—No debe estarlo, princesa —hizo una reverencia—, es parte de mi deber.

Sooyoung se retiró de allí con una sonrisa de oreja a oreja, estaba más que contenta, no podía esperar más, otro poco y aquella alfa líder se dará cuenta que Lalisa no es más su destino, ni siquiera podrá recordar haber intentado darle alguna clase de cortejo, y esperaba que su hermana no intentara algo, y aunque lo intentase, puede hacer que los lazos de la princesa Juhyun y la alfa líder queden unidos de por vida, o simplemente separar instantáneamente a ambas destinadas originales, y hacer que nunca tengan algún destinado.

***

Dasom despertó de repente, se enderezó para dejar de estar acostada, su respiración era irregular, las gotas brillantes de sudor seguían bajando por su frente y espalda, humedeciendo en parte su piel y cabello. Trató de regular su respiración, ¿qué había sido aquella visión?

No, no sólo se trataba de una visión, algo malo había ocurrido. De inmediato se incorporó, el frío podía sentirse bajo las finas ropas que traía puestas para dormir, pero eso no impidió que se detuviera. Caminó hacia afuera de su habitación para llegar de inmediato a las escaleras que la dejarían ir hacia arriba en el tejado de su respectiva casa, tenía que averiguar que no era cierto todo lo que había soñado, tenía que ver que todo aquello, sólo se tratase de una mentira, de un mal sueño.

Dasom tenía el poder de observar los lazos de los destinados, cuando estos estaban unidos y aún faltaba poco para que pudieran ser uno por siempre.

Miró hacia el palacio que se mantenía lúgubre, sus ojos podían distinguir hilos, eran de colores distintos y el brillo se intensificaba cada vez más cuando estaban cerca de su destinado, pero, al mirar hacia la habitación de la princesa... Su hilo estaba parpadeando, como una vela a punto de apagarse por completo.

—Oh, no... no, no —de inmediato buscó el hilo de Jennie, lo había encontrado, estaba enlazado a alguien más, y el brillo era intenso, como si casi estuvieran a punto de reencontrarse, siguió el hilo con su mirada—. ¿Juhyun? Oh no...

Tenían que arreglar rápido esto, por el brillo del hilo, estaba deduciendo que faltaba casi dos o tres meses para que por fin Jennie descubriera que tendría que irse hacia el otro imperio en busca de su supuesta destinada.

Si eso llegaba a ocurrir, sería peligroso, ni el más fuerte hechizo puede hacer que el destino se vaya muy lejos, los hilos siempre tienen que estar junto a la persona que es destinada, si Jennie llega hacia Juhyun y se queda con ella, entonces tanto ella como la princesa Lalisa morirán.

Debe encontrar una forma para que pueda unir los lazos de nuevo, y debe hacerlo rápido, no importaba si sus horas de sueño eran perdidas por completo, buscaría en cada libro y pergamino que su madre utilizaba para poder encontrar la solución e ir al palacio para poder avisar y darle una solución a esto de inmediato, antes de que sea demasiado tarde para ambas.