Lisa había decidido salir de su habitación, tenía sed y necesitaba un poco de agua.

—Jennie —se encontró a la chica por uno de los pasillos—, ¿estabas por ir a mi habitación?

—Sí, princesa. ¿Necesita que le lleve algo?

—No, no es necesario —sonrió, esperando ser correspondida, pero Jennie no hizo más que apartar la mirada—. ¿Me acompañarás?

Kim dio un asentimiento y ambas se dirigieron a la cocina por un vaso de agua. De inmediato la princesa lo tomó y decidieron emprender de nuevo su camino hacia la habitación de esta. Jen se veía de lo más tranquila y, en realidad lo estaba.

En cambio, Lisa era cosa diferente, se sentía muy nerviosa por la presencia de la alfa a su lado. Tener su aroma tan cerca le estaba afectando mucho, la miraba de vez en cuando de reojo para saber si mostraba algún indicio de estar interesada en ella, mas no era así. La castaña parecía ser una piedra en esos momentos y Lisa sentía que debía de romper aquel silencio, porque se estaba sintiendo incómoda.

—¿Cuándo vendrá la princesa? —preguntó la menor.

Sabía de la reunión gracias a Miyeon, ocuparía eso como excusa para establecer una conversación.

—Vendrá en dos días —respondió—, todos los preparativos están hechos, su llegada será digna, como la de todo gobernante.

—Eso suena perfecto —sonrió, pero seguía sin ser correspondida—. Jennie, ¿desde cuándo te comportas tan seria?

—Siempre he sido así —dijo con poco interés. ¿A quién le interesaba eso? Bueno, era cierto que solía sonreír más, pero eso no importaba mucho—. ¿Por qué el repentino interés, princesa?

—Bueno, te veía y casi siempre sonreías... —bajó un poco la voz—, ahora que te veo, me gustaría verte hacer lo mismo, aunque sea un poco, me hace sentir algo rara verte todo el tiempo seria.

—Puedo retirarme si gusta, así no se sentirá incómoda con mis acciones y mi presencia, majestad —la rubia de inmediato negó repetidas veces con la cabeza.

—No, estás bien aquí, conmigo —respiró profundo—, aún no puedo creer que seas la alfa líder, debe ser grandioso, ¿no es así?

Para Jennie no lo era. Negó con su cabeza, y miró por unos instantes a la omega a su lado.

—Preferiría estar muerta —dijo, a lo que Lisa apretó sus labios levemente, esa respuesta no había sido la que esperaba.

Muchos decían que cuando alguien era nombrado alfa líder, se sentía un total regocijo, se podía considerar como el mejor de los triunfos que un alfa pueda tener en su vida, era la primera vez que escuchaba a alguien que no le agradaba para nada la idea, y pensar en Jennie muerta le estaba causando tristeza.

—¿Se encuentra bien, princesa? —la omega la miro, su semblante ya no era sin alguna clase de expresión, la preocupación emanaba por todo el cuerpo de la castaña.

—S-Sí —no, no lo estaba, pensar en que su predestinada prefiera morir a estar allí con ella, estaba doliéndole, y eso era demasiado, sintió unas pequeñas gotas comenzar a resbalar por sus ojos y comenzar su camino por sus mejillas, Jennie se alarmo al ver aquello—, d-disculpa.

La alfa líder no sabía si era lo correcto, pero se acercó a Lisa y la abrazo. Había visto aquello un par de veces con sus padres, cada que su madre estaba triste, su padre la abrazaba para reconfortarla. Por lo que, con algo de duda, pasó su mano por la espalda de la princesa brindándole caricias suavemente.

Lisa se quedó estática, sintiendo el cálido abrazo que Jennie le estaba dando, y por fin su tristeza poco a poco fue dando a su fin. Cerró los ojos acurrucándose más en la muchacha para poder sentir el aroma de esta misma, tan tranquilizador, el mismo aroma de aquellos inciensos, pero que ahora se sentía mucho más familiar y cálido. Era perfecto, simplemente perfecto.

—Perdone si he dicho algo que le afectase.

—Sólo... No te separes de mí, por favor —la castaña quedó un poco sorprendida, pero no era como si en sus planes estuviera abandonarla, claro que no.

La única forma de dejarla sería la muerte, y no estaba dispuesta a morir en ese momento.