Capítulo 24
Rosé seguía cortando el aire con su espada, estaba frustrada. De nueva cuenta el que Jennie le hubiera ganado le daba falsas esperanzas de que Jisoo se fijase en ella, soltó su arma al suelo con furia, y apretó los dientes con fuerza.
—¿Qué se supone que haces? —la voz de la alfa líder hizo que mirase detrás suyo.
Jennie tenía su mirada justo en su espada, y luego la pasó a ella en unos segundos.
—Entreno un poco... —respondió.
—Algo te preocupa, no puedes mentirme, Rosé —era verdad, Jennie había aprendido mucho de todas sus compañeros a lo largo del entrenamiento, las conocía como la palma de su mano.
—Es esa omega —respondió Park, no sabía si hacía lo correcto al contarle, usualmente siempre les decían que no debían de mostrar algún signo de distracción, y menos con referente a los sentimientos—. Sé que dirás que no debe ser un motivo de distracción, y que debería olvidarla, pero... —relamió sus labios con parsimonia—, pensar que ella está tan interesada en ti, solamente me hace sentir que debo mejorar para ser mucho más fuerte.
—Ella no está interesado en mí, Rosé, tiene otros intereses.
¿Cómo es posible que Jennie pueda decir algo como eso?
—¡Ella tiene mucho interés en ti! —exclamó la rubia, bajó un poco a mirada—. Esa omega no se fijaría en mí ni aunque hiciera el mejor de los trucos de magia blanca.
—Entonces estamos en las mismas, Rosé.
Rosé la miró con algo de sorpresa, en eso tenía la razón, pero al parecer la princesa ha estado mostrando interés hacia ella. ¿Por qué no solamente aceptarlo? Tenía que admitir que cuando se enteró de que la alfa líder es quien va ser la pareja de Lalisa, quedó sorprendida, y le daba esperanzas de que Jisoo dejase de mirar a Jennie con una posibilidad de cortejo, aunque las cosas eran muy distintas.
—Entrena mañana, casi está a punto de anochecer, tenemos que vigilar —la voz de Kim la sacó de sus pensamientos.
—¿No piensas darle cortejo a la princesa? —la pregunta había salido por si sola de sus labios.
Jennie se fijó en ella por unos segundos, sus miradas eran intensas, como si quisieran ver más allá del alma de la otra, pero la castaña la apartó para darle la espalda por completo.
—Ya lo hice una vez, y me ha rechazado. ¿Crees qué será diferente si lo intento de nuevo?
No hubo más que silencio, Rosé podía comprender aquello, el rechazo del predestinado puede ser muy doloroso, te rompe por dentro, y ni siquiera sabes si vivir podría ser lo correcto. Ver cómo te rechaza quien sería el amor para toda tu vida, es doloroso, demasiado doloroso para cualquiera, tanto omega como alfa.
Jennie continuó con su camino, Rosé vio como se alejaba poco a poco, pero no tardó en dar unos pasos para poder darle alcance a la alfa líder.
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