Capítulo 14
Lisa estaba sumamente nerviosa, y para nada era por la fiesta que estaba a punto de dar inicio, estaba nerviosa por el simple hecho de que tendrá a Jennie cuidándola, después de todo ella es la alfa líder.
Aún el recuerdo de su rostro se pasaba una y otra vez por su cabeza, se veía tan segura de sí misma, tan fuerte, con esa mirada que parecía que podía ver en lo más profundo de tu alma. Soltó un bufido, debía admitir que se veía demasiado atractiva, los recuerdos del rechazo que provocó llegaron de inmediato a su cabeza. ¿Por qué hizo algo como eso? Es su alfa, pero quizás la necesidad de que fuera alguien más, la había abrumado y dejado ciega por completo en ese entonces.
—Lisa —la voz de su consejera hizo que dejara los pensamientos de lado—, la fiesta ya va a comenzar, debes estar presente. Se ha preparado un espectáculo. ¡Escuche que será de fuego!
—Eso es fantástico —sonrió débilmente hacia Miyeon.
—¿Sucede algo? —preguntó, acercándose a la princesa.
—Bueno, no te lo he dicho, pero hace años rechacé a mi alfa predestinada —Miyeon se vio sorprendida ante sus palabras—. Y ahora será ella... Quien se encargue de protegerme.
—¡Es la alfa líder! —exclamó, estaba exaltada—. D-Debes sentirte afortunada.
—No, no lo estoy —soltó un suspiro—, y no es por el hecho de que haya cambiado, sino porque estará más cerca de mí, y eso...
—Te afecta —Lisa dio un asentimiento—. ¿Estás consciente de que ella pueda rechazarte?
—No estoy diciendo que quiera que sea mi alfa.
Miyeon miró los cabellos de la princesa, soltó un suspiro, dio un recorrido con su vista por la habitación y encontró lo que estaba buscando, un peine, de inmediato lo tomó y comenzó a acomodar los cabellos de la princesa, arreglándolos de manera que no se vieran tan revueltos.
—Escucha —la rubia la miró—. Tu padre va a permitir que la alfa líder te dé cortejo, después de todo son pareja predestinada, no puedes vivir escapando de algo que va a suceder.
—¿Y sí en realidad no quiero que algo como eso suceda?
Miyeon le dedico una pequeña sonrisa.
—Se ve que es una buena alfa, dale una oportunidad.
—No creo posible que ella me la dé a mí.
—Inténtalo, los alfas están llenos de sorpresas.
Sin más, terminó de arreglar el cabello de Lisa y ambas salieron para unirse a la celebración.
La omega miraba como todo el palacio estaba decorado, era una enorme fiesta, podía escuchar la música sonar por el lugar y como algunos de los habitantes felices le mandaban saludos. Siempre había sido considerada amable, bueno con casi todos, Jennie era la excepción siempre.
Lisa se sentó justo al lado de su padre para disfrutar del espectáculo que tanto estaban esperando todos, observó hacia los presentes, pudo localizar a la guardia casi cerca de ellos, estaban serios y prestando atención a cada movimiento.
—¡Debo decir que es un honor presentar este fabuloso espectáculo para la princesa, en su mayoría de edad! —los vitoreos no se hicieron esperar, todos estaban emocionados, Dasom hizo una reverencia hacia donde se encontraban el emperador y Lisa—. ¡Comencemos!
El espectáculo dio inicio, líneas de fuego que formaban animales de diferentes clases, bailaban algunas de las figuras, otras eran pequeñas flamas que iban de un lugar a otro bailando en el aire, todos estaban asombrados ante tal vista, Dasom podía hacer que algunas de las flamas formaran colores, y eso a la vista de cualquiera era tan maravilloso y enigmático.
Entre la multitud de personas, estaba una mujer, mirando el espectáculo, sonrió ladinamente, su hermana ha mejorado mucho en sus pequeños trucos de magia, su mirada pasó hacia Lisa, sabía que había encontrado a su alfa, pero el problema era saber quién era, aunque ella podía hacer algo para descubrirlo.
—Veamos —soltó una suave risa—. ¿Quién es ese alfa afortunado en tu destino, princesa? —susurro para ella misma.
Miró como Dasom formaba ahora un hermoso dragón de fuego, era la oportunidad, sopló hacia aquella figura en cuanto estuvo cerca, y Dasom perdió el control sobre ésta.
El dragón de fuego comenzó a abalanzarse hacia todos los presentes atemorizándolos, Dasom no podía hacer que desapareciera y el terror en todos se hizo presente, Minnie intentó acercarse, pero el dragón logro lanzarla lejos.
Somi y Rosé fueron hacia Lisa para decirle que se resguardara en el palacio, pero ella notó que aquel dragón iba directo hacia una niña. De inmediato y sin prestar atención a Somi y a Rosé, corrió hacia la niña, se colocó frente a ella y la obligó a correr para irse.
El problema era que ahora el dragón iba directamente hacia ella, se quedó petrificada, no podía correr, era como si sus pies se hubieran pegado al suelo.
Cerró los ojos con fuerza y colocó sus brazos doblando sus codos para protegerse el rostro, dobló las rodillas, esperando las quemaduras que serían evidentes en su cuerpo, pero nada llego, pasaron unos segundos hasta que sintió el aroma tan conocido.
Apartó sus brazos y abrió lentamente los ojos, Jennie estaba frente a esa bestia de fuego, solamente colocando una mano frente al dragón, Kim la había salvado.
—Es ella —susurró la hermana de Dasom, sonrió ladina y su mirada se cruzó con la del dragón—, desaparece.
Y el dragón se desvaneció ante la mirada de los pocos presentes allí, Dasom miro hacia la mujer que estaba caminando tranquilamente para salir de los jardines, sabía que, si su hermana se presentaba allí, significaba que había peligro para todos.
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