Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 12


El semáforo estaba en rojo. Juan como siempre con su ceño fruncido. Jerry miraba a unos niños disfrazados por la calle y pidiendo dulces como en las películas. Juan lo notó.

—¿Nunca habías visto chamacos disfrazados?, ¿en tu pueblo no hay?

—No, bueno, uno que otro, pero eran niños de familias con dinero. Siempre quise ponerme un disfraz y salir a pedir dulces, desde que era muy pequeño cada año soñé con ello hasta que crecí y entendí que no todos tenemos las mismas posibilidades. Un disfraz es caro, aunque no lo parezca para unos. Aparte no todos ven con buenos ojos la celebración que porque es del diablo —suspiró—. Me alegra que haya niños que puedan hacerlo y tener lindos recuerdos. Y no me quejo, mi mamá y hermanos hicieron todo lo posible por mí, si no nunca hubiera podido estudiar siquiera.

»Y aunque parezca una tontería siempre será algo que quise hacer y nunca pude. Creo que todos tenemos ese algo que nunca pudimos. La vida es así.

Juan dobló por una esquina hacia otra dirección.

—Por aquí no es, baboso, es por el otro lado.

—Tú cállate, sé lo que hago.

—Gruñón —murmuró.

—Te oí.

Manejó por varios minutos hasta llegar a una zona de la cuidad que evidentemente era de alta alcurnia, no sabía que colonia era, pero sí que estaban en la zona exclusiva y fina de la cuidad. Juan estacionó en un edificio habitacional elegante. ¿A quién irían a ver? Se preguntó Jerry, seguro a alguien de mucho dinero.

—¿A quién venimos a ver? Esta zona es cara, la renta de esos departamentos costaría cincos años de trabajo. ¿Tienes un «Sugar daddy» acaso?

—Espérame aquí, Afrodita.

—Ok.

Tras unos minutos regresó Juan, ya se había puesto una camisa, pero no se quitó el disfraz de hombre lobo, Jerry admitió que se veía sensual y se horrorizó al pensar que se había vuelto «furro».

—Vamos.

Entraron al edificio y subieron por el elevador, hacia el recibidor. El lugar era evidentemente lujoso, las personas dentro parecían estar vestidas de seda y oro.

—Toma —le dio una calabaza.

—¿Qué? ¿Qué hago con esto? —Juan rodó los ojos.

—Toca la puerta y cuando alguien salga dices: trato o truco. Es que eres bruto —cruzó los brazos.

—Rojo... —lo obedeció—. Trato o truco —dijo al salir una elegante mujer que saludó amablemente a Juan y le dio echó unos dulces en la calabaza a Jerry.

Jerry miró pasmado los dulces unos segundos y sus ojos se aguaron, comenzó a llorar y no entendía por qué.

—¿Por qué lloras? Oye no quise...

—No —Jerry alzó la mirada y aunque sus ojos lloraban, sonreía—. Siempre quise hacer esto, mira tengo dulces en mi calabaza y estoy disfrazado. Gracias —saltó abrazando a Juan quien se puso tan rojo como un tomate.

—No me toques que se me pega lo pueblerino y se olvida el francés —casi le salía humo por las orejas.

—Creo que se te subió el alcohol, estás rojo, bueno más de lo normal. Vamos a la próxima casa, pero ahora será tu turno.

—¡Ja!, ¡ni hablar!

La puerta se abrió.

—Dulce o truco —dijo Juan con cara roja de la vergüenza.

—Aquí tiene vecino —le dio dulces la anciana—. ¿Ella es tu novia? Es hermosísima, ese traje de diosa griega le quedó increíble —le susurró.

—Es una amiga.

* * * *

—Recolectamos muchos dulces —dijo Jerry emocionado rebuscando en su calabaza.

Estaban sentados en el parque del residencial.

—No te los comas todos o te hará mal.

—Ya lo sé. Zanahorio, ¿puedo preguntarte algo?

—Igual lo harás, aunque te diga que no.

—Esas personas te llamaron vecino, ¿vives en este lujoso residencial?

—Sí.

—Si eres rico, ¿por qué trabajas en una empresa así?, ¿no deberías estar en una empresa internacional en Suiza o algo así?

—Es complicado.

—Puedes confiar en mí. Desembucha... —Juan suspiró.

—Mi papá es el rico, es dueño de una constructora. La relación nunca fue buena, mamá era quien trataba de mantener la unión familiar, pero cuando murió todo fue complicado. El caso es que él quería que trabajara con él, más que eso —rió irónico—. Quería controlar mi vida, ya tenía escogido con que mujer me casaría.

»La relación se fracturó cada vez más, cuando todo explotó prefirió comprarme un departamento en Canadá y darme una buena cantidad de dinero y que estudiará allá.

—¿Qué fue lo que los llevó a ese punto?

—Luego. No le hice caso así que vendí el departamento y me regresé a México, estudié lo que quise y me compré este departamento, en realidad a buen precio ya que el dueño era conocido de mi padre. Mucho nepotismo sí.

—¿Él lo sabe?

—Sí, pero ya no puede hacer nada, no dependo de él. He sabido administrar bien lo que el muy tonto me dio y también he invertido en otros negocios. Nunca dependería de alguien como él.

—¿Era malo?

—Borracho, infiel, golpeaba a mi mamá, manipulador, ¿te parece poco?, pero bueno, eso quedó atrás. Ya no puede volver a herirme —dijo con la mirada perdida en la fuente.

Jerry quiso preguntar, pero sabía que no le estaba diciendo toda la verdad. Había más, pero no se sentía preparado para contárselo.

—No quise hacerte recordar cosas feas —le extendió un chocolate—. Toma, es el mejor de los dulces de esta noche, te lo regalo.

Juan sonrió.

—Gracias.

—Vaya, el pulgoso sabe sonreír.

—Será mejor cambiarnos.

—Zanahorio, de verdad, muchas gracias. No pensé que fueras capaz de hacer cosas así por los demás.

—No te sientas especial, yo también quería hacerlo así que solo aproveché la ocasión. Es eso y nada más. ¡Ah!, y te advierto que si le dices a alguien de esto te... te... no sé, pero algo te haré.

Jerry lo abrazó fuertemente. Juan no entendía porque sentía como si la cara le explotara por el calor. Bajó su cara lentamente hacia Jerry, mirándolo a los ojos. Jerry se quedó quieto.

—Tienes restos de dulces en la cara, límpiate puerco —se retiró rápidamente—. Te llevaré a casa, vamos.

—Sí, está bien.



Bueno, chicos, segundo capítulo de la semana. Recuerden que el próximo martes se sube el siguiente capítulo. Tampoco olviden dejarme un voto y un comentario que eso me ayuda muchísimo y son gratis.

Nos leemos en la siguiente semana.



Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro