Ellos tenían que aprovechar todas las oportunidades que la vida les dio. Destruir a su competencia, —Industrias Lee—. Y —Industrias Hwang—, eran una competencia que los llevo a odiarse a muerte. Ninguna de las dos empresas iban por un camino recto, tanto los Lee como los Hwang, estaban metidos en cosas de mafias, consiguiendo favores a cambio de una buena plata. Aunque los mas metidos en eso eran los Hwang, que después de un tiempo tomaron el trono de la mafia.

El señor Hyunkey, padre de tres hijos: Hyunjin, Hyunsuk y Hyunho. La muerte de la señora Hwang era un completo misterio para los medios.
Pero para los hombres Hwang no.. Ellos sabían muy bien lo que paso con su madre.

Los tres hijos de Hyunkey eran muy parecidos, no solo físicamente sino que también las actitudes de su padre eran igual de despiadados. Ninguno pudo tener una infancia feliz debido a que Hyunkey los endureció desde pequeños. A sus 15 años ya sabían usar un arma.

—”Si la vida te lo niega, entonces tomalo por la fuerza"—

Y ellos conseguían lo que querían si o si. Un simple no era como firmar tu acta de disfunción. Disfrutaban torturar a las personas antes de morir por lo que era mejor mantenerse alejado de ellos lo mejor posible..

Iban camino a la mansión de Lee, el padre de familia. Llevaban como dos semanas siguiéndolo y descubrieron que estaban organizando una boda, que casualmente era la de su único hijo, que era un omega de apenas 17 años, ellos pensaron que Lee no tenia hijos pero si tenia un hijo y muy hermoso.

Un  lindo pecoso con cabello negro y ojos verdes, sus finas facciones le daban un toque inocente a su rostro, y al mismo tiempo su rostro lo hacia parecer un poco mayor.

—¿Lindo no?— Hyunho miró a Hyunjin con una retorcida sonrisa, pues el mayor de los tres no despegaba los ojos de la foto del chico de ojos verdes. —En persona es mas lindo ¿sabes? Pero bueno el es un buen peón es el único hijo de Lee como es de esperar es su único heredero. —

Hyunjin fruncio el ceño lo miro ¿gustarle a el..? No por supuesto que no.

—Tal vez.. deberíamos dejarlo vivo...—

—¿Pero que mierdas dicen?— Hyunsuk les arrebató la carpeta que tenían a las manos. —Tal vez sirva para pasar un bien rato pero es peligroso dejarlo vivo...—

Tenía algo de razón, pero como matar a ese omega, era muy hermoso para eso.

—Lo dejarnos vivo y es mi última palabra—

Detuvieron la camioneta a una distancia razonable para luego bajar y acomodarse los costosos trajes que portaban esa tarde, los tres hijos de Hyunkey se dirigieron a la entrada de la mansión.

Que estaba adornada con flores blancas y rosas rojas, además de listones blancos que se balanceaban por el viento. También había muchos autos de lujo estacionados en la propiedad. Y siguiendo los diferentes aromas que provenían del jardín de la casa, se encontraron con una escena un tanto extraña. Muy diferente a lo que imaginaron.

Al omega con un arma en la mano y el cuerpo de quien parecía ser su ahora difunto esposo en el piso con los sesos regados en el altar. Con las miradas de horror de todos los presentes en el lugar. El padre de Félix tenia una a varias personas rodeándolo diciéndole que resistiera mientras las sirenas de la policía y la ambulancia se escuchaban desde lo lejos. ¡Mierda!

Tirando el velo que cubría su rostro el omega se metió corriendo a la casa

—¡Encargense de los demás yo voy por el!— Hyunjin se apresuro a ir por el menor que corría escaleras arriba.

Nueva historia