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—Buenas noches, un boleto a Busan— pidió Félix cubriendo su rostro con una gorra.
La mujer se quedo en modo tieso cuando la gente comenzó a correr empujándose los unos con los otros. Es que las cosas no podían ir peor para Félix.
Hyunjin estaba ahí, considerando que no tenia muchas opciones mas que salir corriendo.
Mezclándose con las demás personas caminando en sentido contrario para llegar a un lugar lejos de la gente. Sin embargo sus planes se vieron afectados por que su cuerpo estaba perdiendo fuerza y todo comenzaba a darle vueltas.
No pensaba darse por vencido ahora que estaba burlando a Hwang. Estaba mareado al borde de caer al piso inconsciente, por lo débil que estaba ahora.
Resonaron pasos detrás de el menor, que cada vez sonaban mas cerca y las piernas no le daban para mas.
—Aqui estoy precioso— susurro Hyunjin sosteniéndolo por la cintura mientras sus párpados pesaban y amenazaban con cerrarse, perdió el conocimiento poco después de eso.
Llevo a Félix entre sus brazos lo llevo durante todo el trayecto de regreso a la casa de los Hwang. Odiando el hecho que Félix estuviera fuera de su vista por casi dos días. Lo que importaba era que ahora estaba de vuelta con el y esta vez lo metería en una jaula de ser necesario de eso no había dudas.
Porque esta vez lo vigilaría hasta en el baño, cualquier cosa con tal de que todo eso no se volviera a repetir.
El trayecto de regreso fue uno de los mas cortos por mirar a Félix todo el camino, el menor se despertó apenas llegando.
No había nadie, porque todos estaban fuera de la casa a excepción de Hyunsuk y Hyunnho que fueron los únicos que no metieron las manos en el asunto de Félix. Aun así Hyunjin no les permitiría ayudarlos por lo que la casa estaba de cierta cuando llegaron.
Félix despertó de golpe cuando su espalda toco el suave material de las sabanas, mientras la mirada profunda y obscura mirada de el mayor sobre el devorándolo.
—.Hyunjin... ¿Que hago aquí?— gruño el menor tratando de levantarse sin éxito.
—¿En que estabas pensando cuando trataste de huir de mi? Sabes que no ibas a llegar muy lejos— dijo sosteniéndolo del mentón con fuerza haciéndolo jadear.
—Imbecil, si querías la empresa de mi papá solo debiste decirlo y nos pudimos evitar esto.—
—.¡Callate!— gruño agarrándolo de los hombros con fuerza. —No vas a irte nunca de aquí.—
El menor nunca había tenido miedo ante la voz de mando pero ahora sentía que Hyunjin iba a matarlo en cualquier momento pero no paso eso.
Sólo sintió un punzante ardor en la mejilla que lo hizo caer con fuerza al piso.
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