Félix estaba agotado, las piernas le temblaban de tanto correr pero ya estaba lo suficientemente lejos de la mansión de los Hwang.

El corazón le bombeaba a todo lo que da, y el aire apenas le llegaba a los pulmones. Suspiro recargándose en una pared con el sudor resbalando por su rostro.

Gruño por lo bajo tratando de recuperar el aliento. Lo que menos le importaba era el caos que había en la cuidad, el solo quería llegar a un lugar seguro aunque lo mas seguro era salir temporalmente a la casa de campo que le heredo su  tío.

Sin mas siguió su camino para comprar un boleto y salir de Seul. Cualquier lugar era un completo alboroto por todos lados lo estaban buscando.
Y tenia claro que irse no seria un trabajo fácil para el.

Policías moviéndose de un lado a otro, todo era un caos.  Hyunjin estaba como alma que se lleva el diablo, moviendo a media cuidad para encontrar a Félix que parecía que la tierra se lo hubiera tragado.

También había gente revisando las cámaras de vídeo cualquier pista valía y era algo para dar con el paradero de el menor.

—Aquí hay algo— dice uno de sus trabajadores tecleando algo en su computadora llamando por completo la atención de Hyunjin. —es de una cámara que esta cerca de la estación que sale a Busan.—

El mismo iba a ir por el, así se aseguraba de que no se le escapara de las manos. El nunca falla retener a Félix era un completo reto, sin embargo lo iba a lograr.

Todo el mundo fue detrea de el para rodearlo y asegurarse de que no se escapara de nuevo.