Pasaron tres días desde ese pequeño incidente y Félix prefería quedarse en la habitación buscando algún lugar por donde pudiera irse en cuanto los Hwang se distrajeran.

Tal vez para algo le serviría el cruel entrenamiento que su padre le dio desde que tenia memoria.

Esos horribles recuerdos vivirían en su cabeza, hasta el día de su muerte

<Desde que mama se fue papa empezó ser una horrible persona, no es que antes no lo fuera pero ahora se ha vuelto peor. Me tomo del brazo y me aventó a suelo.

-Eres un vergüenza, Félix- levanto mi mentón, apretando mi mandíbula haciéndome jadear de dolor -No mereces siquiera llevar nuestro apellido-.

Dijo antes de empezar a golpear mi abdomen, trate de detener los golpea sin éxito hasta perdí las fuerzas, estaba confundido y no entendía lo que pasaba hasta que mis ojos se cerraron. Por un momento pensé que jamas despertaría pero lo hice en un hospital.

Tenia un brazo roto, unas costillas rotas, una fractura el la cabeza pero no fue tan grave.

-¿Donde esta mamá, tío Ben?- pregunte en cuento pude formular una palabra, aunque el no me respondió, sólo beso mi frente antes de irse no sin antes dejar su numero de teléfono en mi mano>

<-Mirame- gruño con mirándome con los ojos llenos de rabia, estaba temblando de frío pero lo mire algo dentro de mi me obligaba a hacerlo -La próxima vez que dejes que alguien mas te domine con esta voz, te golpeare -. Gruño tomandome del cabello antes de golpearme de nuevo el rostro -No te dejes dominar, porque el día que lo hagas dejaras de ser mi hijo-.

<Apenas podía respirar, mis lágrimas siguieron resbalando por mis mejillas, el dolor en mi cabeza, cuerpo y mandíbula aumento cuando otro golpe abrió una nueva herida en mi rostro.

-Mirame- ordeno, y aunque llevaba mas de dos años lidiando con las horribles lecciones contra la voz de mando aun seguía siendo débil. Y aveces me era difícil controlar los instintos sumisos de mi omega.

Aunque esta vez no pude evitarlo, mis instintos me vencieron. Ese fue el peor error que cometí, tomandome del cabello me puso sobre una mesa de metal, desgarro mi ropa y separó mis piernas. lo último que recuerdo me dejó una horrible cicatriz en el alma>

-¡No, para me lastimas!- Félix se levanto de golpe, sudando frío y temblando.

-Tranquilo, solo fue un sueño- Hyunjin lo agarró de los hombros, tratando de tranquilizarlo -solo fue un sueño -.

De nuevo sus lágrimas mojaron sus mejillas, ca vez que oía la voz de mando recordaba esa horrible experiencia, su corazón golpeo su pecho, la voz de Hyunjin era tan lejana, su cabeza empezó a dar muchas vueltas, su estomago se revolvió, hasta que todo lo aturdió hasta hacerlo perder la conciencia.

-¡Mierda!-