Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 35

Nada más terminar la ceremonia y los invitados estuvieron comiendo y bailando hasta bien entrada la madrugada, miré Alba la cual se encontraba algo cansada.
La llevé hacia un yate que alquilé, quería que nuestra primera noche como marido y mujer fuera especial.
Sería el comienzo de muchos días juntos, de poder ser no sólo su marido, también su amante de esos pequeños detalles como el abrazarla cuando está desprevenida, darle besos en su frente antes de despedirnos, sentarme y escucharla sus quejas y lo que ha vivido en ese día recordándole lo que le gusta y lo que no. Y es que para Alba, sé que nunca habrá nada mejor que la haga más feliz, encargándome de cuidar su alma.

Nada más pasar a la habitación, la cual estaba decorada muy romántica con velas por todos lados, en mitad de la gran cama había dibujado un gran corazón hecho con pétalos de rosa con nuestras iniciales.
Ella emocionada, la besé con cariño sujetándola con ternura su cara entre mis manos, su reacción ante mí beso fue inmediata.
Despacio fue quitándole los botones del vestido ayudándola para que se quedase desnuda ante mí.
Sentí una inmensa alegría y morbo de verla con ropa de encaje blanca.
Despacio me fui quitando mi ropa, hasta quedarme completamente desnudo. No había mucho tiempo que perder.
Necesitaba saborear su boca, besar el mapa de su cuerpo excitándola.
El fuego no tardó en abrasarme al escucharla de gemir mientras la culminaba de deseo.
Quería ir despacio, poder mirarla a sus ojos estimulando cada fibra de mi ser.
Con nuestros cuerpos desnudos, nuestras pieles ardiendo le hacía el amor a mi esposa.

- Te quiero, Alba. - Le susurro rozando sus cicatriz con las yemas de mis dedos haciéndole pequeños círculos jugando para atraer su atención, sin éxito. Ya se había quedado dormida apoyando su cabeza en mi pecho.

Nada más despertarnos, desayunamos en la cama para después darnos una ducha juntos.
Acto seguido salimos arriba del yate para sentarnos y poder disfrutar de un paisaje tan lleno de paz como de armonía, el poder navegar en un mar azul haciendo que podamos calmar nuestras preocupaciones olvidándonos por un instante de todo, tan sólo queríamos disfrutar del momento de poder pasar unos días juntos antes de volver a la rutina de nuestra vida.

Al día siguiente, decidimos hacer un crucero por Egipto. Tanto Alba cómo a mí nos apasiona la historia y por supuesto queríamos ver además de las pirámides, conocer de cerca la historia de los antiguos egipcios.
El crucero además de ser algo agotador por tener que andar de aquí para allá para poder conocer y ver lo más importante de Egipto, fue maravilloso.
Alba estaba emocionada, sus ojos radiaban una felicidad la cual era como un bálsamo para mi alocado corazón.
Finalizado el crucero, decidimos hacer turismo por diferentes ciudades de América.

Comencemos por América del sur visitando: Argentina, donde visitamos el Circuito de Gardel, el Parque Nacional de Tierra de Fuego y como nos encantan los animales fuimos al zoo de Buenos Aires terminando por visitar el Planetario de Galileo.
A mí en especial lo que más me gustó de su gastronomía, fue la parrillas, el choripan y un postre de dulce con leche.
Lo que más nos encantó fue ser recibidos por la gente tan amable y lo bien que nos trataron durante nuestra estancia.
Continuamos nuestra viaje por Bolivia, Chile, Paraguay, Francesa, Ecuador, Colombia, Uruguay y Venezuela.
En los países de América Central solo pudimos visitar Costa Rica, Honduras, Guatemala y Panamá.
Nos disponemos de mucho tiempo, pero cada país nos encantaba más.
Su gastronomía, sus monumentos, su cultura... todo era fabuloso, el sentirse tan bien rodeado de gente tan buena y los que nos reconocían por nuestro trabajo, les firmamos un autógrafo, con su correspondiente foto.
En cada país que visitamos nos llevamos un recuerdo, puesto que como no volveríamos queríamos poder recordar este maravilloso viaje de nuestra luna de miel.
Para finalizar nuestro viaje por América, visitemos Miami, Dallas y Las vegas.
Y a falta de un semana para dar por finalizada los tres mes que duró nuestra luna de miel, fuimos hasta Vancouver, los cuales somos estuvimos cinco días porque ojo que ciudad más cara.
Sin embargo, es una ciudad bellísima por su naturaleza, su manera de proteger el medio ambiente y los deportes que te permite realizar al aire libre.

En fin, que de vuelta a España, ya en nuestra ciudad, Alba y yo fuimos a mi casa donde tras instalarse mis dos adorables princesas comencé a trabajar en un proyecto que tenía en mente y al parecer está dando buen resultado.
Ya hay más de cien jóvenes con aspiración a ser actores de teatro o cine que se han apuntado y con los nuevos profesionales que contraté el teatro está dando su fruto.
Dentro de unos meses de estrenará la primera obra teatral con los nuevos actores y actrices.

Sin embargo mi felicidad no estaría del todo completa, Alba había comenzado con sus pruebas en la clínica que me recomendaron para poder operarse.
La cirujana plástica, la doctora Castel una doctora muy reconocida, sería la encargada de estudiar el caso de Alba y poder quitarle con cirugía plástica o bien con láser esa cicatrices que tanto la agobian.

Yo la veo preciosa, pero si ella quiere someterse a la operación que así sea, siempre que no le pase nada malo.
Si ella es feliz, yo también lo seré.
Tan solo deseo poderla cuidar, hacer que nuestros días juntos sean los más felices, con alguna discursión, pero siempre que nuestra edad avance nuestro amor no se marchitará siempre y cuando estemos juntos y cuando seamos mayores, unos ancianitos que ya han vivido muchos sufrimientos, han reído lo suficiente viviendo los días pasar, rezaré a Dios para que no me separa de ella, pues mi obligación es quererla y no me gustaría quedarme solo.
Sonaré egoísta, es lo que siento, el haberme comprometido con Alba ante Dios es para cumplir con mi palabra, no intentar cambiarla sometiéndola a mis gustos. Es para demostrarle que la quiero, la comprendo y hacerle ver cuándo se equivoque, y sobre todo darle la mano cuando me necesite, limpiarle sus lágrimas dibujando una sonrisa en sus labios, secando con mis besos sus lágrimas acercándome más a ella para que pueda llegar a sentir los latidos de mi corazón, precisamente lo me provoca haciendo que nuestro amor dure hasta que nuestros caminos finalicen.
Mientras tanto, me siento obligado a quererla tal y como es.
Así somos el ser humano, y si hemos estado esperando un vida para conocernos, ¿porque en vez de sembrar el odio en nuestros corazones, no luchamos por esa persona que amamos?


Aún no podía creerme que llevase cerca de ocho meses casada con mi guapo actor de telenovela.
Héctor no sólo es mi actor favorito, es el hombre que amo y aunque sé que Héctor me quiere, no me arrepiento por nada del mundo de haberlo conocido y a pesar de mis errores, mis torpezas y mis miedos, Héctor supo conocer mi lado más tierno, haciéndome fiel a sus caricias despertando en mí la pasión, el placer de ilusionarme llegando a soñar con un futuro juntos cuando creí que esto que estoy viviendo no me pasaría.
Ahora, en estos momentos, estoy muy contenta de vivir junto ha él y con mi hija. Ellos son la causa de mi sonrisas, de mis lágrimas...Ellos me hacen sentir de vez en cuando vulnerable cuando no me enojan.
Lo que me más me gusta de mi nueva vida de casada es que ahora tengo más tiempo para mí y eso me da más libertad de poder disfrutar de mi hija y mi familia.

Hoy me sentía algo nerviosa, tanto que sentía náuseas acabando por vomitar el desayuno.
Hoy me daban los resultados de mis dos de mis
estudios y podría hablar con la doctora Castel.
Para no ir sola, me acompañó toda la tropa menos mi tía Francisca, la cual había quedado con Damián para ir después a recoger a Marina al cole.
Ahora comprendo que el amor no tiene edad. Y ellos se ven tan contentos paseando por el parque, jugando a la petanca y cuando sale un viaje se marchan juntos.
¡Qué bonito es el amor!

-— Alba hija que mala tienes, ¿Estás bien? - Me pregunta mi madre sintiendo un pequeño mareo.

- Sí, será por los nervios. - Respondo bebiendo un trago de refresco. Hasta la boca la sentía reseca.

- Parece que estás en la imnopia quería hija. Es que tantos días por hay recorriendo mundo y por la noches dale que te pego, hace que estés en cinta.

- Abuela, no estoy embarazada. Héctor y yo hemos decidido tener los niños un poco más adelante.

- Sí, ya. Hasta dentro de nueve meses.

- Mamá, ¿le puedes decir a la abuela que deje de sacar sus conclusiones? Me pone enferma.

- Si no hace falta ir a la escuela para saber que estás en estado de buena esperanza. Vamos que te ha picado la moscarda querida nieta. Aunque te entiendo, con ese pedazo de macizo de marido que tienes, hasta mí se me cae la baba, por no decir otra cosa.

- Mamá dile que cierre la boca a la abuela o te juro que vamos de entierro.

- Vale las dos. ¿Podéis comportaros? Estamos en una clínica.

Para mí suerte, mi abuela siguió haciendo ganchillo mientras esperábamos para pasar a la consulta.
Minutos después, acompañadas por una enfermera pasemos las tres a la consulta donde fui atendida por la doctora.
Muy amable la doctora revisaba los apuntes que tenía en su ordenador.

- Bueno Alba, debo decirle que lamentablemente no podemos seguir haciéndole más pruebas y mucho menos someterla a la cirugía.

- ¿Y eso porqué? - en ese momento sentí como un nudo se agranda en mi garganta llenándome los ojos de lágrimas.

- Porque según los resultados de la analítica usted está embarazada y no podemos continuar con el estudio. Podríamos hacerlo más adelante. Lo siento mucho y felicidades por su maternidad.

Me quedo mirando a mi abuela como si tuviera tres cabezas.
Bien dice el dicho que más vale viejo por sabio que por joven.

- ¿Y ahora qué? Te lo dije o no. Si en mis tiempos no íbamos a los médicos y ya sabíamos cuando nos quedábamos embarazadas. No como ahora que si no hacéis un test no sabéis que estáis en cinta, porque hasta la regla es irregular.

Vale. Mi abuela llevaba razón y yo siento una pequeña lágrima recorrer mi rostro junto con una pequeña lágrima de emoción deslizarse por mi mejilla, toco ligeramente mi vientre pensando que voy a ser madre.

- Mi hija que alegría me das. - me abraza mi madre dándome dos besos.

- ¡Ay mi nieta! que me va dar otro bisnieto. Y eso que ibais a esperar... ¿cuánto tiempo dijiste?

- Abuela te he dicho que te quiero mucho. Porque te quiero mucho. - Mi abuela me acariciaba mi cabello respondiéndome que me quiere con todo su corazón.

Así fue como por la noche, había preparado una cena para cuando volviese Héctor darle la noticia.
Preparé la mesa con un mantel rojo, velas blancas, y saqué la vajilla y la cristalería de las fiestas.
Sentados en la mesa, Héctor me contaba como iba evolucionando el teatro, los muchachos actuaban con mucha ilusión con la mira puesta en poder ascender en su profesión.
Al preguntarme por lo que me dijo la doctora sonreí diciéndole que no me iba a operar.

- ¿Estás segura? Estabas muy ilusionada con la operación.

- ¿Pero tú quieres que me opere? - Héctor se levantó agarrando una copa de vino, agarró mi mano y me invitó a sentarme con él en el sofá. Pasando su brazo por mis hombros me acercó hasta él besándome con ternura.
Fijé mis ojos en él leyendo en su cálida mirada un pequeño verso de los poemas más bonitos.

- Alba mi amor, debes de saber que mis ojos te ven bella. Tu sonrisa me derrite y tu genio me desespera.
Aún así, no me arrepiento de haber luchado por conquistar tú corazón. Incluso en ocasiones a pesar de cada obstáculos que nos ponía la vida, sentir que mi órgano latía porque de mi mente no podía dejar de recordarte, me hacías más fuerte. Debes saber que el primer «te amo» sincero te lo dije a tí.

- Héctor, qué bonito todo lo que me dices. Por eso quiero decirte que estoy esperando un bebé. Vamos a ser padres de nuevo.

- Alba, me haces tan feliz porque en esta ocasión no voy a perderme nada pues no me apartaré de tú lado.

- Verás que contenta se pondrá Marina cuando se lo digamos.

- Esto... Creo que Marina ya lo sabe, de hecho fue ella quien me dio la noticia.

- La madre que parió a mi abuela. Te juro que cuando la vea me va escuchar. Para que queremos contratar paparazzi si ya tenemos a radio canuto en casa.

- Bueno anda no te molestes con ella, todos están felices por nosotros y yo estoy deseando de poder cuidar de vosotros. Mi familia.

Apoyé la cabeza en el hombro de Héctor dejando que sus manos recorran mi piel erizándola con su besos, haciendo que me aferre a él como un ancla anhelando el roce de físico junto al contacto de su piel envuelto en la profundidad de su mirada.
Siento que el mayor privilegio que tengo en mí vida es poder hacer feliz a mi familia sin dejar de sonreír, recordándome que soy una excelente mujer y gracias a la existencia de Héctor y todo lo que me ofrece llego a la cima de esta montaña sin dejar de sonreír disfrutando de mi familia y los buenos momentos que la vida me ofrece.
El poder sentirme alegre con lo que tengo, no significa que no aprecie y aprenda de mis errores agradeciendo todo lo que ha ido pasando a lo largo de mi vida. Porque gracias a ello, todo lo que deseaba, lo he obtenido.
Y ahora me preparo para traer al mundo a mi hijo varón.

Nada más nacer nuestro hijo, Héctor me besa agradeciéndome el haberle dado un hijo.
A pesar del rato tan doloroso del parto, al tener a mi hijo en mi pecho es la mayor alegría que me ha ofrecido la vida.
Ya en la habitación, toda mi familia nos felicita, Marina mira a su hermano agarrándole su manita le da un beso en su pequeña cabeza.

Nos echamos fotos para recordar este bello momento.
Parece mentira como hace cinco años, cuando nació Marina no había nadie acompañando a mi hermana salvo yo y mi abuela.
Y hoy, me encuentro rodeada de todas las personas que me han demostrado su fiel amistad, su amor y algunos compañeros de trabajo que me visitan.

A solas, en mitad de la noche, reflexiono con lo que me ha ido sucediendo en mi vida y me sucederá, algo que desconozco.
Si de algo he aprendido es que si no lucho por lo que quiero, nunca lo obtendré. Debo de preguntar antes de sacar mis conclusiones, pues la respuesta será una negativa.
Y sobre todo, tengo que tomar riesgos, si no, siempre estaré en el mismo lugar.
Y ahora me siento obligada a querer, cuidar y proteger a mi familia.
Ellos son ahora mi prioridad y mis ganas de seguir adelante en un camino al cual estamos de paso y llamamos vida.











*** Dedicado a la memoria de una persona que ha sido muy especial para mí.
GRACIAS por haberme inculcado el amor a la literatura***

   
           


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro