Capítulo 22
Habían pasado exactamente seis meses desde mi accidente.
Y aquí estoy, mirando como llueve intentando comunicarme con el exterior dado que siento como los días transcurren y aún sigo sin recordar apenas nada. Tan sólo, una imagen de una niña pequeña ronda mi cabeza.
Los médicos me han dicho que pronto me darán el alta sobre mí recuperación y a pesar de mi amnesia podré continuar con mi vida.
«Con mi vida»
¿Qué vida es la que tengo si apenas puedo recordar el pasado?
No sé exactamente quien soy, debo de creer lo que me dicen las demás personas como un idiota.
Debo aferrarme a lo poco que voy recordando y lo que me cuentan las demás personas.
Aprieto mis puños furioso.
Vivir el presente sin saber las acciones de mi pasado es como sino tuviera vida propia.
Tengo muchas preguntas en mi cabeza, necesito saber quién fui antes de mi accidente y porque no puedo dejar de pensar en esa niña pequeña.
Abatido, tomo asiento en el sofá poniéndome a leer.
Quiero al menos cuando todo esto termine continuar con mi trabajo.
Memorizo el guión de lo que será mi próxima Telenovela.
Al menos, tendré de algún modo mi mente ocupada aunque me siento extraño con no poder ser aquel hombre que fui antes de mi accidente.
— ¿Estudias tú guión? No deberías abusar, te puedes cansar. — Bianca me rodea por mi cuello dándome un beso en los labios.
Me quedo quieto, sintiéndome como un muñeco de nieve.
Sus besos no me saben a nada y mi cuerpo no responde como debería responder ante el encanto de una bella mujer como lo es Bianca.
Me levanto dejando el cuaderno a un lado.
Guardo silencio, me sirvo un vaso de agua para refrescarme.
De alguna manera deseo poner distancias entre Bianca y yo sin pretender hacerla sufrir.
— Ven Héctor, te voy a enseñar unas fotos que nos hicimos cuando terminemos la universidad.
— Déjalo Bianca, no me encuentro con ánimos. Quiero ir a descansar. — Me excuso y me marcho hacia mi habitación.
Quiero estar solo. Necesito intentar recordar algo.
Mis recuerdos son pocos y cuando intento regresar al pasado todo está negro en mi cabeza.
Una descarga eléctrica de rabia se apodera de mí.
Me levanto tirando al suelo todo lo que pillo maldiciendo por tener que vivir en un presente sin pasado, sin saber ni siquiera quien soy yo realmente.
— Héctor cálmate. Por favor no puedes seguir así. — Mi madre me abraza llorando angustiada.
— Madre déjeme por favor, quiero estar solo.
— No te voy a dejar solo.
Me duele verte así.
Entiende Héctor que la recuperación es más lenta.
Según los médicos podrás volver a trabajar y verás como lentamente tus recuerdos fluirán. Pero hijo mío, no te tortures de este modo.
Caigo al suelo rendido apoyando mi cabeza en el regazo de mi madre llorando como un niño pequeño el cual intenta contar las estrellas una a una.
Decido parar de contar cuando desvío mis ojos hacia mis manos y sé dónde estoy y el tiempo que ha transcurrido.
Ya no soy ese niño que juega al aire libre sin ataduras y sin pensar en las consecuencias.
Quiero al menos poder abrazar a mi madre, esta mujer que me dio la vida y la que en estos momentos cuida de mí.
Al sentirme otro hombre, ya curado de mis lesiones, comencé a trabajar en mi profesión.
Mi manager habló con la productora y el director encargado de llevar a cabo la nueva telenovela.
Al parecer, ya había trabajado con ellos anteriormente, por lo que no supone ningún problema para mí.
Al fin de cuentas debo asumir que aunque no recuerde mi pasado, tengo que vivir un presente para poder construir un futuro junto a mi novia Bianca.
Tal vez me siento un poco raro, saludo uno a uno a mis compañeros de reparto y los productores.
Hechas las presentaciones, empiezo hablar con la que será mi compañera de reparto. Alba Zamora.
— Héctor qué bien que te veo, en cierto modo me agrada la idea de poder trabajar contigo en mi primera serie televisiva.
— Será agradable trabajar juntos. Cualquier duda que tengas sobre el guión, podemos ensayar antes.
— Hecho, te tomo la palabra. — Me guiña un ojo y se marcha sin dejar de sonreír hacia los camerinos.
Me quedo parado algo intranquilo, pues Alba me parece una mujer muy interesante y muy simpática, me ha caído bien.
Me dirigí hacia mi camerino para que me maquillen y cambiarme de ropa para dar comienzo con el rodaje de la telenovela.
Un rato después, siguiendo las instrucciones del director y el regidor empezamos a rodar la primera escena.
Debo manifestar que al principio estaba muy molesto e intranquilo porque me veía incapaz de poder realizar mi trabajo perfectamente.
Sin embargo, gracias a todos mis compañeros y la gente que hace posible que se pueda grabar esta serie, me siento como pez en el agua.
Incluso mi valentía, la cual creí ya perdida la he vuelto a encontrar.
Al terminar la grabación, me voy hacia mi camerino donde me topo con Alba.
Ella luciendo una hermosa sonrisa me felicita por mi actuación.
— Héctor, has estado fantástico.
— No sé, en verdad al principio tenía mucho miedo de no estar a la altura.
— No temas, tú eres un gran actor y se nota. En verdad te admiro.— Una extraña amenaza desemboca en mi corazón haciendo que me sienta más intrigado hacia Alba.
Sus ojos turquesas tienen un magnetismo que me atraen como un imán.
— Mañana empezamos a rodar juntos. Estoy algo nerviosa. — Mis ojos siguen puestos en ella, me siento relajado hablando con ella.
— Héctor, debo de irme. Mañana nos vemos. — Sus labios rozan ligeramente mi mejilla.
— Hasta mañana Alba. — Sin poder dejarla de mirar, veo como Alba se marcha dejándome una agradable sensación en mi interior.
S
eguidamente me marcho hacia mí casa.
Durante la cena, Bianca habla referente a su trabajo, haciéndome entrega de unos catálogos de casas.
Miro las fotos de las casas algo desanimado.
— Elige tú la casa que te guste. A mí me da lo mismo.
— Mi amor, esta será nuestra casa. El hogar donde vamos a vivir y tener nuestros hijos.
— Bianca quiero hacerte una pregunta, llevo tiempo reviviendo una imagen de una niña pequeña, me pregunto si tiene algo que ver, como por ejemplo, sea algún pariente o mi hija.
— Héctor, no digas tonterías. Tú y yo hemos mantenido una relación desde hace años. Y no sabes lo feliz que me haces de anunciar nuestro compromiso.
Me quedo callado pensativo.
Debo creer en la palabra de Bianca, aunque no estoy muy seguro puesto que en mi mente veo el rostro de una niña. Sé que esa niña debe tener una relación conmigo.
Pero...¿Cuál?
Me disculpo para irme temprano a la cama.
Bianca sigue empeñada en que la toque.
No puedo, creo que todo esto que me está sucediendo hace que la lastime. No deseo hacerlo, quiero tratarla como se merece.
Y aún sin poder explicarme lo que me sucede, quiero estar solo, necesito poder acceder a mis recuerdos para intentar comprender mi vida.
Nada más despertarme, me doy una ducha espero que el agua pueda calmar este mal estar que percibo.
Sentados en la mesa, mi madre habla conmigo referente a la fiesta de compromiso.
Bajo mis ojos mirando el plato, escuchando las palabras de mi madre
— Madre, entienda que en estos momentos no me encuentro como para fiestas. Debe entender que aún sigo perdido intentando averiguar mi pasado.
— Deja de ya mortificarte con ese asunto o acabarás peor.
Siempre has estado enamorado de Bianca, de echo íbamos a celebrar la fiesta de compromiso antes de que tuvieras tú accidente. La amas Héctor, y ella sufre por todo lo que te está pasando. Hijo, siempre he querido lo mejor para tí, y nada me haría más feliz en esta vida que verte casado con la mujer que amas. — Guardo silencio meditando las frases de mi madre.
— Está bien madre. En un mes celebraremos la fiesta de compromiso. Lo que menos deseo es hacerle daño a Bianca.
— Haces lo debido mi hijo. — Muy seguro no estaba de hacer una fiesta.
Percibía algo en mi interior que no me dejaba en paz, quizás fuera un aviso de que algo no estaba funcionando correctamente.
Y a quien iba a preguntar si mi primo Alois y yo estábamos discutidos, y mi abuelo no me agrada nada la manera que tiene de tratar a mi madre.
Siempre que viene, acaban los dos en una discusión y mi madre llorando por sus acusaciones.
Me gustaría poder hablar con alguien, que alguien me pudiera explicar quien soy yo en realidad.
Al llegar a los estudios de grabación, dos de los guionistas me comentan que van ha cambiar una escena.
Con el nuevo guión, voy en busca de Alba para comentarlo.
Paso dentro de su camerino y no está.
Entonces, mis ojos de quedan fijos en una niña la cual permanece dormida.
La miro con detenimiento asombrado.
«No puede ser» Sigo sin poder creerme que la niña que se encuentra tumbada durmiendo plácidamente sea la misma que llevo recordando durante meses.
Me altero, me pongo nervioso intentando memorizar algo que me diga qué vínculo me une a esta niña para no poder quitármela de la cabeza.
En ese momento, pasa una chica joven.
— Hola, disculpe ¿sabe dónde se encuentra la señorita Zamora?
— La última vez la he visto hablando con dos actores yo vengo para llevarme a su hija.
«Su hija» pienso para mis adentros volviendo a mirar de nuevo a la niña.
Durante el rodaje, cometí algunos fallos. Tanto, que hasta el director me aconsejó que me tomase un descanso.
Y así lo hice.
Me tumbé en un sofá de mi camerino pensando en la hija de Alba.
Empecé alterarme, ¿Porqué demonios recordaba yo a esa niña?
— Héctor te encuentras bien. Estás algo pálido. — Sigo con los ojos cerrados intentando esclarecer el misterio que me rodea.
— Alba, hoy he conocido a tú hija. Es muy bonita. Y me gustaría saber qué vinculo me une a esa niña.
— Marina es tú hija Héctor. — Abro mis ojos sentándome de golpe.
Miro con detenimiento Alba poniendo en funcionamiento mi mente. Debo de recordar algo, no consigo alcanzar ningún recuerdo salvo el de la niña.
— No puede ser...Yo siempre he estado enamorado de Bianca y nunca la traicionaría.
— Bobadas Héctor. Bianca te ha contado su versión. Maldita bruja.
Héctor mírame por favor.
Ahora no puedo contarte todo de golpe debido a que puedo lastimarte en el tema de tu recuperación.
Si te pido que confíes en mí.
Poco a poco iré revelándote detalles de tú pasado.
— ¿ Lo harás?
— Por supuesto. Te amo Héctor y lucharé con todas mis fuerzas para que seamos la pareja que fuimos.
No te dejaré solo y tampoco soltaré tú mano, mientras nademos juntos en este mar de problemas, debes sentirte a salvo conmigo.
Miro con devoción Alba, siento dentro de mí ser la alegría de poder rescatar mi pasado dejando libre la incertidumbre que siento diariamente al no saber ni quién soy.
Después de hablar con Alba, dimos comienzo de nuevo a los ensayos. En esta ocasión ya no cometí tantos errores, incluso me encontraba aliviado y feliz con la buena armonía que se respira en el ambiente y el poder trabajar con mis compañeros hace que mis temores desaparezcan de algún modo.
Después del rodaje quedemos todos los compañeros en tomarnos una copa.
Entremos en la discoteca, no había mucha gente, nos sentamos en varias mesas.
Alba, tomó asiento enfrente mío.
Conforme pasaban los minutos, me encantaba su manera de mirarme, las sonrisas que me lanzaba hacían que mi interés creciera.
¿De verdad yo tuve algo con ella?
No puedo llegar a recordarlo, y... porqué no averiguar a qué saben sus besos.
En mitad de la pista bailamos abrazados una balada preciosa.
« A un milímetro de ti, Antonio José»
Así es como siento, tan cerca de ella perdido en sus océanos, la contemplo con devoción sintiendo aflorar dentro de mí una sensación agradable, leo en sus luceros relatos de un poeta enamorado queriendo expresar sus emociones.
Bailamos según la letra de la canción, el sonido que más me agradaba son los latidos de mi corazón, sujeto con firmeza su mano dejándome hechizar por ella. Despacio giro mi rostro buscando su boca.
Cierro mis ojos dejando que sea el momento y las emociones quien me hagan flotar.
El sabor de sus labios tiñe al momento mi corazón clavándose en una flecha.
— Héctor...— Escuchar mi nombre en su boca es como oír una balada para mí.
Pena que tuvimos que separarnos en el mejor momento.
Como un adolescente sin dejar de sonreír llegué a mi casa cuando me topé de frente con Bianca y mi madre.
— Héctor, ¿que estás haciendo?
— Trabajar madre. ¿Qué voy a estar haciendo? — Me encojo de hombros mirando detenidamente a Bianca que no deja de llorar.
— Me refiero qué haces besándote con esta mujer. — Mi madre me enseña en el móvil una foto mía y de Alba besándonos.
— Vaya, esto si es brujería. En menos de una hora se ha publicado que ando liado con mi compañera de reparto. Incluso han comentado que somos novios.
Esto es un montaje madre, no te lo creas. Jamás me fijaría en otra mujer, quiero a Bianca.
— Esa mujer es una despiadada Héctor. Sólo quiere vengarse de tí. —Me grita Bianca descompuesta en nervios.
— Vengarse ¿de qué?
— Escúchame hijo. Esa mujer ha tratado de sacar provecho a través de esa niña, la cual dice ser su hija, cuando no lo es.
— Ella me dijo que es mi hija.
— Lo es, pero en realidad es su sobrina no su hija, y siempre ha tratado de sacar provecho. Se acercó a tí con la intención de seducirte porque ella viene de familia pobre y sacarte dinero a costa de esa bastarda.
— Entonces si esa niña es mi hija. ¿Porqué no está a mi lado? Yo soy su padre.
— Ella lo impidió amenazándote con sacar a luz ese desliz que tuviste con su hermana, la cual fue una prostituta. Imagínate hijo mío que vergüenza nos supone eso a nuestra familia y a tú reputación.
— Me da igual mi reputación. Si esa niña es mi hija la quiero a mi lado. Yo no tengo nada que ver con Alba, lucharé por tener a mi hija a mi lado. No tengo miedo de sus amenazas y si sale algo públicado que se la atenga con la justicia.
— Y yo...¿Dónde quedo yo Héctor? ¿Has pensado en mí? Yo soy una gran diseñadora, todas nuestras amistades saben de nuestro noviazgo, ya pasé mucha vergüenza cuando salió a la luz tú hija bastarda. Dale el dinero que pide, y no me sometas de nuevo a otra humillación más.
Nosotros somos gente importante, pero esa mujer no tiene nada que perder. El caso que no sé cómo lo ha echo para ser actriz.
Abrazo a Bianca dejando que libere su sufrimiento en mi pecho. Me duele escuchar como solloza y todo por mi culpa.
Le limpio sus lágrimas volviendo a estrecharla entre mi pecho
susurrádole al oído que no tema por nada.
— Héctor, prométeme que te alejarás de esa mala mujer y dejarás que esa niña no interfiera en nuestra vida.
— Es mi hija Bianca, si se demuestra que soy el padre debo hacerme responsable de ella te guste o no.
Y respeto a Alba, sabré ponerla en su lugar.
A solas en mi habitación pienso en todo lo que me está sucediendo.
Me siento tan inferior, es tan desagradable lo que me está sucediendo que ni yo mismo sé cual es lo más correcto que debo hacer.
¿A quién debo creer?
¿Quién me miente y quién me dice la verdad?
Paseo mis manos por mi rostro angustiado, me levanto y llamo a mi manager para que se ponga en contacto con mi abogado.
Necesito esclarecer este tema de una vez por todas.
Minutos después me encuentro hablando con mi abogado, el cual me comunica que Marina es hija biológica mía, su madre murió al nacer la niña y Alba es su tutora legal. Además de ser su tía, me cuenta que Alba proviene de una familia pobre con padres divorciados.
Termino de hablar con mi abogado y de nuevo vuelvo a pensar en Alba y en todo este misterio.
De momento sé que Marina es mi hija y tengo su custodia, por lo cual vivirá conmigo.
Bajo hacia el salón donde se encuentra mi madre y Bianca charlando.
Con voz sería y firme les anuncio que mi hija Marina vendrá a vivir conmigo.
— Héctor por favor, no insistas en dar un escándalo sin venir a cuento. Síguele pasando la manutención como lo has estado haciendo y no saques a relucir un error que cometiste.
— Por eso mismo madre quiero hacer las cosas bien. Esa niña no tiene culpa de nada. Y soy yo su padre y debo hacerme cargo de ella. Y no trates de impedirmelo.
— ¿Y crees que esa mujer no va tratar de impedir que se la arrebates? — Molesta se dirige hacia mí Bianca.
— Lo que Alba opine no es asunto mío. Ya me enfrentaré a ella. Por lo cual preparad todo para recibir a mi hija.
Ya no hay nada más que hablar.
Volví de nuevo a mi habitación donde me dejé caer de golpe en la cama pensando en Marina y a la vez en Alba.
¿Qué me sucede con ella?
¿Porqué siento que me transformo cuando estoy cerca de ella?, maldita sea porqué no puedo arrancarla de mí mente y lo peor de todo.
¿Por qué siento como mi corazón late intensamente con su cercanía?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro