Capítulo 2
Narra ____
Desperté con pesar cuando escuche sonar mi alarma, la apague y vi fijamente el calendario en mi pared, aún faltaba un mes para el Examen Genin.
— Muy pronto —en verdad estaba emocionada, antes de bajar tomé un baño, salí y me cambien con mi ropa de siempre y volví a ver el calendario para notar que pronto seria La Reunión de los cinco Kages—. Será dentro de dos días —y luego baje a preparar el desayuno, ya que los chicos con los que vivo solo saben hacerse comida instantánea, algo que siempre me daba risa—.
— ¿De qué te ríes? —dijo el castaño bajando por las escaleras—.
— De nada importante —dije mientras seguía haciendo el desayuno.
— Ya te he dicho que yo puedo ayudarte con el desayuno —menciono mientras se sentaba en la mesa—.
— ¿Y comer emparedados todos los días? —dije sarcásticamente mientras ponía los platos en la mesa—.
— Solo dame un libro de cocina y puedo hacer todo un banquete.
— Ya lo veremos —le levante una ceja retadoramente mientras subía las escaleras y entraba al cuarto de mi padre para despertarlo—. Pa' ya es hora de desayunar —dije sacudiéndolo—.
— Ya voy —mencionó con pesadez mientras se tallaba los ojos, luego salí de su habitación y me pare frente a la puerta de mi tío para después tocarla—.
— El desayuno está listo —dije elevando la voz un poco para que me escuchara—.
— En seguida bajo —lo escuché al otro lado de la puerta, siempre estaba despierto a estas horas por el papeleo, no entiendo por qué lo lleva a casa a veces, como sea, baje a la cocina para desayunar y cuando llegue a la cocina, mi padre ya había bajado y luego de sentarme en la mesa, el tío Gaara estaba bajando por las escaleras y también se sentó en la mesa y todos comenzamos a comer—. Niños —y llamo mi atención junto con la de Shinki—. Mañana iré a Konoha para la Reunión de los cinco Kages, y me preguntaba si quisieran acompañarme —dijo sin sorprenderme, porque siempre nos preguntaba lo mismo, ya que aprovechaba el viaje en tren para convivir más con nosotros—.
— Eso sería genial —dije contenta, ya que siempre aprovechaba el viaje para convivir con Shikadai y con mis tíos—. ¿Tú que dices, Shinki? —pregunte para ver si esta vez cambiaba de opinión—.
— Quisiera mejorar mis habilidades en el marionetismo, si no les molesta —dijo serio, sabía que iba a dar alguna excusa—.
— Comprendo —se vio algo triste cuando se levantó de la mesa—. Iré a la torre del Kazekage, tengo mucho trabajo acumulado —y luego se dirigió a la salida y se fue—.
— Deberías relajarte un poco —le dije al castaño—. Él quiere pasar más tiempo contigo —le reproche mientras recogía los platos de la mesa—.
— ____ tiene razón —mencionó mi padre de brazos cruzados—. Claro que no tengo problemas con ayudarte a mejorar tus habilidades, pero pasar un tiempo en familia no te matara —dijo parándose de la mesa—. Vamos, apúrense —nos dijo a los dos—. Tienen que ir a la Academia.
— Está bien —dije tomando mi mochila y Shinki hizo lo mismo que yo sin decir nada y ambos nos dirigimos a la academia sin decirnos nada hasta que él rompió el silencio—.
— No me gusta pelear contigo —dijo con seriedad y yo lo vi algo sorprendida—. Pero quiero hacerme más fuerte para proteger la aldea y a mi padre—.
— Comprendo —dije sonriéndole y le di un ligero golpe en el pecho—. Pero deberías descansar de vez en cuando —y él me vio con una ligera sonrisa—. Te lo dejare pasar por esta vez.
— Gracias por comprender —dijo cuando aleje mi puño de su pecho y poco después llegamos a la Academia, a partir de la primera clase no sucedió nada importante—.
Después de salir de clases, Shinki y yo fuimos a casa a realizar las aburridas tareas que nos dieron el día de hoy.
— ¿Cómo crees que sea el examen? —pregunte con curiosidad cuando terminamos de hacer la tarea—.
— No lo sé —dijo guardando sus libros—. Seguramente mi padre hará que sea por lo menos un reto para nosotros—.
— Tienes razón —dije poniendo mi mochila en una silla—. Tengo que preparar mis cosas para mañana —y me dirigí a las escaleras, pero me detuve—. ¿Sabes? ahora que lo pienso... tú nunca has visto a Shikadai ¿cierto?
— Lo conoceré cuando seamos Genin y aspiremos a ganar en los Exámenes Chūnin —se veía la determinación en su rostro—.
— Así se habla —dije contenta y fui a hacer una pequeña maleta para el viaje de mañana, ya que nos íbamos a quedar un par de días, como siempre, y luego fui a la sala y vi que Shinki estaba a punto de salir—. ¿A dónde vas?
— A entrenar —dijo como si nada—. ¿Iras a ayudar a mi padre?
— Si —dije acercándome a él—. Que te valla bien en el entrenamiento —le dije cuando nuestros caminos se separaron, y yo fui directo a una tienda de Dangos para pedir un par de órdenes, luego me dirigí a la Torre del Kazekage, y al entrar al edificio, los Shinobi que pasaban cerca de mí me saludaba con una sonrisa y yo les correspondí, abrí la puerta de la oficina de mi tío—. Te traje un refrigerio —dije dándole una de las ordenes de Dangos—.
— Gracias —me dijo y comió un poco—.
— No hay de que —y también comí de lo que compre mientras veía la montaña de papeles—. ¿Acaso estos papeles son infinitos? —dije tomando uno—. Además ¿quién quiere cactus que crecen cada mil años por un... Jutsu especial? —dije viendo confundida la petición—.
— Eso es de parte alguien del consejo —mencionó mientras rodaba los ojos—. Desde que soy Kazekage esos ancianos me pedían ese tipo de cosas.
— Jamás comprenderé a esos tipos —dije dejando el papel en escritorio—. Son del siglo pasado, literalmente —pensé en voz alta—. ¿Cuántos años tienen esos tipos?
— Ni idea, ellos dicen que algunos le sirvieron al Segundo Kazekage —y eso me sorprendió—. Si buscas algo interesante que hacer, las acciones económicas de la aldea están en la pila de allá —dijo señalando la montaña de papeles—.
— Por fin algo interesante —sonreí mientras tomaba el primer documento—.
Al día siguiente, mi tío Gaara y yo nos dirigíamos a la estación de trenes, aún recuerdo cuando mi tío me conto que cuando tenía mi edad, todos los Shinobi tardaban tres días en llegar a Konoha.
— Que les valla bien en el viaje —dijo mi padre despidiéndose de nosotros—. Y recuerda ____, nada de chicos —dijo como siempre—.
— ¿Chicos? —dije sarcástica—. ¿Qué es eso? —y él me sonrió divertido mientras mi tío y yo subíamos al tren—.
— ¿Iras conmigo a la reunión? —me pregunto mí tío cuando nos sentamos en los asientos de uno de los vagones—. Siempre te digo que puedes acompañarme.
— Siento que una chica que ni siquiera en Genin en el mismo logar que los cinco Kages sería algo raro —dije rascando mi nuca—. Preferiría ser por lo menos rango Chūnin.
— Comprendo.
— Además —dije sonriente—. Prefiero ponerme al día con Shikadai, siempre me cuenta cosas divertidas —y así pasamos un par de horas hablando hasta que por fin llegamos a Konoha—.
________________________________________________________________________________
¿Qué tal? ¿les gusto?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro