primer encuentro
El emperador estaba muy estresado, cansado y abrumado por todos sus problemas, no solo Navier estaba poniendole trabas a la pobre rashta cada vez que podía, también había muchos rumores de que su nueva amante no era más que una simple esclava fugitiva.
La emperatriz tampoco ayudaba ya que no apasiguaba los rumores y aunque no sabía si ella los inició por celos, algo tenía seguro y era que Navier era una mujer muy fría con él y con su inocente amante.
No podía proteger a rashta de todos esos rumores y tampoco los podía apasiguar, más aún cuando la emperatriz era una necia que no hacía su trabajo y lo ayudaba a eliminar los rumores.
Se sentía completamente astiado de todo lo que pasaba, por lo cual estaba pensando en darse una escapada secreta Pero no podía abandonar a Navier cuando más lo necesitaba.
Pero todo eso cambió una vez que uno de sus sirvientes entró por la puerta.
Sovieshu: ¿Qué sucede?... -masajeando su sien y viendo al sirviente-
Xx: eh... Bueno, lo que sucede es que lady rashta está preguntando por usted por todo el castillo ya que dice necesitar estar a su lado en este preciso momento.... -nervioso-
Sovieshu: -frustado-.... Dile que voy a ir con ella cuando pueda... En estos momentos estoy ocupado con mi trabajo...
Xx: como ordene majestad... -reverenciando al emperador y saliendo por la puerta-
Eso sin duda le hizo tomar la decisión precipitada de irse de viaje en secreto para poder desestresarse un poco y aunque sonara mal, alejarse lo más posible de rashta y su constante necesidad de afecto y contacto fisico.
Siguió con sus asuntos viendo la lista de invitados para los siguientes eventos que se llevarían a cabo en el palacio.
Sin darse cuenta habían pasado casi tres horas desde que mandó al sirviente a calmar las ansias de la albina impaciente la cual perdía los estribos a cada minuto después de la primer hora y media desde que le dijeron que el emperador la iría a ver.
Decidida a pasar tiempo con "su esposo", salió de sus aposentos y se dirigió camino a la oficina del emperador abriéndola de un portazo y viendo al emperador sentado frente a una gran pila de papeles que a simple vista se veía que eran importantes, sin embargo eso no le importaba y decidió acercarse al emperador empezando a sollozar como un perro recién pateado para causar lastima en el emperador.
Sovieshu al ver a rashta entrando tan estrepitosamente y con tan poca elegancia soltó un pesado suspiro de frustración ya que aún a sabiendas de que ella era una esclava fugitiva pensaba que mínimo sabría que no debía interrumpir en una habitación sin antes tener el permiso de entrar.
Al ver que rashta comenzó a sollozar tuvo un poco de dolor de cabeza y decidió disimular para así poder consolar a su amante.
Sovieshu: ¿Qué sucedió está vez rashta?... -levantandose del escritorio para ir con la albina-
Rashta: rashta se siente muy mal ya que su majestad no fue a verla a su habitación cuando lo necesitaba.... -llorando-
Sovieshu: lo siento, estuve muy ocupado y no me di cuenta de la hora... Pero dime... ¿Qué fue lo que te sucedió?... -abrazando a la albina-
Rashta: la emperatriz volvió a mirar mal a rashta y rechazo que estuviera con ella a la hora del té... Rashta solo quiere ser amiga de la emperatriz Pero ella odia a rashta... -llorando cada vez más-
Sovieshu: deja de llorar rashta, hablaré con la emperatriz después de esos desplantes que te hace, no te preocupes... -dandole palmadas en la cabeza-
Otra queja más de parte de esa mujer albina con respecto a su aún esposa la emperatriz Navier, siempre era lo mismo, no había día en el cual Navier no hiciera algo en contra de su pequeña amante, Pero también se estaba cansando de que rashta solo se la pase llorando debido a que no sabe defenderse, cada día más pensaba en si había sido una buena decisión tomar a esa chica como amante.
Después de estar consolando por casi una hora a la albina y sintiendo una gran frustración en su interior decidió que era momento de ir a la cama a tomar una siesta.
Sin poder pegar ojo en las pocas horas que llevaba acostado decidió irse del castillo sin avisar por lo que le dijo a un par de sirvientes y a su secretario que fueran con él a su palacio de caza y que mantuvieran en secreto su paradero para con su amante y si la emperatriz preguntaba le dijeran que tuvo una urgencia en ese lugar.
Cómo si de un fugitivo se tratase, el emperador abandono el palacio a media noche en su carruaje y con solo un par de sirvientes, tomando camino en dirección a su palacio de caza.
Durante el trayecto, pese al movimiento del carruaje, el emperador pudo tener una noche de sueño excelente y sin problemas, al despertar se sentía completamente renovado mientras escuchaba las aves cantar y podia oler la brisa fresca del rocio.
Sin duda era el ambiente idóneo para poder tener un buen día de caza, por lo cual sin esperar a cambiar sus ropajes de noche y sin haber desayunado con antelación, decidió que era el momento perfecto para poder terminar con la vida de inocentes animales de bosque que solo vivían su vida en paz.
El marqués karl fue por los caballos para él, el emperador y los caballeros que lo seguirán en su cacería y también fue por su arco y flechas.
Se montaron en los caballos y fueron en dirección de la zona de caza donde había varias trampas previamente preparadas para los animales, desde el conejo más pequeño, hasta el oso más grande, incluyendo un par de trampas para cisnes, las cuales consistían en unas sogas cubiertas de hojas.
Durante su tiempo de cacería se escuchó un fuerte sonido que espantó al ciervo que tenía en la mira así que decidió ir a ver qué era lo que había pasado.
Al llegar al lugar en donde se escuchaban unos extraños gemidos pudo ver a una mujer con ropas extrañas colgada de un árbol, siendo sostenida por una soga atada a una pierna haciendo que estuviera de cabeza.
Sovieshu al ver que la mujer de extraños ropajes se esforzaba por intentar flexionar su cuerpo para agarrar su pierna decidió intervenir.
Sovieshu: ¿Necesita ayuda, señorita?... -viendo a la peli___ luchar-
TN: -intentando tocar su pierna atada-... No...-jadeo-... Gracias...
Sovieshu: ¿Segura que está bien?.... ¿No necesita que alguien la salve?... -levantando una ceja-
TN:-pujando-... Soy una dama... -jadeo-... Y estoy atrapada... -jadeo-... Y no te necesito.... -dejando de intentarlo y poniendo sus brazos bajo sus pechos-... Esfumate, ¿Quieres?...
Esa falta de respeto no podían dejarla pasar, especialmente el marqués karl el cual iba a reclamarle a esa mujer peli___, sin embargo sus palabras y se quedaron atoradas en su garganta ya que uno de los acompañantes que estaba con el emperador lanzó una flecha cortando la soga, provocando que TN callera de cabeza, golpeando la dura tierra y demayandose al instante.
Sin duda eso era algo que él emperador no esperaba y le comenzó a dar un dejavu con respecto a rescatar damiselas de sus propias trampas de caza.
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En lo que se me ocurre como seguirle a las marranadas con los ex mandamientos les dejo la nueva historia.
Siempre quise una historia con la personalidad de Teresa y con chistes todos rancios.
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