《Los Príncipes》.

Poco a poco fue abriendo sus ojos esmeralda, su largo cabello estaba esparcido por la cama matrimonial. Los rayos del sol iluminaron sus ojos y al mirar adelante se sonrojo levemente.

Su esposo estaba durmiendo a su lado con toda la tranquilidad del mundo.

Algunos mechones de su cabello albino caían en su rostro, si bien Roger siempre tenía su flequillo hacia atrás cuando dejaba su cabello al natural lucia más joven y apuesto.
Con suavidad peino su cabello y soltó una risa al verlo acurrucarse ante sus caricias.

-eres como un niño.

-me gustaría que haya un niño en tu interior.

Se sonrojo de golpe al ver la sonrisa burlona del oji ámbar.

-q-qué cosas dices?! -chillo avergonzada haciéndolo reír.

La besó con suavidad y ella cerró sus ojos sonrojada.

Parecía un sueño, ella siempre pensó que jamás se iba a casar e iba a vivir para siempre en la mansión Yedith.
Ella no tenía esperanzas de que alguien se enamoré de ella, ella quien tenía un cuerpo débil.

-...Selene te amo -pego su frente con la de ella dejándola sorprendida.

Pero sonrió emocionada y lo abrazó por el cuello.

-te amo -susurro sonrojada.

El duque sonrió y la abrazó por la cintura, ese día había descubierto que uno de los momentos preferidos de la mañana era estar abrazado a su esposa sintiendo su calidez y sintiendo sus manos acariciar su cabello.

-gloria y bendiciones su majestad -hizo una reverencia ante el rubio que la miraba con sorpresa para luego tapar su rostro infantilmente.

-esa maldita rata albina embarazo a mi sobrina! ‐sollozo haciendo que su sobrina lo mire con una gotita.

Su vientre estaba abultado, tenía 5 meses de embarazo.

Su panza era pequeña pero se notaba de lejos su embarazo, además de que al estar esperando a su primer hijo la hizo en verdad más bella y Roger estaba más enamorado de ella.

-tío -suspiro la menor ante el escándalo que estaba haciendo el rubio.

Podría ser el emperador tirano de Obelia pero con ella siempre fue amable e infantil. Extraña combinación.

Se exaltó cuando el emperador golpeó el brazo de su trono con su puño.

-y ese inútil de la rata albina por qué no está contigo?!, mira si nace mi sobrino en el camino!.

Nuevamente suspiro ante los gritos histéricos del mayor.

-Roger se detuvo para tratar unos asuntos con los demás nobles...tío no deberías de estar en esa reunión?.

Su sonrisa angelical hizo estremecer al rubio que miro para otro lado.

A él no le interesaba las cosas del imperio.

Ella solo suspiro y deseo con todas sus fuerzas que el próximo emperador fuera más inteligente y que se preocupe por su pueblo.

-mucho gusto su alteza imperial, su alteza -hizo otra vez una reverencia mirando con una sonrisa a los dos rubios ante ella.

Los cuales la miraban con sorpresa y admiración.

Bajo ese árbol en el jardín del emperador parecía un Ángel que bajo del cielo.

Su largo cabello platinado bailaba con la brisa y sus bellos ojos esmeralda brillaban ante los rayos del sol.

Portaba un vestido verde oscuro con detalles negros y un sombrero del mismo color que portaba una rosa roja.

El príncipe heredero, Athanasio de Alger Obelia, 14 años.

El segundo príncipe, Claude de Alger Obelia, 11 años.

-...usted es la duquesa Alfierce?.

Ella asintió ante la pregunta del príncipe mayor y luego les sonrió amable.

-gracias por aceptar tomar el té conmigo, hace mucho tiempo quería reunirme con ustedes -esperó a que los dos príncipes se sentaran y ella hizo lo mismo.

Una sirvienta les sirvió el té y los dos rubios siguieron mirando a la duquesa.

No era muy mayor que Athanasio, solo era 3 años mayor que él.

En verdad era tan hermosa como los rumores decían.

-...por qué pidió reunirse con nosotros? -Claude la miro neutral y por segundos ella lo miro triste.

Esos ojos estaban llenos de tristeza y oscuridad, los ojos del príncipe mayor estaban inundados de oscuridad y avaricia.

Pero había algo más en ellos.

-quería conocerlos, después de todo somos primos, somos familia.

Sus palabras desconcertaron a los príncipes.

Familia...ellos no lo eran.

Pero esa mujer ante ellos parecía considerarlos su familia, acaso era por su relación estrecha con su padre?.

-"así que eso era lo que vio en ti el emperador".

Athanasio miro fijamente su sonrisa amable y el brillo divino que la rodeó.

Por algún motivo todo peso se desvanecía cuando veía esa amable sonrisa, había algo en ella que lograba haceros sentir aliviados y hacer desaparecer toda oscuridad o deseo maligno en su interior.

Claude también pensaba lo mismo, ese niño con una vida solitaria veía a la duquesa como si fuera una luz en su oscuro camino y...deseaba que esa luz no sea pasajera.

Desde ese entonces los príncipes toleraban la presencia del otro solo por la duquesa.

-agradezco la invitación su majestad pero no puedo quedarme, debo de volver a mi hogar.

El duque hizo un gran esfuerzo para no suspirar irritado y cansado.

Eibom sonrió de lado al ver la lealtad del duque con su sobrina.

Nuevamente el emperador lo había invitado a beber algo luego de su arduo trabajo, y siempre que iban a beber aparecían concubinas del harem del emperador.

Pero el duque ni siquiera les prestaba atención o demostraba algo por ellas.

-"la rata parece amar mucho a mi sobrina, bien hecho" -bebió el vino de su copa mientras una de sus concubinas masajeaba sus hombros.

Si Roger por solo un segundo hubiera sido seducido por una de sus concubinas ya le habría cortado un dedo o alguna otra extremidad.

-bien puedes irte, envíale mis saludos a mi sobrina y cuida mucho de ella y mi futuro sobrino.

El duque hizo una reverencia.

-gracias su majestad, gloria y bendiciones.

Salió de allí aliviado y queriendo llegar a su hogar.

El emperador soltó una risa cuando quedó solo pero luego frunció el ceño, si hubiera estado solo hubiese hecho un puchero, desde que Selene se casó ya no pasaba tanto tiempo con él.

Maldito duque que le robaba la atención de su sobrina...y encima ahora se habían sumado sus hijos para pasar tiempo con Selene.

Si hubiera sabido que a futuro habrían tantas personas que querían la atención de su sobrina, la hubiera mandado a algún país en su poder para que él solo pudiera verla.

El emperador era un tío muy posesivo e infantil.

-Kiel deja dormir a tu madre por favor.

Su mejilla estaba apoyada levemente en el vientre hinchado de su esposa, ya de 7 meses, la cual acariciaba su cabello con suavidad.

Cuando llegó a la mansión, se sorprendió al ver a Rosalía acompañando a Selene.

Aunque no se sorprendió tanto ya que desde que quedó embarazada, Rosalía, Penélope y el conde se la pasaban rondando por donde estaba Selene.

La cuidaban como si fuera de cristal, aunque eso significaba aguantarse las miradas asesinas de la menor de las Yedith.

Esa mocosa lo odiaba con todo su ser.

-aún no sabemos si será un niño.

Roger le sonrió y besó su mejilla.

-lo será, lo presiento -le sonrió levemente y ella también lo hizo.

Los dos estaban acostados en la cama listos para dormir.

Por última vez se besaron con suavidad mientras él la abrazaba y posaba su otra mano en su vientre.

Su matrimonio al comienzo no había empezado con amor pero se fueron haciendo amigos hasta enamorarse y ahora que iban a formar una familia se sentían enormemente felices y enamorados.

Los duques eran una pareja feliz y enamorada que esperaban ansiosos la llegada de su hijo o hija.

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Gracias x leer, espero que les haya gustado, disculpen que no seguí antes es que no tenía imaginación.

Iré un tanto rápido con el pasar del tiempo en la historia, ya que tengo más cosas planeadas para la época de Athy y demás que para la época de Attanasio y Claude, aunque trataré de dar lo mejor de mi así se desarrolla bien la historia de los príncipes, el duque y los Yedith.