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CAPÍTULO 40 - FINAL

El fin de semana transcurrió demasiado a prisa para Dani, especialmente porque estaba al lado de sus hombres favoritos. Además de pasarlo increíble junto a ellos, para la chica, tampoco pasó desapercibida la increíble conexión entre Jack y Helmut. El hombre no se había equivocado al decir que era bueno con los niños. Él tenía demasiada paciencia con Jack, ya que el chico era un poco caprichoso; sin embargo Helmut sabía cómo manejar sus caprichos y no cedía ante ellos. Contrario a lo que ella imaginó, Helmut también era demasiado paciente, pues ayudaba a su sobrino con sus tareas y proyectos escolares.

-¿Cómo lo haces? - Preguntó Dani frunciendo el ceño - Simon se desquicia con los capricho de Jack y Amanda también. Para ellos es más fácil ceder y terminan cumpliendo sus demandas.

-Decía mi abuelo que el diablo sabe a quién se le aparece - Se rió Helmut - Desde que conocí a Jack, noté lo caprichoso que era y cómo su madre y sus abuelos le daban todo lo que deseaba, ¡hasta Simon! Quién me imaginé sería un poco más duro, cómo lo fue conmigo en mi niñez y adolescencia - Murmuró el hombre mientras observaba cómo su primo levantaba por si solo la mesa y lavaba los platos - Sólo hice con Jack lo mismo que Simon y mi abuelo hicieron conmigo, ¡tener disciplina! - Exclamó - Un buen líder necesita ser disciplinado para poder disciplinar a los que estarán bajo su mando y yo quiero que Jack sea un buen líder. Quizá cuando sea un poco más mayor, su comportamiento cambie para bien.

-Pues estás haciendo un gran trabajo - Sonrió Dani abrazándolo - Yo siempre termino cediendo a los caprichos de Jack - Exclamó la chica y se puso roja.

-Sólo espero que con nuestros hijos no vayas a comportarte de la misma manera - Exclamó el hombre - De lo contrario tendré que disciplinarte y darte un buen castigo - Dijo y esbozó una sonrisa perversa.

Dani no supo qué responder, sólo su rubor se hizo más intenso. Helmut rió y se alejó de ella dándole una nalgada mientras se reunía con Jack, quién lo llamaba desde la cocina. ¿Había escuchado bien? Cuando conoció a Helmut, vio la peor parte de él; un hombre imperativo y cruel. Durante un buen tiempo se imaginó que él no podría albergar cariño y mucho menos lo imaginó como un hombre hogareño y con deseos de formar una familia. Pero ahora podía ver otra parte de Helmut, su parte más dulce, amable y comprensiva. Se dio cuenta que él era un hombre muy cariñoso y lleno de amor. ¡Definitivamente le gustaba más el nuevo Helmut!

Por desgracia, ella aún tenía que arreglar su situación con Benjamin. Él no le había llamado y ella tampoco lo había hecho. Cada vez se alejaban más, en un principio ella creyó que Ben era alguien que merecía una oportunidad que podía estar en su vida, pero conforme pasó el tiempo se dio cuenta que no eran compatibles y que las diferencias que los separaban se volvían cada vez más notorias hasta el punto de hacerse insoportables. Quizá ya era momento de terminar con esa relación antes de que esta se saliera de control.

♣ ♣ ♣ ♣ ♣

Helmut terminó de revisar algunos documentos y después le echó un ojo a su móvil. Dani acababa de enviarle un audio, agradeciéndole sus regalos. Él meneó la cabeza, ella se emocionaba por cualquier cosa, ¡sólo habían sido unas simples flores y una caja de chocolates! Aunque él también se emocionó por recibir ese audio y poder escuchar su linda voz llena de emoción. El hombre iba a llamarla para invitarla a almorzar o a cenar cuando su tío Simon irrumpió en la oficina.

-¡He vuelto, sobrino! - Exclamó Simon con una enorme sonrisa.

-Regresaste antes de lo planeado - Murmuró Helmut - Dijeron, cuatro semanas y sólo han pasado tres.

-Amanda estaba desquiciándose, ¡no recibimos ni una sola llamad de Jack! - Dijo un poco molesto - Y tú tampoco nos llamaste - Gruñó y se cruzó de brazos.

-¿Acaso no me creyeron capaz de cuidarlo? - Preguntó Helmut haciéndose el ofendido - ¡Lo cuidé muy bien! Ya no le tiene miedo a la oscuridad, y pide las cosas por favor y da las gracias. Ha cambiado bastante...

-Lo sé - Suspiró Simon - Y te lo agradezco de corazón, sé que has cuidado muy bien a mi hijo. Pero Amanda es su madre y... ¡ya sabes cómo son las mamás!

-No te preocupes - sonrió Helmut - Estoy muy feliz de que estés de vuelta porque te necesito aquí a mi lado - Murmuró y abrazó a su tío - Y dime, ¿tendré un nuevo primito?

-No seas payaso - Exclamó Simon con una gran carcajada - Sabes que me hice la vasectomía hace un par de años, mi intención era no dejar descendencia, ¡pero me falló! - Murmuró y volvió a reírse - Pero, ¿qué hay de ti? ¿Cómo van las cosas con Dani?

-Con Dani, ¡de maravilla! - Suspiró Helmut - Creo que tengo una muy buena oportunidad con ella. Hemos arreglado las cosas, sé qué me sigue amando y que yo no he dejado de amarla - Volvió a suspirar - Sin embargo, hasta que no deje al odioso de Doherty, aceptará mi propuesta de matrimonio... - Rió - Ya me ha rechazado cinco veces - Comentó y volvió a reírse.

-Pensé que iba a decir que sí a la primera - Exclamó Simon y se unió a la risa de su sobrino - Pero me alegro que te rechace, aunque sea de forma simbólica - Dijo y se sirvió una taza de café - Y ahora que hablamos de Doherty, ¿ya lo enviaste a Estados Unidos? ¡Porque te estás tardando!

-No quería que todo fuera tan obvio - Dijo Helmut con una gran sonrisa - Pero está decidido que será Benjamin quién quede al frente de mi empresa de telecomunicaciones en Florida - Comentó y arqueó las cejas - Entre más lejos, ¡mejor! - Murmuró entre risas - El próximo lunes lo haré oficial.

-Me parece muy bien - Respondió Simon - Ahora te dejo porque necesito ponerme al corriente con mi trabajo, ¡hay muchas cosas por hacer! - Exclamó y caminó hacia la puerta.

-¿Te veo en el almuerzo? - Preguntó Helmut.

-No lo creo - Suspiró Simon - Realmente tengo que trabajar - ¡Pero invita a Dani! Estoy seguro que ella te acompañará - Murmuró Simon guiñándole un ojo antes de salir de la oficina.

♣ ♣ ♣ ♣ ♣

"¡Hola cariño!
Son las primeras horas de la mañana y ya anhelo poder verte, poder compartir contigo y disfrutarnos. Espero que tu noche haya estado llena de dulces sueños y pudieras descansar. ¿Sabes? Los días pasan y yo soy más feliz ¿por qué? Porque eres lo primero que pienso nada más al despertarme. Eres mi fuente de energía, me apasionas con tu dulzura, tu cariño y tu bondad. Mi corazón late intensamente gracias a ti.
No sé si ya lo sabes, pero estoy locamente enamorado de ti. Eres mi razón de ser, mis ganas de seguir adelante.
¡Te adoro!

Helmut"

Dani leyó la nota, una y otra vez, después lanzó un grito de emoción y estrujó la nota contra su pecho, suspirando sonoramente. Cada día, Helmut la sorprendía con un hermoso detalle, así como una pequeña nota donde le hacía saber cuánto la amaba. ¡Definitivamente estaba ganando méritos! Y a pesar de su negativa a aceptar casarse con él, Helmut no se desanimaba y continuaba con su plan de conquista.

La chica miró el ramo de flores que estaba sobre su escritorio y lanzó un nuevo suspiro. Tomó su teléfono y mandó un mensaje de voz a su amado, agradeciendo el detalle y la hermosa nota.

-Veo que tu admirador secreto no desiste - Comentó Benjamin con una nota de burla en su voz - ¿Sabes de quién se trata? - preguntó y Dani negó con la cabeza - ¿No te imaginas quién pueda ser?

-No tengo la menor idea - mintió la chica - Pero todos los días me envía un hermoso detalle a mi oficina. - dijo con una gran sonrisa.

-¡Sí que le gustas! - exclamó el hombre y abrió la caja de chocolates para comer uno - ¡Son de los finos! - comentó con la boca llena.

Dani lo miró con el ceño fruncido, molesta por su intromisión. ¿Cómo se atrevía a comerse sus chocolates? Esos eran sus chocolates favoritos y Helmut lo sabía, por eso se los obsequiaba todos los días.

-La próxima vez, dile que te envié unos rellenos de cereza. - dijo Benjamin tomando otro par de chocolates.

-¿Y a qué debo el honor de tu visita, cariño? - preguntó Dani haciendo caso omiso al comentario de Ben.

-Me ha llegado un citatorio para la junta del lunes - respondió Benjamin - Ese día es muy importante para mí, porque se definirá mi futuro.

-¡Es verdad! - exclamó Dani levantando los pulgares - Creo que te has ganado el puesto y te felicito.

-¡No debemos cantar victoria! - dijo Ben cruzando los brazos - Mis otros rivales son personas capaces, pero algo me dice que yo seré quién se quede con la rebanada más grande del pastel.

-Seguramente - murmuró Dani - Eres un hombre muy capaz y el señor Ferguson lo ha sabido ver. - sonrió la chica - Entonces... ¿cenamos hoy? - preguntó esperando por respuesta una negativa por parte de Ben.

-¡Lo siento mucho! - fue la respuesta del hombre - Esta noche tendremos la visita de mi tía Margaret y mi madre preparará una deliciosa cena en su honor. - exclamó - ¡No puedo perdérmela!

-¡Pero yo necesito hablar contigo! - exclamó Danielle - Es importante y...

-¡Puede esperar! - dijo Ben levantándose de la silla y tomando otro puño de chocolates - Si quieres podemos cenar el domingo.

-No tengo otra opción, ¿verdad? - exclamó Dani frunciendo el ceño.

-¡No seas así Dani! - murmuró Ben - Sabes que es mi familia y mi familia está por encima de todo. - dijo el hombre caminando hacia la puerta - Pero eso es algo que tú no puedes entender, ya que nunca has tenido una familia.

-¡Eres un...! - exclamó Danielle pero Doherty ya había cerrado la puerta de su oficina.

Dani apretó los puños, se había aguantado las ganas de correr hacia él y tirarle del cabello. ¿Cómo se atrevía a decir esas cosas de ella? ¡Se parecía a su propia madre! No tenía derecho a tratarla de esa forma, él no sabía nada. Benjamin no la conocía en realidad y nunca se había tomado la molestia de hacerlo. Definitivamente no funcionaban como pareja, así que debía terminar con él cuanto antes.

♣ ♣ ♣ ♣ ♣

Dani entró en la sala de juntas y comenzó a preparar el lugar para la reunión de esa tarde. Simon le entregó unas carpetas que contenían un informe detallado a cerca de los candidatos para ocupar el puesto de CEO en Florida. La chica los colocó frente a las sillas que ocuparían los miembros del Consejo Directivo. También se encargó de enviar ese informe vía electrónica al Consejo de la empresa de Florida.

La joven estaba concentrada en su tarea, que no se percató de la llegada de Helmut. El hombre la observó. Dani estaba hermosa, vestía una falda corta en línea "A" en color negro y llena de puntos blancos, además de una blusa blanca y un blazer rojo. Sus delicados pies calzaban unos stilettos rojos, los cuales alargaban sus bellas piernas. Definitivamente estaba encantadora, además ese labial color carmín hacía que resaltara la belleza de su rostro.

Helmut se acercó lentamente a ella y con un rápido movimiento la atrapó entre sus brazos, haciendo que la chica lanzara un pequeño grito al tiempo que el hombre estallaba en carcajadas.

-¡Me asustaste! - Chilló Danielle y su piel se erizó al experimentar el suave roce de los labios de Helmut en su cuello.

-Lo lamento - Dijo él sin dejar de besarla - Pero te estaba buscando y Simon me dijo que estabas aquí - Exclamó el hombre - Hace días que no te veo y ¡te extraño! - Suspiró y la abrazó con más fuerza.

-¡Yo también te extraño! - Dijo la chica y también lanzó un hondo suspiro antes de darse la vuelta para quedar frente a Helmut - Pero hemos tenido mucho trabajo en estos días; además, tú estuviste fuera de la ciudad - Sonrió y le echó los brazos al cuello.

Helmut le sonrió, la tomó por la cintura y la sentó sobre la mesa de la sala de juntas. Dani no lo soltó, lo echaba mucho de menos. Ella le dedicó una sonrisa y le acarició el cabello, mientras que él se acomodaba entre sus piernas y la besaba con pasión. Dani le correspondió al tiempo que se aferraba al cuello del hombre.

Las manos de Helmut descendieron lentamente hasta las piernas de la chica y las acarició con suavidad. Dani dejó escapar un gemido y él aprovechó para introducir la lengua en la boca de la joven y saborearla. Danielle volvió a gemir y frotó sus senos contra el pecho del hombre.

-¡Aquí no! - Murmuró Dani poniendo los pies en la tierra - Esta es la sala de juntas y...

-¿Y qué? - Bufó Helmut - Nadie sabe que estamos aquí, sólo Simon.

-Pero él puede llegar...

-Está ocupado con Jack - Dijo Helmut y volvió a acercarse a Dani para continuar con su beso apasionado.

Sin embargo, Helmt estaba equivocado. Una secretaria lo había visto entrar a la sala de juntas y cuando Benjamin preguntó por el señor Ferguson, la mujer ni tarda ni perezosa le informó a Doherty que el hombre se encontraba en la sala de juntas. Ben agradeció amablemente el gesto de la chica y se encaminó hacia el lugar. Se detuvo frente a la puerta de la habitación y cuando estaba a punto de tocar, escuchó los murmullos de una risa femenina que se mezclaba con una voz grave.

Benjamin decidió dar la vuelta y regresar, seguramente Helmut estaba "ocupado" y al hombre no le gustaría interrumpir o llevarse una desagradable sorpresa. Sin embargo, su mano golpeó con la puerta de la sala de juntas y esta cedió suavemente, abriéndose lo suficiente para que Ben presenciara la escena de un apasionado beso entre Danielle y Helmut.

El hombre retrocedió lentamente, tratando de no ser notado. ¿Por qué no le sorprendía ser testigo de esa escena? ¡Ni siquiera le dolía en lo más mínimo! Ni se sentía traicionado por Danielle. ¡Él prácticamente la había ignorado! Así cómo ignoró los rumores sobre un supuesto romance entre su jefe y Dani. Ben suspiró y comenzó a caminar lentamente de regreso a su oficina, reflexionando sobre esa situación. ¡Ahora lo comprendía todo! El supuesto admirador secreto de la chica era nada más y nada menos que Helmut Ferguson. Ahora sí, pasara lo que pasara tenía que hablar con la chica y poner las cartas sobre la mesa. Su relación acababa de terminar de romperse y él no iba a armar un escándalo y así perder la oportunidad de su vida.

Un rato después, Benjamin regresó a la sala de juntas. Esta vez, Dani y Helmut actuaban como si nada hubiese sucedido. Ferguson hablaba animadamente con un par de accionistas, mientras que la chica estaba sentada junto a Jack Ferguson. Ben se acercó a la joven y le tocó suavemente el hombro. Dani volteó y lo miró, dedicándole una sonrisa sincera.

-¿Podemos cenar esta noche? - Preguntó Ben sentándose junto a ella.

-¡Por supuesto! - Dijo Dani sin borrar la sonrisa - ¿A qué hora te veo?

-Después de la junta - Murmuró - Tengo entendido que una vez que esta termine, también se acaban las labores del día.

-¡Entones está bien! - Murmuró Dani y guardó silencio, pues los accionistas tomaban asiento, mientras se enlazaban con el consejo de Florida.

Una vez que todo estuvo listo, Helmut comenzó a hablar a cerca de los nuevo cambios que habría en Ferguson & Son Company y por supuesto, en su empresa de telecomunicaciones en Florida.

-Fue una decisión que no se tomó a la ligera. Se escogieron a los mejores candidatos dentro del personal de esta empresa - Comentó el hombre - No fue fácil decidirnos, pues los tres han contribuido de una manera excelente en esta organización - Suspiró Helmut - Pero sólo uno de ellos consiguió quedarse como CEO de la empresa en Florida.

Todos escuchaban atentamente sin despegar sus ojos de Helmut, quién hablaba maravillas de los tres candidatos antes de dar el nombre del elegido. Ben estaba muy nervioso, de pronto, todo su aplomo se había venido abajo. Las dudas lo asaltaron, ¿qué sucedería si no conseguiría su trabajo anhelado? Seguramente su madre iba a decepcionarse de él y eso era lo que menos deseaba. Ben intentó calmarse y pensar positivo. Algo le decía que sería él el afortunado. Pero las palabras de Helmut lo sacaron de sus pensamientos.

-Tengo el honor de presentarles - exclamó Helmut dirigiéndose a la gente del consejo en Florida - Al nuevo CEO de nuestra empresa, el señor Benjamin Doherty. - dijo y miró a Ben a los ojos.

¡Era verdad! Había conseguido el puesto en Florida, pensó Benjamin mientras se ponía de pie. La mano de Dani se posó sobre la suya y el hombre volvió el rostro para mirar a la chica que sonreía ampliamente.

-¡Felicidades, Ben! - susurró Dani y Ben asintió - ¡Te lo mereces! Eres un buen elemento.

Doherty abrazó a la chica y ella lo estrechó con fuerza ente sus brazos. Después se acercó a Helmut, quién también estrechó su mano con firmeza. Uno a uno el resto de los presentes felicitaron a Benjamin, así como la gente de Florida. Luego de eso, se proyectó un video sobre la carrera de Benjamin, donde se destacaban sus logros y los proyectos que habían impulsado a la empresa a crecer aún más.

-Estoy seguro que Benjamin hará un gran trabajo en Florida - Murmuró Helmut con orgullo - Y yo sé que no va a fallarnos.

La junta finalizó con unas palabras de agradecimiento de parte de Ben. Todos se despidieron y salieron de la sala de juntas, excepto Dani, quién estaba recogiendo las carpetas y poniendo un poco de orden en la pequeña sala.

-Yo termino con eso - Comentó Helmut acariciando la espalda de la chica - Doherty está afuera de la sala, creo que te está esperando - Murmuró y frunció el ceño.

-Iremos a cenar - Suspiró Dani y miró a Helmut a los ojos - Creo que ha llegado el momento de hablar con él.

Helmut asintió, la besó suavemente en la mejilla y ella salió del lugar para reunirse con Ben e ir a cenar a un elegante restaurante cercano a la empresa. Dani estaba muy animada, así como Ben. Él en realidad estaba muy feliz y emocionado de haber logrado su sueño y no paraba de hablar de ese asunto. Dani lo escuchaba y compartía su felicidad. Él era un muy buen elemento, un hombre de negocios y estaba segura que haría un excelente trabajo en Florida.

-Tengo que hablar contigo Dani- Murmuró Ben una vez que sirvieron el postre.

-Adelante Ben - Sonrió Dani - Te escucho.

-No sé cómo empezar - Suspiró Ben y se rascó la cabeza - Sólo sé que nuestra relación es sólo una farsa. Algo a lo que ambos nos aferramos por el temor a quedarnos solos. Pero esto no tiene ningún futuro - Murmuró el hombre y la tomó de la mano - Dani, fuiste una excelente amiga, un gran apoyo para mí. Me escuchaste, me diste consejos y estuviste conmigo durante tiempos difíciles - Exclamó y le dedicó una gran sonrisa - ¡Te quiero mucho! Eres una mujer excepcional pero... - Dijo y guardó silencio por un breve instante - Sé que tú tienes ojos para un solo hombre y por desgracia, ese hombre no soy yo - Comentó Ben mientras Dani lo miraba con los ojos bien abiertos, sorprendida al escuchar sus palabras- ¡Tú amas a Helmut! Lo supe desde siempre y hoy lo comprobé...

-¿Qué? - Preguntó Dani sin dar crédito a las palabras de Ben - ¿Cómo que hoy lo comprobaste?

-Estaba buscando al señor Ferguson - Murmuró y la secretaria de su tío me dijo que se encontraba en la sala de juntas, así que fui a buscarlo - Bufó y cerró los ojos, esbozando una sonrisa - La puerta estaba abierta, ¡no era mi intención mirar y...!

Dani se puso roja como un tomate al escucharlo. ¡Helmut no había cerrado la puerta! ¡Ben los había visto! En realidad ella no quería que las cosas sucedieran de esa manera. Ella quería hablar con él y exponerle todos sus argumentos. Sin embargo esa situación la ponía en otra posición.

-Ben yo... - Murmuró la joven - Lo lamento...

-No tienes que excusarte - sonrió Ben - No te estoy reclamando nada - Suspiró - De hecho, no estoy molesto, ni me siento ofendido - Murmuró y apretó la mano de la joven - En parte yo tuve culpa de esta situación porque no supe valorarte, ni aprovechar la oportunidad que me dabas. A veces te ignoré y ¡en verdad lo lamento! - Dijo mientras la miraba a los ojos - Ahora me doy cuenta de muchas cosas y creo que si me hubiera comportado de otra manera, lo nuestro hubiera sido distinto.

-¡Gracias Ben! - Suspiró Dani y le sonrió - Realmente eres un hombre magnífico y te mereces lo mejor - Comentó Dani - Yo también cometí errores y no actué de la manera correcta contigo. Tampoco te di tu lugar, ni supe valorarte. Me aferraba a algo que...

-Siempre estuviste enamorada de Helmut - suspiró Ben y volvió a sonreír - Si me dieran una libra por las veces que me llamaste Helmut, ¡yo sería millonario! - Rió y Dani volvió a sonrojarse - Pero yo prefería ignorarlo, porque imaginaba que eso podía cambiar, ¡pero no sucedió! Y yo tampoco me esforcé por que cambiara - Exclamó - Ahora mi vida toma otro giro y me iré lejos, así que me gustaría que quedáramos como amigos, sin rencores o resentimientos. ¡Yo te quiero mucho Dani! Y agradezco el tiempo que estuvimos juntos.

-¡Ay Ben! - Gimió la chica y se lanzó a sus brazos para estrecharlo con fuerza - ¡Eres un dulce! También te quiero mucho y, ¡por supuesto que quedamos como amigos!

-Sólo espero que me invites a tu boda con Helmut - Murmuró el hombre y le guiñó el ojo.

-Te prometo que así será - Dijo Dani y lo besó suavemente en los labios.

♣ ♣ ♣ ♣ ♣

Dani dejó el libro sobre el buró y se levantó de la cama para cerrar la ventana. Comenzaba a colarse una brisa helada y ella tiritó al sentir el frío en su piel. La chica lanzó un suspiro y tomó su teléfono móvil para comprobar la hora, pasaban de las once de la noche. En todo el día no había recibido una llamada o un mensaje por parte del Helmut. El hombre había salido de la ciudad, pero le había prometido llamarla en algún momento del día. Danielle se encogió de hombros y dejó su móvil sobre el buró para después mover las mantas y acurrucarse entre estas.

Habían pasado cerca de tres meses desde que Ben se había ido a Florida. Casi inmediatamente de la partida de Benjamin, ella y Helmut retomaron su relación. En un principio, tomaron las cosas con calma y no se precipitaron en gritarle al mundo que se amaban. Las cosas estaban prácticamente en secreto, pero con el paso del tiempo, Helmut y ella decidieron que ya era hora de que todo el mundo se enterara de lo suyo, que ya no había necesidad de seguir ocultándolo, aunque prácticamente todos sabían de su relación.

Dani se dio la vuelta sobre la cama al escuchar el sonido del móvil sobre la mesa de noche. Estaba casi dormida y esa interrupción la hizo fruncir el ceño. Tomó el aparato y respondió la llamada.

-¡Buenas noches! - Murmuró en un susurro.

-¡Hola amor! - Dijo Helmut del otro lado de la línea - ¿Te he despertado?

-No en realidad - Suspiró Dani - Apenas me había acostado y...

-Pensé que estarías con la señora Rossi - Exclamó el hombre.

-Fui a visitarla después de salir de la oficina - Respondió Dani - Ella quería que me quedara a dormir con los niños, pero decidí que pasaría el fin de semana con ellos. Jack me acompañará...

-Entonces, ¿estás sola? - Preguntó Helmut con un leve tono perverso en su voz.

-¡Claro que sí! - Se rió Dani - ¿Por qué la pregunta?

-Curiosidad - Dijo el hombre y se echó a reír - ¿Por qué no te asomas por la ventana?

-Hace frío y estoy en un décimo piso - Murmuró Dani sin dejar de reír - Últimamente te has vuelto muy gracioso - Dijo la chica y suspiró - Oye, ¿por qué no vienes a...?

-Siendo así, deberías salir a la sala de tu departamento - La interrumpió el hombre - Te tengo una sorpresa.

Dani se levantó de la cama, se puso su bata y salió rápidamente de la habitación para entrar en la sala. La chica quedó petrificada al ver la escena que tenía delante de sus ojos. Helmut se encontraba de pie en el centro de la sala. En sus manos llevaba un enorme ramo de rosas y en uno de los sillones estaba sentado el típico oso gigante de dos metros con un corazón que decía "TE AMO". Dani lanzó una carcajada y caminó hacia él para abrazarlo. Pero a mitad del camino se detuvo, cuando de la cocina salieron un par de chicos; un violinista y un tecladista, y comenzaron a tocar.     

La chica se detuvo, llevando una de sus manos a la boca y la otra a su pecho, mientras escuchaba la canción que los músicos interpretaban. De sus ojos comenzaron a brotar lágrimas, ¡estaba muy emocionada! Helmut se acercó a ella, le entregó las flores y la abrazó suavemente, besándola con delicadeza.

-¡Te amo! - Le susurró el hombre y limpió las lágrimas de su rostro.

-Yo también te amo - Respondió Dani y lo tomó de la mano.

Helmut lanzó un suspiro y le dedicó una encantadora sonrisa mientras se hurgaba en el bolsillo de su saco. Dani continuaba llorando, muy emocionada ante la romántica sorpresa de su amado. Sin embargo, su llanto se hizo más abundante al ver que Helmut colocaba una rodilla sobre el piso y la miraba a los ojos.

-¡Ay, Helmut! - Gimió Dani.

-¿Te gustó mi sorpresa? - Preguntó él con una gran sonrisa.

-¡Si, sí! - Gritó ella, llorando emocionada y sonriendo.

Helmut carraspeó y abrió la cajita que mostraba un deslumbrante anillo de compromiso. Dani lanzó una exclamación de sorpresa y continuó llorando emocionada, mientras los músicos continuaban tocando canciones de amor que amenizaban el romántico momento.

-Desde aquella noche que te vi, no pude dejar de pensar en ti - Exclamó Helmut - Llenaste todos los huecos de mi corazón. Sin embargo, yo estaba tan ciego que no podía ver lo obvio - Suspiró el hombre - ¡Me enamore de ti! Pero me dejé llevar por mi odio y mi orgullo que no quería darme cuenta de que me encontraba delante del amor de mi vida - Sonrió y volvió a mirarla.

Dani se llevó la mano a la boca, volviendo a llorar. Estaba demasiado emocionada que no podía reaccionar de otra manera. Helmut la había sorprendido con esa sencilla pero significativa muestra de amor.

-¡Te amo Dani! - Continuó el hombre con su discurso mientras Dani lo miraba con los ojos llenos de lágrimas - Adoro tu cuerpo, me gustan tus labios, me seducen tus ojos... esos ojos preciosos que me cautivaron desde el primer vez que se cruzaron con los míos - exclamó lleno de emoción - Cada vez que te veo, el día se ilumina con tu sonrisa y te conviertes en la razón por la que vivo - Continuó y acarició el dorso de la mano de la joven, mirando su dedos delgados y delicados - Me encanta cuando ríes, me encanta cuando lloras, cuando hablas, te emocionas, te entristeces, cuando gritas, gimes, palideces, te sonrojas... ¡de todas las maneras, me encantas tú!

Dani lanzó un chillido de felicidad y se arrojó a los brazo de Helmut, interrumpiendo por un instante su monólogo. Lo llenó de besos y le acarició el rostro, mirándolo con amor y ternura infinita, al tiempo que le susurraba: "Te amo, te amo, te amo".

-Necesito tener tu apoyo, compresión, complicidad, imaginación, deseo, pasión y sobre todo tu amor. Ya que tú eres presente y mi futuro. Sin ti no soy nadie... - Suspiró el hombre y la apartó un instante, tomando su mano izquierda para colocar el anillo en su dedo anular - Hay muchas maneras de ser feliz, pero ninguna tan satisfactoria como la felicidad de tenerte a mi lado. ¿Quieres casarte conmigo?

-¿Qué si quiero? - Preguntó Danielle en un grito - ¡Lo he querido siempre! - Volvió a gritar y de nuevo se abalanzó a sus brazos para volver a besarlo - ¡Por supuesto que quiero casarme contigo, Helmut! Eres maravilloso.

Después de que ella terminara de pronunciar esas palabras. Lo músicos dejaron de tocar y aplaudieron, emocionados por ser testigos de una petición tan emotiva. Helmut sonrió y los despidió, acompañándolos hasta la puerta del apartamento.

-¡Tenemos que decírselo a todos! - Gritó Dani desde la sala.

-Será hasta mañana, cariño - Sonrió Helmut reuniéndose con la chica - Por ahora yo sólo quiero celebrar nuestro compromiso.

-¿Solos tú y yo? - Preguntó Dani mordiéndose el pulgar y Helmut asintió - ¿Quieres que brindemos? - Preguntó Dani esbozando una gran sonrisa - Tengo la botella de la última vez que viniste a cenar, está en el refrigerador.

-Ve a la habitación y yo me reúno contigo en unos minutos - Murmuró Helmut de manera pícara.

Danielle se sonrojó y corrió hacia la alcoba. ¡Estaba muy emocionada! Parecía que estaba viviendo un hermoso sueño. Lanzó un suspiro y se dio la vuelta al escuchar que Helmut entraba en la alcoba. El hombre llevaba la botella en una mano y dos copas en la otra. Las colocó en una mesa y vertió el contenido de la botella en ambas copas, entregándole una a Dani.

Dani sonrió y sostuvo su copa. Helmut tomó la suya y suspiró, mirando a la rubia. Todo aquello parecía salido de un maravilloso sueño. Después de tantos baches en el camino, estaban viviendo una felicidad plena, llena de cosas buenas y de gratos momentos. La oscuridad se convirtió en luz y ahora lo único que les restaba hacer era mantener esa felicidad a flote y no permitir que los tragos amargos que llegaran a presentarse la opacaran.

-Una nueva etapa va a comenzar en nuestra vida a partir de este momento – Murmuró Helmut sosteniendo el rostro de Dani con su mano – Y estoy seguro que será la mejor de todas porque desde ahora ya puedo sentir la felicidad inmensa que significa el hecho de que vamos a convertirnos en marido y mujer – Suspiró y se inclinó para besarla en los labios.

-¡Por nuestra felicidad! ¡Porque vivamos un matrimonio pleno y lleno de amor – Sonrió Dani y alzó su copa - ¡Salud, mi amor!

Helmut chocó su copa con la de Dani y ambos bebieron con avidez el contenido de su copa y estas fueron colocadas de nuevo en la mesa. Dani estaba que no cabía de la felicidad, se sentía renovada, plena, emocionada, ¡parecía otra!

La chica se lanzó a los brazos de su futuro esposo, quién la recibió con una sonrisa y lo besó. Fue un beso apasionado, lleno de dicha y esperanza. Un beso intenso que despertó la pasión en la pareja. Ambos se deseaban, deseaban vibrar uno en los brazos del otro, entregándose mutuamente.

-¡Te amo! – Susurró Dani – Y jamás me cansaré de repetírtelo.

El hombre la estrechó con fuerza y la besó de nuevo, antes de quitar la bata que cubría el cuerpo de la chica. Helmut continuó besándola y llenándola de caricias. Dani se dejaba llevar por sus emociones y suspiraba sonoramente a medida que el deseo crecía en su interior. Helmut deslizaba sus labios por el cuello la mujer, dejando marcas rojas sobre su blanca piel. Dani cerró sus ojos para disfrutar de ese roce, acariciando tiernamente la cabeza de su amado. Continuaron besándose, jugando con sus lenguas, entrelazándolas, saboreándose; gozando de ese instante glorioso y perfecto.

Se separaron un momento y Helmut condujo a la mujer hasta la cama, ella se recostó sobre esta mientras que él comenzó a desnudarse. Danielle no pudo contener las ganas de tocarlo y se levantó, para acercarse a él y deslizar sus manos por la piel caliente del hombre, quién gimió ante el contacto. Repartió varios besos sobre su pecho y lo ayudó a desnudarse. Helmut la envolvió entre sus brazos y la empujó lentamente sobre el colchón, ella cayó y rió al sentir el peso de su amado sobre su cuerpo, le acarició el rostro y nuevamente se fundieron en un beso húmedo y lascivo.

Dani protestó cuando su prometido dejó sus labios, pero esa protesta fue suplantada por un gemido al sentir los labios de Helmut sobre uno de sus pezones, mientras que su otra mano masajeaba su pecho y lo estrujaba con suavidad. Ella cerró los ojos y echó la cabeza hacia atrás, para gozar de esas placenteras sensaciones. La mano derecha de Helmut dejó su seno y descendió por su vientre, hasta su feminidad, deslizando sus dedos sobre ella, experimentando la humedad que brotaba de su sexo. Él la besó en los labios, ahogando el suspiro que se escapaba de su garganta. La espalda de la rubia se arqueó y de manera instintiva abrió más las piernas para que él continuara estimulándola con los dedos.

Helmut seguía besándola mientras sus dedos se abrieron paso dentro de esa humedad caliente y palpitante. Dani lanzó un grito de placer y arqueó más su espalda sintiendo que el orgasmo estaba cerca, apoderándose de sus sentidos. El hombre supo que ella se encontraba a punto de colapsar y lentamente retiró su mano. Ella gritó, sintiéndose molesta ante ese gesto de parte del hombre, pero él la miró a los ojos y se inclinó para besar el vientre de la joven. Depositó un beso en la parte interna de sus muslos y la penetró con la lengua. Dani cerró los ojos y apretó la colcha cuando los labios del hombre le succionaron el clítoris, invadida por esas oleadas de placer. Los dedos de Helmut también regresaron al juego y se hundieron con delicadeza en su interior, las caderas de la chica se movieron con más violencia a medida que la culminación se acercaba. Ya no era dueña de si, se dejó llevar y se entregó a ese delicioso éxtasis.

Dani gemía sonoramente y su pecho subía y bajaba con dificultad. Aún estaba embargada por el placer cuando Helmut se colocó de rodillas frente a ella. Él sentía que no podía aguantar más, su mujer era tan intensa y sensual que le costaba trabajo contenerse, la sujetó por las caderas y la penetró, arrancándole un sonoro gemido. Durante un instante él no se movió y la miró a los ojos, ella le dedicó una lánguida sonrisa. Todo se había desvanecido y únicamente se encontraban ellos, flotando en un mar de placer y amor. Se inclinó y la besó en los labios para comenzar a mover la pelvis, embistiéndola con vigor. Las manos de Danielle se recreaban con la piel caliente de su espalda, la acariciaban y se movía junto con él, empujando sus caderas para que él la llenara.

-¡Oh, Helmut! – Dijo la chica – Esto es maravilloso, tan ardiente e insuperable.

-¡Mucho mejor que estar en el paraíso! – Exclamó él con una enorme sonrisa.

-¡Te amo, Helmut! – Gimió Dani clavando los dedos en los hombros de su amante.

-¡Y yo te amo a ti, mi hermosa princesa! – Gruñó sin dejar de penetrarla – Gracias por hacerme tan feliz. – gimió el hombre sin dejar de embestirla.

La chica ya no le respondió, sólo gimió con sonoridad y lo sujetó por la nuca para atraerlo y besarlo. La lengua de la joven jugueteó con la de él y se arqueó más para continuar con ese vaivén erótico de sus caderas. A medida que pasaban los minutos, la pasión los envolvía volviéndolos esclavos del placer. Helmut la sujetó con firmeza de la cintura y la levantó sin perder la unión y se sentó sobre el colchón, colocándola sobre él. Dani rió y se aferró a los anchos hombros de Helmut, moviendo las caderas hacia adelante y atrás. Él le besó el cuello cuando ella echó la cabeza hacia atrás y lo mordió suavemente, descendiendo hasta sus pechos y así poder chuparlos a placer. Dani gimió y abrió los ojos, cabalgando velozmente sobre el miembro de Helmut, deseando prolongar el momento, que fuera eterno y vivir por siempre dentro de ese éxtasis enloquecedor.

Dani apoyó sus manos sobre la cabecera de la cama y continuó frotando su pelvis contra la de Helmut, tenía los labios entreabiertos y sus senos se frotaban contra el pecho del hombre. La culminación estaba cerca, ambos se encontraban en el vórtice de la locura, Helmut la sujetó por la cadera, urgiéndola a moverse con más violencia. Ella así lo hizo y lo besó nuevamente para dejarse arrastrar por esa inmensa ola de placer.

♣ ♣ ♣ ♣ ♣

-¿Quieres que sea algo pequeño e íntimo o prefieres que sea algo glamuroso y rimbombante? - preguntó Helmut besando la frente de Dani.

Ella rió y se mordió la uña del dedo pulgar pensando en una respuesta. Le encantaría que la boda fuera todo un espectáculo e invitar a todos los medios de comunicación para que el evento apareciera en todos los periódicos y canales de televisión en Londres. Pero también deseaba algo íntimo y compartirlo con las personas que amaba. Algo que pasara desapercibido que pudieran disfrutar con tranquilidad. Era una decisión muy difícil, pero debía elegir la mejor de las dos. Después de pensar un rato, Dani dio su respuesta.

-Debe ser algo pequeño e íntimo - suspiró - Tanto tú como yo tenemos muy pocos amigos. - exclamó la joven - Además, sería mejor algo pequeño para disfrutar juntos y así no volvernos locos con tantos invitados.

-Me gusta tu idea - respondió el hombre abrazándola con fuerza - No tenemos mucho tiempo para preparar algo grande y llamativo. - murmuró Helmut - Quiero que nos casemos en una semana, entre más pronto mejor. - dijo y la besó suavemente en los labios - Ahora que volvemos a estar juntos, no quiero dejarte ir. - susurró - Quiero permanecer a tu lado para siempre.

-Y yo no deseo otra cosa - murmuró Dani estrechándolo con fuerza entre sus brazos para volver a besarlo.

== F I N ==

♣ ♣ ♣ ♣ ♣

¡Y así es como llegamos al final de esta historia! Espero que este final haya sido de su agrado. No sé porqué me costó tanto trabajo escribir los últimos capítulos, creí que no iba a poder con ello. Los personajes se me salieron de control y esos diez capítulos fueron demasiado complicados para mí, que estuve a punto de tirar la toalla y cancelar la historia.
Les he dado un final feliz a Danielle y Helmut. Después de todo lo que pasaron,era lo que merecían.
Me gustan los finales felices y siempre los verán en mis historias, ya vivimos en un mundo lleno de mierda, así que a veces es bueno soñar con un final hermoso.
Sé que muchas de ustedes llegaron a odiar a Helmut en algún momento de la historia y eso es algo que me gusta. Que lleguen a sentir odio, desprecio, amor o cariño por alguno de mis personajes me llena de orgullo.
Gracias por estar presentes en cada capítulo, por sus comentarios y por todo su apoyo y buena vibra. Gracias también a los nuevos lectores y seguidores.
Espero sigan disfrutando de mis locuras, les quiero.
Aún nos queda un epílogo, así que no se lo pierdan.
Maria Decapitated

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