CAPÍTULO 38
Dani se levantó rápidamente de la cama. Eran más de las nueve de la mañana, ¡ella se había quedado dormida! Por una fracción de segundo no supo si había sido un sueño o una realidad. Parpadeó y se acomodó la bata. Estaba profundamente dormida, mientras tenía un sueño muy vívido y erótico con Helmut. Se rió, sin embargo, el sonido del timbre la sacó de sus pensamientos. La chica se apresuró a abrir, encontrándose con la imagen de Helmut.
¡Él hombre se veía bastante bien! Dani no negaba que le encantaba verlo vestido de manera informal, jeans, camiseta gris, zapatillas deportivas y una chaqueta de mezclilla. Helmut la miró, esbozando una enorme sonrisa al contemplarla. La chica se sonrojó al darse cuenta que no estaba lista.
-¡Lo siento! - Gimió - Me quedé dormida - Murmuró haciéndose a un lado para que Helmut entrara.
-¡Buenos días Danielle! - Exclamó el hombre con un timbre seductor al tiempo que la abrazaba con firmeza.
Danielle se estremeció entre los brazos del hombre y cerró los ojos, disfrutando de ese abrazo protector y cálido. La chica lanzó un profundo suspiró y se apartó del hombre, mirándolo los ojos.
-No he preparado el desayuno - Exclamó más roja que un tomate.
-No importa - Dijo Helmut sin borrar la sonrisa de su rostro - He venido preparado - Exclamó y tomó su móvil - Tú puedes ir a vestirte mientras yo me encargo de lo demás.
La chica sonrió aliviada y asintió. Regresó a su habitación para alistarse, rápidamente buscó en el armario unos leggins cortos, un top blanco y una blusa negra de tela transparente, recogió su cabello en una coleta y se calzó unas zapatillas de tacón. La chica volvió a mirarse al espejo y sonrió, aprobando su atuendo. ¡No se veía mal!
Cuando Danielle salió de la habitación, escuchó un alboroto dentro del departamento. Se trataba de un pequeño grupo de catering de un distinguido restaurante que terminaba de acomodar el balcón para que tomaran el desayuno. Dani quedó sorprendida, ¡no cabía duda que Helmut había llegado preparado! La gente se despidió del hombre y ella por fin pudo acercarse a él.
-Realmente no mentías - Rió mientras lo abrazaba - Has venido muy bien preparado, y yo que había pensado sorprenderte con tu desayuno favorito - Murmuró y volvió a sonrojarse.
-Otro día será - Exclamó Helmut inclinándose un poco para rozar sus labios con los de ella - ¿Desayunamos? - Preguntó luego de un instante.
Danielle asintió y tomó la mano de Helmut quién la condujo hasta el balcón, acomodando la silla para que ella tomara asiento. La chica miró con asombro todas las delicias que se encontraban sobre la mesa. Había varias bandejas con fruta, abundaban las uvas, los duraznos, las fresas y otros frutos rojos. Café humeante acompañado de croissants dulces rellenos de crema batida. Pan tostado con mantequilla y tocino, jugo de naranja, panqueques y croissants rellenos de jamón y queso. ¡Cuántas delicias!
-¡Voy a engordar! - exclamó Dani llevando un croissant relleno de crema.
-No te verías nada mal con unos kilos de más - susurró Helmut - Te veo un poco más delgada.
-Quizá se deba al exceso de trabajo - respondió la chica tomando un sorbo de café - A veces no tengo tiempo para comer y sólo hago una comida al día. - murmuró y mordió de nuevo su pan - ¡Necesito vacaciones!
-Deberías tomarlo todo con calma, ¡podrías enfermarte! - dijo Helmut y acarició su rostro - No quiero tener una esposa enfermiza y debilucha...
-¡¿Esposa?! - preguntó Dani sorprendida - ¡No lo entiendo Helmut! Tú mismo te contradices, primero me juras que no has venido a reconquistarme y ahora dices que me quieres como esposa... ¡tú te lo perdiste! - dijo Dani comiendo un gran trozo de durazno - A estas alturas de la vida ya estuviéramos casados o a punto de...
-Pero nunca es tarde para cambiar de opinión y enmendar los errores - exclamó Helmut bebiendo un poco de jugo de naranja - Yo cometí mucho errores y me arrepiento de ello, pero creo que aún puedo corregirlos y lograr alcanzar mis sueños.
-¿Y cuáles son esos sueños? - preguntó Dani con curiosidad mientras comía algunas uvas.
-El primero de ellos es reconquistarte - dijo el hombre - Necesito que me perdones e intentar de nuevo nuestra relación...
-Yo estoy en una relación ahora, Helmut. - respondió Danielle tratando de ocultar su emoción.
-¿Y eso qué? - exclamó Helmut y le guiñó un ojo - A veces es necesario quitar las piedras que nos estorban en el camino y creo que estas piedras son muy livianas. - murmuró - Tengo muchos planes en mente, no sólo para mi vida personal, también en mi trabajo y en la compañía de mi padre. - dijo con una sonrisa - Pero mi principal meta en estos momentos eres tú Danielle.
-¡No va a ser tan fácil, Helmut! - respondió Dani tratando de sonar un poco dura - Te va a costar trabajo reconquistarme.
-¡Lo sé! - sonrió el hombre - Pero hasta el momento todo ha sido como lo esperaba, al menos no me agarraste a golpes.
-Ganas no me faltaron - gruñó la chica - Pero aún no me has pedido perdón, ni siquiera hemos hablado y arreglado nuestra situación.
-Eso es lo que pretendo hacer ahora - dijo el hombre y continuó saboreando sus panqueques - He venido aquí a hablar y tratar de hacer las paces contigo... ¡quiero que seamos amigos!
-¿Sólo amigos? - preguntó Dani con decepción.
-Me has dejado claro que tienes pareja - respondió Helmut y le guiñó un ojo - Iré despacio.
-¡Eres un burro, un idiota! - le gritó Dani - ¿No te das cuenta que te amo? ¡No he podido dejar de amarte!
-¡Yo tampoco! - Exclamó el hombre con voz fuerte - Este año separado de ti me sirvió para reflexionar, para darme cuenta de muchas cosas. Para comenzar, no sabes cómo me arrepiento del daño que te causé, de todas esas humillaciones a las que fuiste sometida por mi culpa - Suspiró y se llevó las manos a la cabeza - ¡Fui un imbécil! No pude darme cuenta de la clase de chica que eras, ¡estaba ciego y sordo! - Murmuró y tomó las manos de la muchacha - ¡Estoy muy arrepentido, Dani! ¿Podrías perdonarme por ello?
Dani lo escuchaba con atención. Helmut se veía bastante arrepentido. Sus palabras eran muy sinceras, además que sus bellos ojos reflejaban la tristeza y el dolor que sentía aún por lo sucedido en el pasado.
-Yo te perdoné, Helmut - Murmuró Dani apretando las manos del hombre - Lo hice mucho antes de que me lo pidieras - Suspiró y lo miró fijamente - También hice lo que me pediste en esa carta. Comencé de cero y me di la oportunidad de conocer a otra persona...
-No sabes lo aliviado que me siento al saber que me perdonas - Dijo Helmut y sonrió débilmente - ¡Gracias Dani! - Suspiró - No podía atarte a mí, tampoco podía pedirte que vinieras conmigo y que lo dejaras todo a la mitad - Murmuró - Sería un egoísta si te hubiese pedido que renunciaras a la fundación, ¡era tu proyecto de toda la vida! Y estaba comenzando a dar frutos, no podías encontrar un remplazo así como así. Además, después de lo que sucedió me sentí muy avergonzado - Volvió a suspirar - ¡Por mi culpa Hank se murió!...
-¡No, no! - Gritó Dani - No tuviste la culpa en realidad - Exclamó y se levantó de su asiento para abrazar al hombre - Hank estaba enfermo y a punto de morir, ¡igual hubiera muerto si yo me quedaba junto a él! - suspiró - Ese hombre ya no tenía remedio.
-Pero al enterarte de que yo me encontraba en la oficina de Hank el día que murió, tu actitud hacia mí cambió por completo. - exclamó Helmut con un dejo de tristeza - ¡Te alejaste de mí! Incluso no querías que te tocara.
-En verdad lo siento - respondió la joven - Me sentía muy confundida, no podía creer que tu presencia había sido el detonante para que Hank terminara muriendo. - susurró - ¡Pero eso ya es cosa del pasado! - exclamó Dani abrazándolo con fuerza - Ahora la intención de ambos es comenzar de nuevo y ¡así será! - suspiró - Pero hay una condición...
-¿Cuál condición? - preguntó Helmut de inmediato - Sabes que yo estoy dispuesto a todo con tal de tenerte de nuevo a mi lado.
-¿Estás seguro? - preguntó Dani con una enorme sonrisa.
-¡Jamás había estado tan seguro de algo! - fue la respuesta de Helmut - ¿Cuál es esa condición?
-Tú sabes muy bien que son una chica muy cursi - murmuró Dani besando la mejilla de Helmut - ¡Jamás había tenido un romance! - exclamó - Hasta que te conocí y comenzamos a tener algo parecido a ello. - dijo y suspiró - Es por eso que mi condición es ver en ti más demostraciones de afecto y amor hacia mí. - murmuró - Es decir... ¡qué me conquistes de la manera antigua! - dijo haciendo un puchero - Quiero que me conquistes con pequeños detalles que me hagan perder la cabeza y gritar de emoción, como una carta, una serenata, dedicarme una canción, regalarme flores, dulces, chocolates, que me escribas un poema, me tomes de la mano o me abraces de forma inesperada... ¡todas esas cursilerías que me encantan!
-¿Esa es tu condición? - preguntó Helmut y Dani asintió con la cabeza - Entonces estoy dispuesto a hacerlo. - exclamó - Y comenzaré a demostrártelo este lunes.
-¡Quiero ver eso! - dijo Dani con la voz llena de emoción.
-¡Ya lo veras! - exclamó Helmut abrazándola con fuerza - Pero antes - Murmuró el hombre apartándose y poniéndose de pie - Quiero preguntarte algo, ¡y por favor! Quiero que me respondas con sinceridad ya que es algo muy importante - Dijo al tiempo que hurgaba en el bolsillo de su pantalón.
-Adelante - Exclamó Dani frunciendo el ceño. Estaba muy intrigada por saber lo que Helmut deseaba preguntarle - Soy toda oídos.
-Quiero saber si tú... Danielle - Dijo y se detuvo por un instante mientras sacaba un anillo con un hermoso y reluciente diamante - Quiero saber si tú, Dani - Repitió - ¿Quisieras casarte conmigo?
Dani se llevó la mano a la boca, Jack le había dicho algo parecido, pero no esperaba que fuera a preguntárselo tan pronto. Estaba emocionada y quería gritar de felicidad. Deseaba arrojarse a sus brazos y... ¡no, no, no! Eso era lo que Helmut esperaba de ella y si ella cedía al instante entonces, ¿dónde iba a quedar todo aquello que él le prometió? ¿Dónde quedaría la idea de reconquistarla de la forma en que ella más deseaba? ¡No! Helmut tenía que sufrir un poco antes de que ella le diera el sí definitivo. Y por otro lado, también se encontraba atada a Ben, ¡ella no podía hacerle tal cosa! Tenía que hablar con él y dar por terminada su relación de la manera correcta.
-¿Acaso te ha comido la lengua el gato? - Preguntó Ferguson arqueando la ceja, mientras esperaba la respuesta de Dani.
-No, no me la ha comido - Exclamó Dani con seriedad, para disimular su emoción - Pero lo que me acabas de preguntar es algo difícil de responder, no debo tomarlo a la ligera - Suspiró - He estado reflexionando y mi respuestas es... - Volvió a suspirar y lo miró fijamente a los ojos - ¡NO! Lo siento pero mi respuesta es no. No quiero casarme contigo, Helmut - Exclamó y le dio la espalda.
Helmut lanzó un suspiro y miró el anillo para después mirar a la chica. Sabía que ella lo iba a rechazar, pero... Sus planes estaban saliendo a pedir de boca. El hombre la sujetó por el hombro haciendo que la chica diera media vuelta. Ella lo miró con los ojos bien abiertos y ahogó un jadeo. Helmut le dedicó una sonrisa seductora y tomó su mano, colocando el anillo en su palma.
-No esperaba menos de ti - Comentó el hombre - Sabía que me responderías con un rechazo - Dijo encogiéndose de hombros - Pero sé que si hago lo que tú quieres y te demuestro que he cambiado, tarde o temprano me dirás que sí...
-¡Te odio! - Rió Danielle - Odio que me conozcas tan bien - Dijo y miró el anillo - Pero no puedo conservar esto es...
-¡Quédatelo, es tuyo! - Rió el hombre - Tengo otros más en casa esperando por tu rechazo - Murmuró y se echó a reír.
-¡Baboso! - Dijo Danielle y lo golpeó en el hombro.
Helmut la estrechó entre sus brazos, pegándola a su cuerpo. Dani gimió al sentirlo tan cerca de ella. El hombre se inclinó y rozó con sus labios la mejilla de la muchacha quién se estremeció. Ella le echó los brazos al cuello y buscó su boca con desesperación. Helmut le respondió el beso, mientras la apretaba con más fuerza de la cintura, le acarició el trasero e intensificó el beso, explorando su boca con la lengua. Sus lenguas chocaron y se saborearon, deleitando sus sentidos. Dani ahogó un jadeo al sentir el calor de la mano izquierda del hombre que se colaba debajo de su ropa y palpaba sus senos.
-¡Travieso! – Murmuró Danielle con voz entrecortada y echando la cabeza hacia atrás.
Helmut rió y comenzó a masajear los senos de la mujer, pellizcando con delicadeza sus pezones, los cuales ya comenzaban a endurecerse. Dani gimió con fuerza, deleitándose con esas suaves caricias. La chica volvió a gemir cuando la lengua de Helmut se deslizó sobre sus pechos. Dani jadeó y arqueó la espalda, sólo él conocía sus puntos más sensibles y sabía cómo hacerla gritar. Helmut paseó su rostro por el pecho de Danielle, ella gritó y comenzó a reírse cuando su espesa barba le hizo cosquillas. Él la miró y también se rió, pero continuó trazando círculos con la punta de su lengua sobre los pezones de la chica y succionándolos con fuerza. Danielle acarició los cabellos de Helmut y cerró los ojos, entregándose al placer. Intentó gemir, pero la boca de su amado cubrió la suya y la besó salvajemente, mordiendo su labio inferior.
Al separarse, Dani lo miró y se cubrió el pecho con sus manos mientras se alejaba. Tenía que estar lejos de Helmut, de lo contrario iba a sucumbir y en esos momentos no era correcto que terminara haciendo el amor con él.
-¿Qué pasa? - preguntó él caminando detrás de ella.
-¡No te lo quiero poner tan fácil! - bufó Dani - Esto no va a suceder, al menos no ahora. - exclamó la chica tratando de parecer tranquila - Dijiste que llevarías las cosas con calma y quiero que así sea.
-¡De acuerdo, de acuerdo! - respondió Helmut estrechándola entre sus brazos y besando su frente - Será como tu digas, princesa.
-Gracias - murmuró Dani - Ahora, ¿te gustaría salir a dar un paseo? - preguntó para calmar un poco la tensión sexual del momento.
-Me encantaría - sonrió Helmut y la tomó de la mano para salir del departamento.
♣ ♣ ♣ ♣ ♣
Dani entró en el edificio de Ferguson & Son Company. Se sentía bastante bien para ser lunes, tenía mucho tiempo que no divertía de esa manera. Había pasado un maravilloso día al lado de Helmut. Dieron una larga caminata, almorzaron en un pintoresco restaurante al aire libre y después fueron a jugar mini golf. La chica se rió ya que antes de ir al parque de mini golf, Helmut tuvo que comprarle unas zapatillas deportivas porque sus zapatos de tacón no eran muy adecuados para el lugar.
Una vez que las puertas del ascensor se abrieron, la chica caminó a paso veloz hasta su oficina, dónde la recibió su secretaria, o mejor dicho, la sonrisa de su secretaria. Dani frunció el ceño, mirándola fijamente.
-¡Buenos días Holly! - Murmuró Danielle - ¿Cómo estás hoy?
-¡Muy bien, gracias! - Respondió la secretaria - ¿Y usted? - Preguntó pero no esperó respuesta de la chica - Pero ahora seguro se va a poner feliz después de que vea su oficina.
-¿Por qué? - Preguntó Danielle con visible curiosidad - ¿Qué sucede ahora? - Dijo mientras caminaba hacia la puerta.
-El señor Doherty tuvo un detalle muy hermoso con usted - Exclamó Holly caminando detrás de la chica.
Dani se desconcertó un poco, Benjamin no era un hombre muy detallista que digamos, al menos no con ella. Sabía por boca de su hermana que con sus antiguas parejas era bastante detallista. Dani no esperaba mucho por el momento ya que llevaban poco tiempo saliendo. Al abrir la puerta de su oficina, Danielle se sorprendió al ver la enorme cantidad de arreglos florales que se encontraban en la habitación. Había de todos tamaños y con distintos tipos de flores. ¡Ese no era un detalle! Quién había enviado todo ello, había invertido una gran cantidad de dinero en flores. Ben no gastaría su dinero en flores... ¡pero Helmut sí! Pensó la joven y esbozó una enorme sonrisa.
-Sí, tienes razón - Suspiró Dani - Es un hermoso detalle.
La secretaria asintió y salió de la oficina. La señorita Lennox se acercó a contemplar los arreglos, mirando con atención las flores y aspirando su aroma. Le parecía un detalle muy romántico, quizá más tarde buscara a Helmut para agradecerle. Mientras observaba los arreglos, se topó con una pequeña tarjeta, la cual abrió de inmediato y leyó su contenido. Se trataba de una frase y en ese momento no encontró sentido alguno. Siguió buscando las tarjetas de cada uno de los arreglos, las cuales estaban escritas con la apretada y garabateada letra de Helmut. Volvió a leer las tarjetas y se dio cuenta que se trataba de una breve carta, armó el rompecabezas y leyó el hermoso escrito que Helmut le había dedicado.
"Me enamoré de ti, de la forma en que sonríes en la mitad de cada beso, de la manera en la que tus labios besan mi cuello. De la manera en la que ríes con mis tonterías, de tus hermosos ojos verdes, de tu sonrisa encantadora, de tus bellos sentimientos, de tu presencia. Me enamoré de la forma en la que me hiciste volver a vivir..."
Dani lanzó un sonoro suspiro, Helmut se lo estaba tomando en serio y eso le gustaba. La chica estaba muy emocionada y a punto de gritar, cuando su teléfono sonó y atendió al llamado de su secretaria.
-¿Qué sucede, Holly? - preguntó Dani inmediatamente.
-El señor Doherty desea hablar con usted, señorita Lennox. - exclamó Holly.
-Hazlo pasar, por favor. - dijo Danielle y colgó.
La puerta de la oficina se abrió despacio y apareció Ben con una gran sonrisa. El hombre se acercó rápidamente hasta la chica y la abrazó con fuerza. La soltó lentamente y recorrió con su vista la oficina lanzando un fuerte silbido.
-¡Vaya! - exclamó el hombre - Al parecer tienes un admirador secreto y con mucho dinero, no cualquiera gasta montones de libras en arreglos florares que sólo durarán un par de días. - murmuró Ben - ¡Yo no lo haría! Las flores me parecen un regalo inútil, como dice mi madre... "son amor de un rato".
-A mi me parece un hermoso detalle, además de romántico. - dijo Dani con una gran sonrisa.
-¡Son tonterías! - murmuró Ben y se dejó caer en una silla.
-¿Y a qué debo el honor de tu visita, Ben? - preguntó Dani para cambiar de tema.
-Vengo a que me desees suerte - respondió el hombre con orgullo - He sido convocado a una junta con el señor Ferguson - exclamó - Ya que hace unos días recibí un correo electrónico donde mencionaban a los posibles candidatos que podrían dirigir la empresa de telecomunicaciones del señor Ferguson en Florida.
-¿De verdad? - preguntó Dani fingiendo sorpresa, sabía que Helmut iba a mover muy bien sus piezas - ¿Por qué no me lo habías dicho?
-No estaba seguro si yo estaría entre esas personas - dijo Benjamin - Pero el día de ayer por la noche, volví a recibir un correo electrónico para confirmar mi asistencia esa reunión.
-¡Te deseo mucha suerte! - exclamó la chica y lo tomó de las manos - Eres un hombre muy capaz y estoy segura que obtendrás ese puesto.
-¡Gracias, hermosa! - sonrió Ben y se puso de pie - Ahora debo irme, no quiero llegar a tarde a esa junta. - sonrió - Dicen que Helmut Ferguson detesta la impuntualidad.
-Anda, date prisa. - dijo Dani y lo besó en las mejillas - ¡Suerte! - sonrió y levantó los pulgares antes de que Ben saliera de la oficina.
Dani miró como la puerta se cerraba y volvió a lanzar un suspiro. Sabía muy bien que Benjamin era capaz de obtener el tan preciado puesto de trabajo. Era un hombre muy inteligente y con grandes dotes en los negocios, por algo se encontraba al frente del Departamento de Finanzas. Y también sabía que Helmut haría hasta lo imposible para alejar a Benjamin de ella.
♣ ♣ ♣ ♣ ♣
Helmut ha comenzado con su plan de conquista, tal y como se lo sugirió Dani. Es más que obvio que él no se dará por vencido, tal y como se dijo al final del capítulo, hará hasta lo imposible para alejar a Benjamin de Dani.
¿Qué les pareció este capítulo? No olviden dejarme sus comentarios y sus votos.
¡Muchas gracias!
Recuerden que cada vez estamos más cerca del final.
Maria Decapitated
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