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CAPÍTULO 37

Al escuchar esa voz, Danielle se sobresaltó. ¿Cómo era posible que Helmut llegara tan rápido a su lado? ¿Acaso tenía el poder de teletransportarse? Negó con la cabeza, no debía estar pensando en estupideces cuando Helmut se encontraba detrás de ella. La chica suspiró y a su nariz llegó el aroma de su colonia. ¡Joder! ¿Por qué seguía usando ese perfume? A ella le encantaba ese aroma fresco, masculino y demasiado sensual. Lentamente se dio la vuelta y trató de sonreír, pero seguramente la mueca que se dibujó en su rostro estaba demasiado lejos de ser una sonrisa. ¡Pero Helmut! ¡Dios! Él estaba perfecto, sonriendo con candor, picardía y sus ojos turquesa brillaban provocadoramente. ¿Por qué demonios tenía que ser tan sexy?

Dani se mordió el labio inferior mientras lo contemplaba con los ojos bien abiertos. ¡Estaba paralizada! Parecía una tonta sin poder moverse y sin saber que decir. Helmut le había robado el habla, el aliento y su corazón. ¡Y no debía ser así! Se suponía que ella lo odiaba y que después de un año de estar lejos, lo único que podía recibir de ella era sólo desprecio. Pero su mente y su cuerpo pensaban lo contrario.

-¡Ho-hola Hel-Helmut! - tartamudeó la joven y se maldijo por parecer tan estúpida. Pero estaba hecha un manojo de nervios y no sabía cómo actuar - ¡Pensé que no vendrías! Ya que eres un hombre muy ocupado y para ti son más importantes los negocios que este tipo de celebraciones. - murmuró y sonrió de medio lado.

-¿Por qué todo mundo piensa eso? - preguntó Helmut acercándose a Dani para oler su cabello.

-¿Qué cosa? - murmuró Dani y se puso colorada, ¡estaba perdiendo el hilo de la conversación! Y todo por perderse en esa preciosa mirada.

-Que no iba a asistir a la boda de mis tíos - exclamó el hombre y amplió la sonrisa - ¡Pero heme aquí! No podía perderme este gran acontecimiento. - dijo Helmut - Su soy un hombre muy ocupado, pero las personas que me importan están por encima de todo, incluso de mi trabajo.

-¡Genial! - respondió Dani y le dedicó una sonrisa torcida. De pronto sintió un nudo en la garganta, ¡ella no era importante para él! - ¡Qué bueno que estás aquí! - dijo y reprimió un sollozo. Tenía que ser fuerte y no mostrar su tristeza delante de ese hombre - Ahora debo irme, nos vemos después. - dijo la chica intentando huir, debía alejarse de Helmut lo más rápido posible - ¡Disfruta de la fiesta! - murmuró y giró para alejarse de Helmut, pero este la tomó del brazo deteniendo su andar.

-¡No te vayas! - rogó Helmut y la acercó a él - Tenemos mucho de qué hablar...

-¡No! - dijo la joven tajantemente, tenía que alejarse y no permitir que Helmut se saliera con la suya. Tenía que mostrarse dura y no doblegarse ante sus encantos - Tú y yo no tenemos nada de qué hablar - explotó Dani y lo miró con furia - ¿Acaso no recuerdas lo que dijiste en tu carta? Ahí dejaste muchas cosas claras. - Cosas que rompieron su corazón, pensó la chica y lanzó un suspiro.

-Recuerdo perfectamente cada palabra que escribí en esa carta - respondió Ferguson y también suspiró - ¡Sé que me porté como un cobarde! Dije cosas que no debí decir, pero ya no tiene caso llorar sobre la leche derramada. - murmuró y sus ojos se clavaron en los verdes ojos de la rubia - También fui muy egoísta...

-¡Por supuesto que lo fuiste! ¡Sólo pensaste en ti! ¡Jamás reparaste en las consecuencias de tus actos! - Gruñó Danielle cruzando los brazos - Pero después de un año, ¡ya no tiene caso hablar de ello! - Murmuró y frunció el ceño - Ya lo pasado, ¡pasado! - bufó Dani y sintió como las lágrimas comenzaban a brotar por sus ojos.

¡Pero debía ser fuerte! ¡Ella era fuerte! Había soportado tantas cosas malas en su vida y este encuentro con Helmut no debía ser la excepción. No podía dejarle ver su vulnerabilidad, debía mostrarse fría y tranquila.

-Quizá tengas razón - Exclamó el hombre con tranquilidad, aunque en su voz había una nota de tristeza - Pero insisto, ¡quiero hablar contigo! - Volvió a suspirar - No estoy aquí para reconquistarte, Danielle, ¡sólo quiero que llevemos la fiesta en paz!

¡Pero qué...! ¿Qué estaba diciendo ese idiota? Se pregunto Dani y frunció el ceño. No era posible que estuviera diciendo eso, ¿o sí? ¿Acaso Helmut había comenzado una nueva relación? Era posible, pues todas sus intenciones cambiaron de un momento a otro .Esas palabras finales habían roto de nuevo su corazón. ¡Helmut no estaba ahí para reconquistarla! Eso le había dolido y mucho. De pronto sintió unas enormes ganas de golpearlo y decirle sus verdades a la cara. ¡Pero se contuvo! Sólo apretó los puños y levantó la cabeza con orgullo. ¡No iba a llorar! No delante de ese idiota.

-Entonces, ¿a qué viniste Helmut? - Preguntó molesta - ¡Ah, sí! A la boda y a trabajar. - murmuró la chica y giró el rostro para apartar su mirada de la de Helmut.

Helmut pudo sentir la decepción en la voz de Dani. También notó que estaba triste y a la vez muy molesta. El hombre dejó escapar un hondo suspiro y trató de abrazarla, pero ella se hizo a un lado para qué él no la tocara.

-Hay cosas que no puedo decir aquí - Exclamó Helmut rozando su mano con la de Danielle - Por eso deseo hablar contigo - Murmuró.

-¡Voy a ver mi agenda! Soy una mujer muy ocupada y para mí, el trabajo también está por encima de muchas cosas - Dijo Danielle llena de coraje y dando media vuelta para alejarse rápidamente del hombre.

Helmut frunció el ceño y la miró caminar a paso veloz para reunirse con su novio. Este la esperaba con los brazos abiertos, pero Dani no mostraba ningún entusiasmo al verlo. Aún así, correspondió al abrazo y besó las mejillas del hombre. Ferguson estaba muy celoso, ¡pero era obvio! Él la había perdido y el único culpable era el mismo. Tenía que trabajar mucho si deseaba ganar de nuevo el corazón de Danielle. Pero la primera prueba había sido superada, sus palabras tuvieron efecto en ella. Ahora sabía que en realidad ella estaba esperando otra cosa de él. El hombre dio media vuelta y se alejó para reunirse con Simon y Amanda en la mesa de honor.

Dani tomó la mano de su novio y la acarició suavemente. Él le dedicó una sonrisa dulce y la abrazó de nuevo. La chica trató de concentrarse en Benjamin, pero la imagen de Helmut estaba aferrada en su mente. Se reprendió a sí misma por desear que fuera el propio Helmut quién la abrazara. Suspiró y suavemente se apartó de él.

-¿Quieres que vayamos a sentarnos? - Preguntó mirándolo a los ojos - Han comenzado a servir y...

-Tengo que irme ya - Murmuró Ben un poco apenado.

-¿Por qué? - Exclamó Dani y no pudo ocultar su molestia - ¡La fiesta apenas está comenzando!

-Sí, lo sé - Se excusó Ben - Pero me llamó mi madre, mi hermana quiere dar un paseo y tengo que llevarlas al parque...

-¿No puede llevarla tu mamá? - Exclamó Dani, un poco desesperada - Hubiera sido genial que trajeras a tu hermana a la fiesta, ¡ella quería venir!

-A mamá no le gustan los lugares ruidosos y aglomerados. - se excusó Benjamin - Y sabes que no puedo negarme, eso provocaría la ira de mi madre y lo que menos deseo es que ella esté molesta conmigo.

-Tu madre bien pudo quedarse en su casa - Gruñó Danielle - Y tu hermana y tú disfrutarían de la fiesta...

-¡No seas egoísta! - Bufó Ben - Voy a irme, ya me despedí de los señores Ferguson - Murmuró el hombre - Sólo me faltabas tú - Suspiró - ¿Podemos vernos mañana por la tarde?

-¡No puedo! - Fue la respuesta de Dani - Iré al orfanato a visitar a la señora Rossi - Mintió la joven, en realidad no tenía planes para ese día pero estaba muy molesta con Bejamin.

-¡Entonces nos vemos el lunes! - Suspiró Benjamin mientras la abrazaba y le daba un beso en la frente.

Danielle se soltó de los brazos de su novio. Él le dedicó una sonrisa y le acarició el rostro antes de alejarse de ella. La joven cruzó los brazos y lo miró alejarse. ¡Estaba furiosa! Detestaba a la mamá de Benjamin, porque esa señora siempre se mostró grosera con ella. No disimulaba su aversión hacia la chica, al contrario, la trataba mal y Ben nunca la defendía, siempre se ponía del lado de su mamá.

Cuando la madre de Ben se enteró que Danielle era una chica sin hogar, que se crió en un orfanato y que prácticamente no tenía recuerdos de su familia, la mujer sacó a relucir todo el desprecio y el repudio que sentía hacia ella. En cambio la hermana de Benjamin era completamente distinta. La chica era dulce y se llevaba de maravilla con Dani. Por desgracia, Benjamin sólo excusaba a su madre poniendo de pretexto que la mujer había enviudado muy pronto, que tenía una hija enferma y que sólo contaba con él como apoyo.

La chica lanzó un sonoro suspiro y caminó hacia la mesa que habían preparado para ella y Ben. Decidió ignorar esos pensamientos que la deprimían. Estaba claro que ella y su novio jamás llegarían a tener algo serio y formal... pero, ¿acaso ella quería tenerlo? ¡No! Nunca se imaginó una vida al lado de él y sabía que Ben tampoco quería un compromiso. Él ya tenía uno y era con su madre y su hermana, ¿para qué tener otro más?

La chica había comenzado a salir con Ben para no sentirse sola y para tener a alguien cerca con quién compartir momentos especiales. Alguien que la escuchara y la aconsejara, pero sobre todo, una persona que le diera un abrazo cuando ella más lo necesitara. Desgraciadamente lo que ella imaginó no resultó ser como esperaba. ¡Ben no era esa clase de hombre! Podía ser atento y caballeroso, incluso empalagoso, pero no llegaba a satisfacerla como lo hacía Helmut.

Dani comenzó a degustar la comida que un mesero le había llevado, ¡moría de hambre! ¡Todos los platillos eran deliciosos! Sonrió satisfecha, trataría de disfrutar de la fiesta aunque fuera ella sola. Aún no había tenido oportunidad de ir a felicitar a la pareja ya que estaban rodeados de personas y ella estaba esperando a que estuvieran solos. Además, Helmut estaba cerca y lo que menos quería era volver a encontrarse con él.

-¿Puedo sentarme? - Murmuró Helmut tomando asiento antes de que Dani respondiera.

-Ya estás sentado - Comentó la joven, mirando cómo uno de los camareros le servía la entrada.

El hombre lanzó una sonora carcajada y la miró fijamente. Dani no pudo evitar reírse también, pero se sonrojó ante la intensa mirada que él le dedicó.

-Pensé que estarías acompañada - Exclamó Helmut comiendo con apetito - ¿Dónde está Doherty?

-Ben tuvo que irse - Comentó Dani encogiéndose de hombros - Su madre lo llamó...

-Y cómo él es un buen hijo, acudió al llamado de su madre - Sonrió Helmut - Creo que debió invitarla a la fiesta.

-La señora Doherty es una mujer muy... - Exclamó Dani buscando las palabras adecuadas para describirla - Quisquillosa - No le gustan este tipo de eventos, ni estar rodeada de gente.

-¡Qué señora tan amargada! - Dijo Helmut y se encogió de hombros - Y arrastra a sus hijos a su amargura, ¡qué pena! - Exclamó Helmut sin dejar de comer - Y por cierto, ¿cómo te llevas con tu suegra?

-¡No es mi suegra! - Dijo Dani tajantemente - Ben y yo no estamos casados.

-¿Y se casarán? - Volvió a preguntar.

-¡Es obvio que no! ¡Dah! - Respondió Dani mostrándole la lengua.

-¿Por qué? - Murmuró Ferguson - Hacen una hermosa pareja...

-¿Qué es esto? - Se quejó la chica - ¿Un interrogatorio del FBI?

-Curiosidad nada más - Dijo Helmut esbozando una encantadora sonrisa - Pero por tu respuesta, me imagino que no te llevas nada bien con la mujer...

-¡Ella me odia! - Exclamó Dani inmediatamente antes de dar un sorbo a su bebida - Desde que supo que me crié en un orfanato y que jamás tuve una familia, sacó a relucir su aversión hacia mí. Y desde el principio, hubo roces entre ella y yo.

-¡Puros pretextos! - Murmuró Helmut - Lo que pasa es que jamás le agradaste a esa señora.

-¡Quizá! - Dijo Dani restándole importancia al asunto - Pero, ¡ya basta de hablar de mí! ¿Qué hay de ti?

-Nada relevante - Comentó Helmut - Sólo trabajar y trabajar.

-¿Alguna novia? - Preguntó Danielle llena de curiosidad.

-No en realidad - Sonrió el hombre - Lo intenté, es verdad... ¡pero sólo tengo ojos para una mujer! - Dijo mientras la miraba a los ojos - Y esa eres tú, Danielle - Exclamó y le acarició el dorso de la mano.

Ante ese suave roce, Dani sintió como si una descarga eléctrica la recorriera y su corazón dio un vuelco. Ella también lo miró fijamente, perdiéndose en esos hermosos ojos color turquesa, ¿serían ciertas sus palabras? - Se preguntó sin dejar de mirarlo. ¿O sólo se trataba de un truco para hacerla caer de nuevo?

-¿No me crees? - Preguntó Helmut analizando la expresión en el rostro de la joven - ¡Estoy siendo sincero contigo! - Murmuró.

-No estoy segura de tus palabras - Exclamó la joven con desdén - Durante un año me ignoraste ¡y eso me dolió! - Gruñó la joven - Con esa actitud, me hiciste saber que no era importante para ti. - dijo y arrugó la nariz - Y hace unos momentos me dijiste que no estabas aquí para intentar reconquistarme...

-¡Lo sé! - Gimió Helmut - Pero no debemos hablar de eso ahora, no es el lugar, ni el momento para hacerlo - Suspiró - Por eso deseo hablar contigo lo más pronto posible...

-Necesito revisar mi agenda, ya te lo dije. - Exclamó la chica haciendo un puchero - Quizá... - murmuró y miró su móvil.

-¡Cuándo puedas! - fue la respuesta tajante de Helmut - No quiero presionarte.

-¿Te parece bien mañana? - preguntó Dani con una sonrisa - Podríamos vernos en mi departamento y charlar.

-Encantado - murmuró Helmut y sonrió.

Helmut iba a añadir algo más cuando su tío lo llamó. Inmediatamente se disculpó con Dani y se levantó para alejarse con rapidez. El hombre estaba contento, porque Danielle no se había negado a hablar con él. Había esperado una negativa por parte de la chica, sin embargo las cosas estaban saliendo mucho mejor de lo que él había pensado.

Dani observó como Helmut se alejaba y lanzó un suspiro. Había intentado mantenerse firme, aparentar molestia y tratar de rechazarlo, ¡pero era imposible! En primer lugar, quería aclarar las cosas con Helmut, deseaba saber porque él la había dejado. Y en segundo lugar, quería pasar tiempo con él... ¡tenía sentimientos encontrados!

-¿Ya te lo propuso? - la voz de Jack la volvió a la realidad.

-¿Qué cosa, pequeño? - preguntó Dani con curiosidad - ¿De qué hablas?

-Te pregunto si Helmut te ha propuesto matrimonio, dijo que... - murmuró el chico pero no terminó la frase pues llevó su mano hasta su boca para no continuar.

-No me ha pedido nada - respondió Danielle con el corazón latiendo de emoción, ¿Helmut iba a pedirle matrimonio? - Además, no tengo idea de lo que ustedes dos están tramando. - murmuró aparentando sonar molesta.

-¡No te enojes! - exclamó Jack tomándola de la mano - Sólo puedo decirte que Helmut te ama y que está dispuesto a todo para recuperarte y que vuelvas a formar parte de su vida.

-Si él no me hubiera dejado, nada de esto había sucedido, Jack. - respondió la joven con tristeza - Así que él tiene la culpa de esto.

-Sólo tienes que perdonarlo y listo... ¡tú lo amas! - dijo el chiquillo lleno de emoción.

-Sí, yo lo amo - murmuró Dani, no podía negárselo a Jack - ¡Pero Helmut no me ha pedido perdón! Así que no puedo hacer nada al respecto. - exclamó - Sólo me pidió que habláramos y eso es lo que haremos.

-Bueno, por algo se empieza. - sonrió el niño - ¿Quieres bailar?

Dani asintió y tomó la mano del pequeño Ferguson para ir directo a la pista de baile. Sin embargo, sus ojos no se despegaban de Helmut. El hombre hablaba con su tío y un grupo de personas, pero de vez en cuando giraba la cabeza para mirar hacia el sitio donde ella y Jack bailaban.

Helmut observaba a la peculiar pareja que se movía con gracia al ritmo de una canción de The Weeknd, sonrió y se despidió del grupo de personas con las que se encontraba charlando. Caminó rápidamente y se detuvo detrás de Dani quién comenzó a dar vueltas. El hombre la tomó por la cintura y la atrajo hacia él para besar sus mejillas.

-¿Me permites, Jack? - dijo Helmut guiñando un ojo y mirando con picardía a su pequeño primo.

-¡Por supuesto! - respondió el chiquillo - Te veo más tarde, Dani. - exclamó y corrió directamente hacia donde se encontraban sus padres.

Dani lo miró alejarse, al parecer Helmut y Jack tenían un plan para que ella pudiera quedar a solas con el hombre. La chica frunció el ceño y miró a Helmut con molestia, ¡quería una explicación!

-¿Qué te pasa, cariño? - preguntó Helmut mientras él y Danielle comenzaban a moverse al ritmo de una melodía lenta y romántica.

-Jack y yo nos estábamos divirtiendo - fue la respuesta de la chica - ¿Por qué tenías que aparecer?

-Yo también quiero bailar contigo - exclamó Helmut.

-¡Pero yo no! - dijo Dani con molestia.

-¡Oh, vamos! - murmuró Ferguson - Sólo un baile.

-Ya que - dijo la chica arrugando la nariz - No tengo otra opción, ¿o sí?

-No - se río Helmut y besó su nariz - ¿Ya te despediste de los novios?

-¿Ya se van? - preguntó Dani sorprendida - ¡No había tenido oportunidad! Han estado muy solicitados, obviamente.

-Se irán en media hora - respondió Helmut - ¿Vamos con ellos?

-¡Me encantaría! - murmuró Danielle tomando la mano de Helmut para caminar hasta la pareja de felices esposos.

Amanda abrazaba con fuerza a Jack, el niño lloraba y se aferraba al cuerpo de su madre, mientras que Simon trataba de explicarle que sólo estarían fuera un mes y que él estaría bien bajo el cuidado de Helmut. Pero el niño se empeñaba en acompañarlos en su viaje de luna de miel.

-¡Pobrecito! - exclamó Dani - Yo te cuidaré, no debes preocuparte.

-¡Pero yo no quiero que se vayan sin mí! - se quejó Jack - Siempre viajan conmigo...

-¡Ya te expliqué porque tienen que viajar solos! - dijo Helmut abrazando a su primo - Nos divertiremos mucho tu y yo.

-Ya que - exclamó Jack - Iré buscar a mis abuelos. - dijo y se alejó.

Dani se río por el comentario de Jack, ese niño era bastante ocurrente. La chica también aprovechó el momento para despedirse de la pareja de recién casados, quienes estaban por salir al aeropuerto.

Antes de que el nuevo matrimonio abandonara la fiesta, Helmut ofreció un brindis por sus tíos. Les deseó felicidad absoluta y un buen viaje de luna de miel. Los invitados despidieron a la pareja entre aplausos y muchas hurras.

-Creo que llegó el momento que yo también me vaya - Murmuró Dani al oído de Helmut.

-¿Quieres que te lleve? - Preguntó el hombre tomándola por la cintura.

-Llamaré un Uber - Sonrió la joven - No te preocupes...

-Yo también me iré - Comentó Helmut - Así que no me cuesta nada llevarte, me queda de paso - exclamó y le guiñó el ojo.

-¿No vas a cuidar de Jack? - Preguntó Danielle, preocupada por el chico.

-Estará el fin de semana con sus abuelos - Comentó Helmut - A partir del lunes por la tarde, estará conmigo ya que sus abuelos regresan a Escocia.

-¡Te ayudaré a cuidarlo! - Exclamó Dani - Dudo mucho que tú sepas de niños.

-Sé más de lo que te imaginas - Murmuró el hombre esbozando una angelical sonrisa que derritió a Dani - Hay muchas cosas que ignoras sobre mí.

Dani lo miró con los ojos entrecerrados. Dudaba un poco de las capacidades de Helmut para tratar a un niño. Estaba segura que Helmut sabía mucho de negocios, ¡pero no de niños! Sin embargo, él estaba en lo cierto, había muchas cosas que ella ignoraba sobre Helmut y que por supuesto, a ella le encantaría conocer.

-¡Me gustaría verlo! - Se rió Danielle - Apuesto a que no sabes nada.

-El lunes lo verás - Exclamó él - Es hora de irnos - Murmuró y la tomó de la mano para conducirla hasta su auto.

La chica suspiró, pero permaneció en silencio mientras él conducía. Helmut también estaba callado, concentrado en el camino, sin embargo, no podía dejar de mirarla de reojo de vez en cuando. Danielle miraba por la ventanilla, observando las calles de la ciudad; se relajó y cerró los ojos por unos minutos hasta que la voz de Helmut la despertó.

-Ya llegamos - Dijo él con suavidad.

Danielle le sonrió y le acarició la mejilla antes de tomar la mano del hombre y bajar del vehículo.

-¿Quieres entrar? - Preguntó Dani, sólo por cortesía. Pero en realidad esperaba que él le dijera que no; ya que no estaba segura de cómo actuar ahora que estuvieran solos.

-Me encantaría - sonrió el hombre - Pero lo dejaremos para mañana - Murmuró sin dejar de sonreír - Vi tu cara de susto...

-¡No pasa nada! - Respondió la chica y se hizo a un lado para dejarlo entrar.

Helmut asintió y entró en la vivienda, seguido de Danielle. Ella cerró la puerta con suavidad y caminó lentamente, pasando junto a Helmut, quién permaneció de pie en el umbral. Dani giró el rostro, dispuesta a decirle algo al hombre. Ferguson no perdió el tiempo, con un veloz movimiento, la sujetó de la cintura, colocándola de espaldas a la pared y aplastándola con su cuerpo. ¡La deseaba! Deseaba tanto fundirse de nuevo con ella y hacer el amor como en los viejos tiempos.

Dani lanzó un jadeo y lo miró a los ojos. Él también la miraba con fiereza; ella volvió a jadear al sentir el rostro de Helmut tan cerca del suyo. Sus ojos turquesa brillaban con lujuria y a ella le temblaron las piernas. Sin pensarlo, la joven le echó los brazos al cuello, atrayéndolo más. Él le sonrió de manera perversa y su aliento le rozó la mejilla.

Helmut ya no quiso perder más el tiempo, todo el día estuvo deseando saborear la boca de Danielle y sin que ella lo esperara, el hombre atrapó la boca de Dani, quién al principio se sintió un poco turbada y sin saber qué hacer. Pero ese sentimiento se evaporó tan rápido como llegó. Helmut la tomó por la cintura, ciñéndola aún más a su cuerpo, mientras que Dani se aferraba a su cuello. Helmut no lo dudó un instante y metió su lengua en la boca de Dani, explorándola y saboreándola. Sus lenguas se enroscaron y la intensidad del beso aumentó, haciéndolos sentir un sinfín de emociones. En ese beso dijeron cuánto se extrañaron y lo mucho que se deseaban.

Las manos de Helmut tantearon la falda del vestido de la chica para comenzar a levantarla, enroscándola en la cintura de la mujer. La mano derecha de Helmut descendió por la pierna de la chica hasta la parte interna del muslo. Dani gimió al sentir esa mano ardiente recorrer su piel. Su vientre se contrajo cuando su sexo se humedeció y comenzó a palpitar... ¡carajo!

Danielle recobró la conciencia y se apartó con brusquedad que sintió que perdía el equilibrio. Sus piernas aún temblaban, ¡ese beso la había descontrolado! La chica se aferró a los hombros de Helmut. Sus rostros quedaron a escasos centímetros el uno del otro y la gran fuerza de atracción volvió a unirlos en un beso más salvaje que el primero. Helmut se deleitó mordiendo los carnosos labios de Dani y ella gimió, apretándose con más fuerza y frotando sus senos en el pecho del hombre, que lanzó un gruñido. Las manos del hombre descendieron hasta el trasero de Dani, apretando fuertemente sus nalgas. Ella pudo sentir la erección de Helmut a través de la tela de su pantalón y volvió a gemir sin soltar la boca del hombre.

-¡Creo que debo irme ya! - Murmuró Helmut con voz ronca - Estaré aquí mañana para desayunar - Exclamó pasándose la mano por el cabello - ¿Te parece bien a las nueve?

Dani asintió sin saber que decir. La chica era presa de distintas emociones y deseaba más. Realmente extrañaba los besos de Helmut y sus caricias, y la manera en que la descontrolaba con su sola presencia. La chica quiso añadir algo, pero Helmut se alejó de ella hacia la salida, abrió la puerta y salió, dejándola ahí, sola y deseosa de más besos.

♣ ♣ ♣ ♣ ♣

¡Se han vuelto a encontrar! Y por lo que podemos notar, ambos no han dejado de sentir amor el uno por el otro, aunque Dani trate de fingirlo. Su relación con Ben no es buena y puede ser que tarde o temprano él salga de su vida así como llegó.
¿Qué les pareció este capítulo? Espero que lo hayan disfrutado.
No olviden dejar sus votos y comentarios y gracias por su apoyo.
Maria Decapitated

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