Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

CAPÍTULO 33

Helmut colgó el teléfono y se frotó el rostro, un poco molesto por la actitud de Dani. Se levantó de su asiento y se acomodó el saco y la corbata. Debía darse prisa, de lo contrario, estaba seguro que Danielle se iría sola al teatro. Él también deseaba asistir al ballet, por algo había adquirido los boletos. Disfrutaba mucho de esa actividad, le encantaba el ballet, la ópera, conciertos de música clásica y muchas actividades más. Volvió a mirar el reloj y salió de la oficina a toda prisa. No era muy tarde, sólo estaba retrasado por un par de minutos, nada que no pudiera solucionarse.

El hombre salió de la oficina y caminó rumbo al ascensor. Helmut estaba por llegar al primer piso, cuando escuchó un disparo. ¿Qué carajo estaba sucediendo? Se preguntó mientras las puertas del ascensor se abrían. De inmediato, su equipo de seguridad se movilizó y corrieron hacia el estacionamiento de la empresa. Helmut se preocupó por Dani, ¡ella se encontraba en ese lugar! Marcó el número de móvil de la joven, sin embargo, ella no respondió.

-¡Maldición! - Gritó angustiado y también corrió rumbo al estacionamiento. Esperaba no encontrarse con una terrible escena.

Al llegar al lugar, Helmut se reunió con su equipo de seguridad. El hombre estaba demasiado intranquilo ya que había una persona herida, su automóvil no estaba, y por supuesto, tampoco había rastro de Danielle. Además, él había escuchado varios disparos. ¡Necesitaba saber qué estaba pasando!

-¿Qué fue lo que paso? - Preguntó Helmut corriendo hacia su chofer - ¿Dónde está Danielle?

-¡La señorita Lennox! - Murmuró el chofer que intentaba incorporarse después del golpe recibido - ¡Se la llevaron!

-¿Quiénes se la llevaron? - Gritó Helmut, histérico.

-Unos hombres - Gimió el chofer - ¡No sé quiénes eran! Pero hablaban con un marcado acento hindú - Suspiró - Ellos me golpearon y le dispararon al guardia.

-¡Joder, joder, joder! - Dijo Helmut apretando los puños - ¡Sabía que se trataba de Patel! - Gruñó y miró a sus hombres - ¡Debemos ir por ella!

-¡Cómo usted diga, señor! - Respondió el jefe de la guardia y de inmediato dio instrucciones a los hombres - Espero no hayan desactivado el radar del automóvil - Dijo mientras comenzaba a rastrear el vehículo.

-¡Voy llamar a la policía! - Exclamó Helmut subiendo al auto de sus escoltas - Debemos salir de inmediato, no creo que hayan ido muy lejos. Por ahora, llamen una ambulancia para que atiendan a los heridos - Murmuró y uno de sus guardaespaldas hizo lo que él le pedía.

-¡Efectivamente, señor! - Intervino el jefe de la guardia poniéndose en marcha - Nos llevan un par de manzanas de ventaja, pero los alcanzaremos en breve - Dijo mientras el auto salía del estacionamiento, seguido de un par de autos más.

Helmut asintió y marcó el número de emergencia para dar aviso a las autoridades. Por suerte conocía el número de matrícula de su auto, así que sería más fácil rastrearlo. Aunque estaba demasiado intranquilo por Danielle. Patel era capaz de cualquier cosa, ¡ya lo tenía comprobado! Por un momento llegó a creer que ese sujeto se había olvidado de su trato con Riley, pero parecía que lo tenía todo meticulosamente planeado.

-¡Conduce más rápido! - Gritó Helmut sin dejar de mirar el GPS - Debemos darles alcance - Gruñó cada vez más tenso.

El hombre asintió y pisó el acelerador antes de tomar un atajo, su escolta se notaba tranquilo y sereno, mientras que Helmut estaba hecho un manojo de nervios. Trató de calmarse y marcó el número de Dani, esperando que ella estuviera a salvo.

-¡Hola amor! - Helmut escuchó una voz chillona y horrible que respondía su llamada.

-¿Dónde está Dani, desgraciado? - Preguntó Helmut bastante furioso.

-Ella está feliz porque pronto nos largaremos de aquí para establecernos en Nueva Delhi...

-¡Danielle no irá contigo, estúpido! - Gruñó Ferguson - Yo me aseguraré de que así sea.

-Lo dudo, señor Ferguson - Se rió Rohit - Usted no cumplió el trato, así que yo he tomado lo que es mío, ¡no intente reclamarlo!

-¡Helmut, Helmut! - Se escuchó la voz de Danielle del otro lado de la línea - ¡Ayúdame, por favor!

-¡Cállate, zorra! - Gritó Patel, al tiempo que se escuchaba una sonora bofetada, seguido del grito agudo de la chica.

-¿Qué le estás haciendo, desgraciado hijo de perra? - Murmuró Ferguson entre dientes - Si me entero que te has atrevido a levantarle la mano, juro que voy a hacerte pedazos...

Helmut no pudo seguir hablando, la llamada fue interrumpida por Patel. Ferguson estaba furioso y cada vez más desesperado. ¡Ese desgraciado estaba maltratando a Dani! Él no iba a dejar que ese imbécil se saliera con la suya, él iba a recuperarla y a darle su merecido a ese infeliz hindú.

♣ ♣ ♣ ♣ ♣

Dani lloraba después del golpe recibido. Pero a pesar de ello, se sentía un poco aliviada porque sabía que Helmut estaba buscándola y que pronto la rescataría de las manos de esos rufianes. Llevó su mano al rostro y comenzó a masajear la parte dolorida.

-¡Deja de llorar, puta! - gritó Patel, jalándola del pelo - No volverás a ver a tu marido, ¡porque ahora eres mía! Me perteneces. Así que será mejor que te hagas a la idea y te vayas acostumbrando a mi trato...

-¡Jamás! - Gritó Dani y lo escupió - ¡Eres un cerdo! - Volvió a gritar - Y para que lo sepas, yo no te pertenezco, ¡yo le pertenezco a Helmut Ferguson! - Exclamó - Él te dará tu merecido.

-¿Acaso el te compró primero, puta? - Escupió el hombre - ¡Ese maldito de Hank! Ojalá se esté pudriendo en el infierno.

-¡Igual que tú! - Exclamó Dani y lo volvió a escupir.

La chica continuó gritando, insultando a Patel y diciéndole que no se saldría con la suya, que iba a recibir su merecido. El hombre también le gritaba que guardara silencio o quién recibiría su merecido sería ella. Sin embargo, el sonido de unos disparos, unido a las patrullas de la policía, logró que Danielle se sobresaltara y guardara silencio.

-¡Con un demonio! - Maldijo Rohit y urgió a su chofer a acelerar la marcha - ¡Disparen! ¡Disparen! - Exclamó a través de un radio para hablar con el resto de su gente - Les dije que si alguien se oponía, ¡que lo liquidaran!

Danielle se tensó, estaba segura que Helmut estaba junto con la policía y que no iba a dejarla sola. La chica comenzó a angustiarse cuando los hombres de Rohit devolvieron el ataque con ametralladoras, logrando que una patrulla se estrellara contra un edificio. Dani lanzó un agudo grito al darse cuenta que los disparos no cesaban.

-¡He dicho que callen a esta perra! - Exclamó el hindú - ¡Ya no la soporto! ¡Hazla callar de una buena vez! - Dijo mirando a uno de los tipos que se encontraban junto a la muchacha.

El sujeto asintió y sin que Dani lo esperara, le propinó una fuerte bofetada en el rostro y la jaloneó del cabello. La chica trató de defenderse y forcejeó con el hombre, intentando golpearlo también, sin embargo, el otro tipo que viajaba junto con ellos le dio un golpe en la cabeza y la chica perdió el conocimiento.

-¡Así aprenderá! - Gruñó Patel - Las mujeres son como los animales, ¡sólo aprenden con golpes!

Una nueva ráfaga de disparos volvió a perturbar el silencio. Los estaban alcanzando, así como el sonido de las sirenas de la policía. Si no se apresuraban, pronto se verían rodeados y los planes del empresario hindú se vendrían abajo.

-¿No puedes ir más a prisa? - Gruñó molesto, mirando a su chofer.

-Voy tan aprisa como puedo, señor - respondió el hombre.

Patel iba a quejarse de nuevo cuando un grupo de autos de la policía les bloquearon la salida de esa avenida. El chofer intentó dar vuelta en "U", pero sabía que detrás de ellos, la gente de Helmut Ferguson los seguía, pisándoles los talones. El hombre no pudo controlar el vehículo, ¡estaban perdidos! Intentó detenerse, pues estaban a punto de chocar con un restaurante localizado en la esquina de la calle.

-¡Eres un estúpido animal! - Gritó su jefe antes de que terminaran estampándose en la fachada del pintoresco local.

La gente que se encontraba dentro, salió despavorida. Por suerte no hubo ningún herido y rápidamente, los elementos de la policía rodearon a Patel y a sus hombres.

-Salgan con las manos en alto - Dijo un agente - Los tenemos rodeados, no intenten nada, de lo contrario nos veremos obligados a disparar.

Patel estaba furioso, ¡no tenía escapatoria! Todos sus movimientos fueron en vano, había perdido mucho dinero, mucho tiempo, ¡todo! Y para colmo, un oficial de la policía le apuntaba con un arma en la cabeza. Esta vez, ¡iría a parar a la cárcel!

El vehículo dónde viajaba Helmut se detuvo. El hombre tenía el corazón acelerado, a punto de salírsele del pecho. Había visto cómo el auto en el que viajaba Rohit y Dani se estampaba contra ese local. Ferguson estaba muy angustiado y preocupado por lo que pudiera sucederle a la joven.

No bien se detuvo su auto, Helmut bajó de inmediato de este y corrió hacia dónde se encontraban los paramédicos, quienes sacaban del auto a Dani. La chica estaba inconsciente y por un instante, Helmut pensó lo peor.

-¡Dani! - Gimió el hombre y se acercó a ellos - ¿Está bien? - Preguntó desesperado - ¡Por favor! Díganme que se encuentra bien.

-Esta inconsciente - Murmuró una mujer - La señorita recibió un golpe en la cabeza, la revisamos y parece que se encuentra bien - Continuó y sujetó a Helmut, tratando de tranquilizarlo - De cualquier manera será trasladada al hospital para descartar cualquier daño.

Helmut asintió y se hizo a un lado para que los paramédicos subieran a Dani a la ambulancia. Esperaba poder acompañar a la chica al hospital, pero aún tenía que dar su declaración a la policía. Decidió esperar, llamaría a Simon para que fuera al hospital con Dani y... Helmut dio la vuelta, pues una suave mano toco la suya.

-¡Helmut! - Gimió la joven y le dedicó una sonrisa.

El hombre guardó su teléfono y sostuvo la mano de la chica entre las suyas. ¡Dani estaba bien! Podía verlo, podía sentirlo.

-¿Cómo estás cariño? - Preguntó abrazándola con delicadeza - ¿Qué te hizo ese desgraciado?

-¡Estoy bien! - Suspiró ella - ¡Estoy viva! ¡Estoy contigo! - Dijo feliz - Sólo me maltrató un poco, creo que fue más grande el susto.

-Van a llevarte al hospital...

-No es necesario - Exclamó Dani de inmediato - Me siento bien, ¡quiero ir a casa!

-Debes ir - Murmuró Helmut - Deben revisarte, tienen que cerciorarse de que realmente estás bien - Dijo y volvió abrazarla - ¡Dios! Estaba tan preocupado - Murmuró y le sujetó el rostro con ambas manos - ¡Temí lo peor! Creí que no volvería a verte y... - Suspiró - ¡Que te perdería para siempre!

-¡Estoy bien cielo! - Rió Dani y lo besó con ternura - Sólo llévame a casa, por favor - Gimió la joven arrojándose a sus brazos.

-No puedo concebir la idea de estar sin ti - Murmuró Helmut besándola en el rostro - ¡Te amo Danielle! - Susurró estrechándola contra su pecho - Te amo y si algo te hubiera pasado... ¡jamás me lo perdonaría!

Dani no podía creer lo que escuchaba. Quizá todo era parte de su imaginación, causado por el golpe recibido. Su corazón se emocionó, latiendo a toda prisa y de sus ojos brotaron un par de lágrimas. Se apretó contra él sin poder decir nada, las palabras habían muerto en su boca...

-Vamos a revisar a la joven y si todo está bien, podrá llevársela a casa - Comentó la paramédico dedicándoles una enorme sonrisa - Ya tendrá tiempo para consentirla.

Helmut soltó a la chica y sintió, dejando que los paramédicos se hicieran cargo de la chica. Dani estaba decepcionada, Helmut acababa de confesarle su amor en el momento menos adecuado; ¡y luego esa mujer inoportuna! Lo había echado a perder, pero tenían que cerciorarse que ella estaba bien.

Helmut bajó de la ambulancia e instantes después, un oficial de la policía se acercó a él y le tomó la declaración. Luego de que él hablara un largo rato con la policía, el oficial subió a la ambulancia y se acercó a Dani para hacerle algunas preguntas y cerciorarse también de que la joven se encontrara en perfecto estado.

-Entonces - Murmuró Dani mirando a los policías y los paramédicos - ¿Ya puedo ir a casa?

La gente estuvo de acuerdo en que ella se fuera con Helmut. El hombre la condujo hasta el auto y pidió a su chofer que los llevara a casa. Dani recostó su cabeza sobre el hombro de Helmut y lanzó un suspiro. Se sentía tan bien estando junto a él, ahora estaba protegida y a salvo, al lado del hombre que amaba. El tiempo que había estado en el auto con esos hombres había sido un infierno, la chica fue presa del miedo y la desesperación. Afortunadamente, Helmut actuó con rapidez y lograron salvarla de las garras de ese horrible sujeto.

-¡Nos hemos perdido la función de esta noche! - exclamó Dani y le dedicó una sonrisa a Helmut.

-¡Eso es lo de menos! - respondió Ferguson y depositó un beso en su frente - Lo importante es que estás a salvo. - exclamó el hombre - Esos tipos no volverán a acercarse a nosotros. - murmuró.

-¡Tenía tanto miedo! - susurró Danielle y se apretó contra el pecho de Helmut - Pensé que jamás volvería a verte y que ese tal Patel me llevaría lejos de todo lo que amo.

-Yo no lo iba a permitir - dijo Helmut con firmeza - No iba a dejar que ese hombre se saliera con la suya. - exclamó - No iba a permitir que te apartara de mi lado.

-Gracias por salvarme, Helmut - murmuró Danielle antes de besarlo tiernamente en los labios.

Helmut la miró con amor y abrió la puerta de la habitación para que Dani entrara junto con él.

-Creo que debes descansar luego de tanto ajetreo - Murmuró el hombre - Fue un día muy duro para ti.

-Voy a darme una ducha, ¿vienes? - Preguntó Dani mientras comenzaba a quitarse la ropa.

Helmut asintió y también se quitó la ropa para seguir a la chica al cuarto de baño. El agua caliente los relajó, mientras caía sobre sus cuerpos. El hombre se colocó detrás de ella, pegándose al cuerpo de la joven. Dani se estremeció cuando las manos de Helmut se posaron sobre sus senos, masajeándolos y sus labios le besaron el cuello. Inmediatamente la chica se dio la vuelta y lo abrazó con fuerza, besándolo con intensidad.

-¡Me encanta compartir la ducha contigo! – Gimió Dani sonriéndole - ¿Quieres que te bañe? – Preguntó sin dejar de sonreír y poniéndose colorada.

Él asintió y le dedicó una sonrisa perversa. Danielle puso manos a la obra y comenzó a asear a Helmut, pasando delicadamente la esponja por el cuerpo del hombre. Dedicó un buen tiempo explorando, analizando a conciencia cada parte del cuerpo de Helmut. De vez en cuando lo miraba a los ojos, le sonreía y le lanzaba besos. Él dejó todo en manos de la joven y sólo lanzaba uno que otro suspiro cuando las manos de ella rozaban su piel y su sexo que comenzaba a crecer, excitado por ese fino roce.

Helmut entró en el agua para que esta se llevara el jabón que cubría su cuerpo. Dani apretó su cuerpo contra el de él mientras Helmut la ceñía por la cintura. Ella lo miró a los ojos, su mirada estaba llena de amor y devoción por él. Ella estaba impaciente, desesperada por escucharlo decirle que la amaba, que lo de hacía un rato no había sido un sueño y que ella no estaba equivocada. Helmut también la miró y le acarició el rostro antes de besar tiernamente sus labios.

-¿Cómo te sientes, mi cielo? – Preguntó Helmut apretando cariñosamente el trasero de Dani.

-¡Me siento bien! - suspiró - Ya te lo dije, fue sólo el susto - Sonrió - Ahora estoy a salvo porque estoy a tú lado, sé que tú me vas a cuidar y a proteger, ¿no es así? - Preguntó y él asintió.

-Con mi vida si es posible - Suspiró Helmut - Dijo y tomó la esponja para comenzar a lavar el cuerpo de la chica.

Dani cerró los ojos y dejó que él se hiciera cargo de todo. Con mucha delicadeza y cuidado, él la enjabonó, rozando la esponja por el cuerpo de la chica. Danielle sólo se estremecía bajo esas caricias. Cuando terminó, Helmut la empujó con suavidad dentro del agua para que esta se llevara el jabón.

Helmut le dedicó otra sonrisa y la abrazó con firmeza al tiempo que buscaba los labios de Dani para besarla con deseo. Ella también lo abrazó y correspondió a ese beso. Ambos comenzaron a llenarse de caricias mientras el beso se tornaba más posesivo y pasional. La mano de Helmut se deslizó lentamente por la espalda de la chica hasta su trasero, lo estrujó y lo masajeó con ganas. Dani sólo dejó escapar una carcajada y frotó su cuerpo contra el del hombre, experimentando su excitación entre sus muslos.

Helmut continuó masajeando el culo de la chica y sus dedos traviesos fueron más allá para juguetear con su sexo caliente y húmedo. La risa de la chica se convirtió en gemido y abrió las piernas para que él tuviera libre acceso a su feminidad, provocando que la humedad se hiciera más intensa y que el calor del deseo se extendiera sobre su cuerpo como un incendio en un pajar. Ella acarició el pecho de Helmut, bajando lentamente y deteniéndose cerca de su pene erecto. La chica se mordió el labio y lo sujetó delicadamente para comenzar a estimularlo.

Los dientes de Helmut mordieron el cuello de la chica cuando ella comenzó a deslizar su mano sobre su sexo, el cual se hinchaba y crecía ante el aumento de la velocidad de esas caricias. Él bufó y jadeó ante el suave roce de la mano femenina y se dejó llevar durante un momento. Danielle lo contemplaba maravillada, Helmut lo estaba disfrutando, sus ojos cerrados y esa sonrisa en su rostro se lo hacían saber.

Helmut abrió los ojos y sujetó la mano de Dani para evitar que continuara masturbándolo. Ella protestó, lanzando un gemido ahogado. Pero él no la dejó continuar, unió sus labios a los de ella en un beso apasionado, la lengua de Helmut penetró en la boca de Dani para juguetear con su lengua. Ella se aferró a esos hombros fuertes y anchos, volvió friccionarse contra él, frotando su pubis contra su sexo hasta arrancarle un gruñido.

Ella se apartó abruptamente de los labios del hombre, quién abrió la boca para protestar. Dani le puso el dedo índice para hacerle guardar silencio y comenzó a trazar un camino de besos húmedos y sonoros, desde su cuello hasta su vientre. Helmut bufaba y gemía sintiendo que los labios de Dani descendían peligrosamente hasta su bajo vientre, dónde ella deslizó su lengua, dispuesta a todo. No obstante, el hombre no permitió que hiciera lo que ella tenía pensado y, sujetándola por las axilas, la obligó a ponerse de pie.

-¡Oye! – Gritó Danielle frustrada y molesta al verse descubierta - ¡Yo quería...!

Helmut no dijo nada, ni siquiera le hizo caso y con un veloz movimiento de su mano, azotó el trasero de la chica, arrancándole un gemido de placer para después darle la vuelta y ponerla frente a la pared del baño. Ella cerró los ojos, permitiendo que él tomara sus manos para apoyarlas sobre la pared. Dani se estremeció y levantó su trasero para frotarlo contra el sexo ardiente de Helmut y abrió las piernas.

Las manos del hombre comenzaron a masajear los pechos de la chica, presionándolos con firmeza o frotando sus palmas sobre sus pezones endurecidos. Dani gemía y empujaba su cadera contra la pelvis de él cada vez que Helmut apretaba sin piedad sus pezones. La feminidad de Dani parecía una cascada, sus fluidos corporales se deslizaban por sus muslos cada vez que las caricias del hombre se volvían más desesperadas.

¡Ella quería más! Así que tomó una de las manos de Helmut y la deslizó por su pecho y vientre, deteniéndose sobre su sexo. Escuchó la acelerada respiración del hombre sobre su oreja y ella lanzó un gemido agudo. Helmut adivinó de inmediato lo que ella deseaba cuando Dani abrió las piernas y sus dedos se mojaron con sus fluidos. Lentamente, los dedos masculinos comenzaron a jugar con los pliegues mojados del sexo de la chica, explorando su feminidad y tirando suavemente de su clítoris hinchado.

El cuerpo de Dani se sacudió ante las sensaciones que lo invadieron. Nuevamente, ella bajó su mano para colocarla sobre la de Helmut y dictarle los movimientos que debía seguir. Los dedos de él se movieron veloces sobre su vulva y poco después, la penetró con dos de ellos. Danielle arqueó la espalda y comenzó a mover su cadera en círculos concéntricos, parándose de puntillas y afianzando sus manos sobre la pared.

Helmut jadeaba como una bestia en celo, estaba cada vez más excitado, pues las nalgas de la joven se frotaban veloces sobre su pene erecto y a punto de estallar, su mano estaba empapada con los fluidos de Dani, entre tanto, sus dedos podían sentir cómo las paredes vaginales de la joven se contraían sobre ellos, aprisionándolos.

Danielle sentía que no podía más, los dedos de Helmut entraban y salían de su interior, imitando los movimientos de su sexo, su cuerpo temblaba y no podía dejar de gemir y jadear. Arqueó la espalda, recostando su cabeza en el hombro de Helmut, quién sujetó la barbilla de la chica para unir sus labios a los de ella. Comenzó el beso de forma suave, moviéndose contra la boca de la chica, pero en poco tiempo, el beso se hizo profundo y casi despiadado. Dani ahogó un jadeo y él aprovechó para asaltar la boca de la joven, explorarla y saborearla. Ella sentía que sus piernas no podían sostenerla por mucho, pues las primeras oleadas del orgasmo se hicieron presentes. Los dedos de Helmut salieron de su interior y apretaron varias veces su clítoris hasta que ella se desvaneció y embargada por el orgasmo, se apartó de los labios del hombre para entregarse con un grito.

Con un brazo, Helmut la rodeó por la cintura, inclinándola un poco. Su pene rozó la entrada de la feminidad de Dani por un par de veces y la penetró con una certera embestida, le besó el cuello y comenzó su rítmico vaivén. Danielle apoyó las palmas sobre la pared de la ducha y se unió a sus movimientos. Continuaba excitada y deseosa de más. Helmut era un hombre apasionado que buscaba complacerla y complacerse a sí mismo.

El hombre jadeaba y bufaba poseído por la pasión, estaba llegando a su punto máximo. Él y Dani se movían a la par, entregándose el uno al otro y gozando de la unión de sus cuerpos. Las manos de Helmut la sujetaron por los senos y aceleró las embestidas, pegándola aún más a su cuerpo. Dani se tambaleaba, estaba en la cúspide del placer y muy pronto volvería a estallar en pedazos.

La chica se inclinó aún más, afianzó las manos a la pared del baño y también recargó su cara contra el frío azulejo. Los gemidos y los gruñidos inundaron el baño, uniéndose al sonido del choque de pieles. Las embestidas de Helmut bajaron en velocidad, pero eran cada vez más profundas. De nuevo, él volvió a aumentar la velocidad de sus acometidas, penetrándola con violencia. Dani gritó y se entregó a las deliciosas sensaciones de ese nuevo e intenso orgasmo. Helmut volvió a empujar su cadera contra antes de dejar escapar un gruñido de satisfacción al haber alcanzado la cima del placer.

♣ ♣ ♣ ♣ ♣

Helmut besó la frente de la chica y ella se acurrucó contra su pecho, escuchando los latidos del corazón del hombre. Helmut volvió a besarla y acarició su espalda y su trasero. Danielle levantó la mirada mientras que su mano derecha acariciaba el mentón del hombre.

-¿Puedo preguntarte algo? - Exclamó Dani no pudiendo contener su curiosidad.

-Adelante - Murmuró él, devolviéndole la mirada.

-Es sobre lo de hace rato - Respondió Danielle con timidez - ¿Es cierto? - Preguntó con el corazón a punto de salírsele del pecho - ¿Es verdad que me amas?

El hombre no respondió inmediatamente, Lanzó un profundo suspiro mientras meditaba la respuesta. ¡Lo había dicho casi sin pensar! Estaba muy preocupado por Danielle y temía que algo malo le sucediera a la chica. En ese momento, todos sus sentimientos salieron a relucir, sin embargo, era verdad, ¡la amaba! La amaba con todas las fuerzas de su corazón, la amaba como jamás había amado a ninguna mujer. Ni siquiera a Allyson la amó con tanta pasión, con tanta entrega y devoción. Helmut volvió a suspirar y acarició el rostro de la joven en dónde ya comenzaban a aparecer algunas marcas violáceas debido a los golpes.

-¡Te amo! - Murmuró él con voz ronca y con emoción - No estaba mintiendo, ¡no podría mentir con eso! - Susurró y la estrechó con más fuerza - Me absorbes, me penetras, colmas mis ansias. Te estás convirtiendo en lo único importante en mi vida, Danielle - Suspiró y la besó con pasión hasta que les faltó el aliento - Al conocerte, comencé a percibir algo nuevo dentro de mi.... algo ardiente, increíble, mágico y romántico.

Helmut guardó silencio, Dani comenzó a sollozar y ocultó su rostro en el pecho del hombre para comenzar a llorar. ¡No podía creerlo! Helmut le estaba confesando su amor, jamás se imaginó que él pudiera llegar a amarla.

-Yo... - jadeó Danielle - ¡Te amo! - Dijo - ¡Pero eso ya lo sabías! - Rió la joven - Eres mi silencio en mitad del ruido, mi luz en la oscuridad, mi refugio en la tormenta, eres mi vida... ¡te amo, te amo! - Gritó la joven llena de emoción mientras Helmut se inclinaba para volver a besarla.

♣ ♣ ♣ ♣ ♣

¡Helmut le ha confesado su amor a Danielle! Después de lo que se vivió en este capítulo, él pudo sacar sus sentimientos a relucir.
Pero ¿qué va a pasar ahora? ¿Podrán ser felices? O... ¿existirá algo que los separe y ponga fin a esa felicidad?
Aún falta que se deshagan de otro de sus enemigos y esa es Theodora, que se hadado el lujo de no aparecer, pero en cualquier momento lo hará.
¿Qué les pareció el capítulo? Espero lo hayan disfrutado.
Gracias por su apoyo.
Maria Decapitated

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro