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CAPÍTULO 31

-¿Y cuándo piensas irte de vacaciones? - Preguntó Simon a Helmut después de que la junta hubo terminado.

-El diez de enero - Murmuró Helmut después de un par de minutos de silencio - Mi plan es celebrar el cumpleaños de Dani en las Maldivas - Sonrió y le guiñó un ojo a su tío.

-¿Por eso estás trabajando a marchas forzadas? - Exclamó su tío mientras entraba detrás de Helmut en la oficina.

-Sí y no - Respondió su sobrino - Si trabajamos a marchas forzadas es porque es nuestro deber hacerlo para levantar esta empresa que está comenzando de nuevo a dar frutos - Suspiró Helmut tomando asiento frente a su escritorio - La siderúrgica también está despuntando otra vez, tu hijo es parte de este proceso - Sonrió el hombre - Así que siéntete orgulloso de tu estirpe porque creo que la idea que nos ha dado ha funcionado perfectamente, así que he decidido dejar en sus manos esa empresa, la pondré a su nombre.

-¿Qué? - Preguntó Simon lleno de sorpresa - ¡Amanda se va a volver loca! - Gritó - Ella no quería que Jack se involucrara en esto tan pronto, ella quiere que su hijo sea un niño normal, que no tenga presiones y...

-¡Jack lo ve como un juego! - Murmuró Helmut - Lucas y yo nos hemos encargado de que así sea - Dijo Helmut y miró a su tío a los ojos - Amanda no tiene de qué preocuparse. Además me parece injusto que desperdicie el talento de su hijo de esa manera - Suspiró - he hablado con Jack y él está muy emocionado.

-¡Lo sé! - Sonrió Simon hinchado de orgullo - Él me lo ha dicho, se ha cansado de pedirle a su madre que lo deje hacer otras cosas.

-En cualquier momento tiene que ceder - Comento Helmut - creo que la próxima vez le diré que nos acompañe para que vea cómo Jack interactúa y se desenvuelve como un líder.

-Tienes razón, ¡quizá cambie de opinión! - Comentó Simon rascándose la cabeza.

La charla fue interrumpida porque la puerta se abrió e irrumpió Danielle en la oficina. La chica entró gritando y lanzándose a los brazos de Helmut, mientras llenaba su rostro de besos. Ignorando, por supuesto a Simon, quien miraba la escena con una gran sonrisa.

-¡Me encantaron! - Gritó la chica y le plantó otro beso en los labios - ¡Están hermosas! - Dijo mientras lo besaba de nuevo - Pero lo que más me gustó fue lo que dice la tarjeta - Murmuró y lanzó un grito de emoción - ¡Ay, eres tan lindo! - Suspiró y volvió a besarlo con intensidad.

-Me alegra mucho - Sonrió Helmut mirando a Dani con adoración - La verdad no pensé que fueras a emocionarte tanto por algo tan sencillo...

-¿Bromeas? - Preguntó la chica arqueando las cejas - Esos pequeños detalles son los que me vuelven loca - Murmuró y lo abrazó de nuevo - Ya casi termino, te veo en media hora para... - Se detuvo al ver a Simon que revisaba una carpeta - ¡Hola tío Simon! - Exclamó la joven esbozando una enorme sonrisa - No lo vi.

-Ya, no te preocupes - Murmuró el hombre y le guiñó un ojo.

-Los veo más tarde - Exclamó Dani acercándose a Simon para darle un beso en la mejilla y después abandonar la oficina.

Helmut la miró irse y lanzó un gran suspiro. Simon observaba con atención a su sobrino, sus ojos brillaban y la sonrisa no desaparecía de sus labios cada vez que Dani estaba cerca. Estaba seguro que los sentimientos de Helmut para con la chica estaban cambiando.

-¡El amor está en el aire! - murmuró Simon dejando la carpeta sobre el escritorio y tomando otra.

-¿Decías? - preguntó Helmut que no había prestado atención a las palabras de Simon - ¿No es hermosa?

-¡Es una dulce niña! - respondió Simon - Y tú estás enamorado de ella, querido sobrino.

-No, no - murmuró el hombre mirando fijamente a su tío - Lo que sentimos el uno por el otro es algo pasajero. - exclamó Helmut - Tarde o temprano ella decidirá levantar el vuelo y alejarse de mí. - dijo con seriedad - Yo soy una muy mala influencia para ella, ella merece a alguien mil veces mejor que yo.

-No te menosprecies, hijo - respondió Simon - Sé que cometiste muchos errores, pero he visto que estás tratando de mejorar. - murmuró - Danielle también lo ha notado, de lo contrario ella ya se hubiera marchado. - exclamó el hombre - Ella también está enamorada, por eso mantiene a tu lado, ¡Danielle no desea dejarte!

-Pero yo he sido un...

-¡Ya basta! - Lo interrumpió Simon - Trata de ser feliz hijo, lo mereces. ¡No la dejes ir o podrás arrepentirte! - Exclamó y se levantó tomando las carpetas - Continuaré revisando estos documentos en la oficina - Dijo y salió de la estancia.

Helmut lanzó un nuevo suspiró y se llevó las manos al rostro. Quizá su tío tenía razón y él estaba locamente enamorado de Danielle. Últimamente se sentía muy unido a ella y si pasaba algún tiempo sin verla, se sentía desesperado y vacío. Danielle también se mostraba emocionada con cada detalle que él le dedicaba, era muy cariñosa y a menudo le decía que lo quería. Pero lo que menos deseaba Helmut era herirla de nuevo, volver a ser un patán y causarle más daño.

♣ ♣ ♣ ♣ ♣

Danielle suspiró y apretó su cuerpo contra el de Helmut, quién la tenía estrechamente sujeta por la cintura. La brisa marina soplaba con suavidad, mientras que las pequeñas olas del mar golpeaban sus pies. Una maravillosa puesta del sol se cernía delante de sus ojos. El mar de un azul límpido se llenaba de reflejos morados, al igual que las nubes del firmamento. Púrpuras intensos, morado, lila, rosa, naranja y por supuesto, el fulgor dorado del sol llenaba su vista de magníficos colores.

-¡Es... tan... hermoso! - Murmuró Dani hablando para sí misma - Jamás había tenido una vista tan bella del cielo - Gimió - Creo que estoy soñando, ¡esto no puede ser real!

-¡Es real! - Murmuró Helmut y la besó en su mejilla - Tan real como que mañana será tu cumpleaños.

-¡Te acordaste! - Exclamó la chica con emoción - Pensé que...

-¿Lo había olvidado? - Preguntó el hombre en tono de reproche - ¡Jamás olvidaría el cumpleaños de la chica más extraordinaria, sorprendente, admirable y estupenda de este mundo! - Sonrió el hombre - Claro que además de bella, inteligente, tierna, dulce e increíblemente humana y sencilla.

-¡Yaaa! - Gritó Dani - ¡Yo no puedo ser todo eso! - Gimió ocultando su rostro en el pecho de Helmut - ¡No puedo tener todos esos adjetivos! - Exclamó más roja que un tomate.

-Y podría decir más, ¡un sinfín de maravillas sobre ti! - Dijo Helmut mientras sujetaba la barbilla de Dani.

Él la miró a los ojos y la chica hizo lo mismo. No se cansaba de verla, de analizar los detalles de su rostro. Le encantaban sus ojos verdes, esos ojos de gato que lo hechizaron desde el primer momento en que la vio. Por las noches, cuando llegaba el insomnio, velaba su sueño y la llenaba de besos y caricias. Cuando dormía, soñaba con ella y ansiaba el despertar para volver a contemplar su rostro, ese hermoso rostro que lo llenaba de alegría y de esas sonrisas que le dedicaba.

Dani bajó la mirada, los ojos de Helmut eran penetrantes y escudriñaban su rostro. Un suave jadeo brotó de sus labios cuando su mano se deslizó con ternura sobre su rostro. ¡Lo amaba! Estaba segura de ello; porque, si no fuera amor, no trazaría esos planes en secreto de una vida junto a él, no haría su voluntad, ni lo sometería a la suya. Tampoco se sentiría celosa cuando alguna chica le hablaba y él le respondía con un poco más de efusividad. ¡Claro! Si no fuera amor, no sentiría ese deseo por él cada que lo miraba, tampoco existiría ese miedo a que él la dejara y tampoco pensaría en él a cada instante. Porque si no fuera amor, ya se habría rendido, abandonándolo para siempre.

-Estás my pensativa - Exclamó Helmut posando con suavidad sus labios sobre los de la joven - ¿Qué sucede cariño?

-¡No es nada! - Exclamó Dani en un susurro - Es que... - Guardó silencio un instante - Creo que es un sueño.

-No es un sueño - Murmuró Helmut besándola una vez más - ¡Estamos aquí, juntos! Disfrutando de este sitio paradisíaco y...

-Por eso - Insistió ella - Por eso creo que es un sueño - Suspiró - Porque jamás se me ocurrió pensar que algún día estaría en un lugar como este con un hombre como tú - Murmuró y lo besó en los labios.

Helmut lanzó un suspiró y guardó silencio. La noche ya había caído, la tenue claridad de la luna y las estrellas iluminaban el mar en calma. No había bullicio, ni nada que perturbara su paz. Quizá Dani tenía razón al decir que se trataba sólo de un sueño.

-¿Sabes? - Murmuró él después de un rato - Creo que tú eres la historia más bonita que el destino escribió en mi vida - Exclamó y se puso de pie - ¿Vienes dentro? - Preguntó tendiéndole la mano.

Dani estrechó su mano, pero no se movió. Permaneció contemplándolo. Su corazón había dado un vuelco al escucharlo pronunciar esas palabras. ¿Acaso él...? ¡No, no era posible! Sin embargo, existía una pequeña, muy pequeña y remota posibilidad de que así fuera, que Helmut sintiera lo mismo que ella sentía por él.

-¡Vamos a darnos una ducha y vamos a cenar! - Insistió él - ¿No tienes hambre?

-¡Claro que sí! - Gimió ella - Es sólo que... - Se detuvo a media frase - Sí, ¡vamos a cenar! - Dijo mientras se incorporaba y era conducida por Helmut al interior de la cabaña.

♣ ♣ ♣ ♣ ♣

-¡Feliz cumpleaños a ti! - Helmut comenzó a cantar - ¡Feliz cumpleaños querida Dani! ¡Feliz cumpleaños a ti!

El estribillo se repitió varias veces, un par de violinistas tocaban la melodía mientras el resto de la gente en ese restaurante también se unía a la voz del hombre. Un par de meseros acomodaron un pastel frente a la chica y encendieron una velita.

Dani temblaba de emoción, estaba a punto de echarse a llorar, pero se contuvo. ¡Había tenido un gran día! Para comenzar, Helmut la despertó muy temprano, llevándole el desayuno a la cama. Le cantó el 'Happy Birthday' y terminaron haciendo el amor. Más tarde, recibió llamadas y felicitaciones de parte de la señora Rossi, el tío Simon y su familia, y por supuesto, también del señor Roberts y otros conocidos.

Helmut también la colmó de hermosos regalos y se desvivió por ella, la mimó y la llenó de atenciones durante toda la jornada, tratando de que su día fuera lo más perfecto posible.

-¡Pide un deseo nena! - Exclamó Helmut cuyos ojos brillaban emocionados.

Dani le dedicó una amplia sonrisa. Cerró los ojos y se concentró en su deseo.

«Deseo que esta hermosa relación con Helmut sea algo serio y verdadero. Quiero que él me ame tanto como yo lo amo. Deseo permanecer a su lado todo el tiempo que sea posible.»

La chica abrió los ojos y sopló la llama de la velita, la cual se extinguió en el acto. Helmut la envolvió entre sus brazos mientras la besaba con pasión. El resto de los presentes aplaudió e hicieron un brindis por ella, deseándole un gran cumpleaños.

-¡Gracias Helmut! - Murmuró la joven tomándolo de la mano - Ha sido un día maravilloso - Suspiró mirándolo a los ojos - Pero lo mejor de todo es que tú estás a mi lado - Exclamó apretando la mano del hombre - Yo... - Gimió y se le quebró la voz - ¡Creo que voy a llorar!

-¡No llores! - Exclamó él acercándose a Dani para abrazarla con fuerza - Me parte el alma verte llorar...

-¡Pero es que estoy emocionada! - Suspiró Danielle - Si lloro, es de emoción y felicidad. - sollozó - ¡Jamás había tenido un cumpleaños así! Siempre...

-No pensemos en el pasado, ¿quieres? - respondió Helmut y besó su frente - Sigamos disfrutando de esta gran noche - ¡Tengo algo para ti!

-¿Qué cosa? - preguntó Dani y su corazón latió a prisa al ver que Helmut sustraía una pequeña caja del bolsillo de su pantalón y se lo entregaba.

-Ábrelo - susurró - Espero te guste.

La chica le dedicó una sonrisa y lentamente abrió la pequeña caja. Lanzó un grito al ver el hermoso anillo de oro blanco que estaba dentro de ella. Era una preciosa pieza de Bvlgari que simulaba una serpiente enroscada y cuyos ojos verdes y penetrantes, eran dos pequeñas esmeraldas.

-¡Es hermoso! - gimió Danielle - Muy glamuroso y sofisticado, ¡es perfecto! - murmuró - ¡Gracias!

Helmut tomó el anillo y lo colocó en el dedo anular de la mano izquierda de la joven. Dani lo abrazó con fuerza y volvió a besarlo con intensidad. La cena continuó y la pareja estuvo charlando durante más de una hora. De vez en cuando, alguno de los comensales se acercaba a su mesa para felicitar a la chica y desearle un magnífico cumpleaños.

Después de la cena, la pareja regresó a su cabaña. Al abrir la puerta, las luces se encendieron y Dani lanzó un grito de sorpresa. En la pared frontal se encontraba un elaborado letrero. "Feliz Cumpleaños, Dani" y debajo de este, había una mesa elegantemente decorada. Sobre esta se encontraba una botella de champaña, un par de copas y algunas fresas y frutas exóticas para acompañar la bebida.

-¿Aún hay más? - Preguntó Danielle sin poder salir de su sorpresa - Creo que jamás olvidaré esta celebración de cumpleaños.

-Esta celebración es sólo para los dos - Exclamó Helmut guiñándole un ojo - No iba a hacerte el amor delante de toda esa gente en el restaurante - Murmuró esbozando una sonrisa pícara.

Dani lanzó una carcajada sensual y se arrojó a los brazos de Helmut para besarlo con intensidad y pasión Los brazos del hombre la rodearon, ciñéndola contra su cuerpo, respondiendo a ese beso frenético y lleno de deseo. Su lengua invadió la boca de la chica quién lo recibió. Sus lenguas chocaron y juguetearon mientras que la presión de sus cuerpos aumentó el calor entre ambos. Las manos de Helmut le acariciaron la espalda y las nalgas, entre tanto, la pasión del beso fue en aumento. Los dientes de Helmut le mordieron el labio inferior y su boca descendió por la barbilla de la joven hasta posarse en su cuello, aspirando su perfume.

-¡Hueles tan bien! – Murmuró Helmut – Tu aroma me embriaga ¡por Dios que no puedo controlarme si estás cerca! – Exclamó el hombre y sus manos bajaron los tirantes de su vestido.

Dani gimió con deleite al ver cómo su vestido resbalaba sobre su cuerpo para quedar en el piso de la habitación. La chica lo hizo a un lado con la punta de su pie y volvió a gemir cuando las manos de Helmut se posaron sobre su cintura, levantándola un palmo del piso para llevarla hasta una mesa que estaba junto a la puerta de la alcoba. Danielle le dedicó una sonrisa sensual y se mordió el labio inferior. Ella sabía que ese gesto aumentaba su excitación, pues inmediatamente, las manos del hombre se posaron sobre los senos de la joven para comenzar a masajearlos, tirando con brusquedad de sus pezones.

-¡Eres un salvaje! – Gimió la chica arqueando la espalda - Pero eso me encanta, me enloquece - Jadeó - ¡Estoy muy excitada! Deseaba esto desde hacía un buen rato - Suspiró - ¡Tómame ahora!

Él no dijo nada, solo dejó escapar un gruñido salvaje, inclinándose sobre Dani para besar ansiosamente sus senos turgentes, succionando, mordiendo y lamiendo sus pezones. La espalda de Dani se arqueaba, ofreciéndose él y sus manos acariciaban los cabellos del hombre.

La mujer gimió su nombre mientras Helmut continuaba deleitándose con sus senos, los cuales estaba hinchados por todas las veces que él los había lamido y succionado. Él estaba demasiado excitado, sus continuos gruñidos se lo hacían saber, parecía una fiera en celo. Dani jadeó mientras se preguntaba qué tipo de poder poseía ella que lo tenía cautivado y totalmente a su merced.

Helmut se apartó un instante para quitarse la camisa, mostrando su amplio y musculoso pecho, perlado de sudor. Las manos masculinas palparon el borde de las bragas de encaje y tiraron suavemente de este. Dani jadeaba y se retorcía sobre la mesita, desesperada, anhelando el momento en que pudiera sentir dentro de ella la hombría de Helmut que se notaba dura y enorme a través de su pantalón.

Los brazos de la chica se estiraron, tratando de tocar ese pecho lleno de músculos y tatuajes. Lanzó un hondo jadeo cuando él se acerco y por fin pudo palpar la firmeza de sus pectorales y su abdomen marcado. Helmut le sonrió para besar nuevamente sus labios hinchados y entreabiertos que dejaban escapar pequeños gemidos. Sus lenguas y dientes chocaron ante lo desesperado y salvaje de ese beso en el que se mostraban cuán ansiosos estaban el uno del otro. Nuevamente, los labios masculinos fueron en descenso por el pecho y el vientre de la joven, deteniéndose en su cintura. Sus manos le acariciaron las piernas, ascendiendo hasta sus caderas y de golpe, las bragas de encaje negro abandonaron su cuerpo, saliendo disparadas por los aires. Helmut le separó los muslos con violencia y los llenó de besos, deteniéndose en la húmeda feminidad.

Danielle contuvo un gemido cuando el tibio aliento de Helmut rozó su vulva y sus manos se colocaron debajo de sus nalgas, levantándole la pelvis mientras que su lengua ancha y traviesa comenzaba a serpentear entre sus pliegues mojados. La chica lanzó un grito placentero y se mordió el brazo al experimentar todo ese torrente de placer que recorría su cuerpo cada vez que la lengua de Helmut rozaba su sexo. La espalda de Dani se arqueó al tiempo que sus caderas se meneaban rítmicamente y con frenesí. Mientras que sus manos acariciaban sus pechos, pellizcando de vez en cuando sus pezones. La respiración de Danielle era casi tan agitada como la de Helmut, que parecía un desesperado chupando y deleitándose con su feminidad.

-Ni la fruta más dulce del planeta puede compararse con el sabor de tu sexo ardiente y húmedo – Jadeó Helmut lamiéndose los labios.

Dani jadeó al escucharlo, ¡su voz era tan sexy e incitante! Él la miró a los ojos y recorrió su cuerpo con lujuria. Para él, Dani era una visión divina y muy sensual. La tomó en brazos y lentamente la llevó hasta la cama colocándola suavemente sobre el colchón. Dani lo contempló con ojos hambrientos y paseó sus manos sobre su pecho desnudo, disfrutando de la suavidad y el calor de su piel. Helmut sonrió con malicia antes de besarla de nuevo en los labios, introduciendo la lengua en su boca para enredarla con la de ella. Los senos de la chica se frotaron contra su tórax y Helmut lanzó un gemido, separándose abruptamente de ella.

-¿Qué pasa? – Preguntó Dani un poco confundida.

Sin embargo, él no respondió, sólo se limitó a mirarla y rápidamente se dio la vuelta y tomó el cinturón de la bata de Dani. Ella lo contempló sorprendida, mientras que en sus labios se dibujaba una sonrisa traviesa. Sabía que Helmut se traía algo entre manos, sea lo que fuera, Dani iba a dejar que hiciera con ella lo que él quisiera. Se mordó el labio y tocó sus senos, lanzándole un beso. Helmut no dejó de mirarla, sabía que lo estaba provocando; volvió a darse la vuelta y hurgó en los cajones, sacando una pañoleta de seda. ¡Ya imaginaba por dónde iba su juego!

Helmut cubrió los ojos de Dani con el trozo de tela e hizo un nudo, después la tomó de ambas manos y las juntó, para atarlas con el cinturón de la bata. La chica jadeó al comprobar que estaba firmemente sujeta. Helmut era un hombre delicado y tierno, pero a la vez proyectaba seguridad, dureza y tenacidad. Ella volvió a jadear cuando él le levantó los brazos sobre la cabeza y ató el cinturón a la cabecera de la cama.

-¿Qué es lo que tramas, pillo? – Preguntó Dani con una carcajada - ¿Cuándo vamos a brindar? - Preguntó sin dejar de reír.

-Sólo te voy a hacer gozar – Murmuró Helmut riendo también al tiempo que deslizaba su mano por el cuello femenino.

Dani gimió con fuerza, moviéndose sobre la cama, arqueando la espalda. Escuchó que él volvía a reír, complacido y se inclinó para robarle un beso lascivo y húmedo, al tiempo que acariciaba su cuello y sus pechos con las yemas de sus dedos. Luego la mordió y ella gritó, estremeciéndose con esa caricia. No bien se recuperaba de eso, cuando las manos masculinas trazaron círculos sobre sus senos, provocándole innumerables reacciones, haciéndola que se retorciera de placer.

Las manos del hombre subieron hasta la cabeza de Danielle y la acariciaron, descendiendo hasta su rostro. Su dedo pulgar trazó los labios femeninos. Ella suspiró ante la caricia y tomó el pulgar con su boca y lo succionó. Poco después, las manos de Helmut continuaron acariciándola, deteniéndose sobre sus senos, pellizcando sus pezones y dejando también varios besos sobre estos. Poco después, Helmut le acarició el vientre y las caderas. Dani se deshacía en gemidos y suspiros. Él dejó varios besos sobre su ombligo y su vientre, bajando aún más. Besó su pubis y sus dedos la acariciaron con sutileza, Helmut le besó las piernas y los muslos, tomando sus rodillas, le abrió las piernas, para revelar su sexo húmedo.

Lo escuchó suspirar, ella estaba segura de que Helmut estaba demasiado excitado y no tenía idea de cómo podía controlarse. Él se incorporó y la tomó de la barbilla para volver a besarla. Dani le correspondió con un beso impetuoso, dándole a entender que lo deseaba y que estaba disfrutando de ese juego tan erótico. Cuando se separaron, ella intentó decirle algo, pero su mano se posó sobre su boca, impidiéndole que hablara y así, su otra mano libre se deslizó traviesa por su cuerpo, deteniéndose un momento en su feminidad para juguetear con sus pliegues. Dani se estremeció debajo del cuerpo del hombre, quien se deleitaba con sus pezones erguidos, chupándolos y saboreándolos.

Helmut retiró la mano de la boca de la chica, quién no pudo evitar arquear su espalda al tiempo que lanzaba un grito cuando él le mordió con más fuerza uno de sus pezones. Dani movió sus brazos con desesperación, deseaba acariciarlo y disfrutar del calor de su piel, pero el hombre la tenía sometida y por más que lo intentara, no podía tocarlo. Así que se limitó sólo contorsionarse y a frotar su pelvis contra su erección que ya amenazaba con romper sus pantalones.

-¿Qué esperas? - Preguntó Dani - ¿Por qué simplemente no me haces el amor? - Murmuró - Así acabas con esta tortura.

-No se trata sólo de eso, muñeca - Respondió el hombre en un ronco susurro mientras sus dedos trazaban suaves círculos sobre su clítoris – Se trata de darte todo el placer posible y no me voy a detener hasta que todo esto llegue a su punto máximo y logre hacerte colapsar.

Dani tiritó y comenzó a mover rítmicamente sus caderas. Ya no pudo decir nada más, estaba totalmente a su merced y lo único que deseaba era que siguiera con su maravillosa tortura, llenándola de placer como nunca nadie lo había hecho y cómo sólo él podía hacerlo. Estaba tan inmersa en el placer que no se dio cuenta cuando él se había apartado, de pronto, no pudo escucharlo y tampoco pudo sentirlo. ¿Dónde podría haberse metido? ¿Acaso el muy cabrón sería capaz de dejarla así cómo estaba? ¡No, imposible! ¡Era su cumpleaños! Asustada, trató de incorporarse pero no pudo.

-¡Helmut! – Gritó frenética – Helmut Ferguson – Volvió a gritar

-¡Aquí estoy! – Murmuró él – Sólo fui por la champaña – Exclamó mientras que descorchaba la botella – Sólo se me ocurrió que...

No terminó su frase, simplemente se acercó de nuevo a la joven y sin decir más, vertió un poco del champaña sobre su pecho desnudo. Ella jadeó al contacto de la bebida fría en su piel ardiente. De inmediato, la lengua de Helmut lamió la bebida que se deslizaba por el torso de la joven y disfrutó de su sabor. Dani no paraba de gemir y de arquear la espalda, exigiendo más y más a través de los movimientos de su cuerpo. Helmut volvió a verter más del contenido de la botella, pero esta vez sobre su vientre. Ello no pudo evitar lanzar un grito de gozo ante lo frío del vino sobre su intimidad. Helmut se pasó la lengua por sus labios y se inclinó para tomarla por las caderas acercar su boca hasta su vulva para succionarla y lamerla. Su boca comenzó a chupar el vino que aún que se mezclaba con sus fluidos. Los labios de Helmut jalaban succionaban su clítoris, mientras que la chica no dejaba de gemir y retorcerse. La lengua del hombre la penetró una y otra vez disfrutando de las delicias del sexo de Dani.

El cuerpo de la joven estaba a punto de explotar, se clavó las uñas en las manos al tiempo que lanzaba un grito de placer. La boca de Helmut seguía succionando su sexo y de pronto, sus dedos también entraron en el juego para penetrarla. Era un tormento delicioso, Helmut tenía algo de perverso y eso le encantaba a la chica. Los dedos del hombre entraban y salían de su feminidad, su lengua golpeaba su clítoris y recorría sus pliegues. De pronto, la espalda de Danielle se arqueó y sus músculos se tensaron para liberarse en un grandioso orgasmo que la hizo temblar de pies a cabeza mientras que Helmut seguía pegado a su sexo, lamiéndolo y chupándolo.

Helmut se incorporó para quitarle el pañuelo de los ojos. Ella lo miró con deseo, y él se inclinó para besarla con dulzura. Dani esperaba que la soltara, pero Helmut sólo apretó sus senos. La chica lo contempló mientras se desnudaba antes de colocarse sobre su cuerpo y besarla en los labios. Lentamente abandonó sus labios y comenzó a descender sobre su cuello y pecho hasta arrodillarse frente a Dani, y tomar sus piernas para colocarlas sobre sus hombros. Ella sólo lo miraba embelesada, extasiada por ese poder que él ejercía sobre ella. Él también la miraba, perdido y embelesado por los gestos y muecas que el placer lograba que Dani esbozara.

Helmut la besó con posesión, su lengua penetró la boca de la chica y se dedicó a explorarla lentamente. Se incorporó, apoyándose en sus rodillas y palmas y sin dejar de besarla, comenzó a frotar su enhiesto pene sobre su sexo. Ella gimió con fuerza ante esa deliciosa fricción. Ese era un momento intenso, erótico y salvaje. Ese placentero sweet bondage a la que estaba siendo sometida le encantaba, la estaba haciendo perder la poca cordura que le quedaba, haciéndola que se abandonara ante el roce de la suavidad de Helmut sobre su húmeda feminidad. Él continuó balanceando su pelvis, rozándola con su poderosa erección, mientras que Danielle gritaba o se mordía los labios.

Dani se incorporó lo más que pudo y buscó los labios de Helmut. El hombre le dedicó un casto beso, mientras que ella protestaba, pues esperaba un beso fiero y muy erótico. Con delicadeza, el hombre la liberó de sus ataduras, aplicando un leve masaje en sus brazos. La chica se abalanzó sobre él para besarlo como ella deseaba, al tiempo que tocaba su piel y clavaba las uñas sobre sus fuertes músculos. Las suaves manos de Dani recorrieron el amplio pecho masculino.

Helmut se arrodilló sobre la cama, delante de Dani y colocó sus piernas sobre las suyas para penetrarla lentamente. Ella gimió y dejó escapar un profundo chillido, arañándole el pecho cuando entró completamente con una fuerte embestida. El hombre comenzó a balancear la pelvis, primero con delicadeza y besándola lenta y profundamente. Las piernas de la chica subían y bajaban por sus caderas o se enredaban en su cintura.

Al tiempo que las acometidas se tornaban más violentas y salvajes, Helmut entrelazó sus manos con las de Danielle y continuó con su ritmo frenético e indómito. Ambos se besaban o mordían sus labios en una ardua batalla de bocas y dientes, haciéndose un poco de daño, pero a la vez gozando con ello. Helmut gruñó sonoramente al sentir las contracciones de Dani y aumentó la velocidad de sus embestidas, mientras que ella echaba la cabeza hacia atrás, soltando sus manos y jalando sus cabellos. Sus cuerpos ya no pudieron más y se dejaron llevar por las oleadas del fiero placer que los ataba en la locura.

Helmut salió muy despacio, jadeando y bañado en sudor. Danielle también jadeaba y aún gemía sin poder controlar sus pensamientos y su cuerpo. Lentamente, el hombre paseó sus manos por el cuerpo sensible de la chica, y de un rápido movimiento, la tomó de la cintura, girándola para colocarla boca abajo. Ella se apoyó sobre los codos, actuando sólo por instinto, pues estaba embriagada de placer y no podía razonar más allá de este. Levantó el culo al sentir el peso del hombre sobre ella. Helmut le abrió las piernas y volvió a hundirse dentro de su cuerpo, apoyando su peso en un brazo y rodeándola por los senos mientras chupaba su cuello y balanceaba su pelvis. Dani continuaba jadeando, siguiendo el ritmo que él marcaba. Para ambos no existía otra cosa, incluso el tiempo se había detenido, olvidándose de todo, hasta de ellos mismos. La danza de sus cuerpos aumentaba de ritmo o bien, se detenía por completo. El placer de pronto llegó a su punto máximo y ambos se dejaron llevar por ese. Dani volvió a gritar el nombre de Helmut y él a su vez, gritó el de la chica, mientras que juntos volvían a alcanzar la cima de la pasión.

♣ ♣ ♣ ♣ ♣

Helmut dormía plácidamente entre los brazos de Dani. La chica no dormía, ¡no podía hacerlo! Estaba demasiado emocionada después de todo lo vivido. En su mente, aún permanecía la idea que todo aquello se trataba de un hermoso sueño y, no quería salir de ese magnífico mundo onírico. Lanzó un hondo suspiro y contempló el rostro de Helmut, deslizando su mano sobre su mejilla, hasta detenerse sobre sus gruesos labios, los cuales también acarició antes de inclinarse sobre él para besarlo con ternura y amor.

-¡Te amo! - Susurró en su oído y volvió a besarlo - ¡Te amo Helmut! - Gimió y se recostó sobre el pecho del hombre mientras las lágrimas brotaban de sus ojos.

Helmut abrió lentamente los ojos, él tampoco dormía, sólo fingía hacerlo, así que escuchó claramente las palabras de la joven. Su corazón comenzó a latir a toda velocidad. Él no esperaba que ella se enamorara. ¡Pero había sucedido! Y eso le dolía porque después de todo el daño que le había causado, él no merecía el amor de esa mujer.

♣ ♣ ♣ ♣ ♣

¡Qué manera de festejar! Parece que Dani tuvo un cumpleaños "Perfecto", aunque su confesión no fue del total agrado de Helmut ¿o sí?
Él no quiere aceptar la realidad, que también está enamorado de Dani. La culpa lo acosa y quizá esa sea la causa de su separación.
¿Qué les pareció el capítulo? Muy intenso ¿no?
No olviden dejar sus comentarios y votos.
Mis agradecimientos por su apoyo.
Abrazos.
Maria Decapitated

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