CAPÍTULO 30
-¡Pensé que no llegarían! - Exclamó Simon al ver entrar a Dani y a Helmut tomados de la mano.
-¡Ni locos nos perdemos esta cena! - Murmuró la joven y abrazó a Simon y después a Amanda.
-Hubo un problema en una de mis empresas de Estados Unidos - Bufó Helmut - Así que fue mi culpa, tuve una vídeo conferencia de emergencia y nos tardamos más de lo debido.
-¡Ay, qué complicado! - Exclamó Amanda y le dio un beso en la mejilla - No te preocupes, en realidad no tardaron demasiado.
-¿Pero todo está bien? - Preguntó Simon y saludó a su sobrino - ¿Qué fue lo que pasó?
-¡No, por favor! - Intervino Amanda y le guiñó un ojo a Dani - No quiero que estén hablando de negocios... ¡no ahora!
-Sólo fue un pequeño fallo, nada de gravedad - Rió Helmut - ¡Pero ya te contaré! No desairemos a las damas - Murmuró y volvió a reír.
Todos comenzaron a reír y cambiaron el tema para dedicarse a bromear, cotillear y ponerse al día con su vida. Después de que la conversación diera varios giros, esta se centró en Jack, el hijo de Simon y Amanda.
-¿Cómo está Jack? - Preguntó Dani - Tengo ganas de verlo de nuevo, es un chico muy simpático.
-¡Él está bien! - Exclamó Amanda - Lo llevamos a casa de mi madre y estará con ella hasta mañana al medio día.
-Espero pueda acompañarme el viernes - Comentó Helmut - Estaré yendo a la siderúrgica - Murmuró y le guiñó un ojo a Simon.
-¿La siderúrgica? - Preguntó Dani con curiosidad - ¿Estás trabajando en ella también?
-Me decía Roberts que ya no tenía caso; qué no debería perder mi tiempo en ella - Bufó Helmut - Pero he estado trabajando muy duro con la ayuda de Lucas.
-¿Pero no crees que es muy pronto? - Preguntó Simon mirando a Amanda quién tenía el ceño fruncido.
-¡Necesito un ingeniero! - Comentó Helmut - Y creo que mi pequeño primo va a estar encantado y muy feliz de poner en prácticas sus conocimientos en algo de la vida real - Continuó el hombre - Será sólo un rato, un par de horas quizá. Pero eso le va a servir mucho para que siga creciendo. ¡Será como un juego para él! - Sonrió - Confía en mí Amanda.
-¡De acuerdo! - Suspiró la mujer - Pero... ¡es tan pequeño aún!
-Si no le gusta, lo dejamos por la paz hasta que él esté listo - Suspiró Helmut.
-Creo que Helmut tiene razón - Intervino Dani - Supongo que a Jack le va a parecer muy interesante y enriquecedor - Comentó la joven - Será una grata experiencia para él y se empapará de más conocimientos.
-Además, se sentirá útil - Dijo Simon y la tomó de la mano - No te preocupes por él, ¡lo hará bien! Además, estará con Helmut...
-¡Y conmigo! - Sonrió Dani - Lo vamos a cuidar muy bien.
-No me preocupo por eso - Suspiró Amanda - Lo que me preocupa es que va a estar tan emocionado en ese lugar que ¡jamás querrá volver a casa! - Chilló y después estalló en carcajadas.
Todos se unieron a la risa de Amanda y continuaron charlando y disfrutando de su cena. Después de un buen rato de convivencia, las parejas se despidieron entre besos y abrazos. Dani y Helmut le prometieron a Simon y Amanda, almorzar con ellos el siguiente domingo.
Después de abandonar el restaurante, Danielle y Helmut se dirigieron a un bar. El hombre conocía el sitio, ya que Michelle siempre se lo recomendó y hasta le rogó para que la acompañara al lugar, pero él siempre se negó a hacerlo. Sin embargo, ahora que Dani se lo sugería, él respondió afirmativamente.
-¡Está hermoso el lugar! - Murmuró Dani mientras se acomodaban en una mesa - Estuve buscando algunos sitios en internet y este me encantó - Sonrió y tomó la mano de Helmut - Dicen que la ginebra y frutos rojos está exquisita y que preparan un deliciosa pizza - Comentó y se echó a reír.
Helmut también sonrió y le echó un ojo al lugar. Era un sitio elegante, que te transportaba a los antiguos bares de los años treinta. Había una banda en vivo tocando clásicos del jazz y uno que otro tema contemporáneo. Algunas parejas bailaban en la pequeña pista, mientras que otras charlaban y disfrutaban de la buena música.
-Se nota que es bastante bueno - Comentó Helmut - Hay mucha gente el día de hoy - Sonrió y besó la mano de la chica - Déjame decirte que me agradó tu elección. Sabía del lugar por referencias, pero jamás me atreví a venir.
-Pues a mí me encanta - Dijo la chica - ¿Quieres bailar conmigo? - Preguntó e hizo un puchero.
-¡No me gusta bailar! - Murmuró Helmut acariciando el rostro de la chica y besándola con ternura en los labios - Pero, ¿quién puede resistirse a semejante compañera de baile? - Exclamó y la tomó por la cintura para caminar a la pista.
La pareja se unió a las otras que bailaban en la pista. La banda tocaba melodías románticas y cadenciosas. Dani y Helmut estaban disfrutando de ese baile y de ese momento juntos que no se percataron que desde que salieron de su casa, un auto los seguía. En ese vehículo, viajaba Rohit Patel, el empresario con el que Hank tenía tratos y a quién le prometió a Danielle. El hombre estaba muy molesto por lo que había visto. Al parecer, las palabras de Helmut eran ciertas, y la mujer que Hank le prometió, era la esposa de Helmut. Sin embargo, el hombre quería a esa rubia para él. Invirtió demasiado dinero en Hank y él debía recibir su pago a como diera lugar.
Dani miró a Helmut y le dedicó una sonrisa mientras le echaba los brazos al cuello. Helmut la sujetó firmemente de la cintura para continuar bailando lentamente sobre la pista. Danielle recostó la cabeza en el hombro de Helmut mientras frotaba su cuerpo contra el del hombre al ritmo de la balada lenta y sensual. Ella se movía con ritmo, pegándose más y más a él, rozando su pelvis sobre la del hombre al tiempo que también le besaba el cuello.
Helmut se estremeció y lanzó un gruñido. Rápidamente, su temperatura corporal se avivó y comenzó a excitarse debido al roce del cuerpo de Dani contra el suyo.
-¿Dónde aprendiste a bailar así? - Le preguntó, mientas sus manos descendían hasta las nalgas de la chica.
-¡Vi unos vídeos en youtube! - Murmuró la joven y lanzó una risilla sensual - La verdad, no esperaba que me saliera tan bien la primera vez - Dijo con voz sexy - Pero ya veo que sí funcionó - Gimió y deslizó su lengua sobre el cuello del hombre.
-¡Sí que funcionó! - Jadeó Helmut y frotó su erección en el vientre de la chica.
-¡Ay, dios! - Gimió Dani frotando su pierna contra la pelvis del hombre - ¡De verdad me salió como decía!
-¡Mejor vamos a casa! - Exclamó Helmut lanzando una carcajada.
-¡Me encanta la idea! - Gimió la joven - ¿Y si jugamos? - Preguntó esbozando una sonrisa pícara - Se me ocurrió...
-¡De acuerdo! ¡Vámonos ya! - Gruñó Helmut tomándola de la mano para conducirla a la salida del lugar.
La pareja salió del bar y subieron al auto de Helmut. Detrás de ellos, Rohit Patel y sus hombres los siguieron. El hombre tenía un plan para secuestrar a Dani y llevarla con él a la India. Por obvias razones, la mujer le pertenecía, le había dado demasiado dinero a Hank por ella, así que nada ni nadie se la quitarían, mucho menos el hombre que decía ser su esposo.
♣ ♣ ♣ ♣ ♣
Helmut y Danielle entraron en la habitación. De inmediato, Dani se arrojó a los brazos del hombre y, uniendo sus labios a lo de él, lo besó con intensidad, con pasión y desesperación. Él la apretó contra su cuerpo, respondiendo a ese beso con mayor intensidad, saboreando la dulzura de sus labios, el calor de su cuerpo y de sus armoniosas curvas femeninas. El beso se volvía más profundo y más erótico; sus lenguas juguetonas se entrelazaron, explorándose mutuamente. Las manos de Helmut estaban sobre el cuerpo de Danielle, acariciándola sin pudor alguno, estrujando su trasero y levantando la falda de su vestido para tocar sus muslos firmes y calientes.
El deseo nacía entre la pareja a medida que el calor del beso aumentaba. Ya no se trataba sólo de un beso, el deseo y la pasión se desbordaban y poco a poco, la falta de aire se hizo presente. Dani se separó un poco de los labios de Helmut para gemir con sonoridad, él lanzó un gruñido y volvió a asaltar los labios hinchados de la mujer quién se frotó contra él, rozando con su vientre su más que notoria erección.
-Entonces - Susurró Dani contra la boca del hombre - ¿Quieres jugar? - Preguntó - ¿Qué tal un lindo juego sexual para calentar motores?
-¡Joder! - Bufó Helmut - Me parece una excelente idea - Exclamó mientras estrujaba el trasero de la chica – Tengo uno muy bueno en mente.
-¿De verdad? – Preguntó la joven, sorprendida - ¿Y cómo es? - Murmuró al tiempo que se mordía el labio inferior.
-¡Ya lo verás! - Dijo Helmut y la besó suavemente en los labios - ¡Prepárate!
Dani lo miró con curiosidad, sus ojos verdes estaban muy abiertos y brillaban con lujuria. Helmut le sonrió, acariciándole el rostro mientras volvía a besarla apasionadamente, recorriendo su espalda y estrujándole con fuerza el trasero. El calor del beso nuevamente aumentó; la lengua de Helmut penetró la boca de Dani y ella lo recibió, enredando la suya con la de él, mientras que las manos del hombre la apretaban más contra él, haciéndole sentir su erección.
Dani gimió, empujando su pelvis y rozándola contra el hombre, quién lanzó un ronco jadeo y también se frotó contra ella.
-¡Helmut! - Gimió Dani - Estás excitado - Susurró.
Helmut rió y se apartó de ella. Necesitaba contener sus ganas un poco, la idea del juego sexual no lo dejaba en paz, quería probar algo nuevo con ella, hacerla gozar, verla entregarse a él y penar en ello lo llevaba hasta sus límites. Dani lo miraba mordiéndose los labios. Ella también estaba muy caliente al imaginarse lo que Helmut planeaba para ese sexy juego. Sin poder contenerse, se arrojó a sus brazos y volvió a besarlo de manera desesperada.
Con su cuerpo, él la empujó sobre la cama y, despacio le quitó la ropa, besando cada parte de su cuerpo que quedaba al descubierto. Dani se estremecía ante el roce de los gruesos labios de Helmut y respiraba con agitación. Su sexo ya estaba húmedo y palpitante. Helmut apenas la besaba o la tocaba, y ella se prendía, poniéndose cachonda en el acto. Le hubiese gustado que la tomara de una buena vez sin juegos preliminares, aunque también la excitaba bastante el hecho de saber que Helmut se deleitaría primero con su cuerpo.
Cuando Dani quedó sólo con las diminutas bragas puestas, Helmut se incorporó y caminó rumbo a la puerta de salida. La chica se incorporó y lo miró sorprendida. ¿Qué planeaba ahora?
-¿Helmut? - Preguntó la chica conteniendo un jadeo.
-Ya regreso - Rió él con sensualidad - No voy a tardarme, ¡lo prometo! Así que por favor - Le pidió - ¡No te muevas de la cama!
Dani permaneció muy quieta en la cama, lo miró salir de la habitación y cerrar la puerta. La chica suspiró y se recostó sobre las almohadas, riendo entre divertida y excitada. Lanzó un suspiro y comenzó a deslizar las manos sobre su piel ardiente. Esperaba que Helmut no se tardara demasiado o terminaría masturbándose.
Helmut entró en la cocina y tomó una pequeña bandeja donde colocó algunas fresas, chocolate líquido y crema batida. Buscó en la alacena un poco de miel de maple, mermelada y dulce de leche. Rápidamente salió de la cocina llevándolo todo de vuelta a la habitación. Al entrar en la alcoba se detuvo en el umbral para admirar la sensual imagen que tenía delante de sus ojos.
Sobre la cama, Dani deslizaba sus manos sobre su cuerpo, masajeaba sus senos y tiraba de sus pezones, mientras lanzaba sonoros gemidos. Sin embargo, al ver que Helmut acababa de entrar, se detuvo y le dedicó una mirada de sorpresa, ruborizándose con intensidad.
-¿Por qué te detienes, dulzura? - Preguntó Helmut con voz ronca, lo que acababa de ver lo había dejado anonadado y más excitado de lo que ya estaba.
-Yo... - balbuceó Dani y se sonrojó aún más - Yo...
-Te estabas tocando sin mi permiso - Sonrió Helmut y dejó las cosas sobre una silla para acercarse a la joven - Y por ser una chica mala, ¡te voy a castigar!
Dani no pudo evitar lanzar una carcajada, ruborizándose aún más. Helmut, veloz como un rayo, se acercó a la cama y colocándose sobre la joven, la besó con ardor y posesión. Dani le correspondió, arqueando la espalda y frotando sus pechos con el tórax del hombre. El roce de los duros pezones de la chica lo hizo estremecer, pero tenía que concentrarse. Lentamente sujetó los brazos de la joven, colocándolos sobre su cabeza y los ató con su cinturón a la cabecera de la cama.
-¡Oye! - gimió Dani al sentirse sujeta - ¿Qué crees que están haciendo?
-Te dije que iba a castigarte - Sonrió Helmut con malicia mientras le daba un azote en las nalgas - Pero te va a gustar - Murmuró y volvió a besarla salvajemente.
El hombre se incorporó y se quitó la corbata para cubrir con ella los ojos de Danielle. La joven rió nerviosamente, pero también se excitó más de lo que estaba. Apretó sus piernas y las frotó, gimiendo sonoramente. Ahora ya no sabía que esperar de Helmut. Dani se estremeció, lo escuchaba moverse de aquí para allá en la habitación, pero no podía verlo, hasta que escuchó que se detuvo y puso algo de música la cual comenzó a sonar en sus oídos. Helmut caminó alrededor de la cama, acariciando el cuerpo de Dani, quién tiritaba bajo el roce de sus yemas y arqueaba las caderas.
-¿Estás lista mi amor? – Preguntó el hombre en el oído de la chica.
-No lo sé - Gimió Dani - Creo que ya no estoy tan segura.
-Si quieres puedo detenerme y...
-¡NO! - Gritó la joven - No, no, no... continuemos, continuemos - Suspiró - quiero saber en qué terminará esto - Suspiró.
-El juego es sencillo - Explicó Helmut para calmarle los nervios - Sólo voy a embadurnar tu cuerpo con diferentes tipos de dulces, te lo quitaré con la lengua y te daré un beso - Rió - Tú adivinarás qué fue lo que te di a probar, si adivinas, tendrás un premio, si no, recibirás un azote como castigo... ¿Te gusta la idea?
Dani lo escuchó conteniendo la respiración. Le parecía algo descabellado pero delicioso e incitante. Le encantaba la idea y el hecho de imaginarlo hizo que los pezones se le endurecieran
- ¡Oh, sí! ¡Me encanta, me encanta! - Gimió Dani.
Helmut sonrió con malicia y se acercó a la bandeja que había llevado de la cocina. Cogió el primer frasco, tomó un poco de su contenido y lo esparció por la pierna de la chica. Dani lanzó una risilla, que se convirtió en jadeo cuando él después deslizó su lengua por su piel y eliminó el dulce de ahí. Inmediatamente se acercó a ella para besarla, ella lo recibió con ahínco y saboreó su lengua.
-¿Es mermelada de durazno? – Preguntó la chica lamiendo sus labios.
-¿Es pregunta o afirmación? – Respondió Helmut mientras le daba una nalgada.
-Es mermelada de durazno – Chilló la joven.
-Afirmativo, haz respondido correctamente y tendrás tu premio – Exclamó Ferguson volviéndola a besar mientras su mano se deslizaba sobre la tela de sus bragas.
Él se estremeció al sentir la tela empapada, Dani estaba muy húmeda y había mojado sus bragas, así que lentamente él las retiró de su cuerpo.
-Ya estás empapada - Jadeó el hombre - Y eso me encanta, ¡me excita! - Murmuró - Pero debo contenerme, este juego apenas va comenzando – Exclamó y la besó dulcemente.
Dani suspiró y asintió. Instantes después, gimió al sentir como un líquido caía sobre sus senos e inmediatamente la lengua de Helmut se deslizó sobre ellos. El volvió a besarla introduciendo su lengua en su boca. La chica paladeó su sabor y respondió cuando se separaron.
-Es almíbar - Gritó feliz, porque estaba segura que había acertado.
-¡No! – Respondió Helmut y descargó fuertemente su mano sobre sus nalgas.
Dani brincó y de su garganta se escapó un pequeño grito, sintió cómo su glúteo le escocía. ¡Eso la había tomado por sorpresa!
-¡Oh, mierda! - Gritó la chica.
-Nada de malas palabras, señorita - Rió Helmut - O tendré que darte otro azote.
-¡Me dolió! - Protestó ella
Helmut acarició el trasero de Dani y continuó con lo suyo. Nuevamente la piel de Dani se llenó con otro tipo de dulce y la lengua de Helmut la recorrió para eliminar los vestigios de comida. La chica se excitaba cada vez más con ese juego y no sólo por sentir la lengua de Helmut sobre su piel, recorriéndola, si no porque él la acariciaba o la golpeaba según respondiera. Esta vez el sabor era fácil de adivinar.
-¿Qué es lo que te acabo de dar a probar, nena? – Preguntó Helmut.
-Chocolate – Gimió la chica y se chupó los labios.
-Excelente – Gruñó él.
Helmut tomó entre sus labios uno de los pezones de Danielle y lo succionó suavemente, con su mano acarició su seno. Ella se retorcía debajo de él, luchando por liberarse. Helmut la estaba torturando y torturándose a sí mismo; podía sentir su erección pegada a sus muslos.
- Deberías quitarte ese estorboso pantalón – Susurró Danielle – Me gustaría sentirte completamente desnudo.
Helmut rió, apartándose de ella para despojarse de su pantalón y el resto de su ropa. Volvió con la chica y se colocó encima de su cuerpo para besarla y tocar su cuerpo desnudo. Danielle lanzó un hondo jadeó y se frotó contra él, experimentando la dureza de su sexo entre sus muslos. ¡Él estaba a punto de estallar!
-¿Vamos a seguir? – Preguntó la chica entre jadeos – Porque si no quieres, por mí mejor y pasamos a la acción...
-¡Ni lo pienses! - se rió Helmut - Este jueguito me está gustando bastante, ¿a ti no? - Exclamó el hombre.
-Pero... - gimió Danielle pero fue interrumpida por la potente voz de Helmut.
-Nada de pero, princesa - Gruñó Helmut antes de dar un par de fuertes nalgadas a la chica.
Dani gritó y se agitó debajo de él, tratando de soltarse. En realidad, ella ya no aguantaba más, su sexo palpitaba de deseo. Ansiaba que él le hiciera el amor; ya estaba más que excitada y lo necesitaba en ese preciso momento. El roce del cuerpo femenino debajo del suyo logró que la excitación de Helmut aumentara Él la estrechó entre sus brazos y le acarició el trasero, mientras sus labios recorrían el cuello de la mujer.
Dani gimió de placer cuando la incipiente barba de Helmut rozó su piel. Él sonrió satisfecho al sentir cómo el cuerpo de la chica se contraía a su contacto y continuó rozando su barba por sus nalgas hasta subir a su espalda. Dani seguía jadeando y retorciéndose, deseaba poder tomar a Helmut entre sus brazos y besarlo con pasión, tumbarlo sobre la cama y montarse sobre él. Pero eso era imposible, él la tenía atada y a su merced y debía esperar, aunque disfrutaba bastante de esa tortura. Jamás en su vida había experimentado las sensaciones que Helmut le provocaba.
Volvió a gritar cuando una sustancia helada cayó sobre su pubis y la lengua de Helmut, cálida y húmeda saboreaba con avidez lo que acababa de caer. Miles de fuegos artificiales explotaron dentro de ella cuando los dedos del hombre rozaron su feminidad, y sin dejar de acariciarla, se incorporó besarla y así pudiera distinguir el sabor de lo que acababa de paladear.
-Es helado de vainilla. – dijo la entre jadeos cuando Helmut se separó de su boca.
-¡Otro acierto! - Le susurró él con sensualidad mientras hundía sus dedos en su sexo.
Danielle se arqueó ante el contacto y gimió sonoramente al sentir cómo esos dedos expertos entraban y salían de ella. Con su pulgar, Helmut masajeaba de vez en cuando su clítoris, provocándole deliciosas y placenteras sensaciones. La boca de la joven buscó la de él para besarlo con desesperación, sus lenguas comenzaron a danzar enredándose. Dani podía sentir la dura erección de Helmut rozando su abdomen. Dani estaba sofocada y afiebrada, no podía respirar correctamente. Su coño era un manantial de fluidos mientras que Helmut continuaba hundiendo y sacando sus dedos de su interior. La joven se apartó un poco de la boca del hombre y aspiró con fuerza para continuar gimiendo.
-¡Oh mierda, Helmut! - Gritó Dani, sacudiéndose - ¡Ya no puedo más! ¡Estoy llegando!
Helmut gruñó y hundió nuevamente los dedos en ella y siguió dándole placer mientras la chica arqueaba la espalda para sentirlo cada vez más adentro. Su cuerpo comenzó a sacudirse debido a los espasmos del placer, ¡había colapsado! Dani gritó con fuerza al sentir cómo el éxtasis se apoderaba de ella. Helmut bufó al ver como Danielle se corría sobre su mano. Él también estaba apoderado por la pasión, pero estaba decidido a controlarse, pues el juego aún no terminaba. Tenía deseos de poseerla en ese momento, pero debía ser paciente. Dani tenía que gozar y él era el indicado para lograr que ella perdiera el control.
Danielle respiraba bastante agitada y se arqueaba, pues aún los dedos del hombre se encontraban dentro de ella. Despacio él los retiró y ella pudo escuchar como Helmut lamía con avidez sus dedos deleitándose con sus fluidos.
-Adoro tu sabor – gimió Helmut – Deseo poseerte en este preciso momento, pero tenemos un juego que terminar - Rió con malicia.
-¡Joder, Helmut! - Chilló Dani - No puedo soportarlo más, te necesito dentro de mí. – Le exigió - ¡Te necesito! ¡Te necesito!
Helmut se apartó de la chica por unos instantes, tomó algunas fresas de la bandeja y comenzó a colocarlas sobre el cuerpo de Dani. Ella reía pues lo que le estaba poniendo estaba frío y húmedo. Luego colocó una fruta sobre su feminidad mientras que la chica suspiraba con sonoridad.
La chica se quedó muy quieta, sabía que eran fresas, las podía oler y sentir sobre su cuerpo. Tenía una vaga idea de cómo terminaría todo ese numerito que Helmut acababa de montar. Adoraba hacer el amor con él y volvió a excitarse al sentir cómo sus labios se posaban sobre su frente y devoraba una de las fresas. Luego de comerla, pasó a comer la que estaba sobre su boca permitiéndole paladear su dulce sabor, después tomó con sus labios las fresas que estaban sobre sus senos y con su lengua acarició los duros pezones hinchados nuevamente por la excitación. Dani jadeaba y gemía, las manos de Helmut acariciaban su cuerpo y lo estrujaban a placer, la chica estaba muy impaciente y susurraba pidiéndole que la penetrara de una vez y dejara de torturarla.
Danielle se estremeció al sentir labios del hombre sobre su monte de venus y gritó cuando su boca tomó la última fresa que se encontraba sobre su cuerpo mientras rozaba su piel con los dientes. Con ambas manos tomó sus muslos y los separó colocando las piernas de la mujer sobre sus hombros, enterrando su cabeza en su feminidad. Depositó varios besos sobre esta, escuchando los deliciosos gemidos que se escapaban de la garganta de la chica y comenzó a pasar su lengua sobre el sexo caliente y palpitante de Danielle.
-¡No te detengas! – Exclamó ella - ¡Ahhh... así! ¡Sí, así!
Helmut siguió rozando su lengua sobre el clítoris de Danielle. Poco a poco se fue abriendo paso entre sus pliegues para penetrarla con la lengua, metiéndola y sacándola como si se tratara de su propio sexo. Dani no paraba de gemir y de exigir más, masturbándose sobre los labios de Helmut. Sus caderas se levantaban y su cuerpo se retorcía con las placenteras caricias de Helmut. El hombre detuvo su lengua por un momento, para tomar con sus dientes el clítoris de la mujer y morderlo suavemente y a su antojo. Continuó pasando su lengua por todo su sexo, hasta que con sus labios lo tomó y lo succionó.
Con sus talones, Danielle presionó su espalda y lo obligó a continuar. Helmut siguió con su faena, sus dientes, su lengua y sus labios continuaban haciendo de las suyas. La chica estaba a punto de explotar, pudo sentir como de nuevo un torrente de placer volvía a envolverla. Sintió como una ola enorme la atrapaba y la arrastraba hasta el fondo. Chilló de placer y siguió entregándose a esas deliciosas sensaciones. Helmut no se detuvo, siguió besando, lamiendo y chupando a placer. El orgasmo llegó de nuevo y Danielle tiritó y se convulsionó para dar paso a ese torrente que escapa de su cuerpo. Helmut siguió lamiendo por un instante más hasta que se incorporó y volvió a buscar la boca de Danielle que exigía ser besada.
Sin dejar de besarla, soltó sus brazos y los masajeó con cuidado, después los llenó de besos y más caricias antes de quitar la corbata que cubría los ojos de la joven. Dani parpadeó para acostumbrarse a la luz y lo miró con intensidad. Se acercó a él para volver a besarlo con desesperación mientras le acariciaba la espalda y el trasero. Helmut la envolvió en sus brazos para recostarla sobre la cama y colocarse encima de ella. La besó con pasión tocándola y masajeando su cuerpo hasta conseguir que se excitara de nuevo y gimiera. Dani tampoco quiso quedarse atrás, comenzó a frotarse rítmicamente contra él presionando su pecho con sus senos y acariciando su trasero con sus manos. Lentamente una de las manos de la chica se deslizó hasta el pene erecto del hombre y lo tomó con firmeza para masturbarlo. Él lanzó un gemido gutural y un par de gruñidos también salieron de su garganta. Las caricias de la chica se volvieron más veloces, sin embargo, la mano de Helmut frenó sus movimientos.
-¡Tranquila! - Le dijo - O de lo contrario me correré en tu mano y no queremos eso ¿verdad?
Ella sonrió y negó con la cabeza, Helmut la tumbó de espaldas sobre la cama y él se colocó un preservativo antes de acomodarse de rodillas delante de ella mientras abría las piernas de la chica hasta dónde sus brazos lograban abrirse, deleitando su vista con la gloriosa visión de la feminidad de la joven.
Helmut se acomodó entre las piernas de la chica y comenzó a penetrarla suavemente, tomándola con firmeza de las pantorrillas, mientras se deslizaba dentro de ella. Ambos gimieron ante su unión. Él comenzó a empujar lentamente su pelvis hacia adelante y atrás. Dani empujaba su cadera, chocando su pelvis contra la de él. Ambos podían mirarse perfectamente a los ojos. A él le fascinó la vista que tenía delante de sus ojos. Podía admirar el rostro de Dani, quien tenía los ojos cerrados y la boca entreabierta, lanzando gemidos. También podía admirar sus senos, que se movían al ritmo de sus embestidas, eso lo volvía loco.
Las manos de Helmut apretaron con fuerza las de Dani que también lo ayudaban a sostener sus pantorrillas, ella abrió los ojos y lo miró con dulzura y pasión, le sonrió para después lanzarle un beso. Las acometidas se hicieron más apremiantes, violentas y aumentaron la velocidad. Los gruñidos que Helmut lanzaba eran más roncos y llenaron la habitación. Danielle se arqueaba llenándose de él. La chica volvió a abrir los ojos y se arqueó de nuevo para recibirlo por completo.
-¡Córrete para mí! – Murmuró Helmut.
Por respuesta, Danielle gimió más fuerte aún y cerró los ojos, pero inmediatamente volvió a abrirlos cuando escuchó la voz de Helmut.
-¡No! No cierres los ojos - Jadeó sin dejar de penetrarla - Quiero que me mires a la cara, quiero que mires mis ojos y no perdamos esta maravillosa conexión.
Ella asintió y ya no cerró sus ojos, sólo murmuraba "Te amo, te amo". Fue un hermoso orgasmo doble el que los hizo perder la razón, ambos convulsionaron y gritaron a la par. Helmut cayó desfallecido sobre Dani y ella lo rodeó con sus piernas y brazos.
-¡Fue fabuloso! - Suspiró la chica - No imaginé que yo pudiera ser así... - Murmuró y se mordió el labio - Así de intensa... ¿crees que esto es normal? - Le preguntó poniéndose colorada.
-Él lo más normal del mundo, Dani bebé - Sonrió él y le acarició el rostro antes de besar su frente perlada de sudor - Ahora, descansa, creo que ha sido mucho para una noche.
-Ha sido hermoso - Susurró ella recostándose sobre el pecho del hombre.
La pareja ya no dijo nada más. Quedaron abrazados, extenuados y rendidos después de una larga noche de amor y pasión.
♣ ♣ ♣ ♣ ♣
¡Oh! Si que tuvieron una noche fabulosa, ¡sí, sí, sí! ¿Les gustó? Espero escribir algo más intenso en los próximos capítulos. Seguro que estamos más cerca del drama y de un duro momento para la pareja.
No olviden dejar sus votos y comentarios respecto a este capítulo y la historia en general, son bienvenidos.
Gracias por todo su apoyo.
Maria Decapitated
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