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CAPÍTULO 29

Danielle y Helmut lanzaron una carcajada y se miraron a los ojos. Dani se lanzó a los brazos de Helmut y él la besó con intensidad.

-¿Tienes alguna idea de lo que Simon quiere decirnos? - preguntó Helmut cuando ambos salían de la habitación rumbo al comedor.

-¡No tengo idea! - fue la respuesta de la joven - Dijo que era algo importante, así que debemos darnos prisa. - murmuró la chica bajando las escaleras a toda velocidad.

Helmut tomó a Danielle de la mano y entraron en la estancia. Ahí los esperaba Simon, acompañado de una mujer rubia y de gran sonrisa. Junto a ellos se encontraba también un simpático niño de unos diez años de edad, quién miraba entre sorprendido y temeroso todo lo que lo rodeaba. Simon no soltaba la mano de la mujer, su mano libre estaba sobre el hombro del pequeño y no paraba de sonreír, se le veía muy contento y emocionado.

-¿Amanda? - Murmuró Helmut sin ocultar su asombro - ¡Pero qué sorpresa! Creí que...

-¡Hola Helmut! - Sonrió la mujer soltándose de Simon para acercarse al hombre y abrazarlo con fuerza - ¡Feliz Navidad!

-¡Feliz Navidad Amanda! - Exclamó Helmut correspondiendo a su abrazo - ¡Que gusto volver a verte! Creí que estabas en Estados Unidos...

-Regresé hace un par de meses - Sonrió la mujer - Recibí una oferta de trabajo que no pude rechazar y... ¡aquí estamos de nuevo! - Suspiró - Por cierto, permíteme presentarte a Jack... ¡mi hijo! - Dijo señalando al pequeño y haciéndole una seña para que se acercara.

El niño se acercó tímidamente, sin apartar sus ojos de Helmut. El hombre a su vez lo miró con mucha curiosidad. Ese niño era la viva imagen de su tío, aunque también tenía un gran parecido con su madre. ¡No podía ser cierto!

-No tengas miedo, Jack - Lo alentó Simon - Él es tu primo Helmut.

¡Oh, no! Era verdad, Simon tenía un hijo con la mujer que había sido el amor de su vida y quién misteriosamente desapareció después de que él fuera arrestado. Ahora que ataba cabos, seguramente Simon se encargó de ocultarla y de mantenerla a salvo lejos de Hank o de cualquiera que pudiera hacerles daño.

-¿Primo? - Preguntó Helmut mirando al chiquillo que sonreía. ¡Por la edad podría haber sido su hijo! Helmut suspiró y le devolvió la sonrisa - Es un gusto Jack - Dijo y tendió su mano para saludarlo.

-¡Es un gusto Helmut! - Exclamó el chico tomando la mano del hombre para estrecharla firmemente - ¿Quién es ella? - Preguntó el niño mirando a Dani quién se había hecho a un lado para dar espacio a la familia.

-¡Ella es Dani! - Sonrió Helmut y la llamó - Dani es...

-¡Es la novia de Helmut! - Intervino Simon - ¡Ven hija, acércate!

Dani suspiró y sonrió. ¡Buena intervención la de Simon! La chica fue recibida con un fuerte abrazo de Amanda y uno de Jack, quiénes le desearon feliz navidad y le dieron la bienvenida a la familia. Dani estaba abrumada por lo que estaba sucediendo, de momento se sentía un poco fuera de lugar. La presentación de la familia de Simon era algo muy íntimo que solamente Helmut debió apreciar; ella sólo estaba de relleno, pero a la vez se sentía halagada porque el tío la hubiese incluido en ese grato momento.

-¡Es un gusto conocerlos! - Sonrió la chica - Espero disfruten de la cena que los tres preparamos con esmero.

-¿Tres? - Se burló Helmut - Dirás tú y yo, porque el vejete se fue y nos abandonó a la mitad.

-¿Qué te pasa? - Se defendió Simon - Yo preparé el postre...

-¡Lo siento! - Intervino Jack riendo de los comentarios de Helmut - Fue mi culpa yo llamé a papá porque quería que abriéramos los regalos de Navidad.

-No te preocupes pequeñín - Dijo Helmut alborotando los cabellos del niño - ¡Vamos a comer! ¿Te gustan las coles de bruselas?

-¡Me encantan! - Comentó el chico - Mamá dice que debo comer mis vegetales para crecer sano y fuerte.

-Eso dicen siempre - Rió Helmut mientras tomaba el plato del niño para servir un poco de ensalada de coles.

Durante la cena, todos estuvieron charlando muy animadamente. Dani escuchaba con atención cómo Helmut llenaba a Amanda y a Simon con montones de preguntas sobre su reencuentro. La pareja reveló que se distanciaron debido a que ella recibió algunas amenazas por parte de Hank y su gente pero que de alguna manera, Simon se encargó de contactarla y así retomaron la comunicación ya que también Simon desconocía que se había convertido en padre.

-Creo que mientras yo estuve en prisión nos perdimos muchas cosas - Murmuró Helmut - Es mi culpa que ustedes se distanciaran y que mi tío no disfrutara de los primeros años de Jack.

-No es tu culpa - Comentó Amanda - Lo que sucedió no fue debido a ti...

-¡Todo fue culpa de Hank! - Intervino Dani y frunció el ceño - Hank se encargó de jodernos la vida a todos.

-¿A ti también? - Preguntó Amanda llena de sorpresa.

-Sí -Susurró la chica - Pero ya después hablaremos de eso - murmuró Dani y sonrió - Lo importante es que ahora todos están juntos y unidos.

La conversación dio un giro y comenzaron a hablar de Jack y los planes que tenían para el chico ya que el pequeño era un niño superdotado y se encontraba estudiando una ingeniería en la universidad. Simon estaba muy orgulloso de su pequeño retoño y no se cansaba de presumirlo. Por su parte, Helmut se sorprendió de los logros de su primo, de hecho le ofreció darse una vuelta por una de sus empresas para que comenzara a empaparse de los negocios de la familia.

Después de un rato de charla, Amanda y Simon se despidieron. El niño se había quedado dormido en brazos de su primo, mientras charlaban acerca del libro favorito de Jack y Helmut: Tom Sawyer de Mark Twain.

-¡Es hora de retirarnos! - Murmuró Amanda - Me la pasé increíble y creo que Jack también, tiene un nuevo favorito ahora - Exclamó con una sonrisa y miró a Helmut - Espero puedan acompañarnos a almorzar el próximo domingo.

-¡Por supuesto! - Comentó Dani - Nosotros encantados de acompañarlos - Murmuró y sujetó la mano de Helmut.

Simon también se despidió, después de varios besos y abrazos, tomó al niño en brazos y la familia dejó la casa. Dani suspiró y miró a Helmut quién le dedicó una encantadora sonrisa.

-¿Vamos a la cama? - Preguntó él y ella asintió - Tú y yo tenemos un asunto pendiente que resolver ahí.

Dani se sonrojó y caminó del brazo del hombre hasta la habitación.

-¿Leíste mi tarjeta? - Preguntó Dani mientras se quitaba el vestido.

-¡Te dije que lo hice! - Murmuró Helmut acercándose a ella para abrazarla - También te dije que me encantó - Le susurró besando sus hombros desnudos.

-¿Qué pensaste sobre mi propuesta? - Preguntó de nuevo, estremeciéndose ante los besos del hombre - ¿Te agrada la idea de pasar el día conmigo?

-¡Me encanta! - Susurró él apartándose y comenzó a desvestirse - Así que es definitivo, ¡acepto!

-Bien - Sonrió con picardía - Así que ¡a la cama! - Se río la chica - ¡Mañana nos espera un largo y placentero día! - Susurró y lo besó tiernamente.

♣ ♣ ♣ ♣ ♣

Dani observó la enorme canasta que estaba frente a ella y revisó de nuevo su contenido. ¡Todo estaba ahí! La tarta de manzana se veía deliciosa, así como los rollitos de salchicha, la tarta salada de tomates con crema de queso y mostaza, el pan mediterráneo de sésamo y orégano y también los pastelitos de patata y atún. Para beber tenían chocolate caliente, café y té. Esperaba que a Helmut le agradara la idea de un picnic en pleno invierno. El día estaba hermoso, no había señales de lluvia y muchos menos que la nieve apareciera. Hacía un poco de frío pero también se observaba el tenue brillo del sol.

La chica miró el reloj, ¡eran casi las ocho de la mañana! Tenía que despertar a Helmut antes de que se hiciera más tarde y perdieran su oportunidad de disfrutar de una hermosa mañana al aire libre. Danielle subió corriendo la escalera y para su fortuna, Helmut ya estaba de pie.

-¡Buenos días, terroncito! - saludó Helmut sorprendido al ver a Dani completamente vestida - ¿Iremos a algún lado?

-¡Buenos días! - gritó Danielle y se arrojó a los brazos del hombre - Quiero que te vistas y te abrigues - susurró la chica - Por saldremos de picnic, ¿te agrada la idea?

-¡Me encanta! - respondió Helmut - Es una maravillosa idea, pues hace mucho tiempo que no salgo de picnic. - exclamó - Aunque pensé que íbamos a quedarnos en casa todo el día.

-Quedarnos en casa no eran mis planes - respondió Dani y sonrió - Terminaremos el día en casa y en la cama.

-¡Perfecto! - exclamó el hombre y la besó en las mejillas - Me daré prisa, no vaya a ser que el clima cambie y nos arruine la mañana perfecta. - susurró y comenzó a ponerse los pantalones.

Dani salió de la habitación y regresó a la cocina para terminar de prepararlo todo. Helmut se reunió con ella minutos después y tomó la gran canasta de bocadillos para llevarla hasta el auto. Danielle tomó su guitarra, así como un mantel y unas mantas; y salió de la casa para ponerlo todo en el auto.

-¿No falta nada? - preguntó Helmut y ella asintió - ¿Estás segura?

-Muy segura - respondió la chica - Antes de ir a buscarte, ya había revisado todo como veinte veces. Así que puedes confiar en mí.

-De acuerdo - murmuró Helmut y abrió la puerta del copiloto para que Dani subiera al auto - Entonces vámonos.

Dani sonrió y Helmut abordó el automóvil para echarlo a andar. Durante el trayecto, escucharon varios clásicos del rock y no pararon de corear cada uno de los temas. La chica miraba atentamente a Helmut, ¡le encantaba verlo así! Relajado, tranquilo y sin ningún tipo de barreras a su alrededor. Danielle sentía que por fin Helmut estaba dispuesto a abrirle su corazón y a comenzar a confiar en ella.

-¡En ese parque! - Gritó Dani señalando un sitio - Me encanta porque casi no hay niños pequeños.

Helmut lanzó una carcajada y se estacionó en un sitio disponible a un par de cuadras. Ayudó a la chica con la canasta y Dani tomó su guitarra y las mantas.

-¿Qué no te gustan los niños pequeños? - Preguntó el hombre mientras caminaba junto a ella.

-No es que no me gusten - Rió Dani - Pero sabes que cuando hay niños pequeños hay mucho ruido y poca paz. Porque ellos son bulliciosos y en ocasiones no te permiten tener intimidad - Murmuró y se mordió el labio.

-¡Eso es muy cierto! - Exclamó Helmut - Pero no dejan de ser encantadores, ¿no lo crees?

-¡Claro que sí! - Suspiró la joven, un poco sorprendida por el comentario del hombre - Me gustan mucho los niños y espero algún día tener uno - Murmuró y lo miró con curiosidad - ¿A ti no te gustaría tener uno?

Helmut no respondió. De momento no estaba muy seguro, pero en el pasado sí había planeado convertirse en padre. De hecho él y Allyson hablaron sobre la paternidad y que si algún día se casaban, comenzarían inmediatamente a planear la llegada de sus hijos. Con la muerte de Allyson todo se esfumó y esos planes e ideas se perdieron para siempre. Sin embargo ahora...

-La verdad, no estoy muy seguro - Murmuró él después de un par de minutos en silencio - Quizá cuando encuentre a la chica de mis sueños o... ¡también existe la adopción! ¿No lo crees?

-Sí, lo creo - Suspiró Dani y señaló un sitio cerca de un árbol grande - ¿Te gusta ese lugar? - Preguntó caminando hacia el sitio - Aquí podemos desayunar y continuar con nuestra charla.

-¡Me encanta! - Dijo Helmut con alegría y caminando detrás de Dani.

Rápidamente, la chica colocó las mantas sobre el piso y se sentó al lado del hombre quién acomodó la canasta en el centro. Ella comenzó a sacar las viandas con su desayuno, mientras que él la miraba sorprendido y divertido.

-¿Comerá un ejército? - Preguntó al ver que ella no paraba de sacar comida de esa canasta.

-No precisamente, pero ¡yo tengo mucha hambre! - Dijo la joven y lanzó una sonora carcajada.

-¡Tienes razón! Yo también me muero de hambre - Exclamó el hombre uniéndose a la risa de la chica.

-Además es bueno tomar un vasto desayuno - Suspiró la chica - Y la comida que no toquemos podemos regalarla a las personas sin hogar que se reúnen por aquí - Sonrió Dani.

Helmut asintió y tomó un plato para comenzar a servir. La pareja comió con gran apetito mientras charlaban y reían a carcajadas. Él la deleitó con algunas anécdotas de su infancia y adolescencia. Dani lo miraba embelesada, el rostro de Helmut reflejaba la nostalgia, pero también la alegría y la emoción al recordar esos buenos momentos.

-Yo lo hubiera dado todo por tener una familia y compartir con ellos bellos momentos - Suspiró la joven y su semblante adquirió una expresión de tristeza - Desgraciadamente la vida me privó de tener una madre y un padre amorosos. - murmuró y un nudo atravesó su garganta - Ya casi no recuerdo a mi madre y a mi abuela, sólo vagos recuerdos y de momentos tristes y muy duros. - sollozó - Prefiero mantener en el olvido todos esos tragos amargos. - dijo la joven y comenzó a llorar.

-¡Oh no, no! - Dijo Helmut envolviéndola fuertemente entre sus brazos - Por favor, no te pongas triste ahora, ¡no quiero que llores! - Suspiró el hombre - No vale la pena recordar el pasado, ha sido duro para los dos... ¡especialmente para ti! - Murmuró mientras acariciaba el cabello de Danielle - Comprendo lo que puedes sentir pero ya tendrás oportunidad de formar una familia, si lo deseas. - murmuró Helmut y besó la frente de Dani - Además, Simon y yo somos tu familia ahora. - dijo con una gran sonrisa - Y si te diste cuenta, ayer se nos unieron dos más. - exclamó el hombre con alegría - ¡La familia está creciendo!

La chica no respondió, sólo se aferró a los brazos de Helmut. Sabía que esa familia no iba a ser para siempre, que en cualquier momento Helmut le iba a pedir que se fuera para que continuara su camino sola y alcanzara su independencia. Dani decidió dejar ese tema de lado, ya no quería estar triste, no en ese momento. La joven se levantó, limpió sus lágrimas y tomó su guitarra para sentarse de nuevo frente a Helmut.

-Te preparé otro regalo - murmuró la chica y sonrió - No es la gran cosa, pero lo hago de corazón. - exclamó - Para mí, este detalle es muy especial.

-Y yo te lo agradezco - susurró Helmut - ¿Vas a cantarme algo? - preguntó el hombre muy emocionado y Dani asintió - Entonces te escucho. - dijo al momento que en su rostro se dibujaba una gran sonrisa.

Dani tocó los primeros acordes de la melodía y comenzó a cantar un tema de Coldplay. La dulce voz de la chica inundó los oídos del hombre que la miraba lleno de emoción. Danielle tenía una preciosa voz, tierna y delicada, así como ella. Helmut se dejó llevar envuelto por la canción y la hermosa voz de la chica.

-¡Excelente, maravilloso! - exclamó el hombre cuando Dani terminó de cantar - Tienes una voz maravillosa, ¡perfecta! - dijo Helmut aplaudiendo con fuerza - ¡Estoy extasiado! ¿Se puede repetir? - preguntó acercándose a Dani para besarla en las mejillas - Es el mejor regalo que he recibido en toda mi vida...

-¡No exageres! - murmuró la chica y se puso colorada - No es la gran cosa.

-Para mí lo es - respondió Helmut - No cualquier chica te dedica un detalle así, un momento especial sólo para los dos y mucho menos te deleita con su hermosa voz. - exclamó el hombre - Este regalo es muy especial para mí y este momento quedará grabado en mi memoria para siempre.

-¿En serio? - preguntó Dani haciendo la guitarra a un lado y Helmut asintió - ¡Te quiero, Helmut! - susurró y lo besó con dulzura.

-¡Y yo a ti muñeca! - Exclamó el hombre mientras volvía a besarla.

Al separarse, Dani continuó interpretando algunos temas más. Helmut la escuchaba, pero permanecía más reflexivo. Las palabras de la joven aún resonaban en su cabeza. ¿Ella lo quería? ¿Cómo? ¿En qué momento sucedió? ¡Ella no tenía porque quererlo! Porque él no se lo merecía. Él era un desgraciado, se comportó con ella de la manera más vil, cruel y despiadada y sin embargo, ¡ahí estaba con él! Algo la mantenía cerca, tenía que haber una razón para que ella continuara a su lado. ¿Acaso era cierto? ¿Le quería? ¿Dani quería a ese monstruo? ¿Y él en verdad la quería también? Se cuestionó al verla sonreír.

-¿Nos vamos ya? - Preguntó la joven haciendo a un lado la guitarra - Aún tenemos cosas por hacer - Murmuró.

-¿Qué es lo siguiente en nuestro itinerario? - Preguntó Helmut ayudando a la joven a levantar las mantas y la canasta que estaba sobre el piso.

-Tenía pensado que fuéramos al festival de Invierno de Southbank - Murmuró la chica - Y quizá visitar alguna galería de arte o simplemente caminar por ahí...

-¿Y si vamos a patinar? - Preguntó Helmut sin dejar de sonreír - ¡Será divertido! Hace años que no lo hago y...

-¡Yo no sé patinar! - Gimió Dani - No es una mala idea pero, ¡jamás he usado unos patines!

-No es gran ciencia - Exclamó Helmut tomándola de la mano - Yo aprendí - Rió y comenzó a caminar llevando a Dani en pos de él.

Después de dejar el parque, la pareja fue a patinar. Danielle no paraba de reír, intentando mantenerse en pie sobre los patines. Helmut la sujetaba, indicándole cómo hacerlo para que pudiera deslizarse con facilidad sobre la pista de hielo. ¡Y lo logró! Luego de varias caídas y montones de carcajadas, la chica consiguió dar un par de vueltas en la pista sin caerse.

Luego de un rato en la pista de hielo, la pareja se dirigió a un bar para beber un par de humeantes tazones de vino caliente, mientras se acurrucaban junto al fuego y degustaban unos deliciosos pasteles de carne.

-¡Ya moría de hambre! - Exclamó la chica llevando a su boca una gran porción de pastel.

-¿En serio? - Preguntó Helmut bebiendo un poco de vino - Desayunamos bastante bien en el parque...

-¡Pero hicimos mucho ejercicio en la pista! - Sonrió la joven y continuó comiendo - O quizá tengo parásitos y ellos se comen todo lo que cae a mi estómago - Exclamó y lanzó varias carcajadas.

-¡Ay, qué asco! - Gruñó Helmut y también se echó a reír con estrépito - Opto por lo primero.

La pareja siguió riendo y bromeando. Después de un rato salieron de un bar y caminaron por algunas calles de Londres que aún estaban llenas de luces y adornos navideños. Hicieron algunas compras, se entretuvieron mirando y disfrutando de la música de algunos artistas callejeros. Para finalizar fueron a darse una vuelta por el festival navideño para admirar el arte y la cultura escandinava.

♣ ♣ ♣ ♣ ♣

-¡Ha sido un gran día! - Dijo Dani dejándose caer sobre la cama - Me encantó pasar un rato agradable contigo - Suspiró la chica - Gracias por aceptar mi invitación - Exclamó y lo tomó de la mano.

-Al contrario, soy yo quién te agradece - Respondió Helmut y se sentó junto a ella - Espero se repita otra vez, me encantó salir contigo, charlar y compartir buenos momentos y recuerdos - Suspiró - Hacía mucho tiempo que no disfrutaba de un día así, en compañía de alguien tan especial - Murmuró Helmut y acarició el rostro de la chica.

Dani se puso colorada y le dedicó una hermosa sonrisa antes de arrojarse a los brazos del hombre. Él la abrazó con más fuerza, sosteniéndola firmemente entre sus brazos mientras unía su boca a la de ella besándola de una manera pasional y salvaje, transmitiéndole el deseo que sentía por ella. Dani le echó los brazos al cuello, aferrándose a él para corresponder a ese ardiente beso que la llevaba a tocar el cielo. Las manos de Helmut acariciaron su espalda para después meterse debajo de su blusa y masajear sus senos por encima del encaje de su sostén. El cuerpo de la chica vibró al sentir el calor de las manos de Helmut y dejó escapar un suave jadeo al experimentar esa ola de calor en el vientre que se extendía por todo su cuerpo.

-¡Me encantas, nena! – exclamó Helmut mientras deslizaba la punta de su lengua entre los labios entreabiertos de Dani – Me tienes cautivado con esa forma de ser tan tuya, con tu hermosa risa y tu sensualidad.

La chica se ruborizó al escucharlo y ese rubor se intensificó al notar la excitación de Helmut que rozó sus muslos. Con manos temblorosas, Danielle le quitó la camiseta para dejar al descubierto su pecho. Él volvió a besarla con mayor pasión, y despacio la despojó de su blusa y de su sostén. La chica sintió pequeños estremecimientos que recorrían todo su cuerpo al tiempo que ese delicioso calor se intensificaba. Ella levantó el rostro y buscó la boca del hombre, quién la sujetó por la espalda y la pegó a su cuerpo. Dani se sintió tan indefensa, al sentir como el enorme tórax del hombre aplastaba sus senos. Helmut seguía besándola con urgencia, explorando su boca con la lengua, entretanto, ambos corazones latían a la par.

Helmut se separó un poco de Danielle, contemplándola con sus ojos brillantes que la quemaban como fuego. No quitó la vista de ella, mientras le quitaba lentamente el resto de la ropa que la cubría. Dani volvió a ruborizarse, esa intensa mirada sobre su cuerpo causaba un gran efecto en ella, pero lo que la estaba volviendo loca, era el efecto que ella causaba en Helmut, quién la miraba con los ojos oscurecidos por el deseo, respirando agitadamente y cada vez más excitado.

El hombre también se despojó del resto de su ropa, quedando completamente desnudo delate de ella. Dani suspiró con sonoridad y se mordió el labio al admirarlo. No había duda, Él era simplemente perfecto. Lanzó un suave jadeo y siguió recorriéndolo con la mirada, hasta que sus ojos se detuvieron justo en su bajo vientre. La chica no podía despegar los ojos de su llamativa masculinidad, que la invitaba a tomarla con las manos.

-¡Ven aquí! – exclamó Helmut con la voz ronca por el deseo, dejándose caer de nuevo sobre la cama, indicándole que se sentara sobre sus piernas.

Danielle no lo dudó ni un momento, gimió y se sentó a horcajadas frente a él. La mujer gimió con más fuerza cuando el pene del hombre rozó su feminidad y él dejó escapar un gruñido de satisfacción. Durante unos instantes se miraron a los ojos, él le sonrió al tiempo que envolvía con sus manos los redondos y firmes pechos de la chica. Helmut inclinó la cabeza y volvió a besarla, acariciando las areolas que coronaban sus senos. La chica sintió como brotaba el agua sexual de entre sus muslos. Respiró hondo y lanzó un gemido de placer, cuando Helmut dio un par de lengüetadas sobre uno de sus pezones. A esa caricia le siguió el roce de sus dientes, logrando que sus pezones se pusieran duros y rígidos.

-Helmut... - gimió la chica retorciendo sus caderas mientras su cuerpo era invadido por el palpitante deseo que las caricias del hombre habían despertado en ella.

-¿Te gusta? – preguntó él con una risa de satisfacción – Creo que te va a gustar todo lo que te voy a hacer.

Ella dejó escapar una risilla sensual y él la besó de nuevo mientras una de sus manos bajaba hasta sus caderas acariciando sus nalgas. Danielle enredó su lengua con la de él y el besó se prolongó por varios minutos en una dura batalla entre sus lenguas y dientes que chocaban con frenesí. Helmut la tomó en brazos y se acomodó junto a ella sobre la cama, recorriendo con su vista el contorno de su cuerpo.

Dani le sonrió, ¡deseaba tanto a ese hombre! ¡Lo amaba! ¡Sí, si lo amaba! Estaba segura de eso. Estaba enamorada de Helmut, se había enamorado de él a pesar de todo lo que sucedió entre los dos. Helmut volvió a sonreírle con malicia y tomó una de las manos femeninas para llevarla hasta su masculinidad. La sonrisa de Danielle se amplió y en sus ojos brilló la lujuria, comenzó a acariciarlo y ese roce la dejó fascinada, era tan suave y caliente. Dani gimió de puro e irreprimible placer. El calor volvió a invadirla y la humedad volvió a hacerse presente en su interior.

Helmut le dio un beso muy erótico y profundo, lo que la puso más al cien. Con un rápido movimiento, la colocó de espaldas a él y comenzó a acariciarle los senos y el vientre, deteniéndose sobre su zona púbica. Danielle se estremeció cuando los dedos traviesos del hombre comenzaron a juguetear con su clítoris, la chica lanzó un chillido ante las oleadas de placer que la invadieron. Era un momento salvaje pero ella lo estaba disfrutando, necesita liberarse, necesita sacar su lado más atrevido y tener más confianza en sí misma. Necesitaba sentirse amada, deseada. Dani movió su cadera hacia atrás y hacia adelante, arqueando la espalda. Los dedos de Helmut la exploraban ávidamente, logrando que de su boca se escaparan sonoros gemidos de placer. Ella estaba llegando ya al punto del delirio y con un enorme gritó, explotó y fue presa del primer orgasmo.

Él se movió colocándose sobre ella, entre sus muslos y lanzó un sonoro gruñido mientras la miraba a los ojos. Dani jadeó y se frotó contra él mientras le clavaba las uñas en la espalda. Otro gruñido de placer masculino salió de los labios de Helmut y lentamente la penetró, sujetándola por las caderas. El cálido y viril deslizamiento de su carne dentro de ella la sumergió en un mundo de placer. Dani levantó las caderas y él la penetró completamente con una embestida. Juntos comenzaron a moverse a un ritmo creciente que despertaba su deseo, haciéndolos que se olvidaran de todo. Ella olvidó el dolor y las penas que Helmut le provocó, estas se desvanecían poco a poco, dando paso a la excitación y el calor del momento que se había desatado sobre la cama. Ambos gemían, jadeaban y se besaban vorazmente. Ese torrente de placer creció cuando los dos alcanzaron el clímax entregándose a ese delicioso estremecimiento que los devoraba.

♣ ♣ ♣ ♣ ♣

Nos sorprendió que el tío Simon tuviera una familia. Ya después explicaremos más sobre ello.
Dani y Helmut tuvieron un gran día que terminó en una apasionada noche. Pudimos notar que la chica está enamorada, pero Helmut aún no quiere reconocer lo que siente por ella porque se siente culpable por lo que le hizo. Su conciencia no lo dejará en paz... ¡y con justa razón! Pero tarde o temprano él reconocerá que está sintiendo algo muy profundo por Dani.
¿Qué les preció este capítulo? No se olviden dejar sus comentarios u opiniones sobre este capítulo; así como sus votos.
Muchas gracias por su apoyo.
Maria Decapitated

P.D.:
Por  cierto, les dejo el rostro de los dos nuevos personajes que interpretan a Amanda y Jack.

Julia Roberts - Amanda Wayne

Noah Jupe - Jack Ferguson

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