CAPÍTULO 26
Durante la cena, Helmut se mantuvo callado y sólo respondía con monosílabos o movimientos de su cabeza, ¡rara vez decía una frase! Además de que no parecía hambriento como lo aseguró al llegar a casa, pues sobre su plato aún se encontraba una gran porción de filete y papas. Simon lo miraba con atención, había algo raro en su sobrino. Desde que llegara de la oficina se le notaba nervioso y distante, como si Helmut intentara ocultar algo.
Danielle también notó el extraño comportamiento de Helmut y se preguntaba ¿qué podría estar pasando? La chica lanzó un suspiro al verlo sentado frente a ella, Helmut sostenía el tenedor pero sólo picaba el trozo de carne que estaba sobre su plato. Quizá había tenido un mal día en la oficina, últimamente el hombre se quejaba de que los acreedores no los dejaban ni a sol ni a sombra. Que todos exigían sus pagos puntales y que otros amenazaban con embargar la empresa. Pero a pesar de esos problemas, Helmut se notaba tranquilo y siempre bromeaba a la hora de la cena. Pero el día de hoy era diferente, el hombre estaba tratando de ocultar algo, ¿pero qué?
-¿No vas a comer más? - preguntó Simon al ver que Helmut se levantaba de la mesa y vertía en bote de la basura los restos de comida de su plato - Dijiste estar muy hambriento, pero veo que de un momento a otro perdiste el apetito, ¿sucede algo malo?
-Estoy bien, tío. - murmuró Helmut recogiendo los platos de la mesa para llevarlos al fregadero - Sólo es un poco de estrés, nada grave. - dijo mirando a Danielle y dedicándole una sonrisa - ¿Podrías esperarme en el estudio? - preguntó y su tío asintió - Terminaré de lavar los platos y me reuniré contigo para charlar.
-Te espero ahí - respondió Simon y abandonó la cocina para dirigirse al estudio.
-Si quieres yo puedo lavar los platos y terminar de recoger la cocina - exclamó Dani acercándose a Helmut para besarlo en las mejillas.
Inmediatamente, Ferguson la tomó entre sus brazos y se aferró a ella con todas sus fuerzas. El hombre besó su frente y sus mejillas y murmuraba algo que Dani ni alcanzó a comprender.
-Gracias, cariño. - respondió Helmut y la soltó de su abrazo - Me reuniré contigo en unos minutos, sólo quiero hablar con Simon respecto a un problema de la empresa.
-No te preocupes - sonrió Danielle y lo besó fugazmente en los labios - Te estaré esperando en la habitación. - dijo guiñándole un ojo.
Helmut palmeó su trasero y le lanzó un beso antes de caminar rumbo a la salida y dirigirse al estudio. Respiró profundo y apretó los puños, ¡estaba desesperado! Tenía que hablar con Simon respecto a la llamada de Patel. Juntos tenían que encontrar una solución a ese problema, pero por el momento no deseaba que Danielle se enterara de ello, no quería que la chica tuviera un ataque de pánico. Abrió la puerta lentamente y entró en el lugar, Simon estaba sentando con un libro en sus manos y bebía un poco de café. Al verlo entrar, el hombre dejó el libro en una pequeña mesa y se puso de pie para ir al encuentro de su sobrino.
-¿Qué está pasando, Helmut? - preguntó Simon inmediatamente, pues de sobra sabía que Helmut ocultaba algo malo.
-Antes de regresar a casa recibí una llamada que me desconcertó. - murmuró Helmut dejándose caer sobre el sillón - Estoy desesperado, Simon.
-¿Te amenazaron de muerte? - preguntó Simon y arqueó las cejas al ver a Helmut negar con la cabeza - ¿Te amenazaron con embargar la empresa? - continuó preguntando y Helmut volvió a negar - Entonces... ¿qué está pasando? ¡Dímelo de una vez! - gritó Simon - Detesto que te andes con rodeos, Helmut.
-Me llamó Rohit Patel - exclamó el hombre y se llevó las manos al rostro.
-¿Rohit Patel? - dijo Simon sin comprender, pues no recordaba el nombre del empresario hindú - ¿Y ese quién es?
-Es el estúpido al que Hank le prometió a Danielle como esclava sexual - gritó Helmut apretando los puños y los dientes - El muy desgraciado tuvo el descaro de llamar a la empresa y reclamar lo que le fue prometido. - exclamó y se levantó de su asiento - Me dijo que si no cumplíamos con lo acordado, nos íbamos a atener a las consecuencias. - dijo Helmut y se llevó las manos a la cabeza - No voy a permitir que ponga sus asquerosas manos en Danielle - gritó - No voy a permitir que le haga daño - gimió y volvió a apretar los dientes - Yo le prometí a Dani que no iba a dejar que le hicieran ningún daño, que iba a protegerla a toda costa.
-¡Y eso es lo que haremos! - respondió Simon de inmediato - ¿Tienes algún plan?
-Por ahora no - exclamó Helmut - Sólo le pedí a Lucas que investigara un poco más a cerca de ese hombre. - murmuró - Debe tener algún punto débil por el cual podamos atacar. - dijo Ferguson - Esconder algún oscuro secreto y aprovecharnos de ello para chantajearlo. - añadió Helmut y volvió a sentarse.
-Es posible, si era amigo de Hank seguramente hay muchas cosas turbias detrás de él - dijo el tío sentándose junto a su sobrino - Por ahora solo nos queda mantener vigilada a Danielle y no permitir que por ninguna circunstancia salga sola de la casa, debe ir acompañada por alguien de nuestra seguridad privada. - exclamó Simon - También debemos mantener vigilada la casa y la empresa, ese tal Rohit Patel puede atacar en cualquier momento.
-¡Lo sé! - respondió Helmut - Por eso estoy desesperado - murmuró - Temo por la seguridad de Dani.
-Vamos a cuidarla muy bien, Helmut. - exclamó Simon posando su mano en el hombro de su sobrino - Vas a cuidar bien de ella, ¡ya verás! - dijo el hombre lleno de optimismo - No permitirás que ese tal Patel se salga con la suya.
-¡Jamás! - Gruñó Helmut apretando los puños - Voy a investigar a ese desgraciado, voy a estar vigilándolo de cerca y al menor movimiento en falso que dé, lo refundiré en la cárcel - Murmuró y camino hacia la salida - Ahora debo irme, Dani me está esperando y... - Suspiró - También tengo que hablar con ella, pero primero quería tranquilizarme. No debo alterarla.
-Sin embargo, debes ponerla sobre aviso - Exclamó Simon caminando hacia su sobrino - Ella debe saber que ese hombre es peligroso y que debe tener mucho cuidado. Tiene que estar alerta para que no sea tomada por sorpresa.
-¡Gracias tío! - Suspiró Helmut y abrazó al hombre antes de abandonar el estudio.
♣ ♣ ♣ ♣ ♣
Helmut entró en la habitación y observó a Danielle. La chica estaba sentada frente al espejo de su tocador y cepillaba su brillante cabellera rubia. Al sentir la presencia del hombre, inmediatamente giró el rostro y sonrió. Dani dejó el cepillo cerca de los perfumes y se levantó para ir al encuentro de Helmut.
-¿Está todo bien? - dijo al momento que abría los brazos para fundirse en un abrazo con él - Durante la cena te noté muy nervioso, ¿hay algo que te preocupa? - preguntó la chica y levantó el rostro para mirarlo a los ojos.
Helmut la observaba con atención, los ojos verdes de la chica reflejaban curiosidad. Su mirada era insistente, en espera de una respuesta. El hombre lanzó un suspiró y depositó un beso en la frente de la joven. ¡No sabía cómo decirle la verdad! Pero Danielle debía estar enterada de todo lo que estaba sucediendo. Ella debía conocer el motivo de sus preocupaciones. Tenía que ser sincero con Dani y no guardarse nada, ¡ella estaba en peligro! Y el único que podía ayudarla era él.
-Ven - murmuró Helmut - Vamos a sentarnos - exclamó y la tomó de la mano para conducirla hacia la cama, sentándola sobre su regazo - Es que realmente no sé cómo decirte lo que está pasando.
-¡Pues sólo dilo! - fue la respuesta de Danielle y comenzó a acariciar el rostro de Helmut - Tu manera de actuar me dice que algo no está bien, me dice que está sucediendo algo muy malo, ¿o me equivoco?
-No te equivocas, princesa - respondió Helmut y la besó en los labios - Esta tarde, antes de volver a casa, recibí una llamada que me dejó perturbado.
-¿Una llamada? - preguntó la chica con preocupación - ¿De quién? ¿Qué es lo que está pasando? - exclamó llena de angustia.
Helmut la miró con intensidad pero no dijo nada. Permaneció en silencio, pensando, analizando lo que estaba pasando. De un momento a otro, la situación dio un cambio muy drástico. Las cosas entre él y Dani tuvieron un comienzo terrible, todo por culpa de su estupidez, creyendo que Dani era una mala mujer. Pero poco a poco y a pesar de ese supuesto odio que tenía hacia ella, le importaba, en el fondo lo sabía, estaba consciente que Dani era vulnerable y que estaba sola, por tal motivo iba a ser un blanco fácil para ese tal Patel. Su conciencia le decía que tenía que protegerla y cuidarla.
-¿Estás bien? - Preguntó Dani con visible interés - ¿No piensas decirme nada? ¿Es algo grave? - Suspiró - De pronto te has quedado callado y...
-Esta tarde, Rohit Patel se comunicó conmigo - Murmuró Helmut mientras la ceñía con un poco más de fuerza - Él llamó para reclamar lo que supuestamente le pertenece.
Danielle se tensó al escuchar a Helmut. No había olvidado el nombre de ese tipo, sabía cuáles eran las intenciones de ese sujeto y de pronto fue invadida por el pánico, aferrándose al cuerpo de Helmut.
-¿Y qué va a pasar? - Preguntó Dani - ¿Me vas a entregar a ese sujeto? - Murmuró ahogando un sollozo.
-¡Danielle, por favor! - Dijo Ferguson un poco molesto y sorprendido por la respuesta de la joven - Sé que en un principio me porté mal contigo, ¡fui el peor de los hombres! Pero yo te prometí después que iba a cuidarte, ¡qué iba a protegerte! - Suspiró y le besó la mejilla - Y que no permitiría que nada ni nadie te hicieran daño - Bufó - ¡Así que no debes temer! Voy a cumplir con mi promesa.
Dani aflojó su agarre, Helmut pudo sentir el alivio que le provocaba escuchar sus palabras. Lentamente ella se apartó de Helmut y lo miró a los ojos, mientras asentía.
-¡Gracias! - Suspiró la joven - Siento mucho dudar de ti pero... ¡tengo miedo! - Gimió - No quiero que ese hombre me ponga las manos encima para hacerme daño.
-Es lógico tener miedo - Murmuró Helmut y volvió a abrazarla - Pero Simon y yo no vamos a permitir que ese hombre se te acerque.
-¡No sé qué haría sin ustedes! - Sonrió Dani - Creo que al final encontré lo que un día me dijo la señora Rossi - Exclamó ampliando la sonrisa mientras Helmut la miraba con interés - Ella me dijo que algún día encontraría a mi ángel guardián pero... ¡creo que yo encontré dos!
-No, ¡nada que ver! - Rió Helmut volviéndola a besar - Nosotros no somos eso - Murmuró negando con la cabeza - Pero haremos lo que esté en nuestras manos para cuidarte - Suspiró - De momento, la casa se encuentra vigilada y... también lo estuve pensando, te quedarás aquí en casa hasta que las aguas se calmen...
-¡No! - Gimió Dani en tono de protesta - ¡No por favor! No quiero quedarme en casa - Murmuró y sujetó el rostro de Helmut entre sus manos. Él la miraba con el ceño fruncido, desaprobando sus palabras - ¡Puedo salir a trabajar y hacer mis cosas! - Suspiró y lo besó repetidas veces en los labios - También debo aprender a cuidarme sola y a no tener miedo.
-De acuerdo - Suspiró él, resignado - Pero te vigilarán un par de agentes de seguridad, ¡no quiero lamentarme después si algo mal...!
-¡No me va a pasar nada! - Dijo la muchacha antes de volver a besarlo de manera profunda y apasionada - Creo que debo aprender a perder mi miedo y a enfrentar mis temores - Suspiró - Pero se hará de la forma en que tu digas, ¡no podemos darnos el lujo de correr riesgos!
Helmut no respondió, sólo lanzó un hondo suspiro, mirándola a los ojos y acunándola contra su pecho. Danielle levantó su rostro para mirarlo con adoración, mientras mordía su labio. Él le sonrió y se inclinó, rozando su nariz con la de la chica y acariciando su pelo antes de unir su apetitosa boca a la de ella para besarla con pasión.
Fue beso ardiente y desesperado, con una de sus manos, Helmut recorrió la espalda de Dani, deteniéndose en su nuca y la atrajo más a él sin dejar de besarla. Sus bocas y lenguas se movían al mismo compás, exigiendo cada vez más el uno del otro. Dani sentía que el aire le faltaba, pero no podía separarse de la boca del hombre. Los besos de Helmut eran como una droga, necesitaba llenarse de ellos para sentirse completa.
Helmut se separó un poco para recobrar el aliento y la contempló con dulzura, su pelo estaba revuelto y sus labios hinchados por la intensidad del beso. Se veía tan vulnerable, tan tierna y tan bonita, que no pudo resistirse y volvió a besarla con exigencia, ¡la necesitaba tanto! Quizá en un principio se mostró frío y sin sentimientos, pero Danielle despertaba en él numerosas sensaciones. Como unas ganas tremendas de amar, por ejemplo, o la necesidad de protegerla de cualquier cosa.
Volvieron a separarse, el pecho de la chica subía y bajaba con rapidez debido a la falta de aire. Ella miró a Helmut quién no le quitaba la vista de encima y con torpeza buscó el borde de su camiseta para sacarla de su cuerpo y arrojarla al piso de la habitación. Las manos de Dani temblaban, y con un poco de miedo posó las yemas de sus dedos sobre los fuertes pectorales de Helmut que le dedicó una dulce sonrisa.
-No tengas miedo - Musitó el hombre - Siéntete con toda la libertad de poder tocar lo que desees - Dijo y la tomó de las manos para besarlas repetidas veces.
Dani suspiró y esbozó una sonrisa perversa cuando su mano comenzó a moverse en círculos sobre su pecho, arrancándole un gemido gutural. Durante varios minutos le acarició el pecho, sonriendo embelesada cada vez que Helmut gruñía o gemía. Poco después, Dani se levantó, poniéndose frente a él y comenzó a moverse de manera provocativa, inclinándose para besar de nuevo los labios del hombre que la miraba emocionado. Las manos de Helmut se posaron sobre la cintura de Dani y despacio levantó el borde de su camisón para despojarla de este. Sus ojos brillaron al contemplar la desnudez de sus pechos y sus pezones sonrosados, endurecidos y erguidos. Dani gimió cuando él levantó las manos y las colocó sobre sus senos, apretándolos con suavidad. Hasta que, con un movimiento brusco por parte de él, la colocó sobre el colchón. Dani volvió a gemir con fuerza al sentir cómo Helmut tiraba de sus pezones mientras sus labios le recorrían las mejillas y su barba crecida le picaba la piel. Lentamente, los labios del hombre recorrieron su cuello, bajando por este hasta detenerse sobre sus senos. Dani gemía y arqueaba la espalda, sintiendo como la boca de Helmut se adhería a uno de sus pezones y los succionaba con fuerza.
Durante un rato, Helmut se entretuvo con los pechos de Dani, quién no paraba de gemir, invadida por esas exquisitas sensaciones. Su vientre se contraía mientras que su coño palpitaba, mojándose más y más hasta que él abandonó sus senos para devorar sus labios con un beso que desbordaba pasión. Y nuevamente, el cuello y los senos de la chica fueron cubiertos de besos. Los labios y lengua de Helmut dejaron un camino húmedo por el vientre de la chica, deteniéndose en el elástico de sus bragas. La chica se retorcía y gemía, diciéndole con cada uno de los movimientos de su cuerpo que deseaba más que esos besos y caricias. Ferguson lo comprendió y en un abrir y cerrar de ojos, ellas estaba totalmente desnuda delante de sus ojos.
Dani protestó cuando él se incorporó otra vez, para deshacerse de sus pantalones y su ropa interior; y así quedar a la par con su amante. Dani estaba recostada sobre el sillón, con las piernas abiertas y con el cabello alborotado. La chica lo miraba embelesada, mordiendo sus labios al contemplar el cuerpo desnudo de Helmut. Dani quiso incorporarse para arrojarse a sus brazos, pero el hombre la empujó con suavidad para que volviera a caer sobre el colchón. Él se colocó frente a ella de rodillas y se inclinó para volver a besarla.
-¿Sabes que me estás volviendo loco? – preguntó Helmut al separarse de ella - ¿Sabes que estoy ansioso por probar tu cuerpo, por saborear cada rincón de tu cuerpo? - Murmuró al tiempo que colocaba las manos bajo sus nalgas para elevarlas.
Dani jadeó y apoyó los codos sobre el colchón, abriendo aún más las piernas mientras clocaba su mano en la cabeza de Helmut, acariciándola y haciéndole saber que estaba lista para lo que deseaba hacer. Él sonrió de manera perversa y con rapidez enterró su rostro en la feminidad húmeda y caliente, recorriéndola con la lengua. La mujer jadeó con fuerza y arqueó la espalda al sentir como la lengua de Helmut comenzaba a penetrarla y a recorrer sus pliegues. Sus caderas se movieron con insistencia y de su boca se escapaban fuertes gemidos.
Helmut lamía y chupaba con deleite el sexo de Dani. Su lengua golpeaba frenéticamente su clítoris o trazaba suaves círculos sobre este, logrando que ella jadeara y chillara, retorciéndose, invadida por el placer. Los dedos del hombre también entraron al juego, penetrándola una y otra vez. Dani estaba perdiendo la razón, las llamas de la pasión crecían cada vez más y estaba consciente de que tarde o temprano iba a colapsar.
Danielle chilló y arqueó la espalda, enterrando sus dedos en la cabeza de Helmut. Por su parte, él continuó chupando su sexo, arrancándole un grito de placer. El cuerpo de Dani tembló y sus músculos se tensaron. El orgasmo estaba cerca y ella ya no podía contenerse más. Él no iba a detenerse, al contrario, los movimientos de su lengua, boca y dedos se volvieron más veloces. Ella se entregó al placer del orgasmo y él disfrutó al verla gozar y regocijarse ante sus caricias.
El hombre se incorporó y contempló a Dani, ella también lo miró con un brillo de lujuria en sus ojos mientras él se relamía los labios y los dedos, disfrutando de las mieles que ella le acababa de ofrecer. Helmut se sentó a su lado y acarició sus piernas, la tomó de la cintura y la ayudó a sentarse sobre la cama para abrazarla con fuerza.
-Jamás pensé que yo... - jadeó Dani sonrojándose – Que esto fuera tan maravilloso, tan explosivo. Yo toqué el cielo. – dijo con emoción buscando desesperadamente la boca de Helmut.
Por respuesta, él le dedicó una hermosa sonrisa y la apretó contra su pecho antes de besarla de nuevo. Esta vez fue un beso tranquilo y calmado; pero profundo y lleno de pasión, pero sin exigencias de ningún tipo. Un momento suave y delicado, ya que para él Dani era así, delicada y tierna.
Instantes después se apartaron para mirarse, la chica trazó los rasgos del rostro masculino con su mano, mientras suspiraba perdiéndose en esos ojos tan hermosos y expresivos. Aunque en algunas ocasiones Helmut se había comportado de manera fría y distante, ahora la estaba tratando con delicadeza y sin brusquedad, como si ella fuera su tesoro más preciado.
-¿En qué piensas? – Le preguntó Dani acariciando su pecho.
-Sólo te contemplo, ¡eres tan hermosa! – exclamó Ferguson – Es imposible no mirarte, no pensarte. ¡Eres única, Danielle! – dijo con voz ronca y sexy al tiempo que se acercaba de nuevo a ella para fundir su boca a la suya.
Este nuevo beso fue intenso, la lengua de Helmut penetró en su boca y ella lo recibió, uniéndose a su danza mientras que las manos del hombre masajeaban su espalda hasta llegar a sus glúteos, los cuales estrujó a placer. Dani gimió cuando él se separó y le dedicó una sonrisa.
Ante ese gesto, la chica se sonrojó intensamente, pero antes de que pudiera reaccionar, él la empujó contra el colchón, cayendo de nuevo sobre ella. Danielle gritó y se rió, pero sus risas fueron calladas por los labios de Helmut que volvieron a besarla con ansias y desesperación. Dani temblaba completamente al sentir como sus pieles chocaban, su piel se erizó al percibir el roce de su dura hombría sobre sus muslos. Las manos de la chica recorrieron el trasero del hombre, logrando que él también se estremeciera ante el roce de sus dedos sobre su piel caliente y mojada de sudor. La boca de Helmut se elevó hasta la frente de Dani para dejar un beso sobre ella y descender poco a poco por su nariz, boca, barbilla, cuello, deleitarse un instante con sus senos y recorrer su vientre con la lengua mientras ella continuaba temblando.
Dani arqueó la espalda, urgiéndolo a seguir. Pero él se daba su tiempo, quería disfrutarla como si fuese la primera vez. Deseaba hacerla gozar y que se entregara por completo. Las necesidades de Danielle estaban por encima de las suyas, así que continuó llenando de besos su vientre y su pubis. Él se recreaba con las reacciones del cuerpo de Dani, de cómo ella se ofrecía a él y clavaba sus uñas en sus hombros. Helmut gimió y siguió con lo suyo, dejando un camino de besos desde su ingle hasta la punta de su pie. Ella rió, la barba de Helmut era un plus, esta le hacía cosquillas, pero a la vez experimentaba placer con su roce.
-Te quiero - Susurró Dani con timidez y lo abrazó con fuerza, al tiempo que lo besaba con urgencia.
Helmut le correspondió, aumentando la intensidad del beso. Se separó un poco de ella para colocarse un preservativo. Su mano recorrió la pierna de la mujer y la levantó un poco, enredándola en su cadera. Ante ese gesto, Dani lanzó un profundo jadeo y se frotó contra él. Helmut le sonrió y le embistió con vigor. La joven volvió e gemir con sonoridad, mientras se aferraba a su cuello para balancearse rítmicamente junto a él. Ambos se besaron con lujuria, chocando sus dientes ante la brutalidad del beso. Dani chupaba y saboreaba sus labios, mordiendo en ocasiones su labio inferior. Helmut se mantenía firmemente aferrado a sus caderas para embestirla cada vez con mayor intensidad. La mujer jadeaba y sudaba a medida que la penetración era más violenta y veloz. El roce del sexo grueso y firme de Helmut dentro de ella la estaba volviendo loca, llenándola de un placer indescriptible.
La pareja siguió moviéndose al mismo ritmo. Dani cerró los ojos para dejarse llevar mientras sus labios musitaban otro 'Te Quiero'. Helmut abrió los ojos y contempló ese bello y pequeño rostro salpicado de gotas de sudor, con los labios entreabiertos que dejaban escapar pequeños gemidos. Verla así lo llevó al límite de su resistencia y bombeando un par de veces se dejó llevar, para alcanzar a la par con Dani la cúspide de su pasión.
♣ ♣ ♣ ♣ ♣
Sabemos que Helmut está muy preocupado por la amenaza de ese empresario hindú. Él desea proteger a Dani a toda costa. Y por lo que pudimos notar aquí, parece que los sentimientos de Helmut hacia Danielle están cambiando, ¿será acaso que se está enamorando? ¡Ya lo sabremos!
Por ahora estarán tranquilos, pero en cualquier momento ese tal Patel hará su aparición para arruinar un poco de esta felicidad.
¿Qué les pareció el capítulo?
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Y gracias por el apoyo a esta historia.
Maria Decapitated
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