CAPÍTULO 25
Dani caminó hacia la salía del edificio, la junta se había prolongado por varias horas. Hubo discusiones, gritos, inconformidades, peleas. Las cosas dentro de la sala de juntas fueron bastante intensas. Sin embargo, Helmut y Simon, junto con Lucas pusieron el orden. Helmut habló con el resto de los accionistas de la empresa, luego de que estos estallaran contra Hank y todos sus malos manejos dentro de la empresa. Se necesitaría de un proceso muy largo para sacarla adelante, pero al final se estableció un plan definitivo de trabajo y todos estuvieron de acuerdo en ponerlo en marcha inmediatamente.
La chica estaba cansada y con ganas de llegar a casa, tomar una ducha y acurrucarse en la cama para dormir a pierna suelta. Danielle lanzó un suspiro, tomaría un taxi para volver a casa. Helmut estaba demasiado ocupado aún y ella no lo molestaría pidiéndole que la llevara a casa. Dani esbozó una sonrisa; tal vez le pediría que le obsequiara un auto como regalo de navidad.
-¡Danielle! - La terciopelada y sensual voz de Helmut la hizo detenerse y darse la vuelta.
El hombre caminaba a grandes zancadas hacia donde ella se encontraba. Dani lo observó embelesada, ¡se veía divino! Le encantaba verlo con ropa informal y ahora él llevaba el saco y la corbata en la mano, la camisa desabotonada y las mangas enroscadas hasta los codos. No cabía duda que Helmut era un sueño hecho realidad.
-¡Te dije que me esperaras! - Murmuró él tomándola de la mano y besando su mejilla - No iba a tardarme las horas - Gruñó - ¡Vámonos! Tengo hambre y se me antoja algo...
-¡Frito y grasiento! - Gritó Dani y se echó a correr rumbo a la salida jalando a Helmut quién reía siguiéndola a paso veloz.
-¿Compramos algo de comida rápida y comemos en casa? - Preguntó Helmut una vez que llegaron al auto.
-¡Por supuesto! - Gimó la chica - Me muero de hambre, pero... ¿dónde está Simon?
-Se fue a cenar con Roberts y el resto de los ancianos de esta empresa - Se burló Helmut - Yo no tenía ganas de estar rodeado de vejetes, ¡yo quería estar contigo! - Murmuró y la miró con intensidad, mientras la mano del hombre se deslizaba por la pierna de Dani - Además, tú y yo tenemos algo pendiente para esta noche, ¿ya no te acuerdas?
Dani se estremeció, ¿cómo olvidarlo? ¡Lo deseaba! Además, Helmut se encargó de incrementar su deseo a lo largo de ese día. Con sus miradas, sus gestos, el roce de sus dedos sobre la piel de su muslo y el tono sugestivo de su voz cada vez que se dirigía a ella.
La joven no le respondió, pero el suave jadeo que brotó de entre sus labios así como ese brillo de lujuria en sus ojos le hizo saber a Helmut que ella ansiaba que llegara ese momento.
Se detuvieron en un restaurante de comida rápida y pidieron algo de pollo frito y hamburguesas con patatas fritas. Helmut condujo veloz hasta la mansión que compartía con su tío. Entraron en ella y de inmediato se dirigieron a la cocina para acomodar la comida en una bandeja y dirigirse a la sala.
-¿Quieres ver una película? - Preguntó el hombre dejando la charola sobre la mesa.
-La verdad es que prefiero escuchar un poco de música - respondió Danielle - ¿Te agrada mi idea? - dijo mientras se acomodaba en uno de los sillones.
-¡Perfecto! - exclamó el hombre acercándose al reproductor de música - ¿Qué te gustaría escuchar?
-¿Te molesta si yo elijo la música? - preguntó la chica y se levantó de su asiento para reunirse con Helmut.
-¡Adelante! - respondió el hombre - Conoces mucho de una persona gracias a sus gustos musicales.
Danielle le dedicó una sonrisa y buscó en Spotify una de sus canciones favoritas de Harry Styles. La melodía comenzó a sonar y Helmut sonrió mientras escuchaba el tema con atención.
-¡Harry Styles! - murmuró el hombre - ¡Buena elección! - dijo y movió la cabeza al ritmo de la melodía - No es mi favorito, pero no canta mal.
-Me encanta Adore You - exclamó Dani dando vueltas - Es una lástima que One Direction tuvieran que separarse. - murmuró la chica - ¿Cuál era tu favorito? Porque a mí me encantan Harry y Niall.
-En realidad ninguno me agradaba - río Helmut - Creo que de todos me agradaba el tatuado.
Dani se echó a reír al escuchar esa respuesta y abrazó a Helmut. Juntos caminaron y se acomodaron en un sillón para disfrutar de su cena. Después de un rato de charla y mucha risa, la chica se levantó y se acercó al reproductor para buscar una nueva melodía.
-Anda, nene. - murmuró Dani - ¡Vamos a bailar! - dijo y comenzó a mover los hombros y las caderas al sonido de una melodía alegre y pegajosa.
-¡No, no! - respondió Helmut - Yo no bailo. - dijo moviendo los brazos en señal de negación.
-¡Vamos! - exigió Dani y consiguió que se pusiera de pie y se moviera junto a ella - ¿Acaso vas a negarme un baile? - dijo y arqueó las cejas.
Helmut suspiró y se unió a la chica en el baile, Dani rió al darse cuenta que Helmut no era un gran bailarín, pero que al menos se movía con un poco de gracia, él le dedicó una hermosa sonrisa y después, un nuevo tema se dejó escuchar. La pareja comenzó a moverse con ritmo. Dani bailaba sensualmente, levantando sus brazos y agitando la cadera y pegando las nalgas en la pelvis de Helmut, quién no dudó en sujetarla firmemente por la cintura para experimentar ese delicioso roce, mientras dejaba escapar un gruñido lujurioso.
De pronto, la música cambió a un tema un poco más lento y sexy. Danielle se sonrojó cuando las manos de Helmut la hicieron dar media vuelta y la miró de manera intensa y sugestiva, apretándola su cuerpo. Dani gimió cuando la erección del hombre le rozó los muslos. La chica cerró los ojos, disfrutando del calor de Helmut y de su aroma corporal. Por su parte, el hombre dejó escapar un suspiro al experimentar la cercanía de Danielle, miles de emociones detonaron en su interior, desequilibrándolo, aturdiéndolo... ¡pero se sentía tan bien! Sonrió mientras sus manos comenzaron a recorrer la pequeña espalda de la joven, logrando que ella se estremeciera bajo su tacto.
Dani dejó escapar un largo suspiro, las manos de Helmut recorrían lentamente su espalda de una manera tierna y etérea. Poco a poco fueron en descenso hasta quedar sobre su trasero, el cual también fue acariciado a placer. Ella no se atrevía a abrir los ojos por miedo a romper la magia del momento, pero su cuerpo tembló ante esas caricias. Sin embargo los abrió para contemplar a Helmut. Él la miraba con ternura y pasión, pero también había un brillo de lujuria en sus ojos. Dani abrió la boca y se lamió los labios, haciéndole una invitación para besarla. Deseaba un beso intenso y pasional, de esos que terminaban bajo las sábanas.
Helmut la sujetó por la cadera, pegándola a su cuerpo. Parecía que hubiera adivinado los pensamientos de la mujer y él también quería eso. Se inclinó para fundir sus labios con los de Dani en un beso lento y ardiente. La chica le correspondió al tiempo que acariciaba el pecho del hombre mientras él deslizaba sus manos sobre las nalgas de la joven, ascendiendo lentamente por sus costillas y brazos. Poco a poco el beso se tornó más intenso, sus lenguas se acariciaron, saboreándose, mostrando su deseo. Helmut llenaba de caricias el cuerpo de Danielle, concentrándose en su trasero. Una y otra vez le apretaba las nalgas mientras que ella gemía con la boca del hombre pegada a la suya.
Las manos del hombre masajearon los muslos de Dani, levantando poco a poco su falda para apretar su carne. Ella aprovechó y la desabrochó, sacándola de su cuerpo. Por unos minutos él no se movió, sólo la observó detenidamente, esbozando una sonrisa traviesa. La chica estaba un poco turbada, esa mirada era perversa, pero a la vez le gustaba que él la mirara de esa forma.
Helmut se acercó de nuevo a Danielle para volver a besarla y llenar su cuerpo de caricias. ¡La deseaba! Y esa su oportunidad para llenarse de ella, sentirla, poseerla y amarla como nadie lo había hecho, cómo él sólo lo podía hacer. Los tersos y gruesos labios de Helmut se posaron sobre el cuello de la mujer. Ella arqueó su espalda y gimió cuando él comenzó a besar sus senos y a lamerlos sobre la tela de su sostén. Las manos de Dani tocaron la cabeza de Helmut, deambulando sobre su cabello al tiempo que tiraba con suavidad de este y gimiendo quedamente.
La boca de Helmut descendió, besando el vientre de la joven y quedando de rodillas frente a ella. Él levantó la mirada para encontrarse con los ojos verdes de Dani, que lo contemplaban sorprendida y a la vez excitada. Helmut bajó los ojos, mirando fijamente el triángulo de sus bragas que apenas cubrían lo indispensable. Los dedos del hombre acariciaron esa zona, arrancándolo un nuevo gemido a la chica.
Helmut suspiró tocando los muslos de Dani, friccionando sus palmas sobre ellos, sobándole la cadera y recorriendo con sus dedos la zona púbica. Ella lo observaba con detenimiento, él la tocaba con pasión y a la vez con ceremonia. Queriendo conocerla y tratando de memorizar sus zonas más sensibles. La chica soltó un gritito cuando él le sacó las bragas y su boca le besó el monte Venus. El tibio aliento del hombre sobre su sexo aumentó el calor dentro de Danielle, de inmediato su sexo se humedeció y sus pezones se tensaron.
Dani gimió con sonoridad cuando Helmut comenzó a besarle el vientre y poniéndose de pie. Ella entreabrió los labios, deseosa de un beso más apasionado y urgente, él no tardó en brindárselo, entretanto, su mano derecha se abría camino entre los pliegues de su intimidad. Danielle arqueó la espalda y sin dejar de besarlo, le acarició la espesa barba. Los dedos de Helmut se movían en su sexo, presionando su clítoris o trazando círculos sobre él. El cuerpo de la chica comenzó a temblar y a sacudirse, ¡eso había sido intenso! Y unido a los besos apasionados del hombre y su lengua moviéndose dentro de su boca, le provocaban arrolladoras emociones. La chica guió la mano de Helmut para indicarle cómo debía moverse sobre su sexo. Ella también balanceaba lentamente sus caderas y se aferraba al cuello del hombre.
-¡Vamos a la habitación! – Susurró Helmut en el oído de la joven.
Ella asintió y gimió mientras él la sujetaba por los muslos, levantándola. Danielle enredó las piernas en la cadera de Helmut, apretándose contra él, sintiendo su erección por encima de su ropa. Él la llevó en sus brazos hasta la alcoba y abrió la puerta de una patada. La chica se rió y continuó riendo hasta que él la colocó en el piso antes de devorar su boca con un beso desesperado y ardiente que los dejó sin aliento. Al separarse, Helmut le dio la vuelta, poniéndola de espaldas para desabrochar su sostén, el cual cayó al piso. Él le besó los hombros, deslizando sus palmas por su cintura y cadera.
Helmut jadeó cuando Danielle se dio la vuelta bruscamente mientras comenzaba a desabrocharle la camisa, empujándolo contra la pared para intercalar besos y caricias sobre su piel desnuda. ¡Estaba ansiosa por que él la follara! Dani levantó el rostro para volver a besarlo de forma lenta y apasionada. Sus lenguas se encontraron sólo para acariciarse y explorarse. La camisa de Helmut cayó al suelo y ella sonrió al verla. El cuerpo de Dani se frotó contra el del hombre hasta que quedó de espaldas a él, pegando su culo a la pelvis de Helmut mientras llevaba la mano del hombre hasta su entrepierna.
¡Tócame! - Gimió ella sin dejar de mover la cadera.
Los dedos del hombre se introdujeron en la aterciopelada humedad, hundiéndose dentro de su sexo. Dani lanzó un hondo gemido antes de estimular la erección del hombre con su trasero. Él hizo eco a los gemidos de la mujer y movió sus dedos dentro de ella. El cuerpo de Danielle se sacudió y se tensó ante el cúmulo de emociones que se agolparon en ella. Pero estas perdieron intensidad cuando Helmut dejó su sexo para masajearle los senos y morder los frágiles hombros femeninos.
Danielle protestó y continuó frotándose contra el hombre, notando cómo su erección crecía a medida que sus movimientos se intensificaban. Helmut suspiró con fuerza y la hizo girar para que quedara frente a él. Dani le sonrió de manera coqueta, él le ayudaba a liberarse y a sacudirse sus inhibiciones, tocó su fuerte pecho al tiempo que lo besaba con ansias. Sus manos bajaron por su abdomen, deteniéndose en la cintura de sus pantalones. Desesperada buscó el broche de la prenda, lo soltó y bajó el cierre. Sus manos se introdujeron entre la ropa interior y acariciaron su pene erecto, logrando que Helmut cerrara los ojos y jadeara de manera gutural.
La chica comenzó a masturbarlo tímidamente, sonriendo al ver cómo el hombre se mordía los labios y gemía con fuerza. Helmut la apretó a su cuerpo, besándola salvajemente, sus caricias lograron aumentar su necesidad y sus ganas, disparándolas hasta sus límites. Durante un breve instante de lucidez, el hombre la apartó y le dedicó una sonrisa perversa mientras se lanzaba a la cama para terminar de desnudarse. Dani lo contempló, titubeando un poco pero sin dejar de admirar su cuerpo fuerte y bien marcado. Helmut era un hombre increíblemente atractivo y seductor, y su sonrisa arrancaba suspiros.
Él le hizo una seña para que se acercara. Danielle no dudó en hacerlo, reptando sobre el colchón con movimientos sensuales y gracia felina para sentarse sobre el vientre de Helmut y besarlo con sensualidad y erotismo. Sus besos eran frenéticos y estaban llenos de deseo. Ese era el momento para entregarse. Ella apenas podía contener las ganas, lo mismo sucedía con él. Sus pupilas estaban dilatadas y su respiración se agitaba cada vez más. Helmut sujetó a Dani por la cintura y ella, instintivamente comenzó a friccionar su sexo ardiente sobre el miembro del hombre, quién se estremeció y dejó escapar un gruñido profundo y primitivo. La mujer continuó balanceando sus caderas sobre Helmut, quién le acarició los senos, apretándolos hasta que ella se quejó. Dani gimió y levantó la cadera. Helmut sujetó su pene, frotándolo por el sexo de la hasta la entrada de su vagina y con una certera embestida, la penetró.
Ambos se miraban a los ojos, habían perdido el contacto visual, estaban inmersos en su propio placer y juntos gimieron con fuerza al lograr su perfecta unión. Danielle se apoyó en el pecho de Helmut, subiendo y bajando las caderas con un ritmo más o menos intenso, el ritmo que su cuerpo y sus instintos le dictaban. Él le apretó los muslos y los acarició, mientras observaba embelesado el movimiento de los turgentes senos de la rubia. Durante un momento, él dejó que Dani dictara el ritmo, cabalgando veloz sobre el hombre que gruñía y jadeaba cada vez que la penetraba.
Los brazos de Helmut la rodearon por la cintura y la obligaron a inclinarse sobre él y a bajar el ritmo de su vaivén, apoyando las palmas sobre el colchón. La boca del hombre le besó los senos y se los chupo una y otra vez. Danielle arqueaba la espalda, cerrando los ojos, dejándose llevar por esa descarga eléctrica que recorría su cuerpo.
Las manos de Helmut estaban por toda su espalda y su trasero. Ella le sujetaba el rostro, buscando con urgencia su boca, quería besarlo de nuevo. Sus besos la transportaban fuera de ese mundo a uno mágico y encantador, y a Dani le gustaba experimentar esas emociones. Hacer el amor con Helmut era una especie de viaje astral, se sentía plena, completa, especial.
Él se incorporó, sentándola sobre su regazo y estrujándole las nalgas, pero jamás dejó de besarla. Los besos de Dani eran dulces y en cada uno de ellos se entregaba por completo. Esa chica era pura pasión, puro amor y fuego, despertando en él eso que creía muerto. En su seco corazón, la corteza se desprendía para dar paso a uno nuevo, renovado y listo para amar.
El balanceó de Dani se tornó más veloz y agresivo. Enderezó la espalda, echando la cabeza hacia atrás, mientras las manos de Helmut la rodeaban por la cintura, apretándola a él. La habitación se llenó de sus gemidos y besos sonoros. Helmut descendió sus manos hasta las nalgas de la chica, urgiéndola a ir más a prisa. Ella gemía y gritaba sintiendo cómo las emociones, el placer y el éxtasis se agolpaban en su cuerpo y su vientre que se contraía con cada penetración. El hombre bufaba, conteniéndose, haciendo lo posible para que ella se liberara y así también poder entregarse.
Dani se aferró a su cuello, perdiendo el control de sí misma. Se besaron, se mordieron y se lamieron hasta que la chica no pudo más, gritó ante ese maravilloso orgasmo que la tomó de improviso. Helmut sintió cómo el cuerpo de la chica se tensaba y su vagina lo aprisionaba, y poco a poco, él también se liberó, dejando escapar un potente gemido y la abrazó fuertemente, volviéndola a besar con pasión.
♣ ♣ ♣ ♣ ♣
-Señor Ferguson - Exclamó Lucas - Tiene una llamada por la línea tres - Murmuró.
Helmut frunció el ceño, no esperaba ninguna llamada. De hecho, era casi la hora de salida y había prometido a Dani y a su tío que estría en casa antes de la hora de la cena.
-¿Quién llama a esta hora? - Preguntó Helmut a su asistente.
-Un tal Rohit Patel - Murmuró Lucas - Honestamente no lo conozco, señor - Dijo el hombre - Pero dice que es urgente.
Al escuchar el nombre, Helmut se tensó. ¡Lo recordaba! Ya sabía de quién se trataba y qué era lo que ese bastardo quería de él. Suspiró y trató de serenarse.
-Lo atenderé, ¡gracias Lucas! - Respondió Helmut e inmediatamente tomó el teléfono para atender la llamada - ¿Diga?
-¿Hank? - Preguntó el hombre pronunciando con un marcado acento.
-Lo atiende Helmut Ferguson, dueño de esta empresa - Murmuró el hombre tratando de no perder los estribos.
-¿Dónde está Hank? - Preguntó Rohit - ¡Exijo hablar con Hank! Es importante... - Bufó - Parece que el hijo de perra está tratando de evadirme, llevo días llamándolo y su móvil está apagado...
-Supongo que no está enterado de las últimas noticias, señor Patel - Dijo Helmut - Hank falleció hace varias semanas.
-¿Cómo? - Exclamó sorprendido - ¡Eso no pude ser posible! ¿Puedo hablar con Roberts?
-Está hablando directamente con el dueño de esta empresa, señor Patel - Gruñó Helmut cada vez más impaciente - ¿Qué es lo que desea? ¡Hágamelo saber!
-Tenía un acuerdo con Hank sobre una donación a la fundación Home Sweet Home - Dijo Patel - Después de mucho discutirlo, el trato se cerró en un millón de libras esterlinas - Continuó el hindú y a cambio de eso, yo recibiría una... ¿cómo decirlo? - Murmuró e hizo una breve pausa, como buscando las palabras adecuadas - Una remuneración.
-¿Una remuneración? - Respondió Helmut fingiendo no saber nada - Se supone que usted hará un donación, en este tipo de casos no se devuelve nada, de ser así, ¿porqué donar? No lo comprendo.
-¡Porque quiero ayudar a una buen causa! - Bufó el sujeto - Además, Hank me prometió algo... ¡y lo quiero! - Gritó.
-¿Y qué fue lo que le prometió? - Exclamó Helmut con voz fuerte - ¡Dígalo de una puñetera vez!
-¡Me prometió a su asistente! - Dijo Patel con cinismo - A la chica rubia, ¡ella es mía! - Bufó el hombre - Yo donaré un millón de libras para esa fundación de mierda - Rió el hombre - Pero ya le he dado más dinero a Hank, para ser exactos, cinco millones...
-Perdón, pero el hombre está muerto - Lo interrumpió Helmut - Y si usted le dio dinero, no es asunto mío - Dijo visiblemente molesto - El negocio que usted y Hank tenían entre manos, es una mierda, además de ser un negocio ilícito y yo no me voy a prestar a sus juegos estúpidos - Gruñó - Puedo mandarlo directamente a la cárcel, señor Patel. Así que no cuente conmigo, no le pido que done, no lo necesitamos, puede guardarse su dinero y gastarlo de la manera que a usted más le interese... pero con MI ESPOSA, ¡no se meta! - Gritó Helmut muy molesto.
-¡Se va a arrepentir! - gritó Patel - Ustedes deben cumplir con su palabra y si no lo hacen, se van a atener a las consecuencias. - continuó gritando - ¿Me entendió? - dijo y colgó.
Helmut también colgó y se frotó el rostro, ¿qué se creía ese sujeto? No iba a dejar que se saliera con la suya. Él le había prometido a Danielle que iba a protegerla y así lo haría. Inmediatamente llamó a su secretario.
-¿Qué sucede, señor? - preguntó Lucas al momento que entraba en la oficina.
-¿Qué es lo que sabes a cerca de Rohit Patel? - preguntó Helmut mientras le indicaba que se sentara.
-Realmente sé muy poco - respondió el secretario - Lo único que sé es que es un empresario hindú, de Bollywood y que tenía negocios con el señor Riley. - exclamó el hombre - Al parecer eran amigos muy cercanos.
-¿Estás seguro? - preguntó Helmut lleno de curiosidad - ¿Sabes algo más respecto a ese tal Patel?
-Es todo lo que sé, pero puedo investigar más a cerca de ese sujeto y de sus negocios con Hank Riley. - exclamó Lucas.
-Muchas gracias, Lucas. - agradeció Helmut - Ahora ya puedes retirarte - dijo el hombre - Ve a casa a descansar.
Lucas se puso de pie e hizo una reverencia antes de abandonar la oficina y dejar solo a Helmut. Ferguson estaba nervioso, imaginaba que ese tipo era capaz de todo con tal de salirse con la suya. Debía mantener bien vigilada a Dani, no debía dejarla sola. De pronto fue invadido por el miedo, ¡Dani corría un grave peligro!
♣ ♣ ♣ ♣ ♣
¡Vaya! Parece que el tal Rohit Patel no va a quedarse de brazos cruzados. El hombre quiero su pago y de alguna manera lo va a conseguir, ¡Hank se lo prometió! ¿Qué se imaginan que hará al respecto?
Es verdad que Dani corre peligro pues ese tipo es muy peligroso. Creo que vamos a tener algo de acción en los próximos capítulos.
¿Qué les pareció esta parte?
Espero que hayan disfrutado de este capítulo.
No olviden dejar sus comentarios y votos.
Muchas gracias por su apoyo, se les quiere.
Maria Decapitated
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