CAPÍTULO 23
Simon se sentó en el sillón de la sala, recostando la cabeza sobre el respaldo. Dani también tomó asiento, pero se notaba muy tensa e inquieta. Por su parte, Helmut caminaba de un lado a otro de la estancia, como un león enjaulado. En su mirada se reflejaba la ira y la desesperación. También estaba muy nervioso, especialmente por lo que acababa de leer en el diario de Hank.
-¿Y qué haremos ahora? - Preguntó Dani mirando a Simon y a Helmut respectivamente.
-¡Déjalo en nuestras manos! - Murmuró Helmut - Nos haremos cargo de...
-¡No! - Gimió Dani - También debo involucrarme, ¡soy yo la que sale perjudicada de todo esto!
-De momento, es mejor que te tranquilices - Intervino Simon - Aún nada de esto ha salido a la luz ¡y nos conviene! Debemos mantenernos muy herméticos y resguardar ese diario, porque si alguno de esos secretos sale a la luz, ¡estaremos en problemas!
-Mi tío tiene razón - Comentó Helmut sentándose junto a la chica - Si te involucras en esto, es posible que la gente empiece a sospechar - Suspiró - Cuando todo esté arreglado, podrás involucrarte de nuevo en los asuntos de la fundación... ¡nosotros seguiremos apoyándote! - Murmuró y la tomó de la mano - Puedes seguir trabajando en ello y terminar con tu tesis.
-¡Ya escuchaste a Helmut! - Dijo Simon y se levantó de su asiento - Hazle caso y concéntrate en tu tesis, te ayudará a despejarte. Visita el orfanato y no te preocupes por nada más, ¿está bien?
-De acuerdo, ¡les haré caso! - Suspiró - Sin embargo, estoy demasiado nerviosa y angustiada por lo que Helmut descubrió en el diario de Hank -Murmuró - Lo que decía sobre mí.
-¡Sólo desvaríos de un viejo loco! - Exclamó Simon y se alejó - No hagas caso de eso niña, es mejor que te olvides y te concentres en lo que es verdaderamente importante - Finalizó mientras subía la escalera rumbo a su habitación.
-De nuevo el viejo Simon tiene razón - Sonrió Helmut - No hagas caso, ¡olvídate de ello! De Hank y de todo lo malo - Suspiró y se levantó del sillón - ¿Quieres cenar?
-No tengo hambre - Bufó Dani - ¡Me prometiste que me dirías lo que habías descubierto! - Chilló - Y no voy a estar tranquila hasta que me lo digas.
Helmut bufó, rodó los ojos y le hizo una seña para que lo siguiera. La chica caminó detrás del hombre y subieron juntos la escalera hasta su habitación. Helmut cerró la puerta con seguro. Dani suspiró y permaneció de pie con los brazos cruzados, mirando a Helmut. El hombre lanzó un suspiro y se acercó a la chica, colocándose detrás de ella, mientras comenzaba a masajear sus hombros con suavidad.
-¡Relájate! ¿Quieres? - Murmuró - Toma asiento, creo que tengo que decírtelo. Tarde o temprano vas a enterarte.
Dani suspiró y trató de relajarse. Las manos de Helmut presionaban sus hombros, su barba y su aliento le hacían cosquillas en la mejilla. Cerró los ojos y volvió a suspirar, sentándose sobre la cama. Él se sentó a su lado y no dejó de masajear sus hombros y sus brazos.
-¡Ya es suficiente! - Exclamó la joven apartándose - ¡Quiero que me lo digas! - Dijo y lo miró a los ojos - ¿Qué es lo que Hank tenía preparado para mí además de la cárcel?
-Tu muerte - Murmuró el hombre y lanzó un suspiro - Planeaba matarte si descubrías su engaño - Suspiró Helmut y la tomó de la mano.
Danielle no respondió, su barbilla comenzó a temblar, pero trató de tranquilizarse. Quizá no hubiese sido un mal destino, con su muerte le ahorraría muchos dolores de cabeza, humillaciones, sufrimientos, burlas y desprecios. Al menos, muerta no sería señalada; pero si iba a la cárcel, se convertiría en una criminal, nadie confiaría en ella, ni creería en su palabra. Era un destino más cruel que la muerte.
-¡Bueno! - Suspiró - No estaba tan mal como la cárcel - Dijo y trató de sonreír mientras miraba a Helmut con atención.
Helmut no le devolvió la sonrisa, él hombre volvió a suspirar y apretó las manos de la chica sin dejar de mirarla. Danielle se tensó, ¿había algo peor que eso? Frunció el ceño y se armó de valor para preguntar.
-¿Hay algo peor que la muerte? - Murmuró con voz temblorosa - ¿Ese desgraciado tenía otros planes aún más siniestros para mí? - Exclamó apretando los dientes.
Helmut tragó grueso, no sabía cómo darle esa respuesta a la chica. No estaba seguro de cuál sería la reacción de Danielle. Y ahora que lo analizaba, ni él ni Hank eran muy distintos después de todo. El hombre respiró profundo y la abrazó con fuerza.
-Hank pensaba venderte - Susurró Helmut - Un tal Rohit Patel prometió una gran suma de dinero por ti - Bufó - Hank quería venderte para que fueras la esclava sexual de ese hombre. Según dijo, le gustan las rubias vírgenes como tú...
Dani se apartó de Helmut poniéndose de pie con violencia. ¿Una qué? No estaba muy segura de haber entendido bien.
-¿Una qué? - Repitió en voz alta.
-Una esclava sexual para un millonario hindú - Dijo Helmut tratando de conservar la calma.
-Esperaba las dos primeras opciones de ese maldito bastardo - Gritó Dani - Y la verdad, hubiese sido lo mejor pero, ¿ser la esclava sexual de un degenerado? ¿Estar sometida a los sucios caprichos de un desgraciado y sucio hombre? - Gimió la mujer apretando los puños - ¡Prefiero mil veces la muerte!
Helmut se levantó y se acercó a la joven mientras la abrazaba. Danielle temblaba, su rostro estaba rojo de ira e indignación, mientras que las lágrimas brotaban de sus ojos. La chica estaba muy tensa, esa noticia le había caído como bomba. Danielle se refugió en los brazos de Helmut sintiéndose protegida y a salvo. Dejó escapar un hondo suspiro, recostando la cabeza en el pecho del hombre, quién pasaba suavemente su mano por su cabeza y espalda.
-Trata de tranquilizarte - Murmuró Helmut - Eso no va a suceder, ¡Hank está muerto! Ya no podrá hacerte daño y esas palabras que escribió se quedarán en eso, en sólo palabras.
-¿Cómo puedes estar tan seguro de ello? - Preguntó la joven - En cualquier momento ese tipo puede llegar y reclamarme como...
-¡No lo voy a permitir! - Dijo Helmut con voz firme - Ni Simon ni yo lo permitiremos - gruñó - Tú vas a quedarte aquí con nosotros el tiempo que sea necesario.
Dani se aferró al cuerpo de Helmut. ¿Cómo pudo haber sido tan tonta? Siempre tuvo todas las señales, desde el principio se prometió a sí misma jamás bajar la guardia y no confiar del todo en ese sujeto. ¡Pero se descuidó! Se dejó seducir por las falsas promesas de Hank y confió ciegamente en él. Lo defendió siempre de todo el mundo y jamás permitió que lo insultaran. Porque ella creyó que Hank era un hombre bueno y que era incapaz de hacer daño.
-¿Por qué fui tan tonta? - Lloriqueó - Tuve todas las señales delante de mí ¡y no quise darme cuenta! - Bufó - Me dejé endulzar los oídos por sus bellas palabras... ¡me prometía tantas cosas! - Suspiró - Desde que lo conocí, mi intuición me dijo que no debía ser tan confiada; pero no quise escuchar a ese vocecita interior - Murmuró y se apartó de Helmut para volver a sentarse en la cama - Ahora entiendo porque me prohibió hacer amigos, tener pareja o... - Bajó la mirada - Mantenerme virgen.
-Porque ya había trazado sus planes - Exclamó Helmut y se sentó junto a la chica para abrazarla de nuevo - Porque sabía que quizá así le servirías más, que para él, de alguna manera, no serías dinero tirado a la basura.
-Lo que yo no entiendo es, ¿por qué? - Exclamó Dani con mucho dolor - ¿Por qué después de que lo cuidé, lo atendí mejor que sus propios hijos me trató de esa manera? - Suspiró - Yo que hasta lo consideraba como un padre y estaba dispuesta a dar mi vida por él si era necesario - Exclamó mirando a Helmut con lágrimas en los ojos - ¡Me dejé engañar! - gimió - Hank me hizo sentir una persona importante, ¡qué yo valía mucho! - murmuró la chica sin dejar de llorar - ¡Pero sólo lo hacía para que siguiera confiando en él! - gritó - Para que continuara cegándome con sus palabras alentadoras, mientras él se aprovechaba de ello y me hundía. - suspiró - Aún después de muerto este hombre sigue causando tanto daño... ¡Ojalá se esté pudriendo en el infierno! - dijo mientras apretaba los puños y lanzaba un fuerte sollozo, escondiendo su rostro en el hombro de Helmut.
-Hank siempre fue una persona muy egoísta - Murmuró Helmut lanzando un sonoro suspiro - Él sólo vio por sí mismo, no le importaba nadie más; ni sus hijos, ni su esposa... ¡incluso mató a su propio hermano! - Gruñó el hombre - Creo que para Hank, su único dios era el dinero y él su más fiel creyente - Exclamó Helmut y pasó su mano por el cabello - Pero al final, nada se llevó a la tumba - Dijo y la estrechó con firmeza entre sus brazos - Ahora debes estar tranquila, Hank ya no podrá hacerte daño y ninguno de sus planes se llevará a cabo, porque el desgraciado ya está muerto - Susurró y comenzó a acariciar la espalda de la chica - ¡Confía en mí!
-¿Ya no está en tus planes convertirme en tu amante? - Preguntó Danielle de golpe mientras se apartaba de Helmut - Recuerda que si estoy yo aquí es porque esos eran tus planes - Suspiró - ¿Ahora confías en mí?
-Lo recuerdo perfectamente - Bufó Helmut llevando sus manos a la cabeza - Sé que me comporté peor que una bestia y me sobrepasé contigo - Suspiró y la miró a los ojos - Estaba cegado por mi odio, mi deseo de venganza y... ¡no estoy tratando de justificarme! - Murmuró cubriendo su boca con ambas manos - Pero al verte con Hank - Dijo luego de un rato de silencio - La rabia fluyó en mí, ¡creí que eras como él! O como Teddy y su pequeño homónimo - Gruñó Helmut sujetando nuevamente las manos de la joven.
Dani temblaba, la cercanía de Helmut ya estaba haciendo estragos en ella. Su mirada ya no era dura ni transmitía odio. Se notaba arrepentido, sus ojos claros se tornaron cálidos y amorosos. La chica deseó sujetar el rostro del hombre con sus manos y besarlo hasta que les faltara el aliento. Bajó la mirada y trató de controlarse. Sólo acarició la mejilla de Helmut y suspiró.
-Aunque debo confesar que también sentí celos y envidia de Hank - Continuó Helmut - Cuando te vi a su lado, ¡no podía creer en su maldita suerte! - Suspiró -Así que supuse que eras una mujer interesada en su dinero y que te vendías al mejor postor.
-Yo nunca fui así - Respondió Dani sin dejar de acariciar la mejilla del hombre - Quizá el dinero fue un motivo para aceptar la propuesta de Hank, ¡me ofreció ir a la escuela! Y para mí, eso era lo más importante - Murmuró y esbozó a tímida sonrisa - Nunca me dio dinero a manos llenas, pero tampoco me faltó nada. Lo que me daba era suficiente para mí y ¡era más de lo que yo podía obtener!
-¿Pero a costa de qué? - preguntó Helmut - ¡De tu libertad! De no poder tener amigos, divertirte, hacer cosas de una chica de tu edad.
-No tiene caso lamentarse - exclamó Dani - Ya pasó, Hank está muerto. - murmuró - Tú mismo lo dijiste, ya no puede hacerme daño. - dijo la joven - Aunque ahora me pregunto, ¿qué es lo que va a pasar conmigo? - suspiro - Me he quedado sin trabajo y sin un lugar donde vivir y...
-¡Te quedarás aquí! - respondió Helmut - Hasta que todo esto pase y la situación mejore para todos. - susurró - ¡Hasta que podamos limpiar tu nombre! - dijo el hombre - Después todo volverá a la normalidad. - exclamó y volvió a abrazarla - Lo vuelvo a repetir, no voy a permitir que nada malo te suceda, no voy a dejar que otros quieran hacerte daño... ¡ahora eres parte importante de mi vida! - murmuró - ¡No sé como lo hiciste! Pero he comenzado a tomarte cariño.
Dani parpadeó un par de veces e hizo lo imposible para no gritar y arrojarse a los brazos del hombre. Suspiró profundamente y se mordió el labio inferior.
-¿Lo dices en serio? - Preguntó Danielle con algo de timidez.
-¡Por supuesto! - Murmuró Helmut acariciando el dorso de su mano derecha - A pesar de todo lo que ha pasado entre tú y yo, de lo que sentía en un principio - Exclamó rascándose la cabeza - No podía sacarte de mi cabeza, no podía suprimir mis sentimientos, la emoción que sentía al verte o que cada vez que te tenía cerca me descontrolaba a tal grado de perder la cordura - Suspiró - Pero supongo que tú debes odiarme - Dijo y le dedicó una hermosa sonrisa - Yo mismo me encargué de que así fuera. ¡Te forcé a hacer algo que no querías! Y me aproveché de tu vulnerabilidad - Exclamó y se levantó de la cama - Después de todo, no soy mejor que Hank, ¡creo que soy peor!
Helmut dio la vuelta para irse, pero la mano cálida y suave de Danielle lo detuvo, sujetándolo de la mano. Ella estaba ahí de pie, junto a él, mirándolo con ojos suplicantes. Una descarga eléctrica recorrió el cuerpo de Helmut, haciéndolo estremecer. Deseaba sentir el tacto de esa chica por todo su cuerpo, pero... debía detenerse y olvidarse de sus intenciones con ella.
-No te odio Helmut - Dijo la chica en un susurro - ¡Traté de hacerlo, pero no pude! - Gimió y tiró de él para obligarlo a volver con ella - Yo... - Murmuró pero se detuvo, poniéndose colorada y bajando la mirada - Me gustaste desde que te vi, me provocaste cosas que nadie más había logrado provocar en mí. Disfrutaba que me tocaras y me besaras de la forma en que lo haces - Exclamó enrojeciendo cada vez más - Cuando lanzaste esa propuesta, ¡me excité! - Chilló - ¡Dios! No debí pero... ¡luego pensé en los niños y...! - Bufó y agitó la cabeza - ¡No lo hice por ellos! ¡Lo hice porque quería estar contigo! - Gritó y le apretó la mano - No sabes cuántas veces soñé que tú me...
-¿Te hacía el amor? - Preguntó Helmut, sorprendido ante la revelación de la chica.
-Sí - Murmuró y dejó que él la envolviera entre sus brazos.
Helmut la apretó contra él y comenzó a masajear su espalda. Dani se apretó contra él y se dejó llevar por sus delicadas y deliciosas caricias. De manera casi instantánea, ella perdió la capacidad de razonar al sentir esas manos paseándose por su espalda. Danielle suspiró y levantó el rostro para mirarlo con pasión. Él le devolvió la mirada pasional, entretanto, sus manos la sujetaban por el trasero y la apretaban contra su cuerpo. Helmut esbozó una sonrisa traviesa y jadeó cuando Dani, de manera instintiva, comenzó a frotar su pelvis contra la suya. Él la tomó por la nuca y la atrajo hacia sí, apretándola aún más contra su cuerpo para besarla de manera salvaje y saboreando la dulzura de su boca, enredando su lengua con la de la mujer. Ella trató de gemir, sintiéndose abrumada por el montón de sensaciones que se dispararon a la vez en su interior; el deseo, la pasión, las ansias explotaron en Danielle y aunque ella trató de separarse de Helmut, no pudo. Él la tenía bien sujeta y sus labios estaban tan pegados a su boca que no pudo hacerlo, simplemente se entregó a ese beso, disfrutando también del roce del fuerte pecho masculino contra sus pezones endurecidos.
Poco a poco, las manos de Helmut recorrieron el cuerpo de Danielle, tocándola, despertando aún más su deseo a través de su tacto. Cada vez que él la tocaba, también aprovechaba para retirar las prendas que cubrían el cuerpo de la mujer. Danielle sólo se dejaba llevar, disfrutando del tacto de Helmut sobre sus piernas, sus caderas, sus senos y su vientre. La ropa de la chica terminó regada sobre el piso de la habitación. Helmut se apartó un poco de la chica y la miró, sus ojos recorrieron el cuerpo desnudo de la mujer, llenando su vista con la belleza de su cuerpo desnudo. Al saberse desnuda, Dani intentó cubrir su cuerpo con sus manos, pero él lo impidió, sujetándola por las muñecas y sin dejar de mirarla con intensidad. Los ojos famélicos del hombre devoraban el cuerpo de la chica, queriendo guardar cada detalle en su memoria.
Helmut suspiró y rápidamente comenzó a desnudarse, arrojando las prendas a un lado. Danielle dejó escapar un jadeo al contemplar esos pectorales tan perfectos, su abdomen duro y marcado. Él nunca le había dado la oportunidad de contemplarlo totalmente desnudo. Los ojos verdes y ampliamente abiertos de la chica recorrieron el cuerpo masculino, acariciándolo, gozando del calor de su piel y de la dureza de sus músculos mientras se mordía el labio inferior al admirar los tatuajes que adornaban su piel. Ella no dudó ni un instante y paseó sus manos sobre la caliente piel de Helmut, jadeando con sonoridad.
El hombre dejó que ella lo tocara, que lo admirara a su antojo. Danielle estaba totalmente ruborizada, pero no podía y no quería apartar sus ojos de él. Sin pensarlo, Dani se acercó con timidez, inclinándose sobre el pecho de Helmut. La boca de la joven lo cubrió de besos y con su lengua dejó un camino húmedo por todas partes para concentrarse finalmente en los pezones masculinos, los cuales mordió y succionó.
Helmut la estrechó nuevamente a su cuerpo, sus manos le recorrieron la espalda y su trasero, apretándolo y estrujándolo a su antojo, poseyendo la boca de Danielle con un beso más ardiente que los anteriores. Sus dientes mordían sus labios, su lengua exploraba el interior de su boca, jugueteando con la de la chica. Esos besos eróticos lograban que Dani se deshiciera por dentro, su coño se humedecía cada vez más y palpitaba, deseando sentir su miembro excitado en su interior.
Las caricias del hombre no se detuvieron, ni sus besos profundos que le arrebataban la cordura. Las manos de Dani también lo tocaban, llenándose de él, clavando las uñas en su ancha espalda. Helmut le acarició los senos, los palpó, los acunó y los llenó de besos; los lamió y le succionó los pezones. Durante varios minutos permaneció pegado a ellos. Dani sólo reía y gemía al sentir cómo su barba se deslizaba por su piel, haciéndole cosquillas. Una de las manos del hombre bajó hasta las nalgas de la joven para apretarlas y acariciar su pierna, logrando que abriera los muslos para revelar su lubricada feminidad.
Sus dedos rozaron la entrada de su sexo. La chica lanzó un gritito de sorpresa y cerró los ojos, echando la cabeza hacia atrás, gimiendo con fuerza cuando él comenzó a explorar su intimidad, jugueteando con sus pliegues. Dani se aferró a los fuertes hombros de Helmut cuando esas titánicas y nuevas sensaciones se apoderaron de su cuerpo. Los sentidos de la joven se nublaron y lo único que deseó fue más de todo aquello. Helmut hundió un dedo en su interior y lo movió con maestría, haciendo que ella balanceara las caderas, sus labios aún estaban prendidos a unos de sus pezones mientras que Danielle se estaba volviendo loca. Retiró su dedo y volvió a penetrarla, pero esta vez con dos de ellos. Las piernas de Dani temblaron y se mordió los labios para no gritar, concentrándome en agitar las caderas al ritmo que él le dictaba.
De pronto, la magia de ese éxtasis se rompió, ella protestó. Pero él sólo gruñó y la tomó entre sus brazos para besarla con posesión y lujuria. Sus manos la sujetaron por los muslos, levantándola del piso para caminar con Dani hasta la cama. La mujer gimió al sentir el pene de Helmut rozando su sexo y jadeó, recostándose sobre su hombro.
Helmut también jadeó y susurró algo incomprensible para ella, pero que sonó increíblemente erótico antes de colocarla sobre el colchón, acomodándose entre sus piernas que aún lo aprisionaban y continuó besándola con frenesí. El cuerpo de la chica se pegaba al de él, sus senos se frotaban contra sus duros pectorales, así como su pelvis contra la suya. Helmut se apartó de los labios de Dani para besarle el cuello y continuar su descenso, entreteniéndose momentáneamente con sus senos. Ella gimió cuando los labios del hombre bajaron por su vientre hasta su pelvis. La chica volvió a gemir al sentir su aliento caliente sobre su sexo.
-¡Helmut! – Gimió Dani cuando él metió las manos debajo de sus nalgas, levantándole la pelvis.
Él no dijo nada, sólo su lengua juguetona se deslizó por el sexo de Dani. Ella apretó las sábanas de la cama y lanzó un chillido de deseo, levantando la pierna y apoyándola sobre su hombro derecho. El cuerpo de la chica se contraía y temblaba mientras los gruesos labios de Helmut le succionaban la vulva o su lengua trazaba veloces círculos sobre su clítoris. Dani le acarició el cabello y apretó su mano contra su cabeza, deseando que no se detuviera. Él continuó succionando y lamiendo mientras ella se apretaba los senos y gritaba presa del placer. La cordura la había abandonado, ahora sólo existía el placer y, de pronto, su cuerpo convulsionó cuando experimentó ese orgasmo.
Helmut depositó un suave beso sobre la zona púbica de Dani y lamió las comisuras de sus apetitosos labios, saboreando el dulce néctar de su sexo. Ella lo miró con los ojos nublados y demasiado abrumada por el éxtasis, le tendió los brazos, pidiéndole en silencio que la besara. Él se incorporó para ponerse un preservativo antes de colocarse de nuevo encima de ella, besándola con delirio y ardor mientras acariciaba una de sus piernas para enredarla en su cadera.
Muy despacio, su pene se abrió paso entre la delicada feminidad, el cuerpo de Dani se tensó. La chica jadeó con fuerza ante la invasión mientras sus manos apretaban con fuerza la espalda del hombre. Helmut la miró, dudando en continuar. Dani era virgen, no mentía. Ella lo miró de manera suplicante. ¡En verdad lo deseaba! Quería que fuera él quien la poseyera por primera vez. No importaba si fuera sólo por esa noche o por muchas más. Ella le quería, sentía algo especial e inexplicable por ese hombre.
-¡Helmut! – Gimió arqueando su espalda para ofrecerse a él - ¡Por favor!
-Yo... - Respondió Helmut – No pue...
-¡No me dejes así! – Chilló desesperada y enredó ambas piernas en él - ¡Sólo no me vengas con esa idiotez de que soy virgen! - Gritó - Porque... ¡ya no quiero serlo!
Helmut gruñó al escucharla y apoyó las manos sobre el colchón para tomar impulso y penetrarla de una vez. Ella chilló ante en momentáneo dolor que la atravesó. Helmut la miró, esperando a que su cuerpo se acoplara al suyo. Danielle le devolvió la mirada y apoyándose sobre sus codos se incorporó, buscando los labios de él para unirlos a los de ella en un beso que desbordaba lujuria. Él empezó a embestirla, lenta y delicadamente, como no queriendo hacerle daño. La chica gemía contra sus labios y él jadeaba, penetrándola una y otra vez.
Dani se recostó de nuevo sobre la cama y cerró los ojos. Sus caderas también se balancearon a la par de las de Helmut, cuyo vaivén se aceleró y así, en ese ritmo, se dio rienda suelta a su acto de amor y lujuria. Ella volvió a abrazarlo, aprisionándolo más con sus piernas, quería sentirlo cada vez más profundo, cada vez más suyo. Sus embestidas se convirtieron en algo primitivo, Helmut deseaba satisfacer sus instintos más salvajes y también los de la joven. El hilo de la realidad y la locura se rompió, todo se mezcló, golpeándolos y poseyéndolos cuando alcanzaron la cumbre del delirio.
♣ ♣ ♣ ♣ ♣
Seré sincera, ¡me costó un poco de trabajo terminar este capítulo! Se puso complicado porque no tenía idea de cómo iba a ser ese primer encuentro sexual entre Helmut y Dani, espero haber logrado mi cometido. Díganme, ¿qué les pareció?
Parece que Hank tenía muchas cosas reservadas para Dani, ¿ustedes creen que alguien aparezca y la reclame como su esclava sexual?
Yo creo que sí.
No olviden dejar sus comentarios respecto al capítulo, así como sus votos.
Gracias por su apoyo a esta historia.
Recuerden que a partir del martes 5 de enero, esta historia se actualizará dos veces por semana, los días martes y viernes.
¡Hasta el próximo capítulo!
¡FELIZ NOCHEVIEJA!
Maria Decapitated
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