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CAPÍTULO 19

Dani revolvió la ropa del armario y se decidió por unos jeans deslavados, zapatillas deportivas en color rosa pastel, un croptop gris y un abrigo color gris oscuro. Recogió su cabello en una coleta de la cual escaparon algunos mechones y aplicó un poco de labial humectante antes de tomar su bolso y salir rápidamente de la habitación para reunirse con Helmut en la sala.

Al llegar, Helmut y su tío se pusieron de pie. Simon le dedicó una enorme sonrisa a la chica; ella se la devolvió y sin poder evitarlo, lo abrazó con fuerza.

-¿Van a salir, pequeña? - Preguntó Simon.

-El señor Ferguson quiere que cambie mi guardarropa y creo que también quiere que me haga un cambio de look, ¿no es así? - Exclamó y Helmut asintió.

-¡Muy bien hija! - Sonrió Simon - ¡Aprovéchate! Pídele todo lo que se te antoje, no escatimes en gastos...

-¡Por favor, Simon! - Gruñó Helmut - No le des malos consejos - Murmuró y estalló en carcajadas.

-No es un mal consejo - Dijo Simon volviéndose a sentar en el sillón para tomar su libro - Ella es una princesa y debe ser tratada como tal...

-¡Lo sé! - Dijo Helmut tomando la mano de Danielle - No es necesario que me lo recuerdes - Bufó y se echaron a andar rumbo a la salida - ¡Por cierto! - Exclamó cuando habían dado un par de pasos - ¡No nos esperes a cenar!

Afuera, el chofer los esperaba, así como un par de guardaespaldas que los seguirían en otro automóvil. Dani arqueó la ceja al darse cuenta que llevarían un séquito y le dedicó una mirada a Helmut, quién asintió.

-Es por seguridad, además, creo que vamos a necesitar un par de manos para que carguen con algunos paquetes, ¿no lo crees?

-Quizá - murmuró la chica - Ahora que lo pienso, señor Ferguson, creo que si voy a necesitar un enorme guardarropa.

-¿Hasta cuándo vas a dejar de llamarme Señor Ferguson? - gruñó Helmut al momento de abrirle la puerta del auto para que Danielle lo abordara.

-¡Lo hago por respeto! - dijo ella haciendo una mueca de desprecio.

-Hace unos momentos no me llamabas así - exclamó Helmut al oído de Dani - Gemías fuertemente mi nombre... Helmut. - dijo con voz ronca.

Danielle se ruborizó al recordar lo que había pasado en la habitación y respiró profundo. No se atrevió a mirarlo ni a responderle, sólo volvió el rostro y se concentró en mirar las calles de la ciudad y los autos que pasaban junto a ellos. Helmut aprovechó para observarla con detenimiento, Dani tenía un hermoso perfil y unos labios tentadores y apetitosos. El hombre no perdió el tiempo, sujetó la barbilla de la joven con su mano y la obligó a mirarlo. La chica lanzó un suspiro, dedicándole una tímida mirada.

Helmut le dedicó una sonrisa seductora, mientras su mano se deslizaba suavemente sobre el rostro de Danielle. Ella cerró los ojos, disfrutando del tacto de Helmut, hasta que él la sujetó por la nuca y ella abrió los ojos. Sus miradas se cruzaron por un instante, un brillo perverso apareció en los ojos de Helmut quién se inclinó para besarla con pasión. Danielle se aferró a su cuerpo, correspondiéndole, disfrutando de ese beso maravilloso...

-Hemos llegado, señor Ferguson - Exclamó el chofer, deteniendo el auto.

Helmut gruñó, apartándose de Dani. La chica se mordió el labio inferior y acarició el rostro del hombre. Instantes después bajaron del auto y caminaron tomados de la mano, mirando los aparadores de las tiendas exclusivas de marcas reconocidas.

El hombre miró una de las tiendas de ropa deportiva y caminó hacia ella, llevando a Dani en pos de él. La pareja entró en la tienda y de inmediato fueron atendidos. Danielle se probó un montón de conjuntos deportivos y trajes de baño.

-¿Para qué trajes de baño? - Refunfuñó la joven - Estamos casi en invierno...

-Quizá podríamos viajar al Mediterráneo o a Sudamérica para tomar unas vacaciones - Dijo Helmut mirando su teléfono - Así que un par de bikinis no están de más.

-¡Sí tú lo dices! - Dijo Dani encogiéndose de hombros y regresando con la dependienta, para pedir unos cuantos más.

La pareja salió de esa tienda y entró a otra en donde Danielle eligió varios conjuntos más formales, así como faldas, blusas y vestidos casuales. Helmut la miraba y asentía cada vez que ella le mostraba las camisetas, los zapatos y los jeans que se probaba. Así que la ropa comenzó a formar un montón sobre el mostrador.

-¡Necesitas vestidos de gala! - Murmuró Helmut mirando la ropa que un par de mujeres acomodaba en bolsas y cajas.

-¡Lo necesito todo! - Chilló Dani, emocionada, ya que ella jamás había tenido nada de esas cosas.

Dani miraba los atuendos y elegía uno, pero después su vista se posaba en otro más bonito y lo tomaba. Helmut sólo la observaba, parecía una niña que iba por primera vez a una dulcería. Al hombre le encantaba ver el rostro arrebolado de la chica, amaba su expresión d felicidad y entusiasmo. Dani se había transformado; ya no era esa muchacha tímida y taciturna, ahora parecía más extrovertida, riendo a carcajadas mientras recorría los pasillos de las tiendas y buscando la ropa que más le gustaba.

Helmut y la chica entraron en otra tienda, exclusiva de vestidos de gala. Ahí, Dani escogió una veintena de estos, así como sus accesorios y zapatos. Dani no paraba de probarse ropa y accesorios y Helmut accedía a los caprichos de la chica, quién también exageraba en sus compras, haciendo caso de los consejos del tío Simon.

-¿Lencería? - Preguntó Dani roja como un tomate cuando entraron a una tienda - De eso puedo hacerme cargo yo...

-No seas mojigata - Dijo Helmut sujetándola firmemente de la mano - Entra, busca lo que quieras y pruébatelo, yo esperaré por allá - Murmuró señalando una pequeña salita en el centro de la tienda.

Dani asintió y comenzó a mirar las prendas, eligiendo varios conjuntos de su talla. Después se detuvo a admirar un coqueto y femenino conjunto de red en color negro. Este tenía pequeños puntos también en negro. Dani suspiró, no estaba muy segura de usarlo, pero le parecía muy mono. El top tenía fruncidos en el elástico, así como la braguitas. Lo tomó y entró en el probador; se quitó la ropa y se colocó el conjunto. ¡Se veía bastante bien! Le gustaba como se le ajustaba al cuerpo. Quizá también se lo llevara, así como otros más que también eran transparentes.

Mientras la joven se miraba al espejo, contoneándose frente a este, la puerta del probador se abrió y apareció Helmut, sacándole un gran susto.

-¡Largo! - Gritó Dani dándose la vuelta y cubriendo su cuerpo con ambos brazos.

-Te estabas tardando demasiado y pensé que...

-No iba a huir - Chilló Danielle - Ahora, ¡váyase! Que voy a quitarme esto, y no quiero que me vea.

-Número uno - Murmuró Helmut - No creí que fueras a huir, pensé que necesitabas ayuda - Sonrió con malicia - Y número dos; tenía curiosidad de mirarte y...

-Pues ya vio, ¡ya puede irse! - Gritó Dani empujándolo hacia la puerta.

Helmut se rió y la sujetó del brazo antes de empujarla contra la pared. Sus ojos recorrieron con satisfacción el cuerpo de la chica y con su mano libre le acarició el cuello y las clavículas, deteniéndose sobre sus senos para deslizar su pulgar sobre la areola. Dani cerró los ojos y gimió con sonoridad.

-¡Aquí no! - Murmuró entre jadeos - Este no es el sitio adecuado para...

Él no la dejó terminar, la besó de manera salvaje y posesiva, mientras la estrechaba entre sus brazos y le acariciaba la espalda. Dani sólo se entregó a ese beso y le echó los brazos al cuello para continuar besándolo hasta que les faltó el aliento. Helmut recorrió su espalda con delicadeza y se detuvo en las nalgas de la chica, dio un par de palmaditas sobre estas, mientras Danielle gemía y le mordía el labio inferior. Helmut gruñó y le estrujó el trasero para pegarla a su cuerpo y experimentara su erección. Lentamente él se apartó entre murmullos de desaprobación de la chica.

-Vístete - Le dijo él con voz ronca - Aún hay un par de cosas que tenemos que hacer y me muero de hambre, ¿tú no?

Dani asintió, lo miró salir del probador y lanzó un hondo suspiro. ¡Dios! Cada día esos acercamientos la calentaban más, se preguntaba, ¿cuánto podría aguantar? La joven suspiró, se vistió a prisa y salió del vestidor. Afuera la esperaban Helmut y sus guardaespaldas, estos últimos cargados de bolsas y paquetes. Dani los miró y les dedicó una enorme sonrisa, antes de sujetar la mano de Helmut y caminar junto a él hacia un elegante restaurante.

Durante el trayecto, Dani no paraba de bromear con los custodios, quienes reían de las ocurrencias de la chica y le devolvían las bromas. Helmut sólo los observaba y lanzó un hondo suspiro, ¿cuándo sería el día en que ella se comportara de esa forma con él?

-¿Ellos nos acompañarán a cenar? - Preguntó Dani mirando con fijeza a Helmut.

-Por supuesto, estarán en una mesa cercana a nosotros - Dijo él y le dedicó una sonrisa sincera.

-Pensé que se quedarían fuera, como en las películas - Comentó Dani y comenzó a reír.

Helmut también rió y acomodó la silla para que la chica tomara asiento. Dani recorrió el lugar con la mirada, se trataba de un sitio más modesto que el anterior. Frunció el ceño y después miró la carta.

-¿Qué? - Preguntó Helmut - ¿No te gusta?

-Me gusta más que el otro - Dijo con sinceridad - Y veo que puedo pedir una hamburguesa...

-Ese es el menú de niños - Exclamó Helmut y señaló otro platillo - Quizá puedas ordenar...

-¡Quiero la hamburguesa! - Exclamó Dani en tono exigente - ¿No puedo pedir una? - Preguntó y lo miró un poco molesta.

-¡De acuerdo! - dijo el hombre y apretó cariñosamente la mejilla de la chica - Todo lo que quiera la niña.

-¡Gracias papi! - Exclamó Dani con la más encantadora de las sonrisas y se levantó de su silla para sentarse en el regazo de Helmut y besar su frente - Ya me agradas un poco más.

Helmut arqueó las cejas, sorprendido por la actitud de Danielle. La abrazó de la cintura y recostó su cabeza en su hombro.

-¿Lo dices en serio? - Le preguntó - ¿Por qué ese cambio?

Dani lanzó un suspiro y se quedó pensando por unos instantes antes de dar su respuesta.

-Bueno, en este rato no te has portado como un patán conmigo. - respondió la chica - A excepción de lo que pasó hace unas horas. - dijo y su rostro se puso de mil colores al recordar ese erótico momento.

-Intentaré ser más amable contigo - respondió Helmut mientras acariciaba el rostro de Danielle - Sé que te he juzgado mal y te he culpado de cosas en las cuales no has estado involucrada. - murmuró el hombre - Pero, ¿sabes? - preguntó y Dani le dedicó una sonrisa esperando a que él continuara - ¡Me gustaría conocer más de ti! - exclamó Helmut sin dejar de tocar el rostro de la chica - Pero lo que deseo es que tú me muestres la mejor parte de ti, esa parte que yo aún no puedo ver. - dijo antes de abalanzarse a la boca de la chica para besarla de manera voraz.

Durante la cena, Helmut y Danielle charlaron y bromearon. Ella se sentía más relajada e incluso comenzó a tutearlo de manera natural. En esos momentos ambos se explayaron y se relajaron para pasar un rato más ameno y agradable. A Dani le gustaba esa actitud en Helmut; amable, atento, caballeroso, mostrando interés en ella y en lo que decía. Parecía que estaba frente a otro hombre, no ante ese titán de hielo al que temía.

-¡Debemos regresar, es tarde! - Exclamó Helmut mirando su reloj y dándose cuenta que la chica bostezaba.

-Sí, tengo sueño - Murmuró la chica - No paramos para nada, fue una tarde muy pesada.

-Y mañana te espera un día pesado también - Sonrió Ferguson y llamó al mesero.

-¿Por qué? - Preguntó la chica con curiosidad.

-Porque tienes cita en el spa y en el salón de belleza - Comentó el hombre - Recuerda que tenemos un cambio de look pendiente y una cena por la noche.

-¡Ay, es verdad! - Gimió Dani y se llevó las manos al rostro.

Era cerca de media noche cuando Dani y Helmut entraban en su habitación, la chica corrió al cuarto de baño para lavarse los dientes y la cara, ponerse el pijama y meterse en la cama a toda velocidad. ¡Estaba muy cansada! Helmut también se desnudó a prisa y ocupó el baño después de Dani y cuando se iba a meter entre las sábanas, se dio cuenta que ella estaba profundamente dormida, así que la acurrucó entre sus brazos, besó su frente y también se entregó al sueño.

♣ ♣ ♣ ♣ ♣

-Te ves hermosa esta noche - susurró Helmut al oído de Dani.

De inmediato, el cuerpo de la chica se tensó. El aliento mentolado del hombre le acarició la mejilla. Ella suspiró al sentir un delicioso cosquilleo en el bajo vientre e inmediatamente los pezones se le endurecieron. Suspiró y se cubrió el pecho con las manos. Ahora que lo notaba, el vestido era demasiado revelador. Sin embargo, ¡a ella le había encantado! Se enamoró de ese vestido de Zuhair Murad. Se trataba de un vestido color negro, de mangas largas, largo que arrastraba hasta el piso. Con un pronunciado escote hasta la cintura, además de que la tela era de tul, cubierto por detalles de encaje, terciopelo y pedrería. ¡No se arrepentía de su elección!

-¿En serio crees que me veo bonita? - Preguntó con una enorme sonrisa y se dio la vuelta para que él la mirara.

Helmut asintió, mientras sus ojos recorrían la silueta de Dani sin ocultar el brillo de lujuria. El hombre la estrechó entre sus brazos mientras sus labios besaban el cuello de la joven, quién rió con sensualidad, retorciéndose entre los brazos del hombre.

-¡Tu barba me pica! - Chilló cuando la carnosa boca de Helmut llenó de besos su piel, deteniéndose en medio de sus senos - ¡Ya! - Susurró ella - Se hace tarde, Helmut.

El hombre refunfuñó y se apartó de mala gana. La chica se acomodó la tiara dorada y de pequeños diamantes que simulaban flores y hojas. Volvió a comprobar su peinado y maquillaje y se acercó a Helmut para ajustar la corbata de moño y sacar el reloj de su chaleco para mirar la hora.

-Nos esperan abajo - Murmuró y le tendió la mano.

En el vestíbulo, Simon y su acompañante los esperaban. Luego de las debidas presentaciones, las parejas abordaron la limusina que los llevaría hasta el lugar donde se llevaría a cabo la cena. Durante el trayecto, Helmut no dejó de mimar a Danielle y de prestar atención a sus palabras. La chica le comentaba que se sentía nerviosa ya que podían encontrarse con algún conocido y no quería ser interrogada por nadie; ya que al verla, muchos comenzarían a preguntar o especular. Y ya estaba cansada de siempre ser criticada y juzgada por otra gente.

-No les haces caso - Murmuró Helmut acariciando la palma de su mano - O simplemente les dices que ahora trabajas para mí. Que eres mi asistente... - Dijo y le besó la mano - No tienes porque sentirte afectada por lo que digan.

-Gracias - Suspiró Dani, dedicándole una sonrisa.

La limusina se detuvo frente a un edificio muy elegante. Helmut salió del vehículo y le ofreció la mano a Dani para ayudarla a bajar. La chica volvió a mirarlo y suspiró, ¡estaba tan guapo! La viril perfección de sus rasgos lo dotaba de un aura de severidad y seriedad. A Dani le temblaron las piernas mientras paseaba la mirada por la gente que pasaba junto ellos para dirigirse a la entrada del edificio. ¡Ese era el mundo de Helmut! Un mundo completamente distinto al suyo y que jamás había imaginado visitar. Con Hank, nunca asistió a reuniones como esa, los sitios que frecuentaban eran más sencillos y con menor cantidad de personas. Además, la ropa que lucía en esas reuniones siempre era rentada o prestada y demasiado discreta para que ella nunca destacara entre los demás

Ella se sentía envuelta en una especie de aura mágica. La presencia de Helmut atraía las miradas de todos los presentes, pero también los obligaba a alejarse. La gente se hacía a un lado para darle el paso. Subieron la escalinata con los cuerpos muy juntos. La mano de Helmut le ceñía firmemente la cintura en un gesto posesivo.

Helmut ignoraba con frialdad los murmullos que se levantaron a su alrededor. Mucha gente lo señalaba y cuchicheaba ya que conocían su pasado. Dani escuchó algunas frases como: "¡Pobre Ferguson, tantos años en la cárcel!" u otras como: "Ese hombre es un ladrón. ¿Por qué invitaron a ese ex convicto?". Las miradas de esas personas eran descaradas y fuertes, y los cuchicheos se escuchaban por doquier. Pero Helmut se mantenía firme, sin hacer caso a esas personas. Dani decidió imitarlo e ignorarlos a todos.

La pareja entró en el salón. Ella estaba realmente impresionada. La ornamentación y la pintura de los techos estaban impecables. De pronto, Dani tuvo la sensación de haber retrocedido en el tiempo y ser una aristócrata del siglo XIX. Ella estaba casada con Helmut, un matrimonio por conveniencia, ¡claro está! Eso no distaba de la realidad, ella estaba unida a él por dinero y no había esperanza que en ambos surgiera el amor.

De inmediato, Helmut fue recibido por el anfitrión, quién los saludó con gran cortesía y amabilidad, ofreciéndoles una copa de champaña. Los hombres charlaron brevemente antes de que el socio de Helmut se despidiera para saludar a los demás invitados.

-Parece que eres muy famoso - Murmuró Dani intentando hacer plática ya que el rostro del hombre había adquirido un aire sombrío.

-A donde quiera que vaya no paso desapercibido - Exclamó con frialdad y tensó la mandíbula.

-¡Es obvio! - Dijo la muchacha - Tu presencia es imponente y parece que todos te tienen respeto...

-No es por eso - Bufó y la tomó de la mano para dirigirse a la mesa que le tenían reservada - La gente me juzga, aún no olvidan que Hank me mandó a la cárcel. Acusado de un fraude que no cometí.

-Pero ellos deben de saber y reconocer que fue una mentira - Comentó Danielle - Una sucia jugarreta por parte de Hank...

-¿Ya no lo defiendes? - Preguntó mirándola con dureza a los ojos.

-¡No! - Murmuró la chica con firmeza y sosteniéndole la mirada - Tú te has encargado de abrirme los ojos y de mostrarme la clase de sujeto que era Hank - Suspiró - Y créeme, estoy absolutamente avergonzada y molesta de haberme prestado a sus juegos, de creer en sus mentiras y dejarme convencer por sus estúpidos argumentos - Dijo y bajó los ojos - Yo en verdad lamento mucho lo que Hank le hizo a tus padres y lo que te hizo a ti. ¡No lo merecían! Aquí el malo del cuento fue Hank.

-¡Pero ya está muerto! - Gruñó Helmut - Y su fantasma continúa haciendo daño.

-Debes olvidarlo por completo - Murmuró la joven - Y así desaparecerá para siempre.

-Por desgracia, hizo mucho daño en el pasado - Exclamó el hombre mientras miraba fijamente a la chica - Primero tenemos que limpiar toda su mierda para que por fin desaparezca y nos deje en paz a todos.

Dani estaba a punto de añadir algo, pero en ese momento apareció el anfitrión de la fiesta. Se disculpó con la chica por quitarle a su acompañante y tomó a Helmut del brazo ya que deseaba presentarlo a un par de inversionistas alemanes que también formaban parte de la fiesta. Danielle esbozó una sonrisa y buscó a Simon con la mirada, pero el tío también estaba bastante ocupado charlando con un grupo de personas. Ella se encogió de hombros y cogió su teléfono para revisar sus redes sociales.

-Hola, ¿podemos acompañarte? - Preguntó un hombre joven, acompañado de una pareja de ancianos que parecían ser sus padres.

-¡Hola! - Respondió Dani esbozando una sonrisa encantadora - ¡Por supuesto! Pueden acompañarte.

-Me llamo Steven Reedus y ellos son mis padres, Morgan y Anne - Dijo el hombre sentándose junto a Danielle - Nunca te habíamos visto en estas reuniones, por lo regular, el señor Ferguson solo viene acompañado de su tío - Murmuró Steven y le guiñó el ojo a la chica.

-¡Por favor, hijo! - Exclamó la mujer - No seas indiscreto.

-No le hagas caso - Comentó el hombre y le dedicó una sonrisa - Lo que pasa es que nunca había visto a una joven tan linda como tú.

Danielle se ruborizó y no supo que decir; sólo les dedicó una sonrisa. El chico continuó hablando, gastando bromas y haciendo reír a Dani. Eran gente agradable, aunque un poco indiscretos y chismosos. Debía tener cuidado con lo que decía respecto a su relación con Helmut.

-¿Y cómo lo conociste? - Preguntó Anne - Porque acabas de echarte a la bolsa a uno de los solteros más codiciados del Reino Unido.

-El señor Ferguson es sólo un amigo mío - Comentó la chica - Y yo trabajo para él, no estamos saliendo en plan romántico.

-¿Y no te da miedo trabajar para un ex convicto? - Exclamó el hombre mirando furtivamente a Helmut que continuaba hablando con los alemanes - Dicen las malas lenguas que también asesinó a unos hombres...

-De eso no sé nada - Exclamó Dani bastante molesta - Yo sólo lo apoyo con la fundación "Home Sweet Home" - Dijo con indignación.

-¿Tienes una fundación? - Preguntó Steven - ¡A nosotros nos encantaría ayudar! ¿En qué consiste?

La expresión de Danielle se relajó. Eso era un escape para dar un giro a la conversación y centrarse únicamente en ese tema. La chica se explayó y comenzó a hablar al respecto, despertando el interés de la familia Reedus.

-¿Me podrías mandar toda la información? - Preguntó Steven - A mis padres y a mí nos gustaría apoyarlos.

-¿De verdad? - Exclamó Dani, muy emocionada - Dame tu correo electrónico y yo te enviaré toda la información que necesitas - Murmuró.

Steven asintió y continuó con su interrogatorio a cerca de la fundación a lo que Dani respondía gustosa. Poco después volvieron a cambiar de tema y esta vez, Steven se mostraba más interesado en la chica, coqueteándole abiertamente. Tomaba su mano, la abrazaba o jugaba con los mechones de cabello dorado que habían escapado de su peinado.

Helmut observaba la escena con visible interés. ¡Detestaba a esa familia! Pero sobre todo a Steven, que era un tipo engreído, pedante y demasiado metiche. Esa gente sabía cómo molestar a otros y sonsacarles información que pudieran utilizar en su contra y veía a Danielle muy animada hablando y hablando con esa gente, cosa que molestó a Helmut; pero lo que lo puso realmente rabioso fue cómo ese sujeto, Steven, acariciaba la espalda de Danielle hasta casi tocar su trasero y que ella no hiciera nada para detenerlo.

El hombre apretó los puños y se disculpó con las personas que estaba hablando y rápidamente se dirigió hacia la mesa donde se encontraba Dani y la familia Reedus, quienes por cierto se estaban despidiendo de la joven.

-¡Helmut! - Exclamó el señor Reedus - ¡Qué gusto verte! ¿Cómo están Simon y tú?

-Señor Reedus - Dijo Helmut haciendo una reverencia - Señora, Steven - Exclamó con frialdad - Estamos muy bien, gracias por preguntar.

-¡Dani nos ha hablado de Home Sweet Home - Intervino la mujer - ¡Y es maravilloso! Precisamente, hace unos días lo discutíamos Steven y Morgan. Estábamos buscando una asociación confiable y desinteresada para apoyar. ¡Y hemos decidido apoyar a Home Sweet Home!

-¡Muchas gracias! - Dijo Helmut frunciendo el ceño y mirando de reojo a la chica que parecía bastante emocionada - Nos comunicaremos con ustedes para dar más detalles.

-¡Estaré esperando ese correo, Dani! - Murmuró Steven antes de irse - ¡Hasta luego, Helmut! - Dijo alejándose junto sus padres.

Dani les dijo adiós agitando su mano. Después miró a Helmut y esbozó una enorme sonrisa. ¡Estaba feliz!

-¿No es lindo que quieran ayudarnos? - Exclamó la chica y abrazó a Helmut - Además, el señor Reedus me dijo que es miembro del consejo universitario y que puede ayudarme a conseguir becas en diferentes universidades - Suspiró - ¿No es maravilloso?

Helmut no le respondió, su rostro se puso severo y, tomándola fuertemente del brazo la arrastró en pos de él para llevarla a un sitio apartado, alejado de la mirada de los invitados a la reunión.

-¿Qué te pasa? - Preguntó Danielle bastante confundida.

Helmut la miró fijamente. Fuera lo que fuese lo que ella vio en su rostro, la asustó; pero le hizo frente.

-¿Por qué estás enfadado? - Preguntó Danielle con dignidad - ¿Qué fue lo que hice mal?

-¿Acaso fue Hank quién te enseñó a no perder la oportunidad de aprovecharte de las situaciones o esto es una habilidad natural tuya? - murmuró Helmut con molestia.

Dani lo miró fijamente, ¿qué era lo que le quería decir con esas palabras? ¿Qué ella era una aprovechada? Definitivamente Helmut estaba loco, tenía un problema mental. Hacía un rato estaba feliz y con una actitud completamente distinta y ahora volvía a comportarse como un troglodita.

Danielle enderezó la espalda y frunció el ceño.

-¿Qué es lo que quiere decir, señor Ferguson? - preguntó enfadada - ¿Qué soy una aprovechada? - exclamó - ¡Pues se equivoca! - dijo mirándolo con furia - Yo no imaginé que la familia Reedus se mostraron interesados en ayudar. Sólo estábamos charlando. - murmuró - Pero son una familia muy chismosa. - dijo y continuó - ¡Preguntaron cosas muy personales! Incluso lo tacharon de asesino y ladrón... ¡y yo lo defendí! - gritó - Dije que usted era una buena persona y que yo trabajaba para usted, ya que ellos pensaban que entre nosotros había algo más que una amistad. - exclamó la chica - Así que lo único que se me ocurrió para cambiar de tema, fue sacar a flote la fundación y...

-Una fundación que ni siquiera existe, que es una farsa para aprovecharse de otros. - gruñó Helmut.

Danielle se quedó boquiabierta, pero esta vez no iba a permitir que ese hombre la humillara y la llamara ladrona, respiró hondo y echó chispas de ira por los ojos.

-Si eso es lo que cree - murmuró la joven - Adelante, ¡no me interesa! - bufó - Dijo que iba a investigarme, ¿por qué no comienza de una vez? - exclamó - ¡Hágalo! No tengo miedo, porque todo lo que he hecho ha sido de manera legal y no tengo nada que esconder. - gritó - Usted lo dijo señor Ferguson, Hank tiró mucha mierda y se encargó de causar mucho daño. - suspiró y empujó a Helmut - Ahora si me disculpa, voy a casa. - murmuró - Me duele mucho la cabeza. - finalizó antes de agarrarse la falda del vestido para poder caminar a toda prisa entre la multitud.

♣ ♣ ♣ ♣ ♣

Acabamos de tener una discusión y al parecer tendremos una nueva pelea. Helmut no entiende y ya está cansando su actitud, ¿Creen que cambiará? Yo espero que sí. Lo que necesita Dani es darle unas buenas cachetadas.
¿Qué les pareció este capítulo? Comenten, voten y dejen sus puntos de vista.Muchas gracias por su apoyo.
Maria Decapitated

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