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CAPÍTULO 17

Simon abrió la puerta de la sala de juntas y entró en esta, seguido de Roberts. Helmut los esperaba junto a Lucas, quién había preparado el lugar para esa junta extraordinaria. Simon se sentó a la diestra de su sobrino y lo observó, pensativo. Helmut parecía muy molesto, de hecho, estaba furioso; tal como lo estaba la vez que descubrió ese faltante de dinero. Roberts saludó brevemente y se acomodó a un lado de Simon, mientras tomaba el vaso de agua y apuraba su contenido. Helmut lo miró y se dio cuenta que su socio estaba nervioso.

-Son malas noticias, ¿no es así, Helmut? - Preguntó y secó el sudor de su frente con un pañuelo.

-Sí, por desgracia así es - Respondió Ferguson y miró a su tío, quién leía con atención la carpeta que Lucas había dejado sobre la mesa.

-¡No es cierto! - Murmuró el tío apesadumbrado.

-¡Y tú te empeñabas en defenderla! - Dijo el hombre con la voz cargada de furia - ¡Ella también es una ladrona! - Gritó - Lógicamente sería cómplice de Hank, por algo estaba con él ¿no?

-Pero... - Balbuceó Roberts, analizando también el contenido de la carpeta - Esto para mí es una calumnia - Suspiró - Danielle no... ella no, es incapaz... - Bufó y miró a Helmut con ojos suplicantes - ¡Tienes que creerme! Hay algo turbio detrás de todo esto.

-Lo único turbio que hay es que tanto Hank como Danielle son un par de asquerosos defraudadores - Dijo Helmut lleno de ira - Ese par pensaban, con toda seguridad, largarse de aquí, llevándose el dinero de toda esta gente, así como del bono anual de Navidad - Gruñó - Y yo me voy a encargar de que esta mujer pague por todo el daño que ha causado.

-Creo que primero debes hablar con ella - Murmuró Simon - ¡El dinero está ahí en la cuenta! - Añadió sin dejar de mirar los papeles que el banco acababa de enviarles - No han hecho ningún retiro - Exclamó mientras le dedicaba una mirada a su sobrino - Si es una ladrona, como lo dices, con toda seguridad ya hubiese retirado todo y abandonado el país - Exclamó y se rascó la cabeza - Para empezar, ella no habría aceptado tu propuesta...

Helmut le hizo una seña para que ya no continuara. La mirada del hombre se paseó por la estancia. Roberts no dejaba de observarlo, así como Lucas y su tío. La observación de Simon era bastante oportuna y tenía algo de razón en sus palabras. El asunto era algo delicado y Helmut no quería que todo aquello saliera a la luz y verse envuelto en un nuevo escándalo. Ya había gastado bastante dinero ocultando toda la tragedia de la familia Ferguson acaecida hacía diez años.

-Desgraciadamente, la señorita Lennox firmó varios documentos - Intervino Lucas - Si revisan todo el papeleo, se podrán dar cuenta que ella accedió a todas las demandas del señor Riley - Murmuró, apoyando a Helmut - Eso la hace cómplice del señor Riley, por desgracia, la mujer está muy involucrada en el fraude.

-¡Pero es que no es justo! - Gruñó Roberts - Si Dani accedió, fue seguramente bajo alguna amenaza.

-La niña no es una santa - Escupió Helmut - Debajo de ese rostro angelical, se esconde una verdadera timadora. También los engañó, ¡y no los culpo! Tiene una cara encantadora que oculta sus verdaderas intenciones - Rió Helmut - Es como un gato, primero te atrapa con zalamerías y después, ¡boom! te da un zarpazo.

-Entonces, ¿la vas acusar así como así? - Preguntó Simon - ¿No le darás la oportunidad de defenderse?

-¡Yo respondo por Danielle! - Exclamó Roberts, algo exaltado por la actitud arbitraria de Helmut.

-Yo no he dicho tal cosa, tío - Respondió Helmut con tranquilidad - Y Roberts, por favor, ¡cálmate! No trates de defenderla, ella tendrá que decirnos la verdad y negará o afirmará las acusaciones - Exclamó mientras bebía un poco de agua - Yo mismo hablaré con Danielle. Iré a buscarla e intentaré tener una charla tranquila con la señorita.

-¿Sin molestarte y gritar? - Preguntó Simon, ya que conocía el carácter explosivo de su sobrino.

-Por supuesto, tío - Dijo el hombre - Me mantendré sereno y haré que me diga toda la verdad, de hecho, iré con ella al banco para hablar con esa gente y así salir de dudas y poder recuperar ese dinero.

-Si ella es culpable y entrega el dinero, ¿habrá cargos en su contra? - Preguntó Roberts con curiosidad.

-¡No, ninguno! - Exclamó Helmut rascando su barbilla - Pierde cuidado - Murmuró y se levantó de su asiento - Ahora debo marcharme...

-Si me lo permite, señor Ferguson - Comentó Lucas y Helmut asintió - Tengo una observación respecto a este problema - Continuó y las miradas de los hombres estuvieron fijas en él - Cabe la posibilidad que la señorita Lennox haya sido amenazada por el señor Riley y se vio orillada a prestar su cuenta para retener ese dinero y que el seño Hank pudiera retirarlo cuando él lo deseara - Murmuró - Sabemos que el señor Riley tenía por costumbre hacer ese tipo de movimientos. Contaba con muchas cuentas fantasma.

-¡Ese es un buen punto, Lucas! - Comentó Simon - Debes tomarlo en cuenta, Helmut.

-¡Por supuesto! - Exclamó Helmut - ¡Te agradezco, Lucas! Y ahora, si me disculpan, señores - Sonrió - Iré a buscar a la señorita Lennox para hablar con ella - Finalizó y abandonó la sala de juntas haciendo una pequeña reverencia.

♣ ♣ ♣ ♣ ♣

Dani cerró la carpeta de golpe y se llevó las manos al rostro para comenzar a sollozar. Finalmente había terminado de leer y analizar toda la investigación de Ian Ferguson y de su hijo. La chica trataba de asimilarlo, pero era demasiado difícil para ella, no podía concebir la idea de que una sola persona pudiera albergar tanta maldad y odio como Hank Riley. La chica estaba asqueada y dolida después de conocer toda la porquería que ocultaba ese sujeto. Para colmo, estaba avergonzada ya que ella siempre lo defendió a capa y espada sin importarle su propia persona. ¡Qué pisotearan a Danielle, pero nunca a Hank!

¡Qué tonta y ciega había sido! ¿De qué valieron todos esos sacrificios? ¡De nada! Sólo se ganó el odio y el repudio de los demás; especialmente el de Helmut Ferguson quién la creía la peor de las personas. ¡Pero ella era inocente! Sin embargo, estaba segura que Helmut jamás iba a creerle, por mucho que se esforzara. La chica se limpió las lágrimas y apartó la carpeta, poniéndose de pie. ¡Iba a huir! No tenía caso seguir ahí, escribiría una carta a Helmut, explicándole el motivo de su desaparición y pidiéndole que no le diera nada para la fundación. Iba a verse como un cobarde, pero eso era mejor a continuar siendo la burla de todos.

La chica buscó sus maletas y comenzó a sacar la ropa del armario. Era una fortuna no tener tantas cosas, pero de cualquier manera, llevaría sólo lo necesario. Lo más importante era largarse de ahí y perderse para siempre.

-¿Qué es lo que estás haciendo, Danielle? - La voz de Helmut sonó como un trueno, haciendo que la chica se sobresaltara y pegara un gran grito.

¿Qué estaba haciendo Helmut en casa? ¿Acaso no debía estar en la oficina? Durante el desayuno, Helmut y Simon habían estado hablando de todos los problemas por los que atravesaba Ferguson & Son Company y de la manera en que podrían solucionarlos. Realmente estaban viviendo una pesadilla. En esos momentos, ella no pudo mirarlos a los ojos y permaneció con la cabeza abajo y comiendo su desayuno con rapidez.

Su cuerpo tembló al sentir como Helmut se acercaba lentamente a ella y ahogó un jadeo cuando las manos del hombre se posaron en sus hombros impidiéndole moverse.

-Yo... - balbuceó la chica- Este... - dijo nerviosa y de pronto recuperó todo su aplomo - ¡Voy a irme de aquí! - dijo segura de sí misma - Ya no quiero estar en este lugar, deseo irme lejos y desaparecer de la vista de todos. - exclamó y se dio la vuelta al sentir que el hombre la soltaba y le dedicó una mirada de desprecio.

Helmut la miró con furia, ¿quién la habría puesto sobre aviso? ¿Se lo diría Roberts? El muy desgraciado seguramente los había traicionado.

-¿Por qué de pronto quieres irte? - preguntó Helmut y volvió a poner sus manos sobre los hombros de la chica que temblaba como una hoja.

¿Acaso era culpable y por eso iba a huir? Se preguntó Helmut sin dejar de mirarla y sin poder evitarlo, la apretó con fuerza. Ahora no tenía escapatoria, esa mujer iba a escucharlo y de ser posible, llamaría a la policía para que la retuvieran.

-¿Te lo dijo Roberts? - preguntó Ferguson y la sacudió con violencia - Eres tan cobarde, ¡maldita desgraciada! - gruñó y la empujó contra la pared - ¡No voy a permitir que te vayas! - gritó - Vas a escucharme.

-¡No sé de qué me habla! - Gritó Dani - ¡No he hablado con Roberts! ¿Qué tenía que decirme? - Preguntó con desesperación, mirándolo fijamente a los ojos - ¡Por favor! Le suplico, ¡de verdad yo no sé nada!

Helmut no ocultaba su ira y su desprecio hacia Danielle. La chica lo miraba con temor, esperando lo peor. Ferguson también la contempló, el rostro de la chica estaba acongojado, sus ojos transmitían terror; Dani estaba paralizada de miedo y sus labios se movían, pero no brotaba sonido alguno. Helmut suspiró, recordando las palabras de su tío. Debía tranquilizarse. Lentamente la soltó, dándose la vuelta, mientras se llevaba las manos a la cabeza.

-¿Por qué lo hiciste? - Preguntó con rudeza - ¿Por qué prestarte a un juego tan vil y sucio? - Gruñó.

-Yo... ¡yo no sé de qué me está hablando! - Exclamó Dani - Por favor, ¿podría explicarme que está pasando?

-¡Ay, Danielle! - Murmuró Helmut - No trates de fingir inocencia, porque conmigo no te va a servir de nada. ¡Lo sabes muy bien! - Gritó dándose la vuelta - ¡Por eso ibas a huir!

-Yo iba a huir porque estoy avergonzada - Chilló - Defendí un criminal y me presté a sus juegos - Murmuró y le sostuvo la mirada - Además, estoy cansada de sus malos tratos, sus gritos y sus acusaciones - Dijo mientras las lágrimas comenzaban a fluir de sus ojos - ¡Trato de ser fuerte! Pero no puedo, ¡de verdad que no puedo! - Exclamó y rompió en llanto.

-Ya te dije que conmigo no tienes que fingir algo que no eres - Respondió Helmut con voz gélida y cargada de coraje - Te vas a largar y te llevarás contigo el dinero del bono navideño y el de la caja de ahorros de los trabajadores - Exclamó con desprecio - No eres más que una rata cobarde.

-¡No! - Gritó Danielle - ¿Por qué dice eso? - Preguntó la mujer con voz temblorosa - ¡Yo no he robado nada! Y lo puedo comprobar.

-¿De verdad pequeña ratita? - Exclamó Helmut arqueando la ceja - Porque el banco nos dice todo lo contrario - Dijo mientras le arrojaba una carpeta con documentos al rostro.

Danielle tomó rápidamente la carpeta y con manos temblorosas la abrió para mirar su contenido. Se sentó sobre la cama y leyó con cuidado los papeles. La chica levantó su rostro y observó a Helmut. Él no apartaba su mirada de ella, pendiente de cada uno de sus documentos y expresiones.

-Esta no es mi cuenta - Dijo Danielle dejando los papeles sobre la cama y tomando su celular - Puedo mostrarle mi estado de cuenta y mi número de cuenta también - Murmuró y buscó su cartera - Ese banco es el que maneja el dinero de la empresa y sus cuentas, es un banco grande y yo... - Murmuró mientras entregaba la tarjeta a Helmut - Yo trabajo con otro banco, uno más modesto y que se adapta a mis precarias finanzas.

Helmut tomó la tarjeta y la observó, ¡ese no era el banco de la empresa! Bufó y observó a la joven, quién le entregaba su teléfono móvil para que revisara la aplicación de su banco. Ella no tenía mucho dinero en su cuenta y el último movimiento había sido un depósito muy pequeño a su cuenta de ahorros y anterior a ello, la joven había retirado también una pequeña suma de libras, nada rimbombante.

-¡Pero tu firma está ahí! - Gruñó Helmut tratando de incriminarla a pesar de lo que acababa de ver - ¡Revisa bien los papeles!

Danielle lanzó un pequeño chillido y regresó a la cama para coger la carpeta y terminar de analizar las pruebas dónde supuestamente ella se había prestado a ese robo. ¡No podía creerlo! Hank se había burlado de ella, la traicionó y la usó para sus bajezas.

-No, no, no, no, no - Dijo mirando los documentos - ¡Esa no es mi firma! - Gritó y de su cartera extrajo su identificación - Mi firma es esta - Murmuró señalando la credencial - ¡Es un documento oficial! No podría falsificarlo.

Helmut le arrebató la credencial, así como los papeles que la incriminaban y comparó ambas rúbricas. No se parecían en nada, ni siquiera había algún rasgo característico. Dani lo observó y levantó la cabeza, ¡ella estaba diciendo la verdad! No sabía nada respecto a esa supuesta cuenta que le pertenecía, ni conocía esa firma que estaba impresa en los contratos del banco. Hank estaba tratando de incriminarla en un fraude para salir limpio, iba hacer con ella lo que había hecho diez años atrás. Pero esta vez, él estaba muerto y no podía hacerle daño, sin embargo, ella debía limpiar su nombre.

-¿Lo ve? - Exclamó recuperando su aplomo - No es mi firma, ¡y yo no me hubiera prestado a ese tipo de bajezas! - Gritó - Podré ser todo lo que usted quiera, señor Ferguson - Murmuró sin dejar de mirarlo a los ojos - ¡pero no soy una ladrona!

Helmut suspiró, entregándole su credencial. Estaba confundido y sorprendido, era lógico que algo no cuadraba, pero Danielle era inocente. Tendría que hablar con los del banco para hacer algo respecto a esa cuenta fantasma y que devolvieran el dinero a la cuenta oficial de la empresa.

-Bien, ¡eres inocente! - Murmuró Helmut - ¡Pero voy a seguir investigándote, Danielle Lennox! - Exclamó con crudeza - Porque hay muchas cosas turbias en todo esto...

-¡Investígueme todo lo que quiera! - Gritó Dani - ¡Soy inocente! - Dijo y levantó la cabeza con orgullo - Pero una cosa sí le digo... ¡yo me largo de aquí! ¿Lo oye? - Exclamó mientras lo empujaba para dirigirse hacia la salida - Yo no puedo aguantar más sus groserías.

Por un instante, Helmut no reaccionó y Dani aprovechó para emprender la huida, cogió su maleta y abrió la puerta de la habitación, dispuesta a irse de ese lugar y alejarse para siempre de Helmut Ferguson. Sin embargo, el hombre no iba a ponérsela tan fácil dejándola ir así como así. Con un rápido movimiento, Ferguson la sujetó fuertemente del brazo, tirando de ella, para ponerla de espaldas a la pared.

Danielle gimió y lanzó un grito cuando el imponente cuerpo del hombre la aplastó, impidiéndole una mayor movilidad.

-¡Tú no te irás de aquí, Danielle! - Susurró Helmut al oído de la chica - Tú y yo tenemos un trato y no me gustaría que...

-¡A la mierda su cochino trato! - Exclamó Dani, forcejeando e intentando apartarse de él.

-Recuerda que si te vas, esos niños no van a recibir nada - Dijo y con su mano derecha acarició suavemente el rostro de la mujer.

-¡Puedo hacer lo que sea para ayudarles! - Gimió la joven - ¡No me interesa nada de usted! Sólo quiero irme de aquí - Jadeó e hizo otro intento por apartarlo.

-Sí te vas ahora - Gruñó Helmut mientras la miraba a los ojos - Gritarás a los cuatro vientos que eres culpable - Murmuró y en sus labios apareció una sonrisa de triunfo - Con tu huida, sólo dejarás dudas y la gente comenzará a murmurar. Los que confiaron en ti se forjarán otra idea, pensando que en realidad era verdad todo lo malo que se decía de ti... ¡creerán que eres la cómplice de Hank!

Dani dejó escapar un jadeo. Cerró los ojos y analizó las palabras de Helmut. ¿Por qué debía tener siempre la razón? ¡Lo que ese hombre decía era algo sensato! Su huida terminaría incriminándola, aunque fuese inocente y eso mancharía su reputación, más de lo que ya estaba.

-Si me quedo - Dijo la chica con voz apenas audible - ¿Me promete que me ayudará con la fundación? ¿A conseguir toda la ayuda posible? - Preguntó mientras le dedicaba una mirada suplicante - También me promete que será más amble conmigo - Suspiró - Me estoy cansando de sus groserías, ¡yo no le he hecho nada malo!

-Seguiré investigándote Danielle - Dijo Helmut un poco más tranquilo - Hay muchas cosas turbias en esto, ¡y lo sabes! - Exclamó - Si todo lo relacionado a esa fundación es legal y no hay nada oscuro detrás de ella ¡prometo ayudarte en todo lo que esté a mi alcance!

Dani suspiró aliviada, eso le daba algo de esperanza. Sabía que su fundación era legal y que no había nada siniestro, al menos de su parte. Si llegasen a existir situaciones turbias o sospechosas, ¡era por culpa de Hank! Ese hombre tan repulsivo, malsano y cruel se había aprovechado de ella y de sus buenas intenciones para incriminarla, para hacerla pasar por su cómplice. Pero ella no era así y trataba de demostrárselo a Helmut Ferguson.

A la chica se le hizo un nudo en la garganta y los ojos se le llenaron de lágrimas, ¿por qué le tenían que pasar esas cosas a ella? Se preguntó mientras que de sus labios surgía un profundo suspiro. Dani levantó su mirada y sus ojos se encontraron con los de Helmut. Él la observaba, un poco más tranquilo, luego de la situación de hacía un rato. Parecía que él creía en su inocencia, pero sabía que él no iba a confiarse, no aún.

Helmut observó a Danielle, de pronto le pareció increíblemente tierna y dulce. Tan frágil e indefensa. ¡La juzgó muy duramente! Se ensañó completamente con la pobre mujer. Por fortuna, ella pudo demostrar su inocencia, ¡eso le quitaba un peso de encima! No sabía porque le dolía pensar que ella estaba sufriendo por culpa suya. Él continuó mirándola; ¡Dani estaba llorando! De sus hermosos ojos verdes brotaban lágrimas que se deslizaban por sus mejillas sonrosadas.

Por un instante, el corazón de Helmut se ablandó. Lentamente, su mano se deslizó por el rostro de la chica, limpiando sus lágrimas. No le gustaba verla llorar, así que intentaría consolarla y robarle una sonrisa, aunque fuera una pequeña.

Dani dejó de llorar al experimentar el suave roce de la mano de Helmut sobre su rostro. Suspiró profundamente y cerró los ojos por un instante antes de volver a abrirlos y contemplarlo embelesada. ¡Era tan guapo! La chica lanzó un pequeño gemido cuando Helmut sujetó su rostro con ambas manos. En ese momento, él aprovechó para inclinarse sobre el pequeño rostro de la muchacha y unir sus labios a los suyos.

Fue un beso pequeño y delicado, en un principio. Los labios de Helmut presionaban delicadamente los de Dani, quién de inmediato le echó los brazos al cuello. Él lanzó un gruñido e intensificó el beso. Sus labios se movieron con maestría sobre los de la chica y su lengua se introdujo en su boca. Ella se entregó a ese beso y le acarició el cabello, mientras la lengua del hombre se enredaba con la suya.

-Tienes un sabor exquisito - Murmuró Helmut contra la boca de la chica.

Ella sólo gimió, pegando su cuerpo al de Helmut, deseando fundirse en él. Ferguson volvió a besarla con pasión hasta que les faltó el aliento. Suavemente abandonó los labios de Danielle y fue en descenso hasta su cuello, mientras que sus manos le desabotonaban la blusa para dejar al descubierto sus senos redondos. Dani volvió a gemir y arqueó la espalda. Quería que esos labios gruesos le besaran los senos, chupándole los pezones para hacerla gritar de placer.

Las manos de Helmut se posaron sobre los senos de Dani, apretándolos con delicadeza. Ella volvió a gemir y levantó su pierna para deslizarla sobre la de Helmut. Él gruñó y volvió a asaltar la boca hinchada de la chica con más besos fieros y urgentes. Después la soltó y sus manos fueron sustituidas por sus labios, llenándole los pechos con besos húmedos y sonoros. De vez en cuando, la punta de la lengua de Helmut se deslizó sobre la tersa piel, rozando los pezones endurecidos. Dani se estremecía ante ese contacto y de sus labios brotaban gemidos cada vez más sonoros.

-Helmut - Susurró ella en tono suplicante - ¡Te deseo! - Exclamó con voz sensual.

La piel del hombre se erizó al escucharla hablar en ese tono. ¡Era la primera vez que lo tuteaba! Y le había encantado la manera tan provocativa en la que pronunció su nombre. Con un gemido gutural, Helmut volvió a tomar posesión de los labios de Dani, en un beso más exigente y posesivo. Sus manos se deslizaron por sus costillas y su cadera, descendiendo hasta el borde de su falda de mezclilla, la cual se enredó en su cintura. Helmut estrujó sus muslos con premura y la obligó a abrir las piernas. Sus dedos expertos tantearon la tela de sus bragas, bajándolas hasta sus rodillas.

-¡Joder! - Murmuró el hombre mientras su dedos exploraban la feminidad de la chica - Sólo te he besado un poco y ya comenzó a llover entre tus piernas.

Dani volvió a gemir, abriendo un poco más los muslos para que los dedos de Helmut tuvieran libre acceso a su intimidad. ¡Eran ciertas sus palabras! De hecho, ni siquiera necesitaba tocarla, su sola presencia y cercanía la provocaban, ¡la excitaban! ¡Dios! Quería que la follara en ese mismo instante. Que la recargara contra la pared y se hundiera en ella sin misericordia.

-¡Helmut! - Volvió a exclamar y le mordió el labio inferior - No sé cómo es que tienes la habilidad para alterar mis sentidos y mi cuerpo sin siquiera tocarme - Gimió la chica.

Helmut no dijo nada, dejó escapar un ronco gemido y la besó de manera salvaje, mientras que uno de sus dedos se hundían dentro de Danielle, logrando que ella dejara escapar un grito ahogado. Lentamente lo retiró y de nuevo volvió a penetrarla. La espalda de Dani se arqueó y se separó de Helmut, gimiendo, alterada y más excitada que antes.

-¡Te follaría en este mismo instante! - Exclamó Helmut y comenzó a desabrochar su cinturón.

Danielle lo miró, sus ojos brillaban de deseo, ¡ella quería que le hiciera el amor! Estaba tan excitada que ya no le importaba nada, sólo deseaba sentirlo dentro de ella y llenarse con su calor, que sus pieles se rozaran y que él le besara todo el cuerpo...

¡Señor Ferguson! - Una voz detrás de la puerta, unido al golpe e unos nudillos en la madera los obligó a separarse, sacando a Danielle de su sopor, mientras que Helmut dejaba escapar una maldición.

-¡Mierda! - Gruñó Helmut - ¿Qué es lo que quieres? - Preguntó caminando hacia la salida.

-Su tío está al teléfono - Murmuró el ama de llaves - Ha intentado comunicarse con usted, pero al parecer su teléfono móvil está fuera de servicio...

Dani aprovechó la interrupción para correr al baño y buscar un refugio. Había estado a punto de entregarse a Helmut sin siquiera darse cuenta de lo que hacía. Ese hombre tenía el poder de hacerla perder el control, olvidándose de sí misma. ¡Helmut Ferguson era como el diablo!

♣ ♣ ♣ ♣ ♣

Estos en cualquier momento van a terminar amándose debajo de las sábanas o dándose con todo contra el muro o el piso. ¿Dónde les gustaría?
Helmut tiende a ser posesivo y a perder el control, tratando mal a Danielle. Espero que esto cambie pronto.
También poco a poco iremos conociendo más atrocidades de parte de Hank Riley y Helmut volverá a perder el control.
¿Qué les pareció el capítulo? No olviden dejar sus votos y sus comentarios y muchas gracias por su apoyo a esta historia.
Maria Decapitated

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