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CAPÍTULO 14

Danielle caminaba detrás de Helmut. En realidad, casi corría tras el hombre que se movía a grandes zancadas por el largo pasillo. La chica respiraba con dificultad tratando de seguirle el paso. Desde que habían subido la enorme escalera, Helmut la había relegado y caminaba a toda prisa como si ella no existiera. ¡Detestaba a ese hombre! Especialmente su enorme ego y su actitud pedante. Pero ella ya no podía echarse para atrás, había dado su palabra y ahora esa situación la colocaba entre la espada y la pared. ¿Por qué no había pensando con la cabeza fría? Se preguntó Dani antes de detenerse frente a la puerta de una enorme habitación.

-¿Este será mi cuarto? - preguntó Dani y sus ojos se abrieron desmesuradamente al observar la elegante recámara decorada de forma muy masculina.

Era un sitio bonito, la madera formaba parte de la decoración principal, sobre todo en los marcos de la ventana, cabeceros, pies de cama y las mesas. En el centro de la habitación había una mesa de nogal que tenía en el centro un viejo juego de ajedrez. En el fondo del cuarto se encontraba una elegante puerta de madera que conducía a un estudio y justo a su lado derecho se encontraba una puerta aún más grande que daba a un gigantesco armario plagado de trajes y zapatos de diseñador.

Dani lanzó un suspiro, ¡se trataba de la habitación de Helmut! ¿Acaso ella no iba a tener su propio espacio? Necesitaba una alcoba sólo para ella, no era el momento apropiado para compartir la cama junto a Helmut. ¡Él debía darle tiempo!

-Esta es mi habitación - murmuró Helmut y se hizo a un lado para que la chica entrara en la alcoba - Tus cosas han sido acomodadas en mi armario, así que ya no tendrás que desempacar.

-¡Gracias! - Murmuró Dani - Yo pensé que tendría mi... - Fue lo único que pudo decir pues fue interrumpida por Helmut.

-Este es el cuarto de baño - dijo Helmut abriendo una puerta - Toma una ducha, yo estaré revisando mi correo electrónico en el estudio, pero estaré de regreso en media hora para hablar contigo.

Danielle suspiró y asintió. Estaba demasiado cansada como para volver a discutir de nuevo con ese hombre. Esperaba no tener que compartir la alcoba o la cama con él; si eso sucedía, estaba claro que no podría pegar los ojos en toda la noche.

Helmut abrió la puerta del estudio y abandonó la habitación. Rápidamente, Dani buscó su ropa de dormir, tomó una toalla y entró en el enorme baño. Todo el lugar tenía impreso el sello de Helmut, era un sitio sobrio, elegante y algo sensual. Danielle bufó y observó detenidamente la estancia, tratando de memorizar en donde se encontraba cada cosa, como la ducha, el jacuzzi, los armarios y el sanitario.

Danielle tomó una ducha de agua muy caliente para relajarse. La enorme tina del jacuzzi le parecía atractiva para tomar un baño relajante, pero ya tendría tiempo para hacerlo, debía darse prisa antes de que Helmut volviera de su estudio y la encontrara semidesnuda o... ¡lo ideal era darse prisa! Se dijo a sí misma y cerró las llaves de la ducha, secó su cuerpo con la toalla y se envolvió el cabello con esta antes de colocarse la afelpada bata y salir de la habitación. En breve, Danielle estuvo lista, secó su cabello y lo cepilló hasta conseguir que brillara, después le aplicó una pequeña porción de aceite de coco y se tejió una trenza.

La puerta del estudio se abrió y Helmut entró de nuevo en la habitación, mirando fijamente a Danielle. El hombre frunció el ceño al verla, no le agradaba ese pijama de abuela y el cabello recogido. Él hubiera deseado encontrarla vistiendo un camisón sexy, rosa y de satén, mientras su cabello dorado caía sobre sus hombros.

-¿Pasa algo, señor Ferguson? - Preguntó la joven sosteniéndole la mirada.

-¿No pudiste encontrar algo más sexy? - Respondió Helmut y deslizó su mano sobre la tela del pijama - Esto es franela... ¿qué edad tienes? ¿Noventa?

-Es mi pijama - Bufó Dani y le golpeó la mano - Soy friolenta y me gusta dormir calentita, ¿tiene eso algo de malo? - Murmuró fuera de sí - Su comentario está fuera de lugar, señor Ferguson... ¡así que si me disculpa! - Dijo y levantó la cabeza en un gesto desafiante - Iré a buscar una habitación para pasar la noche, porque ni loca compartiré la cama con un tipo como usted.

-¡Tú no irás a ningún lado! - Gruñó Helmut y la sujetó del brazo con fuerza - Te quedarás aquí y dormirás conmigo, ¿entendido? - Murmuró mirándola con frialdad - Y no es una sugerencia, ¡es una orden!

-¡Es usted muy cruel! - Gimió Dani y lanzó un sollozo ahogado.

-Hace muchos años dejé de tener sentimientos - Exclamó Helmut - ¡Ya he perdido mis virtudes! - Suspiró y aflojó un poco el agarre - Lo que significa que no puedes esperar compasión de mi parte, Dani.

-¡Eso me lo acaba de dejar muy claro! - Exclamó la joven sin dejar de mirarlo - Pero le advierto que no estoy dispuesta a soportar ninguna perversión - Le advirtió - Si lo que quiere es que alguien le pegue, ¡búsquese a otra!

Helmut comenzó a reír a carcajadas. Danielle era una mujer muy graciosa, aunque el look de dominatrix no le vendría nada mal. Sería una imagen muy sensual y a él lo tendría sometido a sus pies si alguna vez decidiera vestir como una rubberdoll.

-Nunca he representado el papel de sometido en mis relaciones - Exclamó Helmut sonriendo de manera cínica - Me gusta el sexo vainilla, el sexo normal - Murmuró y se lamió los labios - Pero eso sí, ¡mucho sexo! - Susurró y le acarició la mejilla - Tampoco soy un golpeador de mujeres, ¡no les hago daño! - Comentó acercándose más al rostro de la joven - Puede que me guste ser el que domine, pero nada más - Susurró y le rodeó la cintura con su brazo.

Danielle lo miró extasiada y volvió a excitarse mientras que de sus labios brotaba un jadeo. No quería imaginar hasta dónde podía ser capaz de llegar Helmut con tal de satisfacer a una mujer. ¿Cómo la trataría a ella a la hora de hacer el amor? ¿Y si se decepcionaba de ella al descubrir que era virgen? ¡No, eso no debía pasar! De pronto, la joven entró en pánico e intentó alejarse del hombre.

Helmut adivinó las intenciones de la chica y no permitió que ella se alejara. Tomó su rostro con ambas manos y la besó con desesperación. Desde hacía un rato deseaba perderse en los maravillosos besos de Danielle, sentir, pegado a él, su cuerpo menudo y experimentar su calor, perdiéndose poco a poco en la pasión. Por su parte, Dani hizo un intento desesperado por separarse, pero no pudo. Él era más fuerte que ella y, sus besos comenzaban a hacer estragos en su cordura, ya no estaba razonando, sólo se estaba dejando llevar por el dulce sabor de esos besos apasionados.

Helmut se separó de ella y la miró con lujuria. En el rostro de Danielle se reflejaba el deseo, mezclado con un poco de temor. La chica hizo un nuevo intento por apartarse, pero él no lo permitió. Volvió a besar sus labios hinchados, descendiendo lentamente hasta su cuello, mientras que las manos del hombre buscaban el borde de su camisa de pijama y lo levantó para sacarlo de su cuerpo. Él la miró de nuevo y sus hermosos ojos brillaron con lujuria. Los pezones sonrosados de Dani estaban hinchados y endurecidos que a Helmut le dieron ganas de tomarlos con sus labios y chuparlos a su antojo.

El hombre esbozó una sonrisa y los rozó con sus dedos, haciéndola estremecer y abrir los labios para lanzar un gemido. Helmut aprovechó y volvió a besarla con pasión y deseo. Dani cerró los ojos, dejándose llevar, olvidándose automáticamente de todo.

-Sólo quiero que te relajes, ¿de acuerdo? - Murmuró él sin dejar de besarla - Debes acostumbrarte, pequeña - Dijo en un ronco susurro - Porque haremos esto todos los días.

Danielle asintió; la voz sensual de Helmut ejercía un poder hipnótico en ella. ¡Deseaba que continuara tocándola! Quería más besos, ¡ansiaba que él la poseyera sobre esa enorme cama! Las manos de Helmut le acariciaron el vientre con suavidad y delicadeza, mientras que sus labios besaban su cuello y sus hombros. Esas caricias poco a poco la estaban transportando al éxtasis.

Helmut se dio cuenta que Danielle estaba cediendo, la besó una vez más en los labios, saboreando lentamente su boca y jugando con su lengua. Ella le correspondió e intensificó el beso, aferrándose a sus hombros. Instantes después, el hombre abandonó la boca de la joven para inclinarse un poco y besar el nacimiento de sus senos. Las manos del hombre tomaron sus senos y los estrujaron con delicadeza, arrancándole un sonoro gemido.

La espalda de Danielle se arqueó cuando Helmut comenzó a dejar varios besos sobre su vientre. Las manos de la joven se crisparon sobre los fuertes hombros de Helmut cuando él le mordió la cintura y ella volvió a gemir una vez más. Helmut levantó la vista, deslizando sus manos sobre las costillas de Danielle para apoderarse una vez más de sus senos y la miró. Ella lo contempló extasiada, mordiéndose el labio inferior al tiempo que él continuaba masajeando los senos de la chica y besando su vientre.

-Helmut - Gimió la chica arqueando la espalda.

Ferguson sonrió, depositó un último beso en el vientre de la chica y se puso de pie para asaltar su boca una vez más. Los besos se tornaron más voraces, más desesperados y en los cuales se transmitían su necesidad. Dani comenzaba a experimentar nuevas sensaciones, los besos de Helmut la excitaban cada vez más, mientras que de entre sus piernas brotaba la humedad y el deseo crecía en su interior.

Las manos de Helmut descendieron por la espalda de la joven hasta sus muslos, los abrió, levantándola del piso y haciendo que le rodeara la cintura con sus piernas. Sin dejar de besarla, la condujo hasta la cama donde la depositó con suavidad. Sin apartarse de la joven, Helmut se quitó la camisa y tomó las manos de Dani para que recorriera con sus palmas su fuerte pecho.

Danielle sonrió y recreó su tacto con la piel caliente de Helmut. Su pecho era fuerte, sus músculos duros y firmes estaban cubiertos por varios tatuajes. Helmut parecía un dios del Olimpo, hermoso, grandioso y deseable. ¿Hasta dónde sería capaz de llegar con él? ¡Ella lo quería todo! Nada a medias, anhelaba que él se entregara a ella, la hiciera suya de la forma más delicada y sublime posible, que le brindara placer y la hiciera alcanzar la cima del éxtasis una y otra vez.

Dani se recostó sobre la cama y lo atrajo para besarlo. Helmut cayó sobre la chica, pegando su pelvis contra la de la mujer, dándole a entender que estaba excitado y que deseaba estar dentro de ella. Sin embargo, la imagen de Hank apareció de pronto en su mente, obligándolo a apartarse de Danielle, rompiendo todo el encanto del momento.

Ella abrió los ojos y lo miró, ruborizándose intensamente y cubriéndose el pecho con las manos, empujándolo de la cama para levantarse como saeta y entrar al cuarto de baño.

-¡Diablos! - Gruñó Helmut y se pasó las manos por la cabeza - Eres un desgraciado, Hank - Dijo el hombre y se acercó al baño - ¡Sal! - Gritó y golpeó la puerta con suavidad.

Dani abrió la puerta muy lentamente mientras lo miraba asustada. En el rostro de Helmut se notaba la confusión y la frustración. ¿Qué había de malo en ella? ¡Oh sí! Ya lo recordaba, fue la amante de Hank Riley.

-¡Ve a la cama! - Ordenó Helmut y Danielle titubeó un poco - ¡Ahora!

Ella iba protestar, pero no le convenía armar un escándalo. Así que salió lentamente y caminó hasta la cama, acomodándose sobre el colchón y cubriéndose completamente con las mantas. Un rato después, Helmut decidió acostarse también, lo escuchó bostezar sonoramente y dar varias vueltas sobre la cama hasta que encontró la posición correcta y se quedó dormido. Luego, el cansancio la venció y también se entregó al sueño.

♣ ♣ ♣ ♣ ♣

Helmut abrió los ojos, sentía que le faltaba la respiración, entretanto, una fuerte opresión en el pecho le impedía obtener el aire que necesitaba para poder respirar correctamente. Intentó cambiar de posición en la cama, pero un peso muerto lo aplastaba. Con dificultad, el hombre estiró su brazo y encendió la lámpara de noche. Ferguson jadeó al darse cuenta que el peso muerto que estaba sobre él se trataba de Danielle Lennox, la chica estaba profundamente dormida sobre su cuerpo, en una posición un tanto extraña. La cabeza y uno de los brazos de Dani colgaban fuera de la cama.

El hombre sonrió y tratando de no despertarla la hizo a un lado con cuidado para poder levantarla e ir a orinar. Cuando volvió del baño, Dani dormía bocabajo, ocupando su sitio. Helmut rodó los ojos y dio la vuelta para ocupar el otro lado de la cama, se acomodó y cerró los ojos para volver a dormir. Cuando estaba a punto de quedarse dormido otra vez, un fuerte manotazo sobre su pecho lo obligó a abrir los ojos, ¡otra vez Danielle! La joven parecía un remolino, lanzando manotazos y patadas. ¡Era un caos!

Ferguson sujetó a Danielle, envolviéndola entre sus brazos y la pegó a su pecho, de esa forma ya no iba a molestarlo. Cerró los ojos y se quedó profundamente dormido.

♣ ♣ ♣ ♣ ♣

Helmut entró en la cocina y tomó un plato de panqueques con fresa y chocolate que se encontraban en la encimera, cogió un vaso y lo llenó con leche antes de acomodarse en una silla frente a su tío Simon. El hombre lo miró esbozando una enorme sonrisa y le entregó un par de cubiertos para que comenzara a desayunar.

-Tienes muy buena pinta hoy, querido sobrino - Murmuró Simon mientras comía una enorme porción de panqueques.

Helmut arqueó la ceja y negó con la cabeza. No era verdad, ¡tenía un aspecto terrible! Y todo porque Danielle no lo dejó dormir como él acostumbraba. La chica estuvo dando vueltas en todas las direcciones, acomodándose de una forma extraña sobre la cama. Se envolvía en las cobijas, dejándolo sin poder cubrirse, hasta que se levantó de la cama y fue a dormir en el sillón, de lo contrario, no hubiera podido pegar los ojos.

-¡Búrlate! - Murmuró el menor de los Ferguson.

-¿Por qué lo dices? - Exclamó Simon - Yo no me estoy burlando, de hecho creo que tuviste una noche tan intensa que ni tiempo de dormir tuviste...

-¡Es una caos! - Gruñó Helmut - ¡Es una loca! Me golpeó en el rostro y el pecho, me lanzó fuera de la cama un par de veces...

-No siempre se puede ser el dominante en una relación - Rió Simon - A veces a las mujeres no les gusta ser sometidas y prefieren tener el control de todo - Exclamo sin dejar de comer - Pero mira que con esa cara de ángel, a nadie se le ocurrió pensar que Dani sería una dominatrix.

-¡No es una dominatrix! - Murmuró Helmut con molestia - ¡Es una loca roba camas! Parece un remolino, dando vueltas por todas partes - Bufó y se llevó a la boca un par de fresas - ¡No sé como terminé con sus pies en la cara! Tuve que largarme a dormir al sillón o...

La carcajada de Simon fue estruendosa. Él no podía creerlo, se imaginó que esa niña era tan tranquila que hasta para dormir parecería una muñeca. Ahora con lo que le decía su sobrino, se daba cuenta que no era así y se alegraba de que esa chiquilla le hubiese hecho el sueño imposible a su sobrino. Helmut se lo merecía por ser tan desgraciado y aprovechado con esa pobre jovencita.

-¡Pues me da mucho gusto! - Comentó el hombre adoptando una actitud más severa - Y ya que estamos en el tema, me vas a decir porque esa muchacha está aquí en la casa.

-La compré - Dijo Helmut con tranquilidad, como si lo que acababa de hacer fuera una travesura.

-¿Tú estás loco? - Gritó Simon - Eso es un delito... trata de blancas le llaman.

-¡Ay tío, no exageres! - Exclamó Helmut y bebió un gran sorbo de leche - Ella aceptó y será sólo por unos días, ¿vale?

-A ver, a ver - Bufó Simon frotándose la cara - ¿Cómo que ella aceptó? ¿Qué fue lo que aceptó? ¿Y qué carajos le hiciste para que aceptara tu cochina propuesta?

-Hank le había prometido a su supuesta fundación una donación de cien mil libras - Comentó Helmut - Pero ¡vamos! Lo de la fundación es más falso que los nuevos senos de tu ex novia; ese dinero iba a parar a las arcas de Hank y, ¡lo sabes mejor que yo! - Exclamó Helmut - Lógicamente, Dani recibe su parte por ser la presta nombre y...

-¿Cómo estás tan seguro? - Lo interrumpió su tío - ¿Acaso investigaste la fundación?

-¡Ay tío! - Dijo Helmut y rodó los ojos - ¡No hay nada que investigar! Hank era el amo del fraude y todo lo que tenía que ver con obras de caridad y altruismo era una farsa para su desvío de fondos y sus malos manejos - Exclamó y miró fijamente a su tío - Sólo sacaba provecho para él, robando a sus anchas...

-Bien, lo de él es lógico, lo conocemos - Respondió Simon - En eso tienes toda la razón; pero, ¿qué hay con esa chica? Dudo que ella tenga que ver con...

-Simon, ¡por favor! - Gruñó Helmut y en su rostro se dibujó una mueca de fastidio - Danielle Lennox fue la amante de Hank, es una mujer que se vendió y se entregó a un viejo asqueroso...

-¿Y? Ese es asunto de esa muchacha, ¡no tuyo! - Añadió Simon - Para mí que tienes celos de Hank...

-¿Cómo se te ocurre? - Respondió ofendido - ¡Yo jamás tendría celos de ese cerdo!

-Entonces, ¿por qué ella está aquí? - Insistió Simon - ¿Qué tipo de chantaje usaste para que ella accediera a acostarse contigo?

-Le ofrecí las cien mil libras que Hank le prometió para su fundación - Exclamó Helmut - Además de perdonarle la deuda del orfanato y no embargar...

-¡Hijo de la chingada! - Gritó Simon y golpeó la mesa con la mano abierta - ¡No lo puedo creer Helmut! ¡Qué vergüenza! - Murmuró el hombre con visible decepción - ¿Qué estaba pasando por tu cabeza hijo? - Preguntó y lo miró con severidad - ¡No debiste hacerlo! Se suponía que tú y yo arreglamos el asunto de la deuda del orfanato - Exclamó y negó con la cabeza - Tuviste que firmar lo de la donación de la empresa y, ¡punto! - Bufó - Eso te hace ser el peor de los hombres... no eres diferente a Hank.

-¡Pero!

-No hay pero aquí - Lo interrumpió el tío - Actuaste de mala fe y ahora esa niña tiene que rebajarse a satisfacer tus puercadas - Gruño el hombre - Quiero que ahora mismo le pidas disculpas, hables con ella, le entregues el dinero a la fundación y la dejes ir. No quiero verla en este lugar...

-No tiene a dónde ir - Murmuró Helmut - El penthouse se ha puesto en venta y... también la despedí de la empresa.

-¿Por qué? - Gritó Simon sin creer lo que acababa de escuchar - ¡Haces cada pendejada! - Bufó - Por suerte tus padres están muertos, de lo contrario habrían puesto el grito en el cielo...

-¡No los metas en esto! - Murmuró Helmut - ¡Yo sé lo que hago! - Gritó - Contrario a ti, yo sé que esa mujer que está en mi habitación no es lo que dice ser.

-Entonces, ¿quién es?

-Es una aprovechada, una arribista, una timadora - Murmuró Helmut - Y estoy investigando para desenmascararla y, si la tengo aquí es para que el fraude de su estúpida fundación no siga creciendo ya que la empresa está muy involucrada en ello. De esta manera, impediré que logre manchar una vez más el nombre de la compañía.

-¡Sí claro! - Gruñó Simon levantándose de la mesa - Y por ello también te la vas a tirar... ¡muy convincente, Hemut! Te felicito por tus excelentes estrategias - Murmuró caminando hacia la salida - Espero que todo salga como lo planeaste ¡y que no te arrepientas!

Simon salió de la cocina dejando a solas a su sobrino. El hombre estaba muy molesto con la manera de proceder de Helmut. Realmente no lo comprendía. Helmut estaba llevando ese asunto más allá de los límites, tomándoselo demasiado personal. La pobre niña no tenía culpa de nada, estaba seguro que Dani era una víctima más de Hank. En el fondo rogó porque Helmut pronto se diera cuenta de su error y se arrepintiera de ocasionar el mal a esa pobre chica.

♣ ♣ ♣ ♣ ♣

Danielle se levantó de la cama y miró el desastre que tenía delante de ella. Esperaba no haber molestado demasiado al señor Ferguson. La chica se encogió de hombros y se mordió el labio inferior para contener la risa. ¡El tipo se lo merecía! Ella era así, una loca para dormir y si al tipo no le gustaba, podía mandarla de regreso al orfanato.

La chica comenzó a poner un poco de orden en la habitación, arregló la cama, recogió la ropa sucia y después se fue a duchar. Al salir del baño, las punzadas del hambre se hicieron presentes; rápidamente se vistió para salir a tomar el desayuno. Cuando estaba a punto de abandonar la habitación, su teléfono comenzó a timbrar.

-¡Buenos días señora Rossi! - Dijo la muchacha con efusividad.

-Hola hija, buen día - Murmuró la mujer del otro lado de la línea - ¿Cómo amaneciste?

-Muy bien - respondió Danielle con tranquilidad - En estos momentos iré a tomar el desayuno para después comenzar con mi jornada laboral.

-Me alegra mucho, hija. - respondió la mujer - Y dime, ¿cómo te ha tratado el señor Ferguson?

-Muy bien - mintió Danielle, no quería decirle la verdad a la señora Rossi, no ahora - No puedo quejarme, el señor Ferguson es muy atento conmigo.

-¡Menos mal! - suspiró Isabella - Es que me han dado muy buenas referencias de él y de su tío Simon, por supuesto. - dijo la señora - Hace muchos años conocí a sus padres, Ian y Serena Ferguson eran personas maravillosas, creo que quizá su hijo heredó un poco de su encanto.

-¡Por supuesto! - respondió Dani sin saber que más decir.

En realidad, si Helmut Ferguson era un tipo amable, a ella le había mostrado su lado más agresivo y salvaje. Danielle esperaba que con el paso de los días, la actitud del hombre hacia ella pudiera cambiar y vivieran en armonía, al menos el tiempo en que ella estuviera a su lado.

-Los niños han preguntado mucho por ti, hija. - dijo Isabella cambiando de tema - Me preguntan qué ¿cuándo volverás? - susurró - Esperan que puedas asistir al festival de Navidad de este año.

-¡Ay mis amores! - suspiró Danielle - Prometo ir a verlos la próxima semana, tengo que acomodar mi agenda. - dijo la chica - Pero al festival de Navidad no faltaré por nada del mundo.

-Les hará mucha ilusión verte - Murmuró la mujer - Ya no te quito más tu tiempo, hija - Añadió con un suspiro - Te llamaré mañana, ¿está bien?

-¡Por supuesto señora Rossi! - Exclamó la chica con alegría - Estaré esperando su llamada... ¡besos a todos! - Dijo Dani antes de colgar.

Danielle se dejó caer sobre la cama. Se le había hecho un nudo en la garganta. Ahora que lo pensaba bien, hubiera preferido quedarse en el orfanato y moverse por sus propios medios para conseguir más donativos y ayudas. Pero también su desesperación la llevó a elegir el camino más fácil. Ahora debía atenerse a las consecuencias de estar junto a Helmut Ferguson.

♣ ♣ ♣ ♣ ♣

¡Ahora si están juntos! Y quizá pronto Dani caiga ante el embrujo de la seducción de Helmut. Le ha costado trabajo contenerse, pero ha logrado mantenerse firme y decir que no.
Y Simon, él no ha tomado con buenos ojos lo que ha hecho su sobrino. ¿Cómo creen que será su relación con Dani? ¿Serán amigos?
No olviden dejar sus comentarios y respuestas a estas preguntas. También sus votos que son bienvenidos.
¡Hasta el próximo capítulo!
Maria Decapitated

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