CAPÍTULO 12
Helmut fue tomado por sorpresa; de hecho, él no esperaba esa acción por parte de Danielle. Estaba vez, la chica tomó la iniciativa al besarlo. Y aunque en ese momento, su beso parecía ser un poco torpe al intentar tener el control, Helmut no pudo reaccionar coherentemente como acostumbraba, siendo el dominante. El que siempre tomaba el control de cada situación.
Danielle, por su parte, esperaba una acción más contundente por parte de Helmut. Su reacción no fue la esperada, parecía que no estaba disfrutando del beso, así que la joven trató de apartarse de él. Sin embargo, los firmes brazos de Ferguson ciñeron aún más su cintura, impidiéndole soltarse.
-¿A dónde vas? - Susurró el hombre contra sus labios.
La chica intentó responderle, pero él volvió a besarla con ímpetu. Ahora el beso era distinto, más salvaje y profundo. Dani se aferró a los fuertes brazos de Helmut y trató de corresponderle; rápidamente él introdujo su lengua en la boca de la joven, quién lo recibió gustosamente.
Las manos de Helmut recorrieron la espalda de la joven. Danielle estaba inmersa en las sensaciones que ese beso y esas caricias le provocaron y ni siquiera se dio cuenta cuando Helmut deslizó la parte frontal de su blusa para liberar sus senos. Lentamente, Helmut le recorrió el cuello depositando suaves besos sobre su piel; descendiendo hasta sus clavículas y hombros.
Danielle jadeó, cerró los ojos y echó la cabeza hacia atrás, perdida en esos besos y esas caricias sobre sus senos que rápidamente encendieron su fuego interno. De los labios de la chica brotaron varios gemidos y arqueó la espalda, ofreciéndose a Helmut. El hombre acunaba los senos pequeños y redondos de la joven entre sus manos, los lamía y chupaba, mordiendo de cuando en cuando los rosados y endurecidos pezones. La chica apoyó sus manos sobre la cabeza de Helmut y le acarició el cabello, tirando de este cada vez que sentía sus dientes presionando su piel, incluso lanzaba pequeño grititos de placer, dándole a entender que lo estaba disfrutando.
El pulso de Helmut se había disparado y su sangre estaba concentrada en su entrepierna. Su miembro estaba muy duro. Sentía que debía poseerla en ese preciso momento. No sabía a ciencia cierta lo que le sucedía cada vez que Danielle estaba cerca de él. ¡La deseaba! Era una mujer irresistible y la quería sólo para él. En ese momento, ni siquiera le importaba que ella se entregara a su peor enemigo...
-¡Joder! - Jadeó Helmut y se apartó abruptamente.
Danielle abrió los ojos y miró a Helmut. Él jadeaba y la miraba fijamente. ¿Qué había sucedido? Se preguntó y fue ahí cuando se dio cuenta que tenía abajo el cuello de su blusa y los senos al aire. La chica se ruborizó y rápidamente se cubrió el pecho con ambas manos. ¡Tenía que irse de ahí! Antes de cometer una locura.
-Creo que es momento de que te retires - Murmuró Helmut pasando su mano por su cabello - Este no es un buen sitio para...
-¡Está bien! - Jadeó la chica intentando acomodar su ropa - Debo irme, yo... - Balbuceó - Lo llamaré en cuanto tenga una respuesta, ¡gracias por el almuerzo! - Exclamó sintiéndose de pronto un poco decepcionada.
-Te llevaré a...
-¡No, no se moleste! - Gimió Dani - Tomaré un taxi, le agradezco sus intenciones.
La chica caminó velozmente delante de Helmut y prácticamente corrió hasta la salida. Debía alejarse de ese hombre. Si continuaba cerca de él, se entregaría por voluntad, sin restricciones.
♣ ♣ ♣ ♣ ♣
Helmut se dejó caer sobre la silla y contempló el paisaje. Le gustaba ir a comer a ese lugar al aire libre. Era lo único que le gustaba, pues detestaba acompañar a su tío a jugar golf. Simon era fanático de ese deporte y al menos una vez al mes asistía a un club de golf. El hombre insistía en que su sobrino lo acompañara y Helmut no tenía corazón para negarse. Ese día habían durado más de la cuenta y el joven estaba cansado y hambriento.
Ferguson miró con apetito el enorme emparedado de pollo y la opulenta porción de ensalada que lo acompañaba. Se le hizo agua la boca cuando lo tomó entre sus manos y le dio un gran mordisco.
-¿Por qué no pediste la hamburguesa con papas? - Preguntó Simon - Es mucho más grande y más deliciosa. - Dijo antes de atiborrarse la boca con papas fritas.
- No me apetecía - Murmuró Helmut - Ayer comí una hamburguesa, después de que me entrevisté con la gente del Patronato del Orfanato.
-¿Aceptaron el dinero? - Preguntó Simon y bebió un gran sorbo de Coca Cola - Era una oferta tentadora.
- Es obvio que aceptaron, tío. - Respondió Helmut después de beber un trago de jugo de naranja - Están muy contentos por tu amabilidad y buenas intenciones, y agradecen infinitamente tu donativo - Murmuró - Ahora solo les falta pagar la deuda...
-¿Cómo? - Preguntó Simon, sorprendido - ¿Acaso no les perdonaste la deuda? - Murmuró con molestia - Se suponía que hablarías con ellos al respecto, te dije que yo pagaría su deuda y...
- Les voy a perdonar la deuda - Murmuró el hombre y comió un poco de ensalada - Pero necesito hacer un par de movimientos antes de perdonarla, no pasa de esta semana, o la siguiente - Exclamó esbozando una sonrisa - Y después les notificaré mi decisión.
-¡Bien! - Bufó Simon - No sé porque le das tantas vueltas al asunto...
-¡Yo sé lo que hago! - Exclamó Helmut sin darle importancia - Por cierto ¿me acompañarás esta noche al teatro? - Preguntó para cambiar el tema - Hace tiempo que no vamos y se presentará un cellista turco...
-¡Por supuesto que te acompañaré! - Sonrió Simon - Me agrada la idea.
-Después podemos ir a cenar y a bailar...
-¿Bailar? - Preguntó Simon enarcando la ceja - ¡Olvídalo! Yo no bailo con hombres...
-¡No seas payaso! - Se rió Helmut - Michelle y Rita nos acompañarán...
-Rita me cae mal - Murmuró su tío, rascándose el mentón - Y ¡ya sé lo que vas a decir! Que la última vez que salimos, me divertí mucho con ella y bla, bla, bla... pero no tiene mucha conversación que digamos. La realidad es que la mujer es tonta y aburrida. No compartimos gustos ni intereses a excepción del sexo.
-¡Y ahora me lo dices! - Se quejó el joven Ferguson - Tendrás que aguantarla por esta noche, después le diré a Michelle que te presente a otra de sus amigas...
-Si no tengo otra alternativa... - Sonrió Simon y cambió la conversación.
♣ ♣ ♣ ♣ ♣
Danielle se incorporó de la cama con el corazón acelerado y la respiración agitada. Se frotó el rostro con ambas manos antes de servirse un gran vaso de agua y beber ávidamente. Suspiró y dejó el vaso sobre la mesa de noche. ¿Qué le estaba pasando? Desde su último encuentro con Helmut Ferguson, no había dejado de pensar en él, incluso tenía sueños muy vívidos y nada decentes con ese hombre. La joven volvió a recostarse sobre la cama y contempló el techo de la habitación. ¡Aún era de madrugada! Pero el insomnio se había apoderado de ella.
Aún faltaban un par de días para que se cumpliera la semana de plazo que Helmut le había impuesto y... ¡ya tenía la respuesta! De hecho, la tuvo desde ese momento que estuvo con él en el despacho. Le diría que sí, ¡por ella y por los chicos que pretendía ayudar con esa fundación!
Lo estuvo pensando durante todos esos días, trataba de centrarse en lo felices que serían aquellos chicos y, sin embargo, sólo pensaba en cómo sería estar bajo el fuerte cuerpo de Helmut... y con él dentro de su cuerpo. Danielle estaba desesperada por averiguarlo, esos pensamientos la excitaban, llevándola a límites que ella ni siquiera imagino que tenía. Y cada vez que le daba vuelta al asunto, terminaba tocándose pensando en Helmut, en sus besos fieros y sus manos calientes sobre su piel desnuda. Nadie la había hecho sentir tantas emociones y con tanta intensidad como lo había logrado Helmut. No se trataba de algo emocional, era algo físico y excitante, y sentir eso la estaba volviendo loca.
Su boca estaba desesperada por sentir la de él, devorándola con esos besos que le robaban el aliento y... ¡ni siquiera lo conocía! Pero quería conocerlo; desde el primer momento en que lo vio se preguntó ¿quién era ese hombre? Había tratado de investigar a cerca de Helmut Ferguson en un buscador web; pero sólo había encontrado escuetos detalles sobre sus negocios; pero nada sobre la vida personal de Helmut. ¿De dónde era exactamente? ¿Por qué se fijó en ella? ¿Por qué odiaba tanto a Hank? Y la más importante, ¿por qué le provocaba todas esas reacciones?
Danielle suspiró y se mordió el labio inferior, quizá esa misma noche le llamaría para concretar una cita y dar su respuesta definitiva. Se acomodó sobre la cama y miró el reloj. Tenía un par de horas para dormir antes de comenzar con sus actividades y ¿quién sabe? Tal vez podría reanudar su sueño erótico con Helmut.
♣ ♣ ♣ ♣ ♣
-¡Necesito hablar con Roberts! - Dijo Helmut dirigiéndose a Lucas - Por favor, comunícate con él - Murmuró - Quiero hacerle unas preguntas sobre... - Exclamó y miró a su secretario - ¿Tenías conocimiento de esto? - Señaló unos documentos.
-No señor - Exclamó Lucas después de tomar los papeles y leerlos rápidamente - Pero estoy seguro que el señor Roberts sabrá algo respecto a esa siderúrgica...
-Me parece una buena inversión - Dijo Helmut frotándose la barbilla - Por lo que veo está en muy mal estado ¡y qué decir de sus finanzas! - Exclamó sin dejar de mirar los balances - La siderúrgica forma parte de esta empresa y debemos sacarla adelante, no dejar que se siga hundiendo - Murmuró cómo si hablara para sí mismo.
-Tiene razón, señor - Exclamó Lucas - Entonces, ¿para qué invertir en un caso perdido?
-¡Exacto! - Sonrió Ferguson - Llama a Roberts y ¡ya nos arreglaremos! - Lo urgió - ¡Tú me vas a ayudar!
-Por supuesto, señor - Respondió el chico antes de salir de la oficina.
Un par de horas más tarde, Roberts entraba en la oficina de Helmut. El hombre se sentó frente al escritorio y le entregó un montón de carpetas y documentos con varios contratos y pendientes respecto a la siderúrgica.
-Buen as tardes, Helmut - Murmuró Roberts - Aquí está lo que me pediste; creo que es todo lo que necesitas - Suspiró - Aunque pienso que no deberías perder tu tiempo en un caso perdido como el de esa siderúrgica...
-Gracias - Sonrió Ferguson - En verdad aprecio tu ayuda y disposición - Exclamó - Pero creo que aún podemos salvar esa empresa.
-¿Estás seguro? - Preguntó el hombre sin ocultar la expresión de sorpresa de su rostro - Porque yo dudo mucho que...
-Por algo te pedí todo lo relacionado a esa siderúrgica, ¿no es así? - Comentó Helmut y Roberts asintió - Necesito analizarlo y poner manos a la obra, ¡no todo está perdido, Roberts! - Sonrió y cruzó lo brazos - Sólo se necesita tiempo, un poco de esfuerzo y mucha paciencia.
-¡Eres como tu padre! - exclamó Roberts - Ian era un hombre muy optimista y seguro de lo que hacía. - dijo el hombre y se frotó las manos - Tenía el toque del rey Midas, pues todo lo que adquiría se convertía en una mina de oro. - susurró - Estoy seguro que lograrás cosas muy buenas con esa siderúrgica, porque Hank jamás se tomó la molestia de intentar salvarla. - dijo Roberts poniéndose de pie - Aún me preguntó por qué adquirió esa empresa en quiebra si no tenía intenciones de hacerla crecer.
-Yo también me pregunto lo mismo, Roberts. - respondió Helmut acomodándose en su silla - ¿Sabes de algún otro negocio que haya quedado a medias?
-Bueno - murmuró Roberts - Lo que me tiene preocupado es lo que pasará con la fundación que manejaba la señorita Danielle Lennox. - exclamó - ¿Tiene conocimiento de ello? - preguntó el hombre y volvió a sentarse.
-¿Es legal? - dijo Helmut arqueando las cejas.
-¡Claro! - respondió Roberts - La señorita Lennox se encargó de hacer todos los trámites, ¡era su idea! - exclamó - Hank sólo la vio como un trampolín...
-¿A qué te refieres? - preguntó Helmut visiblemente molesto por la respuesta de Roberts.
-Hay algo turbio detrás de la fundación - dijo el hombre - Estos últimos días he estado analizando todos los documentos relacionados a ese proyecto - exclamó - La señorita Lennox actuó con las mejores intenciones, su sueño era poder ayudar a los niños que como ella crecieron sin un hogar, sin el amor de sus padres. - murmuró y lanzó un suspiro - Desgraciadamente, Hank no compartía los mismos ideales que Danielle.
-¿Estás diciendo que Hank tenía otras intenciones? - exclamó Helmut y apretó los puños al ver que Roberts asentía - ¿Qué tipo de intenciones? ¿Sabes algo?
-Hank estaba pasando por una situación económica muy crítica. - respondió Roberts - A todos los socios de esta empresa nos hizo perder mucho dinero. - murmuró - Invertimos en muchos proyectos que jamás se llevaron a cabo.
-¿Y qué hicieron al respecto? - preguntó Helmut cada vez más molesto - ¿Alguna denuncia? ¿Una demanda por fraude? Intentar enviar a ese hombre a prisión, algo para detenerlo.
-¡No hicimos nada! - exclamó Roberts y se llevó las manos a la cabeza - Sé que suena estúpido, pero jamás movimos un dedo para tratar de detenerlo y...
-¡Cobardes! - Bufó Helmut y golpeó el escritorio con los puños - Pudieron haber evitado muchas cosas, pero para ustedes fue más fácil dejarse llevar por su labia... ¡tal y cómo le pasó a mi padre!
-Tienes razón Helmut - Reconoció Roberts con tristeza - Pero ¡yo no sé que tenía Hank! - Murmuró llevándose las manos a la cabeza - Era poseedor de un increíble poder de convencimiento - Suspiró - ¡Hablaba con tanta elocuencia! Que terminábamos accediendo y apoyándolo en todas sus propuestas, aunque estas nos arrastraran a la perdición.
-Y por eso llevaron la empresa a pique - Murmuró Helmut levantándose de su asiento - Pero, al menos yo he aprendido de los errores de Hank - Dijo el hombre mirando fijamente a Roberts - Y sé que hay mucho por hacer y no debemos darnos por vencidos - Bufó Helmut - Aunque los noto a todos demasiado apagados, creo que Hank les contagió su pesimismo, sin embargo, ¡yo me encargaré de hacerlos cambiar de actitud! - Gruñó - Y mañana muy temprano los quiero a todos aquí en la empresa a primera hora, ¿de acuerdo? He estado elaborando un plan de trabajo y deseo presentárselo a la mesa directiva. Los convocaré a junta.
-¡Por supuesto, Helmut! - Tartajeó Roberts - Entonces, nos veremos mañana a primera hora - suspiró - Y, ¡cuenta conmigo para lo que quieras!
Helmut se despidió de Roberts con una leve inclinación de cabeza y el hombre abandonó la oficina con paso veloz. Ferguson regresó a su escritorio y se dejó caer en el sillón. ¡Había tanto por hacer! En muy poco tiempo tenía que salvar su empresa y estabilizarla para que esta siguiera creciendo. Tenía muchos planes y debía convencer a los socios de realizarlos y de trabajar en conjunto para volver a ser lo que fueron en el pasado.
♣ ♣ ♣ ♣ ♣
Danielle tomó su teléfono y suspiró profundamente. Las manos le temblaban y estaban sudorosas. Ese día se cumplía la semana en la que debía dar su respuesta a Helmut. Lo había dejado pasar deliberadamente; no quería que Helmut pensara que estaba ansiosa por dar su respuesta o algo parecido.
La chica bufó molesta, ese hombre la tenía en el peor de los conceptos, pero ella le iba a demostrar que estaba equivocado. Algo muy dentro de Danielle le decía que si se lo proponía, podía ganarse a ese ogro pedante, prepotente y mal encarado.
Sin dar más vueltas al asunto, la joven miró la tarjeta y marcó rápidamente los números impresos en esta. Ya no había marcha atrás, acababa de tomar una decisión que cambiaría su destino para siempre.
Dani esperó unos instantes antes de que la voz sexy y varonil de Helmut respondiera su llamada. Danielle ahogó un jadeo y respondió, tratando de aparentar estar tranquila.
-Buenas tardes señor Ferguson - Murmuró la joven - Habla Danielle Lennox, llamo para...
-Lo sé - Dijo Helmut en tono de triunfo - ¡Sabía que llamarías! - Exclamó con arrogancia.
- Sí, hoy se vence el plazo que me dio...
-¿Ya tienes tu respuesta, Danielle? - Preguntó en un tono de voz ronco y sensual que la hizo mojar las bragas.
-¡Si, señor! - Murmuró en un susurro - ¿Puedo verlo en su oficina? - Preguntó un tanto indecisa.
-Por supuesto - Respondió el hombre - Te espero aquí en una hora, ¡no tardes!
-¿No puede ser en hora y media? - Preguntó la joven con timidez - Temo que el tren se demore y...
-Enviaré a alguien por ti ahora mismo - Exclamó el hombre - Te veré en una hora - Dijo y terminó la llamada.
Danielle se puso de pie de un salto. ¡Tenía que alistarse! Estaba hecha un desastre y tenía que verse bien para Helmut. Buscó un vestido en el armario, ropa interior y unas zapatillas de tacón. Se duchó en tiempo récord, se vistió y peinó su cabello, deteniéndolo con unas horquillas. Después se maquilló sutilmente y aplicó un color rojo intenso a sus labios. Sonrió y buscó su bolsa para guardar su móvil y su cartera.
La chica consultó el reloj y salió de la habitación para despedirse de la señora Rossi. Al entrar en la oficina, la mujer la miró con curiosidad y esbozó una gran sonrisa.
-¿A dónde vas tan elegante? - Preguntó la mujer observando con atención a la chica.
-¡No es nada elegante! - Exclamó la joven - Es sólo un vestido rojo, algo casual para mi... ¡entrevista de trabajo!
-¿Entrevista de trabajo a esta hora? - Dijo la mujer con el ceño fruncido - Son casi las siete...
-¡Es la hora en que podían atenderme! - Mintió la joven - ¡Deséeme suerte! - Sonrió y abrazó a Isabella.
-¡Mucha suerte, corazón!
-¡Dani! - Murmuró Dominique entrando en la oficina - acaba de llegar un auto por ti.
-¡Debo irme! - Exclamó la joven con entusiasmo - ¡Hasta más tarde!
La chica no esperó respuesta y corrió hasta la salida para subir al auto que rápidamente emprendió la marcha, dirigiéndose hacia Ferguson & Son Company. En cuanto llegaron, el chofer abrió la puerta ayudándola a descender del auto. De pronto, todo el aplomo de Dani se vino abajo y su corazón comenzó a latir a toda prisa al ver a Helmut de pie en la entrada del edificio.
-¡Ay, Dios mío! - Susurró la joven y caminó firmemente hacia la entrada - ¡Buenas noches, señor Ferguson! - Murmuró Dani, dedicándole la más encantadora de las sonrisas.
Helmut la desnudó con la mirada. ¿Cómo se había atrevido a vestir de rojo? Ese color le sentaba de maravilla, resaltando la blancura de su piel, el tono rubio dorado de su cabello y el hermoso brillo de sus ojos verdes. ¡Dani se veía encantadora y sensual! Sus ojos se pasearon lentamente por el rostro de la chica, deteniéndose en sus tentadores labios... ¡de nuevo rojo! ¿Acaso es mujer pensaba volverlo loco? ¡Por supuesto! Era una bruja.
-¡Buenas noche, Danielle! - Respondió Helmut con voz grave y erótica - ¡Bienvenida! - Murmuró y la tomó de la mano para besar su dorso.
Dani suspiró y dejó que el hombre la condujera hasta su oficina. Ya en el lugar, le ofreció asiento y una bebida.
-El té me parece perfecto - Exclamó la chica - Es mi bebida favorita...
-Yo prefiero el café y la coca cola - Murmuró Helmut sirviendo agua hirviendo en una taza y colocando una bolsa de té - Aquí lo tiene, señorita Lennox - Exclamó y tomó asiento frente a ella.
-¿Usted no va a...?
-No, gracias, así estoy bien. No te preocupes - La interrumpió mientras la miraba con detenimiento - ¿Te gustaría que pasáramos directamente a tu respuesta o prefieres una charla previa a...?
-Por lo que he notado, usted no es un hombre al que le guste andar con rodeos - Comentó la joven - Así que prefiero pasar a mi respuesta y... sus condiciones, contrato o ¡lo que sea que vaya a imponer! - Suspiró y bebió un par de pequeños sorbos a su taza.
-¡Me parece perfecto! - Dijo Helmut aflojándose la corbata - ¿Y cuál es tu respuesta, Dani?
¡Dani! Al escuchar el diminutivo de su nombre, los ojos de la chica se abrieron más de la cuenta. Era la primera vez que la llamaba así y le gustaba como se escuchaba con el timbre de su voz. Danielle dejó la taza sobre la mesa y cruzó la pierna, levantando la cabeza para mirarlo a los ojos.
-Lo estuve pensando muy bien, señor Ferguson - Murmuró la joven con firmeza - Para mí, la decisión no fue fácil. Sin embargo, ambos sabemos que hay muchas cosas en juego - Suspiró y se apretó las manos - Así que he decidido aceptar su propuesta.
Al escucharla, los ojos de Helmut brillaron con malicia y esbozó una enorme sonrisa. ¡Ahora sí disfrutaría de su nueva adquisición! Porque eso era lo que Dani representaba para él. Una vez que él se hubiera saciado de la mujer, la dejaría libre, le daría su dinero y esperaba no volverla a ver jamás.
♣ ♣ ♣ ♣ ♣
¡Dani ha aceptado la propuesta de Helmut! Y tal parece que a él le ha caído como anillo al dedo. Hasta ahora las intenciones del hombre para con la chica no son buenas y es posible que la haga sufrir en algunos capítulos.
¿Cómo creen que vaya a ser la relación entre ambos? Porque creo que en plano sexual será muy intensa.
Ahora díganme, ¿qué les pareció el capítulo?
No olviden votar y comentar.
Gracias por su apoyo.
Maria Decapitated
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro