CAPÍTULO 08
Helmut sonrió y deslizó su lengua por sus apetitosos labios. Danielle lo miró con los ojos muy abiertos y caminó un par de pasos hacia atrás. ¿Por qué ese sujeto se encontraba ahí? ¿Acaso ese departamento también era suyo? ¿Estaba ahí para echarla? Esta vez no se dejaría humillar, ¡se iba a defender! Y lo trataría con todo su desprecio.
No obstante, su mente se distrajo con la imponente y seductora imagen de Helmut. ¡Parecía otro! Era increíble cómo la vestimenta lo hacía cambiar drásticamente y aunque llevaba la misma ropa de la mañana, ahora lucía más relajado. No llevaba corbata, los tres primeros botones de su inmaculada camisa fueron desabrochados; mostrando las líneas de algunos tatuajes en su pecho, así como del vello que oscurecía su piel. Estaba en mangas de camisa y mostraba con orgullo los tatuajes de su brazo izquierdo.
Danielle al verlo así, se le fue la respiración y titubeó un poco. La mujer sintió el impulso de acercarse a Helmut, desabotonar los botones que faltaban para dejar al descubierto su pecho y recrearse con el calor de su piel bajo sus palmas. También se preguntó a qué olería y si se estremecería al experimentar el roce de su lengua... ¡No podía estar pensando en semejante cosas!
-Le pregunté, ¿qué hace aquí? - Murmuró Dani con firmeza - ¡Esta no es su casa...!
-Buenas noches Danielle - Exclamó Helmut con esa sonrisa cínica - Para tu desgracia, ¡esta ahora es mi casa! Estuvimos investigando y fue adquirida a nombre de la empresa, así que pasa a ser de mi propiedad - Respondió y se acercó a la mujer.
-Entonces, ¿quiere que me vaya? - Preguntó mientras intentaba alejarse de Helmut que se acercaba peligrosamente a ella.
-Digamos que... ¡sí! - Murmuró Helmut sin dejar de sonreír - Por un momento pensé que el departamento podría estar a tu nombre pero...
-¿Pero qué? - Gritó Dani, desesperada por los estragos que ese hombre causaba en sus emociones - ¿Qué le hace pensar eso? - Siguió gritando - ¡Ah, ya sé! Cree que al ser la amante de Hank tengo muchos privilegios... ¡pues se equivoca! - Exclamó molesta - Era cierto que teníamos un contrato, pero este sólo se trataba de trabajo y estudios.
-¿O sea que te vendiste sólo por una carrera universitaria y un empleo? - Preguntó Helmut arqueando la ceja - Pensé que eras más ambiciosa...
-¡No me vendí! - Gritó Danielle una vez más - Esto era más bien un favor mutuo - Suspiró - Hank me sacó de la calle y yo... ¡yo sólo le agradecí toda su ayuda!
-¡Y de qué manera! - Se burló Helmut - ¿Crees que si yo te hago un favor tú me puedes agradecer de la misma forma?
-¡Desgraciado! - Bufó la mujer y se abalanzó contra Helmut con la intención de golpearlo.
Helmut la sujetó con firmeza, impidiéndole que lo golpeara. Danielle lo miró con ojos furiosos y se estremeció. El cuerpo de la joven estaba muy pegado al suyo, podía sentir el roce de sus senos respingones que subían y bajaban sobre su pecho debido a la respiración agitada de Danielle. Ese roce erizó la piel del hombre, mientras su cuerpo reaccionaba inmediatamente.
-¡Eres muy traviesa! - Murmuró el hombre mirándola con lujuria - Te gusta provocar y, te advierto, ¡no juegues con fuego porque te puedes arrepentir!
Danielle retrocedió turbada y lo miró con los ojos entrecerrados. ¡Ese hombre estaba loco! ¿Qué pasaba por su cabeza?
-¡Es usted un enfermo! - Murmuró Danielle llena de coraje - Yo no lo estoy provocando, no le he dado ninguna señal... - Suspiró Dani y se cruzó de brazos.
-Eso es lo que tú crees - Respondió Helmut rozando sus dedos en la barbilla de la chica y ante ese contacto, de la garganta de la joven brotó un jadeo. Helmut sonrió satisfecho de lo que provocaba en ella - Se nota que no eres de esas mujeres que se enamoran y buscan una pareja para toda la vida, tú tienes otras preferencias, Dani... buscas placer sexual y dinero fácil.
Danielle apretó los dientes. ¿Así qué eso creía ese sujeto? ¡Al diablo con lo que él creyera! No iba a permitir que la siguiera insultando.
-No quiero discutir con usted, señor Ferguson - Respondió la joven - Sus argumentos son idiotas y fuera de lugar. Así que no voy a ponerme a su nivel para discutir y hacerle entender cosas que están muy por encima de su comprensión - Rió con burla - Su pequeño cerebro no le da para más, por eso a su mente llegan todas esas perversiones - Suspiró - Sólo voy a decirle que Hank Riley no era como usted... ¡ese señor sí era un caballero! - Exclamó y levantó la cabeza con orgullo.
Helmut se echó a reír, lo que provocó aún más la ira de la mujer. ¡Tenía que irse de ahí! No tenía caso permanecer junto a ese sujeto más tiempo.
-¡Por favor niña! Parece que no te mostró su verdadera cara - Exclamó Helmut y su rostro se ensombreció - Hank Riley era un asqueroso y vil gusano de la mierda, ¡un parásito! ¡Un asesino! - Dijo el hombre mientras sus ojos relampaguearon de ira.
-¡Miente! - Gritó Dani - Usted no sabe nada de Hank - Murmuró la chica y su labio tembló - Hank era un buen hombre... ¡me ayudó! Me tendió la mano cuando nadie más quiso hacerlo - Suspiró - Hank tenía un corazón enorme, ¡siempre estaba dispuesto a ayudar a los demás! Especialmente a los más necesitados...
-Definitivamente, la que no sabe nada de Hank eres tú - Rió Helmut.
-¡No me interrumpa señor Ferguson! - Exclamó Danielle y corrió hacia el escritorio para tomar su ordenador - El señor Riley me ayudó bastante para trabajar en esta fundación - Murmuró mientras buscaba el archivo referente a "Home, Sweet Home" para mostrarlo a Helmut - Las ideas, metas y objetivos fueron míos, pero él fue quién me impulsó a mostrarle al mundo mi proyecto.
Helmut tomó la computadora y le echó un ojo a al video descriptivo e informativo que Danielle había preparado para presentar el proyecto. Parecía convincente e interesante, estaba seguro que si todo ese teatro fuera verdad, él mismo se ofrecería a donar y a ayudar a Dani en todo lo que ella pidiera. ¡Ya debía dejar de pensar en esas cosas! Estaba más que consciente que todo aquello era una farsa total y que el dinero recaudado iría a parar a manos de viles parásitos como Hank y ella.
-Parece interesante - Murmuró como si no le importara - Lástima que sólo se trata de un elefante blanco...
-¿Eso es lo que cree? - Preguntó Dani, dolida por ese comentario escueto y despectivo.
La chica estaba muy decepcionada de la reacción de Helmut. Tontamente creyó que ese hombre podría mostrar mayor interés en la fundación, que comenzaría a hacerle preguntas para querer saber más al respecto, tal y cómo lo hicieron las otras personas a las que les habló de su trabajo.
-Si esto fuera real, me mostraría muy interesado en ayudarle - Respondió Helmut - Aunque no lo crea, ayudo a varias instituciones de beneficencia y la suya, señorita es muy buena - Sonrió y le guiñó el ojo - Pero conocí muy bien a Hank, sé la clase de rata asquerosa que fue y también sé que él jamás tuvo buenas intenciones a la hora de ayudar...
-¡Se equivoca! - Murmuró Dani - No ensucie su nombre, ¡por favor! - Gimió en tono de súplica...
-¡Quién está equivocada eres tú, Danielle! - Exclamó Helmut.
El vientre de Dani se contrajo al escucharlo pronunciar su nombre en ese tono de voz, como si disfrutara de articular su nombre, ¿Sentiría lo mismo si él susurrara su nombre a su oído mientras la penetraba una y otra vez?
- Hank es un maestro del engaño - Continuó el hombre - ¡Nos ha engañado a todos! A ti, a mí, a mis padres, a su difunta mujer y a mi prometida - Exclamó con amargura - También ha engañado a sus hijos, le hizo creer a todo el mundo que era un dechado de virtudes, que tenía las mejores intenciones - Dijo acercándose a Danielle hasta que la punta de sus zapatos tocaron las puntas de los dedos de la joven - Cuando en realidad dejó en la calle a muchos y también desapareció a otros...
-¡No quiero que manche su nombre! - Repitió la chica - Por favor, no destruya la imagen del hombre que fue el único al que le importé - Dijo Danielle y lo miró fijamente a los ojos - ¡No siga!
-Yo no estoy manchando su nombre, pequeña - Murmuró con esa voz aterciopelada mientras colocaba las manos sobre los hombros de la chica - Hank nos engañó y por tal motivo yo perdí a mis padres y estuve en la cárcel...
Dani se estremeció y se hizo para atrás. El tacto de Ferguson le quemaba la piel y su revelación fue como un golpe en el estómago. Jadeó para recuperar el aire, ¡no era cierto! Helmut sólo quería destruir la memoria de un buen hombre porque, ¡claro! ya estaba muerto como para poder defenderse.
-Ahora mismo - Siguió Ferguson - Te ha dejado desamparada; has perdido tu empleo y tu casa... ¿qué más has perdido Dani? - Preguntó sin dejar de mirarla.
Dani pestañeó y también lo contempló. Sus ojos verdes recorrieron el rostro de Helmut, notando algunas pecas en su nariz y un par de cicatrices de varicela en su frente. ¡Dios! No podía dejar de contemplarlo y momentáneamente sólo deseó encontrarse entre esos fuertes brazos y sentir como le ceñían la cintura con firmeza. Danielle dejó escapar un suave jadeo cuando sus ojos se posaron sobre esos labios gruesos y sonrosados cubiertos por la barba y el bigote. De pronto, poseída por un impulso levantó el brazo y sus dedos temblorosos recorrieron los labios del hombre.
Helmut recorrió el rostro de Danielle con la mirada. La chica estaba como hipnotizada contemplándolo. Le gustaba como ella lo miraba, con esa fascinación virginal e inocente y a su vez, con una nota apenas perceptible de deseo y lujuria. El deseo lo recorrió de los pies a la cabeza. Él también la deseaba, ¡la deseaba sin importarle nada! En ese momento no le importó que ella fuera la mujer de Hank, sólo deseaba tumbarla sobre la cama, abrirle las piernas y sentir sus fluidos calientes en sus labios mientras él le rozaba el clítoris con la lengua al tiempo que ella gemía de placer.
El suave tacto de la chica sobre sus labios fue el detonante para que él también reaccionara y con una velocidad impresionante le sujetó la mano. Dani lanzó un chillido de sorpresa, sus ojos se ampliaron, sorprendida por su atrevimiento. La chica intentó soltarse, pero la mano de Helmut la sujetaba con firmeza. El hombre sonrió con malicia mientras llevaba a su boca el dedo índice de la joven y comenzaba a chuparlo. Experimentar el calor y la humedad de su boca sobre su piel fue para ella una sensación indescriptible. De inmediato, su sexo comenzó a palpitar y humedecerse, sus pezones se irguieron y de sus labios brotó un gemido apenas audible.
Helmut saboreó su dedo índice e hizo lo mismo con el dedo medio. Danielle estaba inmóvil, pero por su expresión, él se dio cuenta que ella lo disfrutaba. La soltó suavemente para abrazar su cintura y pegarla a su cuerpo. El aliento de Helmut le rozó el lóbulo de la oreja y su barba le hizo cosquillas en la mejilla. Al estar entre sus fuertes brazos, a chica se sintió transportada a un mundo nuevo, desconocido para ella. Lentamente, los suaves labios del hombre rozaron su mejilla, buscando su boca.
Los senos de Danielle estaban aplastados contra el fuerte pecho de Helmut y ella ahogó un gemido. La boca del hombre asaltó la suya con posesión y anhelo. Ferguson era un hombre dominante e implacable. Su boca presionaba la de Dani con firmeza y por un breve instante, ella sintió el impulso de golpearlo y alejarse de él. Sin embargo, aquello también sería algo imposible ya que esos brazos duros como el acero se encontraban alrededor de su cuerpo.
Las manos de Helmut le acariciaron la espalda con suavidad, mientras ese beso comenzaba a tornarse más urgente. Estás se pasaron sobre las nalgas de Dani, apretándolas y pegándole más a su cuerpo, haciéndole sentir su erección. La chica ahogó un gemido, nunca, jamás en su vida recibió un beso como ese y tampoco la habían tocado de esa manera.
Las sensaciones que se despertaron con ese beso fueron ardientes y sensuales. Lentamente la punta de la lengua del hombre le recorrió los labios y ella abrió la boca, pidiéndole que la explorara, deseando paladear su sabor. Helmut gruñó satisfecho y excitado, su miembro endurecido amenazaba romper los pantalones para tomarla sin ceremonias en esa habitación.
Lentamente su lengua penetró la boca de la chica y ella volvió a gemir cuando sus lenguas se encontraron y se acariciaron. El aflojó un poco su agarre y ella pudo soltarse y echarle los brazos al cuello mientras se ponía de puntillas y lo atraía, intensificando el beso. Una descarga de placer y lujuria recorrió el cuerpo de la fémina, su coño era un manantial de agua sexual que le empapaba las bragas a medida que esa lengua continuaba enredándose con la suya.
Helmut frotó su pelvis contra el vientre de la chica, él se excitaba cada vez más, deseando no sólo un beso, sino recorrer con sus manos el cuerpo de Danielle y llenar su tacto con la calidez de su piel de alabastro. La sujetó por los muslos, levantándola del piso. Dani le rodeó la cadera con sus piernas, y sin dejar de besarse la condujo hasta la cama donde la depositó con suavidad, colocándose entre sus piernas, encima de ella.
Danielle lo miró a los ojos, la chica estaba perdida en esas sensaciones maravillosas que nunca había experimentado. Por lo general prefería alejarse de la gente y no creaba lazos afectivos con nadie y en el plano sexual, ¡ni hablar! Su experiencia era nula, pero la cercanía de Helmut la hacía temblar, la excitaba y la llevaba a sacar su lado más atrevido. Una faceta que ni ella misma sabía que existía.
Las manos de Helmut recorrieron sus muslos, mientras su pelvis se frotaba sobre la de ella. Por mero instinto, ella se frotó contra él. Podía sentir su miembro duro que se rozaba sobre su sexo, lo que la provocaba aún más. Él había dejado sus labios y se concentraba en chuparle el cuello o mordérselo, descendiendo por sus clavículas, besando sus hombros hasta detenerse sobre el nacimiento de sus senos. La espalda de Daniele se arqueaba, pidiendo más que simples roces y besos.
Un nuevo gemido brotó de sus labios entreabiertos cuando una de las manos del hombre acarició su pubis por encima de sus bragas empapadas. Danielle abrió aún más las piernas y se quejó, ¡estaba tan excitada que le dolía! Deseaba sentirlo dentro, fundiéndose en uno solo.
-¿Quieres que te folle? - Gimió Helmut mientras presionaba sus dedos sobre su sexo - Sé que estás tan excitada como yo, ¡sólo deseo que me lo pidas!
Los ojos de Dani se abrieron al escucharlo hablar. ¿Qué diablos le estaba pasando por la cabeza? ¿Por qué dejó que sus instintos la traicionaran y permitiera a ese hombre llegar a tanto? La mujer hizo uso de un esfuerzo sobrehumano para quitarse a Helmut de encima y levantarse de la cama, cubriéndose el cuerpo con ambas manos.
-¡Oh, por favor! - gruñó Helmut mirándola como una bestia en celo - ¡Lo estábamos pasando muy bien! ¿Por qué paras?
-¡Largo de aquí! - gritó Dani aparentando firmeza - Quiero que se largue de esta casa... ¡me repugna!
-¡No me iré! - Exclamó Helmut sentándose sobre la cama. ¡Joder, estaba demasiado excitado! - Esta es mi propiedad y, en todo caso, quien debe irse eres tú...
-¡Por supuesto que me largo! - Gritó Daniele y se alejó, tomando sus maletas - No pretendo quedarme aquí un minuto más, especialmente junto a un hombre tan descarado, humillante, prepotente y sucio como lo es usted, señor Ferguson...
-¡No, no! - Murmuró Helmut y le sonrió con malicia - Hagamos un trato, ¿quieres?
Dani lo miró con desconfianza, algo dentro de ella le decía que no se fiara de ese sujeto, que era ruin y tramposo y que cualquier trato con él la llevaría a su perdición.
-¿Qué clase de trato? - Preguntó Danielle con interés - ¿Estará dispuesto a ayudarme?
-¡Por supuesto! - Sonrió Helmut - Será algo sencillo y sé que tú podrás desempeñar el trabajo a la perfección.
Al escuchar la palabra "trabajo", los ojos de la chica se iluminaron. ¿Le devolvería su trabajo? ¿O le daría otro empleo en alguna otra de sus empresas?
-Lo escucho señor Ferguson - Respondió Dani y guardó la compostura - ¿De qué se trata?
-Sé que Hank te prometió una gran suma de dinero para tu fundación - Sonrió Helmut - Creo que te había prometido muchas cosas, pero al final, te dejó desprotegida - Murmuró y acarició el brazo desnudo de la mujer - ¡Yo podría ayudarte!... ¡Yo te daría todo lo que necesites - Exclamó mientras Dani trataba de decir algo, pero él agregó de inmediato - ¡No! No puedes negarte - Comentó mientras ella negaba con la cabeza - Hoy mismo te serán depositadas esas cien mil libras que Hank te prometió por parte de Ferguson & Son Company, las depositaré en la cuenta de la fundación, siempre y cuando te encuentres en mi cama esta noche.
♣ ♣ ♣ ♣ ♣
Fue un capítulo un poco corto a los que acostumbro comúnmente a escribir, pero tuvimos un encuentro bastante fuerte entre nuestros protagonistas. ¿Quieren más encuentros de este tipo?
Ahora díganme, ¿creen que Dani acepte la propuesta de Helmut? Recuerden que ella necesita ese dinero para poder ayudar a todos esos niños y jóvenes a obtener una mejor calidad de vida. ¿O para ella será más fácil darse por vencida?
Espero sus respuestas y sus votos. Nos leemos en el próximo capítulo.
Maria Decapitated
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