Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

CAPÍTULO 07

Helmut se frotó el rostro con ambas manos y se dejó caer sobre el sillón frente al escritorio. Lanzó un suspiro y cerró los ojos mientras reflexionaba. Quizá fue un poco duro con esa chica, su cara cuando abandonó la oficina se lo dijo. Se veía desamparada y que todo se había derrumbado para ella... ¡pero claro que estaba derrumbada! Todos sus planes se vinieron abajo, ya no iba a obtener ningún beneficio si él le cerraba todas las puertas. ¡Y sí, estaba sola y desamparada porque su cómplice estaba muerto!

Helmut esbozó una sonrisa de triunfo. Al menos de esa manera se vengaría de Hank, haciéndole la vida imposible a su querida y protegida, la hermosa y seductora Dani Lennox. El hombre tomó el teléfono y llamó a su secretario, quién inmediatamente se presentó en su oficina.

-¿Qué es lo que necesita señor Ferguson? - Preguntó Lucas sentándose frente a Helmut.

-Necesito un informe detallado a cerca de la fundación "Home, Sweet Home" - respondió Helmut y se rascó la barbilla - Quiero saber cuál será el giro de la misma y qué es lo que pretenden hacer con las donaciones. - murmuró Helmut - Al parecer, Ferguson & Son iba a donar cien mil libras. - exclamó - Investiga de dónde iban a obtenerlas, pues la empresa está en quiebra y no cuenta con esa cantidad de dinero y menos para hacer una donación - dijo el hombre - Quiero saber también, quiénes son las personas que han donado dinero a esa fundación, las cantidades que donaron y todo lo que puedas encontrar sobre "Home, Sweet Home". - suspiró Helmut.

Lucas tomaba nota de todo lo que decía su jefe y asentía. Había escuchado por boca de Hank sus planes respecto a una fundación benéfica que lo sacaría de sus apuros financieros. Tenía un poco de información, pero no todo lo que Helmut le pedía.

-¿Para cuándo quiere ese informe, señor? - preguntó Lucas poniéndose de pie.

-Lo más pronto posible - respondió Helmut - Me parece un negocio demasiado turbio - dijo el hombre - También quiero saber que tanto peso tiene la señorita Lennox en este proyecto, porque por lo que veo ella es pieza clave en todo esto.

-¡Por supuesto, señor! - murmuró Lucas - ¿Necesita algo más?

-¿Dónde está viviendo ella? - dijo Helmut rascándose de nuevo la barbilla.

-¿Quién? - preguntó Lucas arqueando las cejas.

-La señorita Danielle Lennox - respondió Ferguson y colocó sus manos detrás de su cabeza - ¿Sabes dónde vive ella?

Lucas se quedó pensativo y llevó su mano derecha a la cabeza como intentando recordar el lugar donde vivía esa señorita.

-Ella vive en el penthouse del señor Riley - exclamó Lucas con una sonrisa.

-¿Ese lugar es pagado por esta empresa? - preguntó y Lucas asintió - De acuerdo, tomaré cartas en el asunto.

-¿Quiere que me encargue de ello? - preguntó el secretario.

-¡No! - fue la respuesta tajante de Helmut - Me encargaré yo personalmente. - dijo el hombre - De lo que quiero que te encargues es de desalojar a la señora Theodora Riley, quiero que ese predio esté libre a más tardar el viernes. - exclamó Helmut - Esa era la antigua casa de mis padres y quiero ver en qué condiciones está para comenzar con una restauración.

-De acuerdo señor. - respondió Lucas - Me haré cargo de todo lo que usted me pide. - dijo el hombre caminando hasta la puerta - Tenga usted una excelente tarde. - finalizó Lucas abandonando la oficina.

Al quedar solo, Helmut se levantó y caminó hasta la ventana para observar el jardín que rodeaba el edificio principal de Ferguson & Son Company. Parecía muy triste y descuidado y no precisamente por la época, el invierno estaba cerca. Nadie había procurado ese jardín, los árboles estaban secos y las jardineras destruidas y llenas de grafiti y basura. Las paredes del edificio también estaban llenas de letreros y en la parte trasera abundaban grupos de indigentes en busca de refugio. ¡Había que hacer algo! Necesita muchos cambios, tanto internos como externos. Lo que alguna vez había sido el mayor orgullo de su padre, ahora causaba pena y lástima.

El hombre estaba sumido en sus pensamientos, que no se percató de la llegada de su tío Simon quién se acercó a él y posó su mano en uno de sus hombros.

-¡Este lugar parece una pocilga! - exclamó Simon - Todo está en muy mal estado y huele a orines por todas partes.

-Ya me di cuenta, tío. - dijo Helmut con frialdad - Vamos a tener que invertir mucho dinero si queremos salvar este lugar. - murmuró - No sabes el montón de quejas que tengo sobre ese escritorio - exclamó señalando un montón de carpetas que estaban a punto de caerse - Voy a volverme loco con tantos problemas, ¿qué tenía Hank en la cabeza?

-¡Mierda! - respondió Simon Ferguson - Era tanta su ambición que dejó caer este imperio en lugar de mantenerlo en la gloria.

-¡Me enoja! - dijo Helmut apretando los puños y los dientes - Me enoja mucho todo lo que ese hombre hizo con las cosas de mi padre. - murmuró - Primero ensució su nombre y después se adueñó de todo lo que poseíamos. - exclamó con tristeza - Lo destruyó, lo mancilló, ¡se burló del trabajo de mi padre y del abuelo! Se burló del trabajo y el sacrificio de todas las personas que lograron que este lugar creciera, que fuera grande. Por eso estoy furioso. - dijo con coraje - El muy hijo de puta supo hacerla hasta el final, para él fue más fácil morirse que enfrentarse con sus más grandes enemigos. - murmuró Helmut - ¡Por eso no pude llevar a cabo mi venganza!

-¡Pero ya no te atormentes con eso, Helmut! - respondió su tío - Olvídate de la venganza, olvídate de Hank y de todo lo que le hizo a nuestra familia. - dijo Simon - Ahora concéntrate en tu futuro y en recuperar esta empresa que es el legado de tu padre. ¡Deja el pasado atrás! - murmuró el señor Ferguson - Hank ya está muerto y nada puedes hacer para volverlo a la vida. - dijo su tío palmeando su espalda - Ahora sólo te toca sacar adelante este lugar y lo haremos juntos. - exclamó el hombre - Ahora vete a descansar, yo me encargaré de atender todas las quejas y te haré un informe detallado de ello.

-Gracias tío - murmuró Helmut - Me iré, pero antes tengo un asunto que arreglar. - dijo tomando su saco y su portafolios para abandonar la oficina.

♣ ♣ ♣ ♣ ♣

Danielle entró en el enorme departamento, este se encontraba solo pues la gente que trabajaba para Hank había sido despedida por Theodora. La chica temblaba y se dejó caer en uno de los sillones de la sala para soltarse a llorar. Estaba decepcionada y triste, ¡había perdido su empleo! Pero lo que más le dolía fue como había sido tratada por ese hombre, quién la juzgaba de una manera cruel y despiadada. ¿Él qué sabía de su vida? Helmut Ferguson no la conocía, no sabía qué clase de mujer era ella. Sólo se había dejado llevar por chismes y habladurías, seguramente muchos empleados de la empresa le comentaron a cerca de su supuesto romance con el señor Riley. Además la prensa amarillista que se había encargado de desprestigiarla, tachándola de mujer fácil y promiscua.

Ella había aprendido a ignorar todos esos chismes y comentarios, mostrándose como una mujer fuerte. Sin embargo, todo este maltrato por parte de la sociedad, sólo había logrado crear inseguridad en la chica, dejando por los suelos su autoestima.

Danielle continuó llorando, estaba tan decepcionada consigo misma. Y más ahora que gracias a su despido, muchos niños y jóvenes que habían puesto sus esperanzas en la fundación "Home, Sweet Home", verían truncados sus sueños. Esperaba que el señor Ferguson apoyara el proyecto y se interesara en él, no importaba que ella quedara fuera del mismo. Lo importante era seguir con la idea y que esos chicos pudieran continuar estudiando una carrera para tener un futuro prometedor.

Dani se limpió las lágrimas, ¡quizá no todo estuviera perdido! Ella podría exigir una entrevista con el señor Ferguson y mostrarle todos los avances del proyecto. En pocos meses, su idea había crecido en exceso y estaba comenzando a generar frutos. Muchos empresarios conocidos de Hank, estaban dispuestos a dar su granito de arena y apoyar a la fundación con donaciones. Algunos de ellos ya habían hecho su aporte y otros estaban en pláticas para donar no sólo dinero. ¡No debía darse por vencida! Ese tal Helmut Ferguson tenía que escucharla, ahora más que nunca debía ser fuerte y firme si quería continuar ayudando a esos niños que tanto la necesitaban. ¡Ese hombre tenía que escucharla! Mañana mismo iría a buscarlo y si la echaba volvería a entrar hasta que consiguiera hablar con él.

El teléfono de la chica comenzó a timbrar y ella de inmediato respondió al darse cuenta que la llamada era de parte de la señora Rossi.

-¡Señora Rossi! - Murmuró Dani tratando de no sonar demasiado afectada por lo sucedido. No deseaba preocupar a la mujer.

-¡Hola hija! - Respondió Isabella - ¿Cómo estás? ¿Cómo van las cosas en el trabajo?

Dani tomó aire y cerró los ojos. ¡Tenía que decirle la verdad a Isabella! Ella era una mujer inteligente y muy sabia que le daba excelentes consejos y ahora más que nunca necesitaba de sus palabras de aliento y apoyo.

-No estoy bien, señora Rossi - Exclamó la joven.

-¿Por qué dices eso querida? - Preguntó Isabella llena de preocupación - ¡Cuéntamelo todo!

-He perdido mi trabajo, señora Rossi - Gimió la joven llena de tristeza - ¡Me despidieron!

-¿Theodora se atrevió a...?

-¡No fue Theodora! - Exclamó Danielle - La empresa cambió de dueño, por lo que sé el nuevo dueño es hijo de Ian Ferguson. Escuché rumores que el hombre fue a reclamar lo que le correspondía por derecho - Suspiró - Helmut Ferguson en un hombre terrible, es cruel, despiadado y... ¡es peor que Theodora! Me dijo cosas horribles que prefiero no repetir - Murmuró guardando la compostura - Cómo si yo fuera algo inservible, ¡un estorbo!

-¡Qué hombre tan horrible! - Dijo la mujer - ¿Y al menos te liquidó por tus años de trabajo? ¿Te dio una explicación sobre tu despido?

-¡No me dio ni un centavo! - Respondió la chica - Y tampoco me dio una explicación convincente sobre mi despido, ¡nada! Solo fueron burlas y palabras de odio. Me trató como si yo fuera una mala mujer que solo se aprovecha de los demás...

-Tranquila corazón - Murmuró la señora Rossi tratando de calmarla - Lo mejor es que ya no estés con esa gente que no te valora y que no saben apreciar tu trabajo.

- Lo peor de todo es que nuestro proyecto nunca verá la luz. - dijo Dani y comenzó a sollozar - El señor Ferguson no quiso apoyarnos y es obvio que no vamos a recibir las cien mil libras que se nos prometieron. - suspiró - ¡Me siento tan mal! Yo les prometí tantas cosas a esos niños. - murmuró la chica sin dejar de sollozar - Ellos confiaron en cada una de mis palabras... ¡no quiero romperles sus ilusiones! - exclamó y sus sollozos fueron más fuertes - ¿Ahora como voy a presentarme ante ellos? ¿Qué les voy a decir? No tengo cara para regresar al orfanato y hablar con todos ellos. - continuó sollozando - ¡Soy una fracasada! ¡No sirvo para nada, señora Rossi! - murmuró Dani y continuó llorando.

A la señora Rossi se le partió el alma al escuchar llorar a la chica. Sabía que todas sus esperanzas estaban puestas en esa donación ya que sería la más grande para que el proyecto entrara al cien por ciento en funcionamiento. Sin embargo, no todo estaba perdido. Habría más personas interesadas en apoyarlos y quizá con ello podían conseguir una parte del dinero, también se podían organizar eventos, rifas, subastas y ese tipo de cosas que también servirían para obtener los recursos.

-¡No llores corazón! - Exclamó Isabella - No digas esas cosas, recuerda que hay otros medios para salir adelante - Suspiró - Eres una chica muy inteligente, emprendedora y capaz de hacer grandes cosas, vas a lograr sacar adelante este proyecto - Murmuró la mujer - Sólo tienes que tener un poco más de fe en ti, comprendo que las circunstancias alteraron los planes y que las cosas no están saliendo como esperabas. ¡Pero sólo es una racha! - Dijo intentando levantarle el ánimo a la chica - Ya verás que con la ayuda de dios podrás salir adelante.

-¡Muchas gracias señora Rossi! - Suspiró Danielle - No sé qué haría sin usted.

-Salir delante de todas formas - Exclamó la mujer - Ahora dime, ¿en dónde estás? ¿Aún en la oficina o has llegado a tu casa?

-No es mi casa - Murmuró la joven - Esta casa era del señor Riley, ahora pertenece a sus hijos y... ¡es posible que también me echen de aquí! Así que comenzaré a buscar un nuevo empleo y una casa modesta y barata - Suspiró.

-¿Por qué no vienes para acá con nosotros? - Sugirió la señora Rossi - Puedes quedarte en el cuartito del jardín, donde te quedaste el fin de semana, es un lugar tranquilo y cómodo. Además se ajusta a tus necesidades - Exclamó con tranquilidad - Y el señor Rivers, el notario, está buscando una nueva secretaria ya que la señora Hanson ha decidido retirarse, si lo deseas podemos hablar con él para que te deje el puesto ¡y ya tendrías un empleo! No tan importante como el que tenías, pero un empleo al fin y al cabo - Rió la mujer - Él tiene muchos contactos, igual también puede ayudarnos a conseguirte algo mejor, ¿qué dices?

-Señora Rossi ¡es usted un ángel! - Suspiró Danielle casi a punto de volver a llorar - Se lo agradezco mucho, voy a arreglar mis cosas para mudarme lo antes posible. No quiero pasar una vergüenza como la de hace rato, que alguien llegue y me eche.

-Mañana enviaré a alguien por ti para que te ayude con tus cosas - Comentó la mujer - ¿Ya te sientes mejor?

-Muchas gracias - Suspiró Danielle - Por fortuna me siento mucho mejor, usted es mi faro en la tormenta - Exclamó la muchacha.

-Entonces voy a dejarte - Respondió Isabella - También me siento mejor. ¡Arregla tus cosas hija! Y trata de tomarlo con calma, verás que todo va a estar bien.

Dani se despidió de la mujer y cortó la llamada. Estaba más tranquila, su mente se había despejado y tenía los ánimos a tope. Si se mudaba al orfanato, estaba segura que junto a la señora Rossi podría hacer mucho más ya que dos cabezas pensaban mucho mejor que una.

La chica buscó un par de maletas en el armario y distraídamente comenzó a guardar su ropa. No tenía muchas cosas en realidad, no le gustaba comprar compulsivamente, sólo gastaba para lo más necesario. Se miró al espejo y frunció el ceño; la única compra cara que había hecho fue ese vestido y lo encontró en oferta. La chica pensó que sería buena idea tener un bonito vestido de vez en cuando. Así que cuando lo vio en el aparador de ofertas en esa tienda no dudó en comprarlo.

No quiso sacar de su error a Helmut, ¿por qué explicarle que todos los vestidos que Hank le llevaba para usar en las fiestas eran vestidos prestados? Lo mismo sucedía con las joyas y los zapatos, ¡todo era prestado! Así que prácticamente era una "mujer florero" que Hank usaba para lucirse y presumir.

De pronto le pareció extraño llegar a esas conclusiones. ¿Y si Helmut tenía razón y ella sólo fue un relleno en la empresa? Alguien fácil de manipular, alguien a la cual le lavaron el cerebro con falsas promesas. La chica cerró los ojos y negó con la cabeza, ¡imposible! Hank sería incapaz. Hank la quería, apreciaba todo lo que ella hacía por él y la cuidaba como una hija. Ella no podía haber sido el juguete de Hank.

Inmediatamente, Dani desechó esos pensamientos e ideas. No debía hacerle caso a ese hombre que lo único que deseaba era desprestigiar a Hank y por supuesto, buscaba humillarla a cualquier precio. La chica lanzó un hondo suspiro y se sentó sobre la cama al recordar a Helmut, ¡vaya que era guapo! Quizá no era el tipo de hombre de una belleza celestial, el prototipo del príncipe azul. Tal vez ni era tan guapo, pero esa seguridad que poseía atraía las miradas de todo el mundo, especialmente de las féminas. Dani recordó su voz fuerte y autoritaria, y se estremeció mientras se imaginaba a sí misma desnuda y de rodillas frente a él, dispuesta a hacer su voluntad.

La mujer se incorporó de golpe, asustada por esos pensamientos oscuros y perversos. ¿Por qué de pronto se encontraba pensando esas cosas? Para empezar ella era una tonta virgen, ¡claro que le llamaban la atención los chicos! Pero no de esa manera, jamás había tenido un lazo afectivo con ningún hombre; a excepción de Hank. Y a veces hasta dudaba de eso. Nunca tuvo un novio o un pretendiente, mucho menos un amante. El trato que tuvo con Hank fue bastante restrictivo, cosa que no le importó nunca. Aunado a esto estaba su miedo a crear un vínculo con alguien. No quería enamorarse por miedo al rechazo o al abandono y lo que era peor, ya que debido a su deseo de cariño, pudiera volverse dependiente de esa persona. Así que prefirió refugiarse en sus estudios y en el trabajo.

Dani continuó guardando sus cosas, inmersa en sus pensamientos. De vez en cuando a su mente llegaba la imagen de Helmut Ferguson y de esa sensación electrizante que recorrió su cuerpo cuando su fuerte mano toco la piel de su muñeca. La chica sacudió la cabeza, estaba molesta, ¡no debía pensar en ese maldito hombre!

♣ ♣ ♣ ♣ ♣

Helmut salió del edificio de Ferguson & Son Company y subió a su auto. Estaba dispuesto a hacer caso a la sugerencia de su tío e ir a casa. Sin embargo, el demonio sobre su hombro le susurraba que debía hacer una visita a Danielle Lennox a su casa.

-¡Olvídate de ella! - Murmuró en voz baja y apretó el volante.

El hombre no hizo caso de su propia sugerencia y tomó la desviación que lo llevaría directamente al departamento que Dani compartió con Hank. Helmut sonreía, pensando en no sé qué nueva diablura. Le gustaba hacerla rabiar, le encantó ver su cara enrojecida por el coraje y esos ojos verdes que centelleaban furiosos. También disfrutó de ver su cara llena de pánico cuando él la sujetó con fuerza de la mano. ¡Esa zorra sabía fingir muy bien! Pero lo que más le había gustado fue su contacto, el roce de su piel contra la suya y la descarga de adrenalina que se disparó en su interior con un simple toque. ¡Sí que era una experta en el arte de la seducción! Aunque también sabía fingir inocencia.

De pronto, la mente de Helmut se transportó a no sé dónde. Se imaginó estar junto a Danielle en una habitación a media luz. Iluminada sólo por algunas velas. La chica se encontraba desnuda sobre la cama. Su cabellera rubia cubría completamente las almohadas y sus suspiros de excitación le llenaban los oídos, incitándolo a poseerla con pasión salvaje. Él preparaba las cuerdas y juntando las frágiles muñecas de la rubia, las acomodó sobre su cabeza, anudándolas con firmeza y, posteriormente comenzar a recorrer su cuerpo haciendo uso de los labios y la lengua; y para hacerlo más divertido y erótico, cubrir esos ojos verdes con una venda oscura...

-¿Qué estás pensando Ferguson? - Volvió a exclamar el hombre un tanto excitado por esos pensamientos - ¡Sólo a ti se te ocurre! - Gruñó - ¡Olvídate de ella! - Repitió y sin embargo, volvió a hacer caso omiso de esa advertencia.

Helmut se estacionó frente al edificio y tecleó el código de seguridad. Las puertas se abrieron y fue recibido por un guardia de seguridad que le dedicó una sonrisa y lo saludó amablemente.

-¡Bienvenido señor Ferguson! - Exclamó el guardia.

Ferguson no respondió, sólo asintió levemente y subió al ascensor que lo llevó hasta el ático del edificio. Helmut se detuvo frente a la puerta, volvió a teclear el código de seguridad e introdujo la llave en la cerradura y abrió, entrando en el vestíbulo. La casa estaba vacía y bastante bien ordenada. La servidumbre ya no se encontraba en el lugar, Lucas le había comunicado que Theodora Riley los despidió ese fin de semana.

Helmut se acarició la barbilla y caminó lentamente por el lugar, esperando encontrar a Danielle por algún lado. De momento, la chica no se encontraba en la sala o la cocina, así que decidió buscarla en la habitación principal. Le pareció raro no encontrarla ahí, ¿acaso no dormía con Hank? El hombre frunció el ceño, no le agradaba la idea de que ella compartiera la cama con ese asqueroso. Así que continuó buscando en las demás habitaciones, ¡no había rastro de ella! De pronto escuchó ruidos en la habitación del fondo y hasta allá se dirigió.

La puerta se encontraba entreabierta, lo suficiente para que Helmut pudiera observar el interior. Se trataba de una habitación de una chiquilla, el decorado en tonos rosa, los muebles y todo en ese lugar se lo confirmaba. Los ojos del hombre se detuvieron en Danielle, quién de pie frente a la cama arreglaba una maleta y su mirada se paseó lentamente por el cuerpo de la chica, que llevaba puesto un fino y delicado camisón de encaje blanco que dejaba al descubierto sus torneadas piernas. Helmut se acercó hasta ella con la intención de abrazarla por la cintura y besar sus hombros desnudos, sin embargo, el hombre tropezó con la pata de la mesita de centro y Danielle se giró al escuchar el ruido.

-¿Qué hace usted aquí? - Gritó la chica - ¿Qué es lo que quiere? - Preguntó mientras se cubría el pecho con ambas manos.

♣ ♣ ♣ ♣ ♣

¡Qué cosas con Helmut! Parece que le gusta molestar a esa chica. ¡Es un verdadero patán! Porque bien sabemos que ella no tiene culpa de nada. Aunque nos damos cuenta de que hay atracción por parte de ambos. ¿Se enamorarán? ¡Ya veremos, ya veremos!
Espero les haya gustado este capítulo y me dejen sus comentarios e impresiones al respecto. Se los agradezco infinitamente.
¡Hasta la próxima!
Maria Decapitated

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro