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CAPÍTULO 04

Helmut golpeó el escritorio con sus puños y se reprendió a sí mismo por estar pensando en esa mujer. Bufó molesto y bajó la tapa del ordenador. Debería estar trabajando, no buscando fotografías de esa fulana en internet. El hombre suspiró y recostó la cabeza en el respaldo del sillón de cuero negro, cubriéndose el rostro con ambas manos. Desde que la vio, no había dejado de pensar en Danielle Lennox, la supuesta protegida de Hank. Estaba hechizado con ese rostro de hermosos rasgos, ojos verdes y alargados, como los de un felino, melena dorada, cuerpo menudo y delgado de curvas armoniosas y perfectas. Las manos de Helmut hormiguearon, deseando recorrer ese esbelto cuerpo, disfrutando de la calidez de su piel de alabastro.

-¡Joder! - Gruñó el hombre y se incorporó, furioso consigo mismo por tener ese tipo de pensamientos con esa mujer.

Él no debería estar fantaseando con es fulana. ¡Era la mujer de su peor enemigo! ¿Por qué sentir fascinación por una cualquiera? Esa joven se había entregado a Hank por dinero... ¡debería sentir repulsión por ella! Asco, aversión... Helmut volvió a apretar los puños y se dejó caer de nuevo sobre el sillón. ¿Y si él le ofrecía más? Si la chiquilla esa era una interesada, también se entregaría a él pon un puño de billetes más...

-¡Deja de pensar en estupideces! - Gruñó Helmut y miró sorprendido al hombre que se encontraba de pie frente al escritorio.

-Perdón que lo interrumpa señor Ferguson - Murmuró Lucas, el secretario y asistente personal de Helmut - Llamé un par de veces y no recibí respuesta...

-¿Qué sucede Lucas? - Preguntó Helmut - ¿Me tienes noticias de nuestro viejo amigo?

-¡Sí señor! - Sonrió Lucas entregándole un par de carpetas a su jefe - ¡Son muy buenas noticias! En la primera carpeta se encuentra un informe completo de las finanzas de su viejo amigo y de los últimos movimientos que hemos realizado - Exclamó sin borrar la sonrisa de su rostro - Y en la otra se encuentra todo lo relacionado a la señorita Lennox, o al menos todo lo que pude encontrar sobre ella...

-¡Muy bien, Lucas! - Dijo Helmut abriendo la primer carpeta - Puedes retirarte y agradezco mucho tu trabajo - Exclamó el hombre con una sonrisa torcida.

Lucas realizo una breve reverencia y abandonó la oficina, satisfecho por haber realizado un buen trabajo. Helmut tomó la primera carpeta y miró los números, ¡de nuevo Ferguson & Son Company era suya! Hank ya estaba perdido, irremediablemente en bancarrota. Sonrió con amargura y miró el siguiente balance, ¡también recuperó su antigua casa! Esa casa que estaba llena de recuerdos. En silencio contempló las fotografías anexas al documento y se llenó de tristeza. ¡Su casa estaba en ruinas! Hank no había cuidado nada, malgastó el patrimonio de su padre... ¡pero él se encargaría de hacerlo pagar! Estaba dispuesto a hacerle una visita y regodearse con su victoria, echarle a la cara sus errores y defectos. Iba a llevar a cabo su venganza y disfrutaría ver a Hank arrastrarse a sus pies, hundido en la mierda que el mismo había lanzado. ¡Cómo lo iba a disfrutar! Riley pagaría todo el daño causado, pagaría con su sangre la vida de sus padres. Helmut sonrió satisfecho. ¡Por fin tendría paz! Ahora todo lo de Hank sería suyo... ¡incluso esa mujer sería suya!

Ferguson tomó la otra carpeta y la abrió. De esta cayeron un par de fotografías de Dani, una del brazo de Hank y en la otra la chica se encontraba sola. Helmut rasgó la primera imagen y lanzó a Hank al cubo de basura antes de comenzar a leer la "biografía" de esa jovencita.

-Acabo de hablar con Lucas - La voz de Simon lo interrumpió. Helmut levantó su vista y lo miró molesto por la interrupción.

-¿Por qué no tocas antes de entrar? - Murmuró Helmut - ¿No ves que estoy ocupado?

-¿Por qué habría de hacerlo? - Respondió su tío - Además, está también es mi oficina...

-Podría estar teniendo sexo en este mismo momento y tú vendrías a interrumpir mi...

-¡El sexo en horas de oficina está prohibido! - Puntualizó Simon y sonrió con burla - ¿Estabas teniendo sexo? - Preguntó y estalló en carcajadas.

-No, sólo masturbaba mis ojos con estas fotografías - Exclamó Helmut en tono sarcástico y lanzó las fotos de Danielle a su tío.

Simon tomó las imágenes y miró con atención a la chica que aparecía en ellas. La chica sonreía y se le notaba feliz. El hombre estuvo analizando las fotos, el rostro de esa joven le era familiar, pero no podía ubicarla. Era una mujer muy hermosa, ¡quizá se trataba de la nueva conquista de su sobrino!

-¿No es muy joven para ti? - Preguntó Simon entregándole las fotos - Sueles salir con mujeres más maduras y de experiencia, ella es...

-¡Es la amante de Hank Riley! - Bufó Helmut y guardó las fotos dentro de la carpeta.

-¿Qué? - Preguntó Simon sin poder creer las palabras de su sobrino - ¿Hank aún se da el lujo de tener amantes? - Volvió a preguntar - ¡Pero por dios! ¿Qué es lo que tiene esa niña en la cabeza?

-¿Ahora entiendes porqué está en bancarrota? - Preguntó Hemut - Está derrochando el dinero en mujeres como esa - Dijo el hombre y posó su mirada en el informe de Lucas - Según este documento, Danielle Lennox es la "protegida" de Hank. La sacó de un orfanato...

-¡Desgraciado! - Gruñó Simon - Se aprovechó de la inocencia de una niña sin hogar, sin familia y...

-O quizá estamos frente a una serpiente ambiciosa - Exclamó Helmut - Todo se puede esperar de esa mujer - Bufó y continuó leyendo - Especialmente luego de seis años junto a Hank - Y comenzó a reír, mientras Simon lo miraba con curiosidad - ¡Lo sabía! La muy zorra está apoyando fundaciones y se encarga de la labor altruista... - Y le tendió el documento a su tío - ¡Mira! Sabemos que la pequeña arpía es igual a Hank, una ladrona aprovechada, porque ese cuento de la labor altruista es viejo, ¡se trata de desvío de fondos! - Suspiró - Tal y cómo sucedió hace diez años...

-Hijo, no te precipites - Murmuró Simon - No debes juzgar a la gente sin conocerla. ¡Esa señorita tiene cara de ángel! Es inocente, una niña buena y con las mejores intenciones de ayudar. Créeme que si se acerca a mí para pedirme un donativo, ¡con gusto se lo daré!

-¡Por eso, Simon! - Gritó Helmut - ¿Por qué crees que esa niña está a su lado? - Murmuró el hombre y le arrebató la carpeta a Simon - Porque detrás de esa máscara de dulzura, bondad y candor se oculta una trepadora, traicionera y aprovechada - Bufó - ¡Tal y como lo es Hank! Esa chica es cómplice de ese bastardo, ¿crees que no recibe una buena tajada de todo lo que Hank se roba? - Exclamó enarcando las cejas - Porque tío, si buscan incautos como tú, que se deshacen por un par de ojos bonitos y una sonrisa coqueta, ¡ya aseguraron su futuro!

-Pero Helmut...

-¡No tío! - Dijo el hombre - No te dejes engañar, ¡recuerda que Lucifer era un hermoso ángel!

-¿Y porqué estabas mirando sus fotos el otro día? - Preguntó Simon recordando de pronto dónde vio el rostro de esa muchacha.

-La estoy investigando - Respondió Helmut mirando a Simon a los ojos - Tengo que conocer a nuestro nuevo enemigo.

-¡No seas exagerado!

-Cualquiera que sea aliado o aliada de Hank es enemigo nuestro - Murmuró el menor de los Ferguson - Jamás lo olvides, tío.

Simon suspiró y asintió. Quizá su sobrino tenía razón, pero no estaba del todo seguro sobre lo que decía respecto a Danielle Lennox. Él no había tenido esa impresión con esa jovencita, pero tampoco podía confiarse; necesitaba más información respecto a ella para poder sacar una conclusión.

-Y ahora que eres dueño de todo lo de Hank - Comentó su tío - ¿También esa señorita pasa a ser parte de tu propiedad?

-¡Por supuesto! - Sonrió Helmut - Ella es mi nueva adquisición - Murmuró y comenzó a reír - Y pronto me va a conocer, planeo hacerle una pequeña visita a nuestro viejo amigo. ¡Hank no sabrá lo que le espera!

♣ ♣ ♣ ♣ ♣

Danielle entró en la oficina de Hank, la chica llevaba algunos documentos en la mano para que el hombre los firmara. La chica se detuvo a escasos centímetros del escritorio y observo al hombre. No tenía muy buen aspecto, de hecho, desde hacía unos días lo notaba demasiado débil, pálido, ojeroso. Le costaba moverse con facilidad, incluso respirar parecía una tortura para el hombre. Danielle dejó los documentos en el escritorio y se acercó al hombre para tratar de animarlo.

-¿Estás bien Hank? - Preguntó la joven y le tocó la frente con la mano - ¡Estás helado! - Murmuró al sentir su temperatura - Te prepararé un té para que entres en calor y te sientas un poco mejor.

-¡No quiero nada! - Murmuró Hank en un tono cortante - ¡Estoy bien! No me pasa nada, sólo estoy algo estresado - Bufó y se recostó en el asiento - ¿Qué necesitas Dani? - Preguntó a su vez.

-Fue Roberts ¿verdad? - Preguntó Dani sentándose frente a Riley - ¡Fue él quien te puso así! - Suspiró - Lo vi salir de tu oficina, ¡estaba muy molesto...!

-No, no - Exclamó Hank - No metas a Roberts en esto - Suspiró - Tenemos algunos problemas en otros negocios, él está preocupado y sabes que se molesta con facilidad - Dijo y colocó sus manos sobre su vientre - Pero no es nada que no tenga solución, ¡no debes preocuparte! Todo va a estar bien, ¡ya lo verás! - Murmuró - Ahora dime ¿por qué estás aquí?

-Estaba revisando las finanzas de la fundación - Exclamó la joven - Martin Bros. nos acaba de hacer una donación en especie - Dijo feliz - Se trata de material de...

-¡Donación en especie! - Refunfuñó Hank - ¿Dónde está el dinero? ¡Necesitamos dinero!

-¡Hank, toda la ayuda es válida! - Murmuró Dani y lo tomó de la mano - Hay gente que no quiere donar dinero, comprendo su desconfianza, sé qué muchos de ellos en el pasado fueron estafados por el antiguo dueño de esta compañía - Dijo la joven y le dedicó una sonrisa - Por ese motivo no es fácil que donen enormes sumas de dinero - Suspiró - Y no me parece justo que hayas impuesto una "tarifa" - Enfatizó la última palabra - para donar. De cualquier manera, Martin Bros. nos donó esa cantidad en material para construcción, ¡es demasiado! Aunque también incluyó algo de mobiliario y es genial... ¡estoy muy feliz!

-Sí, yo también - Comentó con frialdad.

-Ahora sólo falta que esta empresa haga su donación - Suspiró Danielle llena de emoción - Nos prometiste cien mil libras... ¡obvio, en partes! - Añadió de inmediato para no parecer tan interesada - ¡Pero es muchísimo dinero! Con eso vamos a arrancar en grande y podremos ayudar con algunas becas universitarias. Tengo a los candidatos perfectos para esas becas - Rió - ¡Estoy tan emocionada! - Murmuró y se lanzó a los brazos del hombre - Mi sueño se está haciendo realidad y ¡todo es gracias a ti, Hank! Sin tu ayuda yo no hubiera logrado esto.

-¡Sí, sí, sí! - Murmuró Hank con fastidio y la apartó de su lado - ¿Quién más te dio dinero?

-Estaba pensando en cambiar algunas cosas al respecto - Comentó Dani haciendo caso omiso - Quizá no pedir un mínimo, ¡que cada quien done lo que pueda! Así todas las personas que lo deseen podrán ayudarnos. De hecho también creo que es válido aceptar voluntarios para que nos ayuden en la remodelación del...

-¡Estás loca! - Gritó Hank y golpeó el escritorio con su palma - ¡Necesitamos dinero! - Escupió - ¡Dinero! No voluntarios o materiales - Estalló y se puso rojo - Olvídate de esos movimientos y...

Hank se llevó la mano al pecho y comenzó a jadear. Si la gente empezaba a donar lo que se le diera la gana, él no podría reunir el dinero que necesitaba para huir, para desaparecer de ese lugar. No quería que sus acreedores lo encontraran y le exigieran los pagos de la deuda, especialmente el señor Lucas, tenía el alma vendida con ese sujeto y no le convenía verle de nuevo la cara. Esas deudas lo estaban matando, el estrés lo tenía al borde del colapso y estaba a punto de sufrir un paro cardiaco. Tenía que controlarse o iría a parar al hospital.

-¿Estás bien Hank? - Preguntó Dani muy alarmada - De pronto enrojeciste y ahora estás más blanco que la pared - Gimió - ¡No estás bien! Debemos ir al médico.

-¡No! - gruñó Hank - Se me va a pasar- Jadeó - Voy a tomar mi medicamento - Dijo sacando una caja de pastillas de su escritorio - Sólo dame un poco de agua

Dani se apresuró a entregarle el vaso con agua. Hank bebió su medicina e inhaló y exhaló un par de veces para tratar de tranquilizarse. Dani lo observaba temerosa de que algo grave le sucediera a ese hombre que era tan importante para ella. No quería perderlo, ¡no quería quedarse sola! Si Hank moría, todos sus sueños se iban a derrumbar, ¡todos sus planes se irían por la borda! Necesitaba hacer algo, iría a buscar al médico para llevarlo con Hank.

-Quiero que te quedes aquí - Murmuró Dani mirando a Hank - Trata de tranquilizarte y por favor, ¡no más estrés! Todo va a estar bien - Suspiró la chica - Voy a buscar al médico para que te revise y si es necesario llamar un ambulancia para que te lleven al hospital - Gimió - ¡Tienes que ponerte bien!

Hank no respondió, solo asintió y vio como Dani abandonaba la oficina. Trataría de hacerle caso a la chica, en verdad se sentía muy mal. Tenía varios días sin dormir porque el dolor en su pecho se estaba volviendo insoportable. Tampoco comía debido a las náuseas y los mareos que llegaban de pronto. Se sentía débil y cansado, ¡temía a la muerte! No estaba preparado para morir, ¡no aún! Aún faltaban muchas cosas por hacer y seguir quitando estorbos del camino. Él tenía planes que debía cumplir.

♣ ♣ ♣ ♣ ♣

Helmut miró la empresa de su padre y lanzó un enorme suspiro. El gorrino bastardo de Hank ni siquiera se tomó la molestia de cambiar el nombre. Asqueado se dio cuenta que el trabajo de su padre, ¡su trabajo de años! Sus sacrificios, su esfuerzo y todo el tiempo invertido en el desarrollo de la misma habían sido reducidos a una porquería. La empresa dejaba mucho que desear en cuanto a su servicio, figuraba entre las peores del Reino Unido. El hombre caminó hasta la entrada y miró de un lado a otro, ¡el guardia no estaba en su sitio! Lo miró chismorreando con la recepcionista, mientras la gente entraba y salía a su antojo del lugar.

Ferguson frunció el ceño y entró como si nada al sitio que en un tiempo fue su segundo hogar. Le sorprendía la falta de seguridad y de control dentro del lugar. Desde la fachada que tenía años sin pintarse y parecía bastante descuidada hasta el ascensor descompuesto que nadie se tomaba la molestia de reparar. ¡Todo era un caos en ese lugar! Helmut caminó prácticamente sin ser notado y subió a uno de los ascensores disponibles para llegar a la oficina de presidencia.

El hombre bajó del ascensor y caminó por el largo pasillo hasta detenerse frente al escritorio de la secretaria de Hank. La mujer no se encontraba en su lugar de trabajo y le decepcionó un poco el hecho de no poder ver a Danielle en ese momento. ¿Dónde se encontraría ella? Seguramente dentro de la oficina de Hank haciendo sus porquerías. A Helmut le dieron arcadas de sólo pensar en lo que pudiera estar pasando dentro de ese sucio lugar. Pero no le importaba interrumpir a Hank de su idilio amoroso.

Helmut se acercó sigiloso y abrió lentamente la puerta de la oficina de Riley. Al parecer, el lugar se encontraba solo, ¡no había nadie cerca! ¿Qué demonios estaba sucediendo? ¿Acaso no había nadie que atendiera esa empresa? Se preguntó mientras entraba en la oficina y cerraba la puerta detrás de sí.

-¿Eres tu Dani? - preguntó una voz dentro del cuarto de baño.

¡Esa voz! El primer impulso de Helmut fue correr hasta el sanitario y sacar a ese desgraciado a golpes, pero respiró profundo y contuvo sus deseos de matarlo ahí mismo. Esperaría a que Hank saliera del baño para poder encararlo y gritarle a la cara cuanto lo odiaba.

-Dani, ¿puedes venir? - exclamó de nuevo Hank - Necesito de tu ayuda, ¡no puedo levantarme!

¡Qué carajo! Se dijo Helmut y rodó los ojos, ¿acaso Danielle también jugaba el papel de enfermera? ¡Por favor! Ella no era una santa, tampoco una mujer de buenas intenciones como para atender a un pobre viejo enfermo. Helmut movió la cabeza y entró en el cuarto de baño. Hank no se encontraba a la vista, así que supuso que aún estaba dentro del sanitario.

-Dani, ¿por qué estás tardando tanto? - preguntó Hank con desesperación - Necesito que me ayudes.

Helmut abrió la puerta del sanitario y lo que vio lo dejó helado. Ahí estaba Hank con el rostro pálido y con dificultades para respirar. ¡El sujeto era una piltrafa! Ya no quedaba nada del gran Hank Riley, de aquel varón que se vanagloriaba de su hombría, de su inteligencia, de su capacidad para hacer grandes cosas. Ahora era un inválido que no podía limpiarse el culo él solo.

-¡Helmut! - gimió Hank al verlo frente a él - ¿Qué estás haciendo aquí? - preguntó entre jadeos - ¿Qué es lo que quieres?

-¡Hablar contigo! - respondió Helmut mientras ayudaba a Hank a levantarse - ¿Meas sentado? - preguntó Ferguson - ¡Qué vergüenza! Me das asco Hank.

-Eso no te incumbe - dijo Riley con furia - ¡Lárgate de aquí! - le exigió - Tú y yo no tenemos nada de qué hablar. - murmuró - Retírate o tendré que llamar a seguridad para que te saquen de aquí.

Helmut lanzó una fuerte carcajada. Hank ya no contaba con su antiguo equipo de seguridad, ya que no podía pagarles. De hecho, había sido demando por varios de ellos debido a que aún no pagaba sus nóminas.

-¡Ay Hank! - se río Helmut - ¡No seas ridículo! - exclamó el rubio - ¿Cuál equipo de seguridad? ¿Cuáles guardias? ¡Ya no te queda nada! - dijo Ferguson saliendo del baño detrás de Hank quién se dejó caer en su sillón de cuero - ¡Estás acabado! - murmuró - Y por lo que veo, estás muy enfermo. - exclamó - ¿Acaso no te alcanzó el dinero para un buen doctor? - preguntó y miró a Hank con odio.

-¡Vete de aquí! - suplicó Hank - ¡No quiero verte! - gritó - Deberías estar en la cárcel o muerto. - exclamó el hombre - Vete o si no... - se detuvo mientras buscaba la pistola que tenía guardada en uno de los cajones de su escritorio.

-¿Si no qué, Hank? - preguntó Helmut sentándose frente al hombre -¿Vas a matarme como lo hiciste con mis padres? - Preguntó mirando con odio a Riley quien tenía los ojos desmesuradamente abiertos y jadeaba - ¡Tú no tienes ningún poder en este lugar! - le recalcó - Este sitio ya no te pertenece, ¡estás quebrado! - exclamó Ferguson y golpeó con sus puños el escritorio - Ahora todo esto vuelve a ser mío. - dijo mientras en su rostro se dibujaba una sonrisa de burla.

-¿Qué estás diciendo? - exclamó Hank - ¡Mientes!

-Yo no miento - Sonrío Helmut - Yo soy honesto, sincero... ¡no soy como tú! - Exclamó - Eres un ruin, tramposo, ladrón, desgraciado, hijo de puta... ¡asesino! - Exclamó el hombre - Porque yo...

-¡Yo no soy un asesino! - Gritó Hank y se llevó la mano al pecho - Yo no he matado nadie...

-¡Mataste a mis padres, Hank! No finjas demencia - Exclamó Helmut y le dedicó una mirada fría y llena de odio - ¡Lo sé! Hubo testigos, indagué todo lo que pude para dar con el verdadero asesino de mis padres y... ¡ese eres tú Hank! - Gritó lleno de coraje y resentimiento - ¡Vas a pagar por lo que hiciste! Y no conforme con matar a mis padres asesinaste a tu esposa y ¡a tu sobrina! A mí prometida, ¡la mujer que yo amaba! - murmuró Helmut entre dientes - Pero la vida se está encargando de cobrártelo. ¡Sólo mírate! - gritó Helmut - Eres menos que nada, un pobre viejo inválido.

-¡Cállate Helmut! - gritó Hank - Yo sólo quité a los estorbos del camino. - dijo Riley y se llevó la mano al pecho - Desgraciadamente no pude acabar contigo, pero te dejé sin nada y sufriste mucho. - murmuró el hombre entre jadeos mientras su mano derecha presionaba su pecho - ¿A qué viniste? ¿A reírte de mí? - Preguntó - Pero dime, ¿acaso tus burlas van a volver a la vida a tus amados padres? - Dijo con burla.

Helmut apretó los labios y los puños. Quizá Hank tenía algo de razón en sus palabras. Posiblemente su venganza no le iba a devolver a sus seres amados, pero lo haría sentir mucho mejor. Al menos tendría tranquilidad.

-Es posible que tengas razón Hank - Murmuró Helmut tratando de contenerse - Pero la satisfacción de verte derrotado, ¡acabado y casi moribundo no me la quitará nadie! - Rió Ferguson - Y puede que me dejaste sin nada, me mandaste a la cárcel, ¡pero no duré mucho ahí dentro! Fueron cinco años en los cuales estuve planeando meticulosamente mi venganza contra ti - Bufó - Estuve detrás del asesino de mis padres todo el tiempo, y mis investigaciones me llevaron a ti. Encontré tus fraudes, tus trampas, tus sucias jugarretas - Exclamó y se acercó a Hank para mirarlo a los ojos - ¡No creas que estuve de brazos cruzados! Tu estupidez no te llevó a indagar más, como los negocios de Simon o los de mi madre, ¿ves que no me dejaste sin nada? - Dijo con burla - Después de salir de la cárcel comencé a trabajar en esos negocios para generar más y más ganancias y... ¿qué crees? - Preguntó tomándolo por las solapas del traje - ¡Recuperé todo lo que me quitaste! Y ahora soy yo el que te deja sin nada, Hank...

-¡No, no es cierto! - Gritó Hank - ¡Tú mientes! ¡Yo sí lo perdí todo! Pero jamás tuve negocios contigo - Bufó y dejó escapar un quejido - Todo lo que tengo le pertenece al señor Lucas...

Helmut lanzó una carcajada sardónica y lo soltó sin parar de reír. Las lágrimas brotaron de sus ojos debido a la violencia de sus carcajadas. Hank lo miraba estupefacto, temiendo lo peor y creyendo que Helmut se había vuelto loco.

-¡Lucas! ¡Lucas! - Exclamó Ferguson por fin - Tu señor Lucas es mi secretario y asistente... ¡es mi prestanombres! - Gritó - Veo que tu estupidez es muy grande y que aún tienes la maldita costumbre de no indagar en el pasado de tus supuestos socios, clientes o acreedores - Murmuró Helmut - Todo está aquí - Exclamó y le mostró una carpeta antes de lanzársela al rostro - Y si eso no es suficiente - Gruñó lleno de ira - También anexo las pruebas que te incriminan en el asesinato de mis padres y todos los fraudes que realizaste tiempo atrás... ¡voy a limpiar mi nombre, Hank! - Gritó Helmut - Voy a vengar a mis padres y le mostraré al mundo la clase de escoria que eres.

-¡No! - Gritó Hank poniéndose de pie al ver que todos sus planes se derrumbaban con la aparición y revelaciones de Helmut. El hombre estaba horrorizado, sabía que Helmut iba a ensañarse con él y que lo enviaría a la cárcel. Esta vez Helmut saldría victorioso y él se hundiría en la miseria, pudriéndose en una asquerosa celda de prisión - ¡No lo voy a permitir! - Dijo mientras caía desfallecido en el asiento del sillón.

-¡Es muy tarde! - Exclamó Helmut tomando su carpeta - ¡Estás jodido Hank! Y ni los hermosos ojos verdes de tu asquerosa amante van a salvarte, también revelaré la verdad detrás de esa estúpida fundación que sólo usarás para enriquecerte a costillas de otros. ¡Eres una asquerosa sanguijuela, Hank! Un vil parásito que vive a costas de terceros - Finalizó y giró sus talones para abandonar esa sucia y asquerosa oficina.

Hank lo vio alejarse y comenzó a gritar, ¡no podía ser! Tenía que destruir a Helmut, aún le quedaban un par de aliados, con una llamada él se desharía de los Ferguson, esa maldita raza estaría extinta por fin. El hombre intentó levantarse, pero sus piernas no lo sostuvieron y cayó al piso. De nuevo, el dolor en el pecho y el brazo izquierdo fue verdaderamente insoportable. Jadeó y se arrastró tratando de alcanzar su móvil, pero ya no pudo moverse. La habitación comenzó a girar a toda velocidad mientras sentía que el corazón latía desbocado y el dolor se agudizaba. Gritó, sin embargo, no brotó sonido alguno de su garganta. Hank perdió el conocimiento y quedó tendido en el piso de su oficina.

♣ ♣ ♣ ♣ ♣

¿Acaso esta será la muerte de Hank? Es posible, el hombre no estaba bien de salud, todos los problemas que se echó encima se encargaron de deteriorar más su estado. Helmut nada tuvo que ver en ello, pero su aparición fue el detonante para que el corazón de Hank explotara.
¿Qué les pareció el capítulo? Espero que lo hayan disfrutado. Ya pronto Helmut y Danielle se verán las caras.
No olviden dejar sus comentarios y sus votos. ¡Hasta el próximo capítulo!
Maria Decapitated

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