CAPÍTULO 01
Helmut se encontraba de pie junto a la tumba de sus padres. Había sido un funeral muy emotivo y triste. Muchísimas personas asistieron para dar el último adiós al matrimonio Ferguson, quienes fueron muy queridos y apreciados por la gente. Hank también se encontraba ahí, detrás de Helmut, con su mano sobre el hombro del chico, mostrándole su apoyo incondicional. Helmut sabía que Hank estaba devastado, se le notaba en el rostro... ¡y cómo no! Hank y su padre fueron inseparables. Ian apreciaba a su amigo y siempre le tendió la mano en los tiempos difíciles.
-Hank, no sabes cómo te agradezco que estés aquí conmigo - Suspiró Helmut - Tu presencia significa mucho para mí, luego de que tú también perdieras a...
-No, Helmut - Balbuceó Hank - ¡Por favor! Ni lo menciones, es tan doloroso y... ¡pero tú también eres como mi hijo! Te aprecio demasiado y no podía faltar a dar el último adió a Ian y Serena... ¡qué Dios los tenga en su gloria! - Murmuró santiguándose - Pero ahora debo irme, me siento muy mal y deseo descansar...
Helmut no respondió, solo abrazó a su amigo y juntos se deshicieron en llanto. Había sido una terrible tragedia y el hombre deseó que se tratara solamente de una horrible pesadilla. Al separarse de Hank, este se alejó de inmediato del brazo de Theodora, su hija mayor.
Simon Ferguson observaba la escena con los brazos cruzados. El tío de Helmut detestaba a Hank, algo le decía que ese sujeto era un hipócrita al que no se le debía tener confianza. Desde siempre lo detestó y nunca comprendió el gran aprecio que su hermano tenía sobre ese sujeto.
Simon recordó las últimas charlas con su hermano donde Hank era el tema de conversación. Su hermano había descubierto malos manejos por parte de Riley. Ian comenzó una investigación exhaustiva, sin embargo, Simon desconocía a fondo la situación. Fue una lástima que su hermano no le diera más detalles respecto a esos malos manejos.
La mente de Simon era una maraña de pensamientos y teorías. La muerte de su hermano y cuñada fueron tan repentinas, ¡una verdadera desgracia lo sucedido en esa fiesta! Sólo un ser tan malvado y lleno de odio podía ser capaz de llevar a cabo un acto tan abominable como un asesinato. Simon no quería pensar, porque cada vez que le daba vueltas al asunto, en su mente se hacía presente un nombre: Hank Riley.
Por desgracia, para el hombre sólo se trataban de sospechas, no tenía pruebas para inculpar a Hank ni a nadie. El asunto ahora estaba en manos de la policía y ellos serían los que se encargarían de investigar y dar con el o los asesinos. Aunque Simon también podía investigar por su cuenta. Tenía muchos contactos, sabía a quién recurrir y dónde comenzar a buscar para así conseguir las pruebas y dar con el culpable.
Pero por ahora, la prioridad de Simon era su sobrino. Helmut era el único pariente cercano que le quedaba. Él adoraba a ese muchacho, lo consideraba un hijo ya que él jamás los tuvo. Simon era una persona de espíritu libre y siempre hizo su voluntad, desobedeciendo las órdenes de su padre; en cambio Ian era más sumiso, escuchaba a su padre y lo obedecía sin poner reparos. Por ello, Ian era el empresario, el gran hombre de negocios y Simon sólo era un arqueólogo. Un investigador, un profesor de universidad. Nada relevante para su padre.
Simon se acercó a su sobrino, lo abrazó con fuerza, tratando de consolarlo. Dejó que el muchacho llorara sobre su hombro mientras le susurraba palabras de consuelo y le palmeaba la espalda.
-¿Qué va a pasar ahora? - susurró Helmut levantando la cabeza para mirar a su tío.
-No lo sé hijo - Murmuró el hombre - Vas a tener que ser muy fuerte y seguir adelante - Suspiró Simon - Tenemos que seguir con lo que tu padre dejó a la mitad y comenzar cosas nuevas... ¡hay mucho por hacer!
-¡Pero yo no sé cómo hacerlo! - Bufó Helmut - No estoy familiarizado al cien por ciento con el negocio y...
-¡Yo te ayudaré en lo que pueda! - Exclamó Simon - Aunque no lo creas, ¡conozco el negocio! Trabajé algunos años para darle gusto a tu abuelo. Pero lo dejé porque descubrí que no era mi vocación y que esos negocios eran para tu padre.
-Tienes razón - Sonrió Helmut - Vamos a salir adelante y llevaremos esto muy lejos - Dijo en un tono más animoso - Además contamos con el apoyo de Hank, él conoce muy bien el negocio, ¡papá confiaba ciegamente en él!
-Sin embargo, creo que tú no deberías hacer lo mismo Helmut - Murmuró su tío - Para mí, ese hombre no es confiable, tu padre me dijo que...
Simon no terminó su frase. Una lluvia torrencial comenzó a caer y los obligó a retirarse del camposanto y volver a casa. Para Helmut, la enorme propiedad parecía aún más grande de lo que era, fría y vacía sin la presencia y el calor de sus padres. El hombre se dejó caer en el sillón junto a su tío quién le ofreció una copa de vino. Ambos hombres estuvieron un largo rato en silencio, mirando fijamente el fuego encendido en la chimenea.
Además de la tristeza que Helmut sentía por la muerte de sus padres, también estaba abatido por la muerte de su prometida. Faltaban tan sólo unos meses para su boda y ambos estaban ilusionados. ¡Claro que tenían sus problemas! Pero estos tenían solución y no era algo que trascendía más allá de una pequeña discusión. ¡Amaba a Allyson! Y ahora ya no le quedaba nada. Helmut se sentía vacío y sin consuelo; a pesar de que su tío se desvivía por él y tratara de animarlo, sentía que no era suficiente.
-¡Ve a dormir! - Murmuró Simon - Ya han sido muchas noches de insomnio, ¡necesitas descansar!
-No tengo sueño - Replicó Helmut - Tampoco quiero dormir, tengo esas pesadillas y despierto alterado y con miedo. Es mejor pasar la noche en vela a tener de nuevo esos horribles sueños.
Simon estaba a punto de responder a su sobrino, cuando llamaron a la puerta. El hombre se levantó de inmediato para abrir, dejando a Helmut en la sala.
-¿Es usted Helmut Ferguson? - Preguntó un oficial de policía.
Simon negó con la cabeza, pero de inmediato hizo pasar a ese grupo de oficiales para conducirlos hasta la sala donde se encontraba su sobrino. Simon creía que esos hombres estaban investigando el asesinato de su hermano y su cuñada, pero no era así.
-¿Helmut Ferguson? - Preguntó uno de los hombres.
Helmut se levantó de inmediato y se acercó hacia la policía.
-Soy yo - Exclamó y le tendió la mano al tipo que había lanzado la pregunta - ¿En qué puedo ayudarlo?
El oficial sostuvo la mano de Helmut con fuerza y violencia. El hombre se quejó, sorprendido por la reacción de ese fulano quién inmediatamente lo esposó. ¿Qué era lo que estaba sucediendo? ¿De qué se trataba ese teatro?
-Está usted detenido - Murmuró el sujeto.
-Pero, ¿qué demonios? - Gritó Simon - ¡Suelten a mi sobrino! - Volvió a gritar - ¡Él no ha hecho nada! ¿Cuáles son los cargos?
-Está acusado de fraude - Murmuró el policía - Falsificación y malversación de fondos, así como evasión de impuestos...
-¡No! ¡Esto es un error! - Protestó Simon - Mi sobrino es inocente.
-¡Déjalo, tío! - Bufó Helmut - Es posible que se trate de un error, pero dejemos que ellos hagan su trabajo - Murmuró el hombre - Llama a Hank, por favor él nos va a ayudar, él sabe que esto no es verdad y estaré libre en poco tiempo - Dijo mientras dejaba que los oficiales lo condujeran fuera de su casa.
Simon observó a su sobrino. Helmut se veía tranquilo, sin embargo, él no lo estaba. ¡Eso no les podía estar pasando a ellos! Parecía una maldición; desgracia tras desgracia caía sobre la familia Ferguson. El hombre suspiró y trató de mantenerse sereno, tomó su móvil ¡pero no llamó a Hank! Llamó a uno de sus amigos y compañero de trabajo, un abogado que impartía clases en la Universidad donde trabajaba. Su compañero tenía un despacho jurídico y Simon sabía que él era el único capaz de asesorarlo. El hombre volvió a suspirar y cerró los ojos; sólo sería algo pasajero y en pocas horas Helmut estaría de nuevo a su lado.
♣ ♣ ♣ ♣ ♣
Helmut se encontraba en los locutorios. Su tío Simon lo estaba esperando para hablar con él. Ya llevaba más de seis meses encerrado sin que se pudiera hacer nada para liberarlo. Simon trabajaba a marchas forzadas junto al abogado, pero por desgracia, todas las pruebas apuntaban a que Helmut era culpable del delito que se le acusaba.
-Entonces - Exclamó Helmut - ¿Qué se puede hacer?
-Por ahora, creo que nada - Suspiró Simon con decepción - ¡Estás frito!
-No jodas tío - Bufó el muchacho - Te juro que yo no sabía nada, ¡no estaba enterado de esos movimientos! - Suspiró - Papá se hacía cargo de eso junto con Hank. Ellos eran los que se encargaban de la cuestión altruista, mis asuntos eran otros - Murmuró - El área de publicidad y otras cuestiones, ¡ya las conoces!
-Pero eras el vicepresidente - Murmuró Simon.
-¡Hank era el vicepresidente! - Dijo Helmut lleno de frustración - Yo acababa de tomar el puesto un par de días atrás, estaba en una especie de entrenamiento - Protestó el hombre - Iba a prepararme para asumir el cargo... ¡yo no hice nada!
-¡Lo sé Helmut! - Exclamó su tío - Yo confío en ti y sé que tú serías incapaz de cometer esos fraudes. Aunque hay otra cosa.
-¿Qué cosa? - Preguntó Helmut con desesperación - No me digas que...
-Hank asumió el control total de la empresa, ¡ahora es el dueño absoluto de esta!
-¡No! - Gritó Helmut - No, no, no, no - Exclamó con molestia - Hank no era uno de los socios mayoritarios. Aunque fuera el vicepresidente, él...
-Dijo que tu padre le debía mucho dinero - Suspiró Simon - Llegó ayer en la mañana a la junta directiva con un montón de papeles que tenían la firma de tu padre, así como tu firma...
-¡Yo no le he firmado nada! - Gruñó Helmut - Lo único que firmaba era memorándums, y siempre he leído lo que firmo - Jadeó y se frotó el rostro con la mano - ¿Crees que él...?
-Hank es capaz de muchas cosas - Dijo su tío - Lo he estado observando, es un tipo ambicioso, envidioso, egoísta, mezquino - Exclamó lleno de coraje - Y, lo siento por ser portador de malas noticias, pero también ayer se leyó el testamento de tu padre.
-¡No tío, no! - Gritó Helmut - Yo debía estar presente ahí...
-¡Pero estás aquí encerrado! - Exclamó Simon - Como estás en prisión, se adelantó la lectura y... ¡Hank se ha quedado con todo! ¡Tu padre lo heredó al nombrarlo su albacea! - Gruñó Simon aumentando su coraje - Te ha dejado en la calle hijo, Hank es dueño de la casa, la empresa y todas las propiedades de tu padre...
-¿Qué vamos a hacer? - Preguntó Helmut sin ocultar su desesperación - Yo estoy aquí, no puedo defenderme, ¡estoy hundido de mierda! Y...
-No te preocupes - Comentó Simon - Vamos a buscar la manera de sacarte de aquí - Dijo su tío - Aún queda mi dinero y el de tu madre, ¡no estás en la calle! También queda algo de tu padre - Sonrió - Negocios que puso a mi nombre y que yo administraba. No serán negocios grandes y que generen enormes ganancias, pero son buenos negocios y podemos hacerlos crecer aún más - Murmuró el hombre intentando darle esperanzas a su sobrino - ¡Hank no te va a hundir! - Exclamó - Voy a investigar, ¡esto no se va a quedar así! Tu padre tenía sospechas de malos negocios por parte de Hank...
-¿Crees que él...? - Preguntó Helmut sin atreverse a completar su pregunta.
-Por todo lo que está pasando... - Respondió Simon adivinando los pensamientos de su sobrino - ¡Es posible! Sin embargo, no tenemos las pruebas que puedan inculparlo, ¡pero yo me encargaré de conseguirlas! - Dijo su tío con vehemencia - ¡Te lo prometo! - exclamó antes de despedirse de su sobrino.
Helmut miró como su tío se alejaba y se llevó las manos al rostro. ¡Estaba maldito! Aunque aún no comprendía el hecho de que Hank pudiera estar detrás de todas sus desgracias. Lanzó un suspiro y se puso de pie para caminar delante del guardia que lo acompañaría a su celda. Esperaba que Simon pudiera ayudarlo a salir pronto de ahí y que pronto pudieran dar con el culpable de la muerte de sus padres y el enorme fraude del que se le acusaba.
♣ ♣ ♣ ♣ ♣
Simon miró su reloj y contempló el cielo, el sol había comenzado a ocultarse en el horizonte. Lanzó un suspiró y encendió un cigarrillo mientras posaba su mirada de nuevo en ese nuevo rolex. ¿Por qué el tiempo transcurría tan lento? Dio una calada a su cigarro y levantó la vista para encontrarse frente a frente con Helmut. Simon sonrió y arrojó el cigarrillo que tenía en la mano para abrir los brazos y abrazar con fuerza a su sobrino.
-¡Estás libre! - gritó con euforia - Luego de cinco malditos años encerrado en esa prisión de mierda, por fin podemos estar juntos otra vez.
-¿Hay buenas noticias? - preguntó el hombre caminando junto a su tío - ¿Qué sabes del asesino de mis padres?
-Desgraciadamente muy poco o casi nada. - respondió su tío - El hombre es un matón, un asesino a sueldo. - murmuró - Ya está pagando su condena, no debes atormentarte.
-¿Y qué pasó con Marcus? - exclamó Helmut - Él era la mano de derecha de Hank y se le acusó del fraude y de la falsificación de las firmas...
-¡Vamos a hablar de esto en casa! - lo interrumpió Simon - Hay mucho de qué hablar y no todo son buenas noticias. - murmuró - Pero este no es un buen lugar para conversar, hay oídos en todas partes. - exclamó - Te va a encantar la nueva casa - dijo el hombre con una gran sonrisa - Nos espera un helicóptero, no vamos a quedarnos aquí. No cerca de Hank y sus espías.
-¿Qué estás diciendo? - preguntó Helmut.
-¡Calla! - dijo su tío y lo ayudó a subir a una camioneta - Debemos darnos prisa o el sol pronto se ocultará.
Helmut tenía una expresión sombría en el rostro, su tío se daba cuenta de ello, en el semblante de su sobrino no había brillo ni felicidad. Sabía que Helmut no estaba satisfecho a pesar de estar ya en libertad. Simon estaba consciente que en la cabeza de Helmut había un montón de dudas y preguntas que necesitaba responder. Pero ni él mismo hasta el momento había logrado descubrirlo todo, tampoco estaba satisfecho. Por más que Simon se esforzaba en encontrar las pistas necesarias que lo llevarían al asesino de su hermano y su cuñada, estas se esfumaban. El asesino era un tipo listo que supo hacer bien las cosas al culpar a otros, sin embargo, sabía que no podía ser perfecto y que podría tener algún punto débil.
Eran las primeras horas de la noche, el cielo estaba oscuro y caía una ligera lluvia cuando el helicóptero aterrizó en una extensa y hermosa propiedad con árboles frutales y alrededor de una hermosa casa de dos pisos, rodeada por un porche, ventanas con persianas y una chimenea. La casa era grande, pero al mismo tiempo acogedora y hogareña. Helmut supo que se trataba de la cabaña de su abuelo Simon.
Cuando el piloto se marchó en el helicóptero, Simon abrió lentamente la puerta de la cabaña y ambos entraron en el vestíbulo. Cuando se hubo acostumbrado a la luz de las lámparas fluorescentes, Helmut recorrió la planta baja con la mirada. ¡Todo era nuevo! y había sido restaurado recientemente.
-¿Es qué ya piensas sentar cabeza, tío? - Preguntó Helmut sentándose en uno de los sillones frente a la chimenea.
-Sí, por supuesto - Sonrió el hombre tomando asiento junto a Helmut - En esta casa, de ahora en adelante viviremos mi hijo y yo.
Helmut observó la mueca de ironía en el rostro de su tío y arqueó las cejas. Si con hijo se refería a él, ¡tenía razón! Él no tenía nada, todas sus casas y propiedades ahora eran de Hank, ¡estaba desamparado! y con la única persona que contaba era su tío.
-Así es, hijo - Continuó Simon y lo tomó de la mano - Lo mío es tuyo, ¡tú eres todo lo que tengo ahora! Perdí a mi único hermano, a mi cuñada querida y a mi futura sobrina - suspiró - Pero ahora no es tiempo para sentimentalismos - Bufó y se puso de pie - Prepararé algo para cenar y hablaremos. En ese escritorio - Murmuró señalando hacia un rincón - hay algunos documentos relacionados con el fraude, puedes leerlos y analizarlos. Cuando termines, te espero en la cocina para cenar.
Simon se alejó y Helmut se puso de pie de inmediato, abrió el primer cajón y encontró lo que su tío le había indicado y comenzó a leer. Encontró un montón de hojas en blanco y un par de plumas en color azul. Helmut tomó nota de varias cosas que le resultaron incoherentes o sospechosas. Durante largo rato estuvo inmerso en esos documentos hasta que escuchó la voz de Simon que lo llamaba.
-Tengo media hora hablando como loro y no vienes a cenar - Gritó su tío - Deja eso y ven a sentarte a la mesa, ¡debes comer!
-No tengo hambre - Murmuró el hombre, pero decidió acompañar a su tío al ver la expresión furiosa en su rostro.
-La búsqueda de pistas es exhausta - Comentó Simon entregándole un plato lleno de puré de patatas y un gran trozo de carne - Llevo cinco años investigando y aún me falta mucho camino por recorrer. No conozco bien el negocio...
-¡Pero yo sí! - Dijo Helmut llevando a su boca un montón de puré - Estuve revisando eses papeles que me dijiste - Parece que Hank comienza a tener problemas financieros, ¿por qué?
-Es lo que trato de averiguar - Exclamó Simon - La fortuna de tu padre era enorme e iba a ser más grande todavía. Pero al parecer, Hank tiene muchos gastos, mantener a dos parásitos y a su prole no es fácil...
-No creo que sus gastos sean sólo a causa de Teddy y de Hank Jr. - Comentó Helmut - Si mis sospechas resultan ser ciertas, Hank tuvo que comprar a miles de personas, jueces, policías y jurados para que a mí me hundieran en la cárcel - Gruñó - Me enoja saber que el desgraciado de Marcus Hanson sólo le dieron año y medio por el desvío de fondos de las fundaciones y a mí... ¡cinco putos años! - Gritó Helmut.
-¡Tranquilo! - Murmuró Simon.
-Creo que también tiene que darle mucho dinero a Hanson por dejarse manipular de esa manera - Continuó Helmut - Porque según me dijeron, no tiene ni puta idea de ese fraude.
-Como sea, el punto es que el principal sospechoso de todas nuestras desgracias es Hank - Respondió Simon - Por desgracia, ¡nada lo inculpa! - Suspiró - Tu padre sospechaba de algo y comenzó a investigar por su cuenta, ¡tu padre tenía pruebas! Pero estas desaparecieron, ¡vaciaron la casa! - Dijo Simon con tristeza - Echó a la basura todo, pero mucha la gente del servicio lo guardó y me lo regresó - Bufó - Pero falta una persona, ¡el jardinero! ¿Lo recuerdas?
-Christopher, el jardinero - Exclamó Helmut - ¡Claro que lo recuerdo! ¿Qué fue de él?
-Se fue a Alemania y se llevó consigo muchas cosas que eran de tu padre y tu madre - Dijo malhumorado - ¡No he podido dar con él! Nadie puede darme alguna pista de su paradero, ¡creo que Christopher es nuestro cabo suelto!
-¡Pues tenemos que encontrarlo! - Gruñó Helmut poniéndose de pie - Voy a dar con el culpable, ¡así me juegue la vida en ello! - Murmuró - ¿Estás conmigo? - Preguntó el hombre mirando a su tío.
-¡Por supuesto hijo! - Dijo Simon sin dudar - Pero... ¡aún no te vayas! Tengo un negocio que quiero discutir contigo.
♣ ♣ ♣ ♣ ♣
Helmut y Simon comenzaron a trabajar en conjunto en un negocio muy interesante. Tío y sobrino se dedicaron a comprar empresas con problemas financieros, trabajaban en ellas y después las vendían o las fusionaban, haciéndolas crecer. En menos de cinco años, ambos amasaron una considerable fortuna. Helmut era como su padre, tenía el toque del rey Midas, tenía un excelente ojo para los negocios, era inteligente y despiadado la hora de realizarlos.
Además de ese grandioso negocio que les generaba enormes sumas de dinero, Helmut y su tío se enfrascaron en la búsqueda de Christopher Kennedy, quien fuera el jardinero en la mansión Ferguson. Estaban seguros que ese hombre era la respuesta a todas sus preguntas... ¡y así fue! Después de buscarlo por mucho tiempo, finalmente lograron encontrarlo en una zona rural de Bavaria.
Christopher se alegró de volver a Helmut y a Simon e inmediatamente corrió al sótano de su casa y regresó a la sala con una enorme caja llena de documentos. Helmut lo miró extrañado ya que parecía que el hombre guardaba esos papeles como si se tratara de un gran tesoro.
-¿Viajaste desde Inglaterra con todo eso? - Preguntó Helmut arqueando las cejas mientras revisaba el contenido de la caja.
-Lo dejaron en la basura junto con este portafolios - Murmuró Christopher y suspiró - Después de lo sucedido con sus padres en es horrible noche - Continuó el hombre - Yo decidí huir, ¡tenía miedo! - Gimió - ¡Perdóneme señor Ferguson! - Exclamó mirando a Helmut con ojos suplicantes - Quizá yo cometí un error al irme y pude evitar su estancia en prisión - Balbuceó y se llevó las manos al rostro.
-¿Qué quieres decir con ello? - Preguntó Simon muy intrigado.
-Habla Chris - Exclamó Helmut - Por favor, ¡aún estamos a tiempo! Dime lo que sepas - Murmuró - ¡No importa lo que sea! Necesito que me ayudes y hables - Suspiró Helmut y lo miró a los ojos - Yo sé que tú sabes cosas y que puedes ayudarme.
-La mañana del día de la fiesta de sus padres, el señor Riley y su padre entraron en el despacho al fondo de la casa - Murmuró el jardinero - Yo estaba arreglando las rosas de su madre que estaban bajo la ventana, ¡que por cierto estaba abierta! - Exclamó y apretó las manos - Ambos discutían, su padre se notaba muy molesto y acusaba al señor Riley de un gran fraude, cosa que admitió, pero se excusó diciendo que tenía problemas económicos y que su familia no se conformaba con lo que tenían, que deseaban más...
-O sea - Lo interrumpió Simon - Estás diciendo que Hank es el culpable del fraude por el que Helmut pasó cinco año en la cárcel...
-¡Yo lo siento! - Gritó el hombre - No sabía qué hacer, ¡tenía miedo! Temía por mi familia y...
-Tranquilo Chris - Dijo Helmut - Continúa por favor, aún hay mucho por saber - Exclamó el hombre temblando después de lo que acababa de escuchar.
-El señor Ferguson dijo que ambos irían a la cárcel, porque casi todo lo incriminaba, ¡pero que el verdadero culpable era Hank! - Exclamó el jardinero, temblando de miedo - Estos documentos los encontré en la basura - Repitió y le entregó un juego de carpetas sucias y arrugadas a Helmut - Después de que el señor Riley abandonara el despacho.
-¡Gracias! - Murmuró Helmut echándole un ojo a los documentos. ¡No lo podía creer! Se trataba de la investigación de su padre. Eran las pruebas que inculpaban a Hank - Pero dime, Chris - Suspiró el hombre - ¿Qué sucedió después?
-Hank salió del despacho, estaba molesto - Murmuró - Lo escuche hablar por teléfono, decía que esa noche tenían que morir, que la familia Ferguson debía desaparecer - Gimió Christopher - Por lo que logré escuchar, Hank planeaba matarlos a los tres y apoderarse de todo...
-¡Desgraciado! - Gritó Simon - Yo sabía que Hank estaba detrás de todo esto... ¡debí hacerle caso a Ian! - Bufó - Debí ayudarlo a continuar con las investigaciones - Dijo con tristeza - ¡Fui un verdadero tonto!
-Calma tío - Suspiró Helmut. Él también estaba molesto, muy molesto y deseoso de cobrar venganza contra ese bastardo que le arrebató a sus padres y a la mujer que amaba.
Hank le había hecho la vida un infierno, lo hundió en prisión durante cinco años, le arrebató cuanto poseía y lo dejó en la calle. Pero lo que más le dolía era la pérdida de su familia y de su prometida.
Los Ferguson depositaron toda su confianza en Hank, lo consideraban parte fundamental de sus negocios, parte de su familia. Siempre lo trataron bien, le tendieron la mano, lo ayudaron en sus momentos de mayor necesidad. ¡No era justo que les hubiera dado esa puñalada por la espalda! Si quería el dinero, ¡sólo lo hubiera pedido! ¿Por qué asesinar a sus padres? Ian y Serena lo vieron como un hermano, lo amaban, ¡no era justo! Lo que Hank les hizo fue una horrible traición.
Helmut apretó los puños, la rabia hervía en sus venas, deseó estar frente a frente con Hank y hacerlo pedazos, ¡matarlo con sus propias manos! Pero ya tendría tiempo para llevar a cabo su venganza. La había estado planeando desde hacía mucho tiempo. Ahora tenía las pruebas que necesitaba. Hank se iba a arrepentir de todo lo que había hecho.
♣ ♣ ♣ ♣ ♣
¡Y este es el primer capítulo! Es un resumen de lo sucedido en diez años. Lo que hizo Hank no tiene nombre y Helmut está dispuesto a vengarse. En los próximos capítulos vamos a conocer la relación de nuestra protagonista femenina y Hank. Y por supuesto, el encuentro entre Helmut y Hank, y lo que se desatará.
¿Qué les pareció este inicio? ¿Les gusta el personaje de Helmut? ¿El de su tío?
No olviden dejar sus respuestas y sus votos, saben que lo aprecio mucho.
Maria Decapitated
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