Kiryn

Estar en este bosque me trae varios sustos seguidos. Primero me enfrento a Alain, imaginando que era el bicho, pero luego resulta que este se encuentra entre los árboles gigantes. Escuchamos una voz gutural, como si viniera con un eco. Luego vuelve el silencio ante nosotros. No sé si es falsa alarma, pero tengo tanto miedo. Observo al rubio, de forma repentina, pensando de manera humilde.

—Deberías irte —sugiero—. Si el monstruo te ve, te matará.

Dejo el palo en el suelo, entonces permito que Alain me entregue la bolsa.

—Te servirá —acota.

—Gracias. ¿Por qué me ayudas?

—Me siento mal, yo le dije a Astamir que el monstruo te observaba —expresa, afligido—. Debo parecer un mentiroso, declarando que no eran tan malos.

—¡¿Qué?!

—Lo lamento tanto —insiste.

Bufo.

—Bueno, no importa. —Hago una pausa—. ¿En serio lo viste?

—Lo he vigilado mucho, me he escondido bien de él y creo que no me ha notado.

Escuchamos un estruendo, entonces Alain se gira, así que ambos lo vemos. El monstruo está aquí, en frente de nosotros.

—Da... rey. —Un extraño sonido sale del enorme bicho.

—¿Dijiste Darey? —expresa Alain y saca un cuchillo—. ¿Puedes decir su nombre?

—¿Qué ocurre? —Me pongo detrás del rubio, asustada.

—Dijo el nombre de mi padre.

Darey era tan malo, que para mí era muy evidente, que podía haber sido infiel, pero ahora se los puedo confirmar jaja. Ahora sí, les presento a Alain, el hijo biológico de Darey. 

¿Será malo como él? Lo descubriremos. 

Saludos, Vivi.