Kiryn

Me refriego los ojos una vez que dejo de llorar, entonces me levanto. Deambulo por el bosque, sin siquiera algo con lo que pueda defenderme, cuidarme o alimentarme. Me dejaron a la intemperie con nada en absoluto. Quizás si no me hubiera negado, me hubieran dejado llevarme mis cosas. Todo fue tan rápido que no hubo tiempo de reaccionar.

Camino por el bosque, algo perdida. Busco el arroyo que conozco, pero ando tan desorientada que no lo hallo. En un momento, veo la cueva, me sobresalto cuando me encuentro con aquellos ojos alargados de monstruo.

—Mierda —digo maldiciendo para mí misma.

Me giro, entonces cambio de camino. Luego me detengo, ya que no escucho a nadie persiguiéndome. ¿Acaso la última vez no fue suerte? Doy la vuelta y el enorme bicho sigue ahí, mirándome, pero sin hacer movimiento. Lo único bueno de esto es que sé que, si continúo mi camino, iré en dirección al arroyo. Me viro otra vez, entonces voy a mi principal objetivo.

Por suerte, el monstruo no me siguió, conseguí llegar a mi meta y quedar viva, por ahora. Ojalá tuviera mi cubeta, algunas palas o una pequeña carpa, lo que sea sería bueno. Comienzo a recolectar ramitas e intento encender un poco de fuego para que cuando sea de noche, no esté tan oscuro. Quizás así también pueda ahuyentar animales salvajes. No tengo idea de qué podría comer. Atrapar peces debe ser muy difícil, más sin ninguna herramienta.

Suspiro, luego me siento en el pasto, cansada, cuando al fin logro encender el fuego. Me he tardado toda la tarde y muero de hambre. El sol ya está bajando, perdí mucho tiempo llorando, perdiéndome y buscando ramas. Tengo tanto miedo, ojalá mi hermana estuviera aquí, ella es la hábil para este tipo de cosas. Solo espero que no la hayan castigado por mi culpa.

Escucho un ruido y me pongo alerta.

—¿Hay alguien ahí? —Me levanto del suelo.

Creo que algo se mueve entre los pastizales, pero no sé en dónde. Agarro un palo y lo enciendo con mi fogata, entonces me preparo para defenderme.

Erkin

Mastico lo que me queda del animal que me comí crudo, entonces observo a donde veo el humo, en dirección de lo que parece ser una fogata. Me causa curiosidad, así que me aproximo hasta allí. Es la chica de esta mañana, pensé que había regresado a su tribu, pero sigue aquí.

Mi instinto cruje y me eriza todo el cuerpo, aun así, no hago nada, me camuflo entre la oscuridad de los enormes árboles. La muchacha ve algo extraño, entonces enciende un palo grande con fuego, señala con este a unos arbustos mientras advierto la llegada de un chico desde allí, mientras me mantengo sobre las ramas, en lo alto, escuchando con mi buen oído.

—¡Calma, soy yo, Alain! —Levanta los brazos, el rubio—. Supe lo que ocurrió, te traje algunas cosas.

Lo observo mejor, entonces mis ojos se abren en grande al ver el parecido, es casi idéntico.

—Da... rey —formula mi boca en un eco y los humanos se alertan. Solo puedo decir nombres, cuando hay una emoción profunda detrás del asunto, como si fuera mágico.

Darey era el esposo de mi madre, sé que murió, aunque no tengo idea cómo.  

Necesitaba actualizar esto, es épico 😍

Saludos, Vivi.