Capítulo 12
Ayla hizo lo que Cruz le ordenó, también se quitó su ropa interior en silencio, sin embargo ve al castaño bastante nervioso mientras destapa la crema. Él piensa un momento y termina acercando el pote a la chica para que ella misma se la coloque.
Cruz mantiene su vista en cualquier otra cosa que no sea Ayla y su cuerpo, ella nota que las manos de éste tiemblan un poco, por lo que sonríe y tapa el pote luego de colocarse la crema. Unos momentos después comenzó a sentir un efecto mentolado y el ardor desaparece rápidamente.
—¿Está bien? —le pregunta, ladeando su cabeza. Ayla asiente mientras se coloca nuevamente su ropa y luego es arropada por el castaño, quien se asegura de que no pase frío—. Voy a traer paños húmedos para ayudar a bajar la fiebre.
—Yo casi nunca me enfermo pero cuando lo hago es horrible... Gracias —comenta al acomodarse en la cama, aun teniendo muchas sábanas todavía siente frío.
—Sólo cuido de mi novia —responde al subir y bajar los hombros. Luego de decir esto deja un beso en su frente antes de ir por los paños.
Cruz se dirige corriendo a la cocina y le pide a los sirvientes que ve allí que le entreguen unos paños y agua fría inmediatamente, ellos se mueven para traerle las cosas y en segundos él tiene lo que necesita en sus manos. El castaño regresa con todo ello al cuarto de la muchacha, casi chocando con el sirviente nuevo que estaba en la puerta de la habitación.
—¡Sal del camino! —exclama al apartarlo y entra al lugar—. Regresé Ayla —dice en un tono suave cuando se le acerca. Cruz moja un paño en el agua fría para luego estrujarlo y dejarlo sobre la frente de la muchacha.
Con el estómago lleno, cómoda y sobre todo debilitada por la enfermedad, Ayla cierra los ojos lentamente para descansar. Por su parte Cruz continúa cambiando el paño húmedo, controlando la fiebre y viendo la hora para darle la próxima dosis del jarabe. En un momento debe ir por más agua fría, por lo que deja la habitación. Al llegar nuevamente a la cocina se topa con Mako, quien asalta el refrigerador en busca de unas deliciosas fresas con crema, el teñido lame sus labios mientras una sonrisa aparece en su rostro.
—¿Pudiste hacerlo? —le pregunta al palmearle la espalda—. Puedes darme las gracias cuando quieras, incluso le coloqué un collar con cascabel —agrega Mako, ya que sabe muy bien que a Cruz le gusta el sonido dulce que producen los cascabeles.
—No —murmura al cargar el agua fría en el pequeño balde que tenía en sus manos. Mako hace una mueca y suelta un bufido, regañando a su hermano por no tener agallas.
—¿Por qué no? Yo no la tomé para que pueda recuperarse y para que tú puedas hacerlo. Además por tu culpa tuvimos que esperar más tiempo para tener a la novia.
—Voy a hacerlo cuando quiera —contesta entre gruñidos, en su mente maldice una y otra vez a Mako y a Llantén por no poder llegar a nada con Ayla. Ya se sentía listo luego de leer esos libros, pero la vergüenza pudo más cuando estaba frente a ella, sin mencionar la enfermedad causada por sus hermanos. Piensa que aprovecharse de Ayla mientras está en ese estado, sintiéndose mal, sería inapropiado de su parte y va en contra de lo que ha estudiado.
Cruz, al tener el agua, deja a su hermano para ir a la habitación. Suspira al cerrar la puerta suavemente, está calmado al ver a la chica dormir tranquilamente en la cama. Él vuelve a colocar un nuevo paño en la frente de Ayla, acariciándole las mejillas sonrosadas después, también toca el cascabel del collar para escuchar ese dulce sonido.
—¿Por qué no puedo ser como ellos?
En el despacho de su casa, Azrael revisa unos papeles del trabajo para que todo esté en orden durante los próximos seis meses antes de ser interrumpido por Mako. Éste abre la puerta de golpe y se arroja sobre el sillón que está a su derecha.
—Lo compraste para estar con la novia cuando tengas mucho trabajo, ¿no? —comenta al acariciar el posabrazos. Azrael sólo lo mira en silencio para luego regresar la vista a los papeles—. Vi a Cruz y todavía sigue siendo puro teniendo a la preciosa de Ayla.
—¿Y?
—Es muy extraño, tal vez... ¡¿No le gustan las chicas?! —exclama en un tono trágico, aunque un segundo después su expresión cambia a una de felicidad—. Genial, más Ayla para mí pero significa que debemos buscar a un novio para Cruz.
—No, significa que tendrá más tiempo con la novia. Llantén y tú les darán el suyo —las palabras del mayor hacen salta a Mako de su lugar.
—¿Qué? Va en contra de las reglas —protesta, golpeando el escritorio de su hermano—. Tampoco puedes obligar a Cruz a hacer algo que no le gusta.
—También va en contra de las reglas hacerle daño a la novia —contesta en un tono calmado a pesar de estar molesto, su cola se mueve de forma violenta detrás de él.
—Sólo la preparé para nuestro hermanito y fue una pérdida de tiempo.
—No hay discusión —dice Azrael y acaba con la charla, dejando a Mako con las palabras en la boca.
—¡Si sigues con esos pensamientos cuadrados te va a ir muy mal! —exclama desde el otro lado de la puerta.
—Si, ajam —murmura el rizado al rodar los ojos.
El teñido suelta un suspiro cansado y da un golpea a la pared más cercana para drenar su frustración. En lugar de seguir dañando la casa, busca rápidamente a Llantén, encontrándolo en su descanso en la sala y mirando su serie favorita sobre los océanos. Mako utiliza su fuerza para levantar al rubio con todo y sillón.
—¿Qué le hiciste a Ayla idiota? ¡Por tu culpa Azrael nos quitó nuestro tiempo para dárselo a Cruz.
—¡¿Qué?! No puede... ¿por qué? —pregunta mientras se tropieza con sus palabras.
—Huelo a nuestra novia, está cerca —habla el teñido al oler el aire, siente el aroma de Ayla y su perfume lo lleva hacia la habitación. Mako también siente el olor de Cruz, sabiendo efectivamente que ambos están juntos.
Él abre la puerta y encuentran al castaño abrazando a la chica, ella está durmiendo acurrucada en los brazos del menor. Llantén aprieta los dientes al ver esto, mientras que Mako sacude a Cruz, despertándolo junto con Ayla.
—¿Qué p-pasa? —pregunta con el ceño fruncido.
—Azrael te dio nuestro tiempo, pero no tiene que hacer lo que no te gusta. Podemos buscar a alguien más y... —Cruz mira a Mako con una ceja levantada mientras suelta todo esto rápidamente. Cuando el teñido termina Cruz echa a sus hermanos diciendo que enfermaron a Ayla y que no quiere verlos allí.
—No es justo, no lo es —refunfuña Mako al cruzarse de brazos.
—Dijo que enfermamos a Ayla... entonces Azrael si puede darle nuestro tiempo —habla Llantén manteniendo la mirada abajo—. Te lo mereces.
—No es justo —repite Mako mientras se alejan sin saber que están siendo observados. Oculto en una esquina del pasillo, alguien llama a sus compañeros a través de un reloj en su muñeca.
—Por lo que he visto hasta ahora los hombres se turnan para vigilar a la chica. Puedo moverme por toda la casa y ahora ella está siendo custodiada por uno de ellos, el resto continúa con sus actividades normales.
—¿Conseguiste toda esa información en tu primer día? Increíble novato, pero no te arriesgues demasiado.
—No lo haré, debo irme ahora —él termina la llamada para regresar con su trabajo de limpieza. Se supone que debe trapear los pisos de los pasillos del ala norte.
—Al fin te encuentro —el hombre a cargo de él se acerca mostrándole una expresión de alivio—. No te alejes de mí hasta que recuerdes cada habitación de la casa.
—Si señor —responde al asentir, luego sigue al hombre—. ¿Los hermanos son nuestros jefes? —cuestiona mientras recorren los pasillos.
—Si, el joven Azrael es el mayor y mantiene la casa funcionando.
—¿Y sus padres? —pregunta curioso.
—En su mansión, esta es la casa de los herederos. Fue un regalo por el cumpleaños número 18 del joven Cruz —contesta haciendo soltar al muchacho un "ahhh" en respuesta.
-—T-También vi que tienen colas y-
—No comentes nada cuando estén presentes, los herederos y sus amigos están modificados. Hablando de eso, debes aprender a cómo tratar con ellos porque son diferentes entre así debido a sus características animales —le explica el hombre mientras el joven lo graba con su celular para no perderse de ningún detalle—. El joven Azrael es un tigre, necesita tener muchos troncos en su habitación para que no dañe los muebles de madera. El joven Llantén es el más fácil de tratar y sólo debes hablar con él hay algún problema, el joven Mako bebe sangre por eso no te sorprendas si vez bolsas en el refrigerador. Por último está Cruz, es como un cachorro, pero lo más importante es que te mantengas alejado de la novia.
—Oí de ella en la cocina —dice el muchacho—. ¿Quién es?
—La familia De Luca tiene la tradición de buscar a una persona de bajos recursos para que sea la novia o novio del heredero o heredera. La chica es bastante desagradable, muy flaca y sin modales, aunque los muchachos fueron educados para amarla desde el primer momento de verla.
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